Capitulo 19

Capítulo 19

Los primeros rayos de sol se asomaron por la ventana, el aroma a café estaba en el aire mientras tanto Okazaki estaba podía apreciar cómodamente desde el sillón en la sala, contrajo con pereza los músculos de su cuerpo hasta hacerlos tronas, y bostezo.

No había sido una buena noche pero tampoco, la mejor se mantuvo despierto hasta tarde y cundo finalmente logro dormirse recibió una llamada de Kotomi pidiendo su presencia en el hospital, era una gran noticia ya que finalmente Nagisa su amada esposa había despertado, y por fin podría hablar con ella, era una hermosa mañana.

Termino su café y cogió las llaves de su auto, salió con el corazón en carrera hacia el hospital, estaba muy emocionado, nervioso, asustado miles de sentimientos mesclados, como aquella primera vez en que le propuso que fueran novios, o el mismo día en que se casaron.

Paso por un puesto de flores a la orilla del camino y compro un ramo muy hermoso y grande de flores amarillas, su aroma era exquisito, dulzón y tranquilo. A los pocos minutos llego al hospital, Kotomi lo esperaba en la sala bebiendo un café, sobre lo reconoció sonrió y fue a darle los buenos días.

Buenos días Tomoya- saludo la de cabellos morado, sonriendo.

Buenos días Kotomi- respondió de igual forma el- ¿Cómo has estado?

Bien un poco cansada, pero bien ¿y tú?

Estoy bien ¿Dónde está Nagisa?- le pregunto.

La trasladaron a otra sala, la número 142-lo toma del brazo y lo conduce a la habitación-los médicos dijeron que está bien que si sigue así mañana puede irse- se detuvo y le señalo la puerta- está ahí, estuvo esperando por ti, desde temprano.

Gracias Kotomi, yo me quedare con ella tu ve y descansa- le aconsejo y se despidió con un beso en la mejilla.

Cuando la vio ella estaba sentada en la cama, con la bebe en brazos y una enfermera a su lado, la mujer lo vio y se retiró haciendo una reverencia.

Nagisa aún no se había percatado de su presencia, y no dio señal de vida se quedó ahí viéndola como ella acunaba a la pequeña en brazos y tarareaba su canción favorita, sonriendo a la pequeña de grandes ojos.

Dango, Dango, Dango, Dango,

Dango daikazoku Yancha na yaki Dango yasashi an Dango

Minna minna awasete hyaku nin kazoku...

Hum? Tomoya?- él estaba perdido en los grandes y marrones ojos que lo veían con curiosidad, era la mirada más bella que le había dado en su vida... su pequeña era hermosa

Nagisa- reacciono y la miro, ella estaba usando una bata de color rosa pálido, tenía la piel algo pálida y los ojos brillantes, de alegría- ¿Cómo te encuentras?

Estoy mucho mejor, los médicos dicen que si sigo así pronto estaré en casa- respondió ella sonriendo.

Okazaki se acercó a ella la beso en las labios y deposito otro en la afrente de su pequeña- te traje un regalo- le dijo y coloco las flores sobre una pequeña mesita a su lado.

Son preciosas gracias- ella sonrió- Tomoya-kum te ves cansado.

Solo un poco, no es nada de qué preocuparse- el respondió, casi sonrojado, ella era capaz de ponerlo en ese estado con solo decir su nombre de esa manera, cada vez que la escuchaba sentía como miles de burbujas explotando en su interior.

¿Qué sucede Tomoya-kum?- ella lo miraba extrañada, para ocultar su bochorno había agachado la mirada, solo logro que se sonrojara aún más.

Na-nada- y la miro sonriendo tontamente, tomo entre sus manos el rosto de su amada y la beso profundamente, había estado completamente aterrado al pensar que podía perderla a ella o a su pequeña, la sola idea era dolorosa como ninguna otra- te extrañe...

Ahora era ella quién estaba sonrojada, sonrió- Yo- yo también te extrañe...- en ese instante la pequeña, chillo- AH y Ushio también extraño a papá...- el tiempo pareció detenerse al final de la frase "papá", sentía extraño, tenía miedo, era tanta la emoción que no cabía en su pecho..

¿Sería el un buen padre? Solo el tiempo lo diría y mientras tanto disfrutaría cada momento por más insignificante y cursi que fuera, viviría acompañando a las dos mujeres, que más amaba, el cuidaría y las protegería de cualquier peligro.

¿Quieres cargarla?- ella lo saco de sus cavilaciones, tenía la sonrisa tatuada en el rostro, aquel momento ese, instante lo guardaría para siempre en su memoria, la luz que le daban a su vida, su razón de ser.

Si- y la acuno en sus brazos, y confirmo cuando aquellos grandes ojos color chocolate, iguales a los de sus amada, que esa pequeña, sería su más grande debilidad, su sueño, su vida.

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Kagome fue la primera en estar de pie por la mañana, fue de compras y regreso a preparar un rico desayuno para ella y su amado demonio, que seguía durmiendo.

Kagome se preguntó si eso era normal, generalmente era él quien se despertaba mucho antes de que tan siquiera saliera el sol, hasta podía llegar a imaginarlo sin dormir, que solo cerraba sus ojos, pero que estaba alerta a cualquier actividad, Claro eso era diferente porque después de una larga noche de "actividad física", por así decirlo era quizás normal que el demonio, le hiciera competencia a la bella durmiente, soltó una risilla ante el ultimo pensamiento, ya quisiera ver su cara si le dijera eso.

¿De qué ríes?- pego un salto por el susto y mando a bolar la cuchara que tenía en la mano, se giró molesta.

¡No aparezcas así de repente!- lo reto, apuntándolo con el dedo- puedo morir del susto- finalizo y se dispuso a buscar la cuchara.

Sesshomaru solo la miraba como ella anda en cuenquillas buscando aquel objeto, no había sentido el momento en que ella se levantó de la cama, no explicaba porque había dormido tanto, admitió que no era la misma Kagome humana ahora tenía sangre Youkai, sus habilidades y su fuerzas habían aumentado, y claro su apetito sexual también y anoche no fue la acepción.

Ese acontecimiento explicaría tal vez el por qué estaba agotado...

La vio sonreír ampliamente, al hallar lo que buscaba y ponerse de pie, ella apenas si pudo parpadear cuando él estaba enfrente, cortándole la respiración con su sola presencia, la tenía agarrada fuertemente de la cintura.

Tenía esa fría mirada dorada puesta sobre los molestos de ella- ¿Qué crees que haces?- estaba enfadada, pero solo un poco, más le perturbaba que él estuviera tan cerca, prácticamente cocando con cada parte sensible de su cuerpo, urgió en su mente cada tipo de escena para mantener su enfado, pero él estaba demasiado cerca, su boca ¡Ho por Kami que milagros hacía con ella y sus manos! ¡Rayo! No era momento para las fantasías,

¡Ella estaba enojada! Muy enojada

No has respondido mi pregunta- y algo hizo clic en ella, se abochorno tanto que reía de los nervios- mujer- Sesshomaru la callo- ¿Cuándo será el día en que no olvides las cosas?- una de sus garras, se movió hacia arriba, tocando intencionalmente su vientre, Kagome no respiro y lo maldijo internamente, cuando roso su pezón derecho ¡Ho si, el tenia control completo sobre ella, reaccionaba involuntariamente a cada rose, pero no se iba a dejar ganar a que no!

¡No me olvide para que lo sepas!- se defendió frunciendo el ceño- solo no te preste atención, My Lord- arrastro las últimas palabras cargadas de sarcasmo, quería que se alejara o no aguantaría mucho tiempo, las ganas de tirársele encima.

Pero él sonrió, para desgracia de ella.

"¡Maldito!" ella pensó, Sesshomaru no era ningún tonto y sabía perfectamente que pretendía.

Acaricio su cuello y le hablo seductoramente al oído-Puedo oler tu deseo hacia a mi ¿Por qué intentas ocultarlo?

Ahora estaba más roja que un tomate, se había olvidado de su olfato.

¡Perro tonto!- bufo, al verse atrapada.

Eso demuestra que si eres olvidadiza- ella no respondió, pero si deseo que de sus ojos salieran rayos y así lo fulminasen- tonta.

Ahora tenía los cachetes inflados y colorados, era gracioso y tierno a la vez, verla así. Ella siempre lo divertía, lograba ponerlo feliz en cuestión de minutos. La atrajo hacia sí y la beso, Kagome se abrazó al, y profundizo el beso, hasta que se quedaron sin aire.

Debo terminar el desayuno- ella dijo y el asintió, espero cómodamente hasta que ella terminase.

De repente sintió algo como un fuerte mareo, lo ignoro. Se dio cuenta de que ella le hablaba pero no podía escucharla, leyó sus labios "Café", el solo asintió, le preocupaban estos síntomas, pero menos quería preocuparla a ella, él era fuerte y podía superar cualquier tipo de enfermedad o malestar que tuviera, la taza humeante con aquel liquido fue puesto ante él, abrió los ojos en sorpresa, "Que Demonios me pasa" no podía ¡rayos el no sentía el aroma a café!

Sesshōmaru te encuentras bien?- ella pregunto, pero él no levantaba la mirada de la taza- ¿pasa algo malo con el café?- fue cuando noto, que las garraras de sus manos estaban perforando su piel y se estaba desangrando,- ¡¿Sesshōmaru qué ocurre?!- grito y se colocó a su lado.

La vos de Kagome sonó, como si fuera un murmullo, era obvio que algo estaba mal, todo sus sentidos le decían que se aleje, que huya, pero su maldito cuerpo no respondía.

"¡huye! Kagome vete de aquí"- el intentaba decir algo, mover los labios pero no las palabras no salían de su boca. La vio a los ojos suplicantes que entendiera su mensaje "vete de aquí"

Ella negó, lo tomo del rostro y le hablo -"No te dejare solo"- las lágrimas corrían por su mejillas, instintivamente lo abrazo cuando las puertas de la casa fueron echadas a bajo,

No sabía lo que pasaba pero protegería a Sesshomaru bajo cualquier costo, un total de seis monjes aparecieron frente a ella todos con túnicas negras, y adornos en rojo, cada uno poseía un rosario.

Ella ya estaba llorando Sesshōmaru, estaba a punto de perder el control estaba furioso, si se atrevían a tocarla mataría a cada uno de ellos sin piedad, temblaba de impotencia al no poder moverse y de rabia cuando uno de ellos, la tomo de los cabellos, alejándola.

Podía ver el miedo en su mirada, como ella repetía su nombre en auxilio, mientras la arrastraban fuera. Uno de los monjes, camino hacia él y le coloco un collar, como el de Inuyasha.

De un momento a otro él se puso de pie, pero no bajo su control, y comenzó a caminar a la salida, salieron del templo y se subió a una vagoneta, una vez dentro perdió todo conocimiento de lo que pasaba a su alrededor.

(NA: recuerden que él no podía oír, oler, ni moverse por sí mismo)

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Cuando la noticia les fue dada, Sudou y Tau utilizaron el helicóptero de la compañía para llegar hasta las montañas, allí ya estaban los capturados, la humana por un lado y el demonio por el otro siendo custodiado, por los 6 monjes, lo metieron dentro de un campo de protección trazado en el suelo, con velas y huesos de sus antepasados Houshis.

¿Qué ha sucedido?- pregunto Sudou al Houshi encargado

Nada ah estado así desde que lo trajimos- respondió uno de los monjes, viendo al demonio sentado como indio y de ojos cerrados- no ha intentado nada.

No se confíen de seguro está planeando algo- respondió Sudou- Tau informales a los demás, que vengan de inmediato.

Si- respondió el nombrado y comenzó a realizar un par de llamadas.

Lo quiero, en el laboratorio ahora- ordeno a los monjes, estos se pusieron alrededor de Sesshōmaru.

"Camina"- hablo uno de ellos, y así lo hizo se puso de pie, saliendo de la habitación.

Las puertas se abrieron dándoles paso, cuando ingresaron, vieron todo tipo de objetos, cuchillos pinzas, cierras y una enorme maquina puesta en el medio, lo que parcia ser una cámara, con un extraño conducto de cables.

"Desvístete y Entra"- Sesshomaru, así lo hizo y los dos científicos que allí estaban, se acercaron cautelosamente a él, para conectarle los cables, una vez terminado cerraron la capsula.

Esto demorara un nos segundos- informo uno de los científicos, activando la capsula desde la computadora. La cabina en el interior donde está el demonio comenzó a llenarse de un líquido amarillo, hasta cubrirlo por completo- listo, el procedimiento es muy simple de esta forma podremos extraer el veneno, sin correr riesgos- comento uno d los médicos.

De todas formas, no estoy muy seguro así que uno de mis hombres se quedara-señalo al monje que controlaba el collar- aquí los demás, procuren que ningún extraño entre- los cinco demás salieron.

Ya vienen en camino- dijo Tau, guardando el móvil en el bolsillo- Sudou quiero ver a la niña- sonrió y salieron de ahí.

Kagome estaba encerrada en una habitación, con dos hombres custodiándola, quizás fue suerte pero se encontraba lucida, llorando y muerta de miedo por Sesshomaru, quería saber dónde como estaba si esos raros monjes le habían hecho daño, quería estar con él a su lado cueste lo que cueste.

Deseaba verlos, y si ese era el fin de los dos, yacería a su lado.

Vaya, vaya- se escuchó una vos desde la entrada, ella se puso de pie al instante- así que tu eres Kagome

¿Dónde está Sesshomaru?- grito, deseaba ahogar con sus manos a ese hombre, pero no podía.

Tranquila él está bien, está siendo atendido por mis científicos- respondió Tau

¿Por qué hacen esto? ¿Quiénes son ustedes?- ella se acercó a él, y este no se inmuto, pues no le aria nada, ella estaba esposada.

Soy Tau y ese de allí- señalo al hombre tras de el- es Sudou, ambos descendientes, de un grupo de Sacerdotes Ninjas-ella se imaginó que clase de monjes torturaban a criaturas- hicimos un pacto con la diosa Denix,-ella conocía la historia de la Diosa, gracias a un informe que realizo en la escuela, se decía que era muy poderosa y sanguinaria con todos los demonios que vivían en la tierra- para acabar con la última de las razas demoniacas de todo el reino japonés, hace tiempo escuche que a través de un portal mágico- de inmediato se imaginó el pozo devora huesos- los seres malignos podían llegar a nuestro mundo lo creía estúpido hasta que te hallamos a ti y a tu esposo mutante, créeme que fue una afortunada coincidencia-dio una vuelta alrededor de ella, inspeccionándola detalladamente, era perfecta y hermosa- vaya ese demonio tiene buen gusto- le dijo haciendo estremecerla, la acaricio desde la cintura hasta el cuello, Kagome tenía ganas de abofetearlo y escupirlo en la cara, pero se contuvo apretando con fuerza la mandíbula.

Deja de jugar Tau- le advirtió, Sudou- los demás ya llegaron, podrás divertirte con ella luego- el nombrado la dejo, y Kagome suspiro aliviada.

Que hombre tan repúgnate- dijo, pero ya la habían dejado sola, La habitación estaba amueblada con una mesa y sillas en madera, un pequeño mueble con algunas prendas de vestir, colgaban cuadros de las paredes, tenía una cama repleta de almohadas y un baño, en otra habitación.

Se recostó en la cama abrazando con fuerzas la almohada-Sesshomaru, resiste Kamisama por favor protégelo.

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La reunión estaba por comenzar, ya Tadashi, Kenshin, Sudou y Tau estaban reunidos, los recién llegados estaban al tanto de la situación, habían capturado a un demonio de sangre pura que estaba en compañía de una humana. (NA: no saben que es Kagome. H)

Tendremos el control de los gobiernos- anuncio Tau- con ese veneno podemos crear armas de destrucción masiva- dijo sonriendo mientras prendía un cigarro- sabes cuánto poder tendremos.

Pagaran millones para no ser destruidos- continuo sudou- ciudades enteras arrasadas, miles de víctimas inocentes, podrían morir, si no nos pagan.

En ese momento un monje, con el signo de la estrella, grabado en la frente, se hizo presente, llevaba puesto una vestimenta idéntica a la de Miroku con un báculo incluido con el mismo signo.

Los cuatro hombres se pusieron de pie e hicieron una reverencia- su inminencia- saludo, el monje solo asintió.

Es un placer tenerlo con nosotros después de tantos años- Tadashi fue el primero en hablar.

Sí, es un honor verlo- siguió Tau

Al grano, que mi tiempo es sagrado- corto con vos calma y el rostro inexpresivo el monje- ¿o solo me han llamado para saludarme?- pregunto con un tinte de ironía en su vos.

Claro que no su inminencia tenemos algo que mostrarle, créame que no ha perdido su tiempo- Se apresuró a decir Sudou.

Hace mucho tiempo creíamos que nuestros ancestros habían acabado hasta con el último demonio sobre la tierra-fijo su vista sobre el recién llegado houshi-pero hoy a más de 500 años, sabemos que no es verdad.

¿A qué te refieres con eso?- pregunto intrigado el monje.

Nosotros su inminencia hemos capturado a un demonio vivo- Anuncio Sudou con la mirada seria, la sorpresa no se hizo esperar.

¡¿Cómo?¡- pregunto sin poder creerlo- eso es imposible.

Es posible y está aquí con nosotros, en nuestro laboratorio.

Muéstramelo- ordeno el monje.

Me preguntaba cuando diría eso, su excelencia- sonrió Tau- caballeros por aquí- los condujo por un pasillo hasta llegar al laboratorio.

Sesshomaru se encontraba inconsciente aun dentro de la capsula, llena de agua. Los rostros se llenaron de admiración, al verlo excepto el del monje que se mostró más serio y pensativo de lo normal, se fijó específicamente en las marcas y que cubrían toda su cuerpo, un ser perfectamente creado y hecho para matar, para sobrevivir miles y miles años de luchas, saqueando y destruyendo poblaciones enteras.

No es posible- murmuro con un poco de miedo en su voz que de inmediato fue captado por sus acompañante- Es un Inu Youkai...

Si, así es, un auténtico demonio perro excelencia- confirmo de cierta forma Tau.

¡Acaso no ves lo que tienes aquí!- alzo la vos el monje- Es un demonio de la realeza.

¡Mendiga suerte la nuestra!- exclamo feliz Tadashi.

¡Tontos no comprenden, este demonio nos traerá desgracias deben matarlo ahora!

Esta, todo bajo control no hay manera de que salga.

Y si lo hace, los monjes se encargaran- Anuncio Tau.

A el monje negó varias veces antes de continuar- ya hemos luchado contra el

¿Qué dice?- preguntaron sorprendidos.

En el pasado, ya nos hemos enfrentado a esta raza, y no han poder que lo detenga, por eso debe ser destruido de inmediato.

Pero ahora es distinto tenemos armas capaces de destruirlo- aporto Tadashi.

Kenshin había permanecido en silencio todo ese tiempo dijo:- su excelencia, quizás estoy errado espero y sea así, pero –miro el rostro de Sesshōmaru-¿es esta criatura familia del gran demonio Inu No Taisho?.

Si, Él es su hijo- respondió, cerrando los ojos, recordó aquella historia que se padre le conto el cómo miles de mojes intentaron detenerlo pero fue en vano, mato a cada uno de ellos como si fueran moscas- si esta criatura despierta será vuestro fin.

Ahora los rostros de todos estaban pálidos.

Pe- pero nosotros tenemos algo que el quiere- soltó Sudou- tenemos a la chica.

Chica- repitió Kenshin- ¿Qué chica?

Cuando lo atrapamos, estaba en compañía de una mujer, al parecer ahí cierto lazo afectivo entre ellos-respondió Tau- ahora está encerrada en las habitaciones del fondo.

Llévame con ella- exigió el monje- necesito comprobar algo.

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Kagome dio vueltas como un león enjaulado ideando algún plan para escapar de ahí y llevarse a Sesshomaru, recordó sus palabras ahora ella también tenía sangre Youkai, así que su fuerza era más, practico un par de veces dando patadas en el aire, corriendo de una esquina a la otra, y debía de admitir que se sentía bien, la sangre y sus poderes de Miko compaginaban perfectamente.

Las puertas se abrieron y ella se tiro de aveza a la cama disimulando estar dormida.

¿Es ella?- 'pregunto el monje, Tau asintió y los demás esperaron afuera- niña levántate, sé que no estás dormida- ordeno el monje, Kagome se puso de pie mirando al sujeto extraño frente a ella

¿Quién eres tú?- ella pregunto.

Mi nombre no es importante, aquí lo primordial es que me digas ¿Qué tipo de relación tienes con ese demonio?

Eso no es de su incumbencia- lo desafío, con la frente en alto-¡Quiero ver a Sesshōmaru ahora!- la exigencia salió a flote y el monje saldo todas sus dudas en ese instante, se acercó a ella, y entonces lo vio la pequeña media luna en su cuello, estratégicamente oculta por su cabello azabache.

No es posible- lo escucho decir, y se alejó de ella como si fuera venenosa- acaso tú y el, compartieron lazos de sangre- el silencio de ella lo confirmo- Pero eres una miko, puedo sentir tus podres.

Si lo soy, amo más a Sesshōmaru que a mis poderes- respondió ella, imaginando lo que este intentaba decirle, la absurda idea de que un demonio y una miko, no era posible- y él también me ama.

Jovencita este ten siega por ese ser, que te impide ver la realidad- fueron las palabras que este le dijo.

No me crea ingenua sé muy bien lo que esta unión implica- respondió con firmeza- ahora si me disculpa quiero ver a Mi Esposo- demando, la mirada de la miko era decidida y fría, como ninguna otra.

El monje se mantuvo en silencio un minuto, antes de hablar:- ¿realmente es lo que quieres para ti?

Kagome se sorprendió.

Como será tu vida? Tus hijo, serán Hanyous excluidos por la sociedad, comprende niña que aquí no hay lugar para seres como el... es un asesino por sus garras corrieron miles de vidas inocentes, no importaban si eran mujeres o niños, para ese monstruo no importa nada más que asesinar...

No-La molestia no se hizo esperar en ella, su instinto por proteger a su amado salió a flote- Sesshomaru no es así...

Lo es, y lo sabes, ha matado a miles de personas- ella lo miro porque bien conocía aquel oscuro pasado, el monje no desaprovecho aquella duda- sabes que cuando estas preñada- eso atrajo su atención- hay una alta posibilidad de que mueras en el parto-los ojos de Kagome se aguaron, ella quería vivir con sus hijos junto a ellos- y que ese ser abandone a tu hijo a su suerte.

Ella quedo en silencio, si bien existía aquella posibilidad de que muriera, no era lo que le perturbaba, sino la idea de que Sesshomaru abandonara a su propia sangre...

Te imaginas un pequeño solo, sin que nadie lo proteja seria víctima de maltratos, e inclusive de encontrar la misma muerte- y él ya estaba seguro, que esa joven pronto dejaría todo atrás.

"Sesshomaru nunca lo abandonaría, no el no- entones las historias que Inuyasha llegaron a su mente- pero él nunca se ocupó por cuidar a Inuyasha...- se imaginó las incontables veces que su amigo tuvo que ideárselas para sobrevivir a los ataques, a las veces que lloro por no tener a sus padres- Sesshomaru abandono a Inuyasha"- Kagome ya estaba llorando...

Pequeña tu no debes pasar por todo eso- el monje dijo- ese ser te traerá sufrimiento a ti y a tus pequeños.

"mis pequeños"- pensó e intuitivamente se llevó las manos a su vientre,(NA: aun esta esposada) se imaginó un hermoso niño como Sesshomaru, el bello ámbar en sus ojos, su pelo plateado, y la luna en la frente.

El monje inspecciono cada movimiento que ella hacía, se percató de algo curioso, que siendo una sacerdotisa no sintiera los cambios en su aura-"que tonta, ella no sabe que lleva un vástago en su vientre", sonrió ante eso quizás las cosas no estarían tan mal después de todo- niña acompáñame. Te llevare con él.

Kagome solo asintió y siguió en silencio al monje, al cruzar la puerta los ojos de cuatro hombres fueron puestos en ella, atraídos no solo por su belleza, llevaba puesto un vestido color azul y detalles en blancos, su cabello esta suelto y el rostro lo tenía natural, cuando irrumpieron en su casa ella estaba de la misma forma, sin duda era una mujer que con su andar transmitía serenidad, fuerza, seguridad y sobre todo temor, tan pequeña criatura ¿Cómo era posible que despertara tales sensaciones en los hombres?.

Kenshin la reconoció al instante, era Kagome su paciente, entonces ella estaba involucrada sentimentalmente con ese demonio. "Claro ahora lo recuerdo, ese sujeto que vi aquella vez, es ese demonio ¡Rayos como pude ser tan ciego!"- pensaba alterado, ahora que sabía la verdad, estaba en duda ¿en verdad quería lastimarlos, a él a ella?-"Necesito hablar con Kagome, cuanto antes"

El no sentía nada, sus brazos, las piernas, todo estaba tan pesado que apenas si intentaba abrir los ojos, era misión imposible, y por suerte habría recobrado su sentido de la audición y el olfato, los sujeto hablando a su alrededor le habían dado más que suficiente información "ilusos"- pensó, por creerse dioses en su intento por controlar su veneno "no será más que un simple liquido una vez que salga de mi cuerpo"- y sonrió mentalmente por eso-"solo yo puedo controlarlo"-a desde ya, que era un veneno poderoso pero solo serbia, con un cuerpo portador, en este caso el, además la sangre Youkai que por el corría lo hacían aún más complicado, les tomaría años poder controlarlo, y era un más inútil si solo utilizaban una porción de su cuerpo y sangre, para que el toxico funcione, lo necesitaban vivo.

Si querían su veneno, lo tendrían porque en cuanto recupere el control de su cuerpo saldría de esa caja y los mataría una por uno, si tan si quiera se atrevieron a tocar a su mujer, a hacerle algún daño lo pagarían muy caro, Kagome era su más grande tesoro y la cuidaría así tuviera que morir por ella.

El científico lo observo, había notado ciertos cambios celulares en el computador, pero él seguía como estaba, en un aparente estado vegetativo, se acercó hasta quedar cara a cara con él.

Podía sentir a un humano al frente, y las ganas por atravesar con sus garras no se hicieron esperar, apenas si pudo mover su mano derecha, esta acción no fue vista por el hombre.

Golpeo el vidrio esperando alguna reacción, y espero.

El sonido retumbo en sus oídos, sumamente molesto, abrió los ojos y el pobre doctor cayo de trasero al suelo gritando del espanto.

Me vio!

De inmediato su compañero y el monje que controlaba el collar estaba frente a él, Sesshomaru mantuvo sus ojos fijos en la nada, y a la vez viendo todo.

El monje se acercó y lo miro pero él no reaccionaba ni si quiera parpadeaba, si quería salir cuanto antes debía hacer bien las cosas.

Quizás fue un acto reflejo, es muy común después de pasar tanto tiempo inmóvil- comento su científico ayudante- ya nos ha pasado en otros casos, aparenta estar despierto cuando en realidad no.

Si es verdad, ahora lo recuerdo, perdón por el alboroto- respondió el avergonzado, mientras se ponía de pie, aquellas palabras convencieron al monje y se alejó de ahí para que siguieran trabajando.

Sesshomaru hizo una nota mental de agradecer al ser divino que le estaba dando una mano, sus pensamientos se fueron al tacho cuando la vio entrar y correr a su lado abrazar aquel maldito aparato.

"Kagome", pensó y dio gracias al cielo porque ella estaba bien no tenía ningún daño.

Sesshomaru- susurro y acaricio el cristal, podía ver los hermosos ojos de su amado que le hablaban, el estaba bien y la escuchaba, ella sonrió por eso, "de todas estas personas soy la única que lo entiende"

¿Qué ha pasado por que está despierto?- pregunto alterado el monje

No lo está señor, el demonio aun esta inconsciente lo que ve ahí es un acto reflejo, le pasa a todos después de un tiempo- le aclaro el científico, el monje dudo unos segundos antes de asentir.

Creo que ya es suficiente- se dirigió a Kagome.

Solo un minuto más por favor- suplico ella, viéndolo con ojos al borde de las lágrimas.

De acuerdo solo un minuto- respondió y la dejo sola para hablar con el otro monje.

Sesshomaru te sacare de aquí- dijo ella- debes resistir por mí y por nuestros pequeños- ella lloro y beso el cristal- perdóname por no darme cuenta antes- Sesshomaru movió otra vez la mano, sonrió por eso- tan bien deseo abrazarte...

Él no podía creerlo, su Kagome estaban esperando cachorros, frutos de su amor, quería tocarla, abrazarla y jamás soltarla, llenarla de besos, demostrara cuan feliz estaba de recibir esa noticia, aunque fuera la peor de las situaciones, una razón más para escapar y llevársela lejos, de todo estos malditos.

"Cachorros", llevo su mirada a la hermosa figura de su mujer, los cambios aun no era notorio, pero con el pasar de los días, se verían era una desventaja-bajo esa circunstancia- que los embarazos Youkais se desarrollaran en menos tiempo que los de humanos.

Un aroma peculiar toco su nariz, ella estaba triste "¿Qué sucede?" le pregunto viéndola a los ojos, Kagome se secó las lágrimas antes de hablar.

¿Si yo muero cuidaras de nuestros hijos?- la pregunta lo golpeo tan fuerte que si no hubiera estada encerrado, hubiera retrocedido por el espanto.

Los ojos de Kagome estaban fijos en él, esperando de cierta forma una respuesta.

"tonta jamás te dejare, ni a ti ni a ellos"- él estaba serio, podía notar el enfado en sus ojos por lo estúpido que a pregunta sonaba, no pasó desapercibido aquel brillo dorado que llenaron sus ojos, él estaba feliz, y Kagome no debía dudar de eso y mucho menos de él. No debía creer en las artimañas de ese monje.

Es suficiente- anuncio el monje llegando a su lado, tomo a Kagome del brazo y la llevo saco de ahí.

Sesshomaru saldría de ahí cuesto lo que cueste.

Continuara...

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