Capitulo 23
Capítulo 23
Lord Taisho descansaba sentado en su trono, recargando la barbilla sobre su diestra escucho atentamente cada palabra que Hakiyu dijo, no opino y tampoco la interrumpió, tan solo se quedó en silencio meditando internamente, aquella peculiar pérdida de control en su hijo. ¿Qué llevo a Sesshomaru a ser dominado por su propio Yuki? ¿Fueron los celos o tal vez el hecho de que estaba por perder a la humana?, no comprendía, no hallaba respuestas.
-Inuyasha es el único que puede sacar de sus casillas a Sesshomaru...- pensó dibujando una media sonrisa en sus labios Inu no, alza la vista mirando al contario -Hakiyu es hora de que vuelvas y lo dejes pasar.
-Sí, señor- y él estaba por marcharse cuando se detuvo a pasos de la salida, el Youkai olio su nerviosismo- Señor ¿ha pensado en hablar con su hijo?- se giró perdiéndose en la fría mirada del Youkai- Creo que sería una buena oportunidad para ello.
-Sesshomaru no desea verme- para Hakiyu aquellas palabras sonaron tristes, pero el rostro del demonio seguía inmutable.
-¿usted como sabe eso?- se apresuró a decir, sin perder las esperanzas.
-Ya has perdido demasiado tiempo, vete- corto volviendo su mirada más dura, el ángel entendió que no debía seguir discutiendo.
-Sí señor- se marchó dejándolo solo a él y sus pensamientos.
-Ver a mi hijo...
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cuatro horas más tarde, el detective se encontraba detallando los últimos acontecimientos a sus camaradas, y para su alivio el doctor Kenshin estuvo de acuerdo al ocultar la identidad de los demonios, la única que estaría en el relato seria Aome, hallaron la forma de que todo encuadrara y no quedaran cabos sueltos, los tres sabían que estaba mal, que no era lo correcto, pero seamos honesto como explicas y haces entender que los demonios eran héroes y no asesinos, no en esta sociedad sería imposible.
Además de que Sesshomaru había dejado muy claro el hecho de que no quería tener que lidiar con más humanos, a excepción de su mujer, el Dai Youkai se había llevado al hanyou al templo allí la señora Higurashi lo recibió, al principio se asustó pero luego de que le contara lo sucedido logro tranquilizarla.
Aome y kenhin estaban relatando por 3 vez lo que había sucedido, se sintió sorprendida al ver la facilidad con la que podía recordar la mentira que habían tramado. Sentía culpa, se sentía mal, por toda las personas muertas, y en el fondo de su mente se dijo así misma que eso era lo mejor, para sus bebes, para Sesshomaru y para ella
-Señorita Higurashi...Ella se puso de pie al oír su nombre -Ya puede usted irse una patrulla la llevara a su casa... pero debe estar aquí mañana por la mañana- el oficial dijo con tranquilidad mientras la acompañaba a la salida de la jefatura- que tenga buenas noches Señorita- Como el oficial había dicho, el patrullero la había llevado al templo.
Subió con tranquilidad las largas escaleras, Aome vio como Sesshomaru la esperaba bajo el árbol sagrado, se quedó un momento mirándolo en silencio, estaba relajado sus heridas habían sido curadas y su ropa limpia, él estaba ahí tan tranquilo con los ojos cerrados, se preguntó en qué estaría pensando, se dio cuenta de que muy poco sabia acerca del Youkai. Aome deseaba saber cómo Sesshomaru llego a hacer lo que era, las cosas que vivió, las situaciones que presintió, quería saber todo sobre él.
Pero había mucho tiempo para eso.
-¿te quedaras ahí toda la noche?- de repente él dijo sin siquiera abrir los ojos, ella sonrió y se sentó a su lado.
-¿desde hace cuánto lo notaste?- Sesshomaru la miro atrayéndola hacia si con la mano derecha, se dejó llevar y descansar en su pecho.
-Te sentí mucho antes de que llegaras al templo- respondió con calma, la noche se mostró tranquila, el cielo estaba adornado por pequeñas estrellas, la briza soplo y Aome sintió un escalofrió recorrerle el cuerpo, se aferró aún más, Sesshomaru noto que ella tenía frio- será mejor entrar- no dejo que ella se pusiera de pie, sino que la alzo en brazos y de un salto ya se encontraba frete a la ventana de la habitación de la miko, entro y la deposito con gentileza sobre la cama.
Sesshomaru estaba tan cerca, demasiado y Aome no podía ver otra cosa que no fueran aquellos soles brillando de una manera que la hacía sentir tan cálida, con tanta paz, y estaba a punto de besarlo pero un estrepitoso sonido interrumpió el momento, las mejillas de la azabache se tiñeron de rosa-Lo siento no eh comido nada aun - sonrió tontamente mientras sujetaba su estómago hambriento- tu tampoco has comido nada en todo el día, preparare algo.
Pero aunque el demonio no necesitaba comer, podía sobrevivir días o semanas sin probar bocado, podía negarse o simplemente ignorarla como era su costumbre, pero solo asintió Aome sonrió y salió para minutos más tarde regresar con una bandeja repleta de comida, dejándola sobre su mesa de luz-¿puedes creer que mi madre haya preparado tanta comida?- la morena dijo con una sonrisa, mientras tomaba un trozo de carne y lo llevaba a la boca, con un gesto infantil chillo con alegría-¡Esta deliciosa! vamos Sesshomaru prueba un poco...- tomo un nuevo trozo y se lo acerco a los labios-Abre la boca- con un gesto infantil, lo mismo que un bebe aprendiendo a comer se burló logrando que el frunciera el ceño, pero aun así la obedeció-¿y?- curioseo luego de un momento.
-Bueno- el solamente dijo, Aome resoplo en vos baja.
-Sabes Sesshomaru eres muy aburrido, deberías ser más comunicativo...
-contigo de charlatana me es suficiente- la vio arrugar la nariz y mirarlo con enojo.
-Yo no soy ninguna charlatana ¡tú hielo andante!- chillo ofendida, aun así enojada no dejaba de comer, y para su gracia Sesshomaru solo la ignoro-¡Oye te estoy hablan-con un rápido movimiento, robo el trozo de carne que ella iba a comer, sonrió porque eso la había molestado mucho más que el insulto- ¡Pero qué modales tienes¡- ahora estaba enfadada tomando otro trozo de comida-¡No te han dicho que no debes robar la comida de los demás!-Sesshomaru se estaba divirtiendo al hacerla enojar así que no perdió el tiempo en robarle una vez más, esta vez sin comérsela-¡Devuélvemela!- se acercó lo suficiente para quedar a centímetros de su rostro, El enojo de Aome se había espumado con solo ver la mirada divertida que le estaba dando.
-¿lo quieres?-. Pregunto con su mirada fija en los marrones de ella.
-Si...-susurro cautiva.
-Cierra los ojos y abre la boca- con lo evidente de ser una orden, y a ella no le gustaba que le dijeran que hacer, pero fue algo en su vos, aquel tono dulce que la animo a hacerlo.
Más de un minuto paso y la comida nunca llego comenzó a sentirse inquieta -¿Sesshomaru?- llamo como esperando que de una vez lo hiciera, al no escuchar respuesta abrió los ojos, se encontró con el rostro divertido del Youkai, tardo un momento en darse cuento de lo que había pasado- ¡Eres un-- el insulto fue cortado por los labios del Youkai, Aome se resistió pero él la sujetaba por el cuello.
Aome decidió que luchar era inútil, una completa pérdida de tiempo, se dejó llevar poco a poco el beso se volvía más intento, y ahora sus manos estabas aferradas a la esbelta cintura de la mujer, y las de Aome jugaban en la espalda de Sesshomaru, si no fuera por el bendito aire tan esencial para Ella, él no se aparataría.
Volvieron a unir sus labios olvidando todo a su alrededor, cargándola entre sus brazos la llevo hasta la cama, quedando sobre ella, pero sin aplastarla continuo el beso, con su mano izquierda acaricio los escurridizos cabellos azabaches en la frente de la miko, por otro lado su mano derecha recorría las líneas de su cuerpo, Sesshomaru se separó de ella su mirada era intenta, una mezcla de sentimientos ocultos, tantas emociones, para Aome no era necesario que él las dijera, podía verlo en sus soles, tan vivo, brillando solo para ella, únicamente para ella, podía quemarse en ellos, perderse por la eternidad, viviría dichosa con solo ver esos ojos a su lado, mirándola.
Sesshomaru sonrió apenas, estaba demasiado concentrado en admirarla, ni si quiera se animaba a imaginar un día sin poder verla, sin sentirla, sin oler aquellas deliciosa fragancia de la que era dueña, maldición se volvería loco aun si no la escuchara hacer sus berrinches. Era suya, le pertenecía, su esposa la madre de su futuros hijos-Mía...-le susurro y con suavidad deslizo la prenda que cubría su vientre, dejándolo expuesto, Aome se sintió desfallecer cundo Sesshomaru la beso ahí, no hizo un esfuerzo por detener las lágrimas que se acumulaban, lagrimas que fueron quitadas por su demonio, quien las beso y acaricio su rostro.
Aome le sonrió aun con lágrimas en los ojos y dijo: -Te amo Sesshomaru... siempre te amare... y permaneceré contigo todo el tiempo que me lo permitas- para ambos la sola idea de separarse era aterradora, pero Aome necesitaba escucharlo.
-no te atrevas a dejarme mujer o te asesinare- Pudo a verse sentido intimidad e incluso asustada, pero no paso Aome lo miro con una sonrisa en los labios, conocía el carácter de Sesshomaru, jamás le diría cosas cursis, la primera vez que le dijo que la amaba recordaría ese momento para siempre, Su Youkai tenía una manera muy peculiar de decirle que la amaba y la quería a su lado.
-No, no lo haré...- ella finalmente dijo para luego unir sus labios en un profundo beso.
Sintió cada fibra de su ser temblar bajo su mano
Atesoro cada beso, cada caricia.
Se entregaron el uno al otro.
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