ᴇxᴛʀᴀ ᴜɴᴏ.
Narrador omnisciente
Ya habían pasado dos años desde que Joel y Romina no se veían, el la siga amando y ella tambien, cuando estuvo en españa tuvo una relación con Lucas, pero solo duro seis meses ya que ella aún no podía olvidar a Joel, el chico que ella amaba.
Romina hace un año tuvo contacto con los chicos, ellos sabían donde ella estaba, y el habían pedido varias veces que ella regresara con ellos, sin embargo ella se negó.
Ellos aceptaron su decisión, ellos no se habían visto ya que ella estaba muy ocupada y ellos tambien, se habían encontrado muy ocupados.
Solo estaban en contacto por mensajes, llamadas y videollamadas.
Romina se encontraba en su oficina revisando unos papeles cuando tocan la puerta ella suelta un respingo ya que se encontraba muy ocupada y la estaban molestando.
- Adelante -Contestó de mala gana.
La puerta se abre dejando ver a su secretaria.
- Disculpe que la moleste señorita pero llegó esto para usted -Dijo un poco tímida.
La chica alzó la ceja con confusión, la chica se acerco y le entrego un sobre.
- Gracias, puedes retirarte -Sonrió ya que se había dado cuenta qué se había portado un poco grosera y ella no era así.
La secretaria asintió y desapareció, dejandola sola, ella abrió el sobre y sonrió al darse cuenta de que era.
Era la invitación de la boda de su hermano con su mejor amiga, era dentro de un mes y claro que iría por nada del mundo se perdería la boda de su hermano.
Se iría antes a Miami, para pasar tiempo con ellos ya que los extrañaba.
Llamó a su secretaria y le pidió un boleto para Miami, se iría mañana.
Narra Romina:
Me encontraba terminando de revisar los papeles, quería terminar todo los pendientes que tenía para poder irme tranquila.
Quería tener un mes de tranquilidad, ya me hace falta, trabajo día y de noche unas vacaciones no me caerían nada mal.
- ¡Hey chicas! -Salude con una pequeña sonrisa mientras las miraba entrar a la oficina.
- Romis. -Dijo Emma mientras se sentaba en una de las sillas de mi oficina.
- ¿Como estas? -Me saludo Helen con un beso en la mejilla.
- Muy bien y ustedes.
- Bien -Respondieron al unísono.
- Chicas, viajare a Miami.
- ¿Cuando? -Preguntó Helen.
- Mañana por la mañana.
- Romina, si recuerdas que allá se encuentra tu ex, al que sigues amando?
- Yo no lo sigo amando, el es mi pasado, aparte el me hizo mucho daño ¿Lo recuerdan?
- Si, pero que tal si cambio, supongamos que te pida perdón ¿Lo perdonarias?
- No se Emma, el me dijo que ya no me amaba, el dijo que amaba a Emilia, dudo que no sigan juntos, en fin son tal para cual.
- Estas celosa de ella?
- No, nunca le tendría celos a ella.
- Y si el sentimiento que dices tú que ya murió, que tal si lo miras y vuelva a renacer.
- Chicas no me hagan dudar de lo que siento por el, ya no lo amo -Susurre, intentando convencerme a mi misma.
- Ahora creetelo -Habló Helen.
- ¡Ya! -Dije irritada.
Ella rieron, mientras yo las miraba mal.
- Mejor me voy, tengo que arreglar mis maletas.
- Te acompañamos. -Contestaron ambas.
- Bien, vamos.
Tome mi bolsa y salimos de la oficina comenzamos a caminar hasta el ascensor mientras presionaba el botón del último piso, al llegar salimos y caminamos hasta el estacionamiento.
Cada quien tomo su auto y media hora después llegamos a mi departamento, comenzamos a guardar todo, ella se fueron dejandome sola.
Tome una ducha y coloque mi pijama, me acosté en la cama mientras pensaba en lo que ellas me dijieron.
¡No, nada ni nadie me hará dudar de lo que siento por Joel, yo ya no lo amo!
Caí en un profundo sueño de tanto pensar, al día siguiente desperté gracias a mi alarma, me arregle y desayune un licuado, lave mis dientes y tome un uber pidiéndole que me llevara al aeropuerto.
Después de que revisaron mis maletas y a mi, escuche mi vuelo así que comencé a caminar hasta la puerta de abordar, después de varias horas llegue.
Al salir del aeropuerto tome un uber y le di la dirección, de la mansión, tal como lo recordé, después de media hora llegamos le pague y baje, la habían pintado y le pusieron muchas flores enfrente, se miraba muy bonito.
Camine hasta la entrada y suspire, estaba temblando y mis dedos sudaban, como pude presione el timbre.
- ¡Romina! -Dijeron al momento de abrir la puerta, una sonrisa apareció en mi rostro al ver a Chris.
- ¡Christofrente! -Dije emocionada y me lanze a abrazarlo.
- Jamás pensé decir esto, pero extrañaba que me dijeras así.
Reí y deje un beso en su mejilla.
- Te extrañe -Dijo nuevamente.- Mucho -Susurro.
- Y yo a ustedes.
- Ay pasa -Se hizo a un lado mientras tomaba mis maletas y entrábamos a la mansión.
- ¿Que hacias? -Le pregunte.
- Terminando de comer -Sonrió.
- Ya veo. -Me burle, al darme cuenta que tenia ketchup en la mejilla.- Tienes manchada la mejilla.
El tomo su mano y la paso por su mejilla mientras la quitaba, lo mire raro y el rió.
- Lo siento. -Se quedo callado.- ¡CHICOS! ¡CHICOS BAJEN A VER QUIEN LLEGO!
- Pobre de ti, que sea la loca de Emilia -Grito Joel, lo cual no pude evitar reír.
- ¿Terminaron? -Le pregunte, el asintió.
- Hace casi dos años, solo duraron como cinco meses, pero ella lo busca todo los días, para pedirle que regrese, esa chica si que esta loca, ni lo ha superado -Yo solo volví a reir.
- ¿Qué paso? -Se escucho la voz de Joel, voltee y venían bajando todos.
Al verlo nuevamente, sentí muchos nervios, estaba más guapo y se miraba mucho más maduro.
Ay pues obvio Romina, ya pasaron dos años.
No podía dejar de mirarlo, hasta que sentí un codazo, mire rápidamente mal a Chris.
- ¡Hermanita! -Grito Erick mientras se acercaba a mi y me abrazaba.
- ¡Erick! -Sollocé lo había extrañado tanto.
- ¿Como has estado? -Acaricio mi mejilla.
- He estado bien y tú?
- Ahora que te veo estoy mucho mejor.
Yo solamente sonreí y lo abracé mucho más fuerte.
- Erick, ya sueltala nosotros también la queremos abrazar -Se quejo Richard, Zabdiel rió y le dio la razón.
- Romi, es mía de mi.
Yo solo negué, el me soltó y dejo un beso en mi frente.
Mire como Richard y Zab me abrazaban.
- Los extrañé mucho chicos. -Susurre.
Ellos se separaron y dejaron un beso en mi frente.
Mire a Joel que me miraba fijamente y no pude evitar sonrojarme.
- Iré a mi cuarto.
- Esta bien -Sonrieron.
Intente tomar mis maletas cuando mire una mano llena de anillos y pulseras, la reconocí rápidamente.
- Te ayudo -Dijo Joel mientras tomaba mi maleta y subíamos.
Realmente me sentía nerviosa y incomoda, no se que vaya pasar allá arriba.
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