Capítulo 6: El consultorio de Hades
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Capítulo 6: El consultorio de Hades
Su consultorio quedaba a unas cuadras, tomé mi teléfono rápidamente y llamé a su consultorio, pero no contestó, me imaginaba que a esta hora estaba cerrado, pero ante mi desesperación recordé que él había dado un número de contacto en clase, no quería, pero lo necesitaba. Repicó dos veces y entonces escuché:
—Parker.
Su voz me hizo tragar pesadamente saliva, siempre era profunda y hacía que los vellos de mis brazos se erizaran.
«Actúa tranquila, Nube».
—Doctor —aclaré mi garganta—, mi sobrina acaba de dislocarse el hombro, su consultorio es el que me queda cerca, ¿está trabajando?
Una breve pausa y entonces dijo:
—Señorita, Queen —dijo pareciendo algo sorprendido, me di cuenta de que yo no me había identificado.
Qué vergüenza.
—Disculpé la hora —continué—, estoy desesperada.
Erin no paraba de llorar, me imagino que él podía escucharla.
—Estoy en el consultorio —dijo—, puedes venir.
Me aliviaba escuchar eso de la misma forma que me asustaba verlo otra vez.
—Estaré en 10 minutos.
Colgó.
«Ay santas vacas».
Me apresuré a colocarme unos deportivos y cargué a Erin quien no paraba de llorar, corriendo por las calles de la ciudad como una completa lunática desesperada. Llegué al consultorio en menos de 8 minutos y subí rápidamente al consultorio de pediatría de doctor Parker, ahí estaba la secretaria ahí, una mujer madura de lentes que parecía un poco severa.
—Hola —dije angustiada—, llamé al doctor Parker y me dijo...
—Sí —dijo la secretaria como si ya estuviera al tanto mirando a la niña en mis brazos que no paraba de llorar— pase adelante.
—Gracias —dije y entré al consultorio quedándome un poco contrariada cuando lo primero que mis ojos vieron fueron al doctor Parker ahí de frente, él estaba sentado sobre su escritorio, lucía la bata blanca dándole un aire completamente atrayente de dios del Edén, cuando sus ojos dorados se cruzaron con los míos tragué en seco percibiendo todo eso que me hacía sentir con solo mirarme.
«El libro Nube, ¡recuerda el libro que leíste! no debes mirarlo».
Evité mirarlo, de esa forma recordaría actuar como una persona y no como una completa descerebrada frente a él.
—Se resbaló y dislocó el hombro mientras saltaba —le informé colocando a Erin sobre la camilla, ella seguía llorando.
Hades se acercó a nosotras examinando el brazo de Erin y me dijo:
—Espera allá por favor —señaló la silla frente a su escritorio.
—¡No tía Esponja! —gimió Erin—, ¡no me dejes!
—Estoy aquí —no me fui, ni pensaba moverme, solo le agarré la mano del brazo que no estaba herido de Erin para darle fuerzas.
Hades no dijo nada, pero percibía su mirada sobre mí al ver que no le hice caso.
—A ver —dijo el doctor Parker restándole importancia, examinando el hombro de Erin—, sí, está dislocado —sujetó el pequeño brazo en dos sitios específicos y le dijo a Erin: — Mira hacia allá.
—Mírame princesa —le dije a Erin para ayudar al doctor—, al salir de aquí iremos por un helado, ¿de qué lo quieres?
Erin pareció pensarlo cuando de repente Hades lo jaló haciendo que Erin soltara un grito y entonces lo acomodó, Erin se calmó casi enseguida, aunque algunas lágrimas seguían desbordando por los costados de su rostro.
—¿Cómo te sientes? —pregunté.
—No me duele. —dijo Erin.
Bueno, escuchar eso era un completo alivio.
Me giré hacia el doctor Parker.
—Muchas gracias y perdón por el improvisto... —me atreví a mirarlo y me di cuenta de que él me veía fijamente con una sonrisa entretenida de esas que marcaban sus hoyuelos— ¿Qué?
—Lindas orejas —dijo—, conejita.
Sentí sonrojarme con fuerza al escucharlo decir tal cosa porque lo dijo en un tono bajo y con voz rasposa que me erizó la piel, parecía sugerente.
«Tu solo piensas en sexo, Nube, él solo está bromeando».
Maldita sea.
Evité nuevamente mirarlo, no recordaba el cintillo de orejas con luces sobre la cabeza, incluso todo mi rostro estaba aún lleno de ese maquillaje de guasón que me hizo Erin en la casa.
Qué vergüenza con el doctor Papito que me viera en estas condiciones.
«No, recuerda, autocontrol, dominio de tus emociones, Nube, él no puede ser el centro de tu atención».
—¿Cuánto le debo? —pregunté hablándole con respeto para marcar cierta distancia— Ni siquiera pregunté cuanto es la consulta.
—No estoy cobrándote —dijo.
Ay no...
Empezábamos mal si no iba a dejar que le pagara.
—Pero déjeme pagarle, doctor Parker —dije bajando a Erin de la camilla, menos mal que tenía la rara costumbre de meter unos billetes en todos los zapatos para atraer la buena suerte, o al menos eso decía mi abuela, desde que ella murió siempre lo hice para de alguna forma mantenerla viva.
—Salgamos.
Me volteé hacia él, no había querido mirarlo al rostro, pero ante semejante propuesta no tuve opción, tenía que verlo para ver si hablaba enserio y para mi sorpresa sí lo hacía, me hablaba muy enserio a juzgar por su rostro fijo en mí esperando una respuesta.
—¿Una salida? —repetí.
Él no flaqueó su mirada ni dudó.
—Vamos por un helado. —continuó él.
—¡Sí helado! —dijo Erin saltando en su lugar.
¿Qué tan raro podía ser que el hombre que lograba dejarme la mente en blanco con solo una mirada me invitara a salir?
Pero no.
Según el libro que leí, necesitaba simplemente ignorarlo hasta que simplemente lo olvidara y las emociones comenzarían a menguar.
—Eso no me parece apropiado —dije frunciendo débilmente el ceño—, eres mi profesor, no tendría nunca nada con usted, eso incluye una cita.
Por primera vez noté una expresión en su rostro que no era de comodidad y altivez, como si procesara lo que había acabado de decirle; no.
—¿Cómo? —dijo pareciendo ligeramente desestabilizado— ¿Estás rechazando mi invitación?
Bueno, sí, eso era exactamente lo que hacía.
—Lo siento —dije sacándome el zapato y tomando el billete de 20—, pero si está acostumbrado a salir con sus estudiantes, yo no soy así.
Él parecía aun pasmado.
—¿Usas tu zapato como monedero? —dijo sin salir de su incredulidad.
No le hice caso, solo me volví a colocar el zapato y coloqué el billete probablemente con olor a mis pies sobre su escritorio.
—Feliz noche, doctor Parker. —me limité a decir.
Cargué a Erin en mis brazos para salir de consultorio, ella me decía que quería helado de fresa y luego me comentó que el doctor era muy lindo, no le respondí solo me enfocaba en caminar sintiendo la mirada de Hades Parker a mis espaldas mientras me alejaba.
Pero esto era lo mejor, había algo en él que me inquietaba y me hacía molestar conmigo misma, porque todo mi cuerpo reaccionaba a su alrededor en un mar de emociones turbias.
En este punto no me había dado cuenta de que al rechazar a alguien que le gustaban los retos, no era buena idea, porque nunca se daban por vencidos, sino que les atraías aún más.
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AAAAAAAAAAAAAAAAAHAHH xD Dios mio, no saben cuanto amo esta quimica que tienen los personajes, ya estoy editando, asi que esperense otro capitulo durante la semana o el fin de semana, pero saben que siempre actualizo semanalmente eh, o si no lo hago tienen derecho a reclamarme y presionarme, trabajo mejor bajo presion extraño pero cierto ahahha. Estoy muy sorprendida por la aceptacion que ha tenido la novela y creanme que esto se pondra muy bueno ahora que Nube rechazo al cotizado Doctor wuajajajaaaaa
Recuerda votar, eso me anima a seguir, el que vota recibira mucho dinero este mes :v y el que comenta mucho tendra un viaje <3
Instragram, facebook, twitter, redes sociales en general: Ysaris Areinamo
Nos leemos pronto<3
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