Capítulo 53: Sexo controla mentes acuático
Capítulo 53: Sexo controla mentes acuático
Observé como la comisura de los labios de Hades se estiraron en una ligera sonrisa de esas que removían todo dentro de mí.
Aun después de tantos encuentros sexuales, me hacía sentir las mismas sensaciones.
—Cierra los ojos —pidió, le obedecí cerrando los ojos mientras relamía mis labios, sentí su mano acariciarme un costado del rostro cuando continuó diciendo:
—Atenta a mi voz.
Sentí mi piel erizarse ante su orden, como si mi mente supiera que lo que venía a continuación era importante, mi corazón latiendo frenético como cada vez que él me hipnotizaba.
Sentía que no podía respirar ante la anticipación.
—A partir de este momento —murmuró Hades— vas a ser una stripper y yo seré tu cliente favorito, soy tu amante secreto.
Todo mi cuerpo se tensó sintiendo que lo que me decía era ley, el juego de roles comenzaba a ser mi juego favorito.
—Sí —respondí fuera de mí, ya no tenía el control, estaba ansiosa por entrar al juego.
—Atenta a mi orden. —continuó: — 1, 2, 3, 4... 5.
Abrí los ojos sintiendo que me transformaba paulatinamente; a una mujer completamente sexy y segura de sí misma, miré a Hades; él me observaba, tomé su mano debajo del agua y lo guie conmigo hacia afuera de la piscina, él me siguió sin refutar.
—Bienvenido a tu pase especial con la conejita, señor Hades —murmuré.
Ahora yo tenía el control.
Él era mi cliente favorito.
Lo llevé a la silla plástica empujándolo un poco por el hombro para que se sentara con una ligera sonrisa, sus ojos dorados en un hipnotizante contraste con las distintas luces y la oscuridad de la noche.
Yo era el foco de su mirada y eso me hacía sentir poderosa.
La música que sonaba era Feel it de Michele Morrone. Comencé a mover las caderas al ritmo lento y comencé a mover mi cabello húmedo, seguidamente bajé las manos a mi camisa húmeda y comencé a alzármela sin dejar de moverme lentamente.
//...Te quiero a ti
Esto me está dando vida
Ni siquiera tenemos que decir adiós
te quiero a ti
Esto está tratando de hacerme vivir
Ni siquiera tenemos que decir adiós
Uhm, incluso si quiero jugar esto
Eso es lo que esperan de mí, sí
Nunca te dejaré ir ahora
esto es sobre ti...//
Terminé de sacarme la camisa y fui hacia él colocando una pierna a cada lado de él para comenzar a moverme lentamente encima de su cremallera hasta que me senté directamente sobre él sintiendo lo duro que estaba debajo de mí, Hades alzó las manos queriendo tocarme, pero se las aparté alzando una ceja.
—Sin tocar, doctor. —le susurré antes de levantarme para seguir moviendo mis caderas.
—Muévete sobre mí —dijo Hades sus ojos levemente oscurecidos—, sabes que me gusta.
Lo sabía, pero ahora yo tenía el control.
Le sonreí comenzando a quitarme el pantalón deslizándolo por mis piernas hasta que me quedé únicamente vestida por mi sostén y bragas, me encantaba que me viera, ser el centro de su mirada, me sentía completamente sexy y empoderada en este mundo retorcido donde solo existíamos, él, yo y el deseo.
Me acerqué nuevamente a Hades dándole la espalda para sentarme lentamente sobre él sintiendo su aliento en mi nuca y su pecho musculoso rozarme mi espalda, comencé a restregarme con descaro de arriba abajo en su regazo, podía sentir su respiración más agitada, sus labios soltando ligeros gemidos.
Así me gustaba, que se desesperara por mí.
Pasé las manos por su cabello, echando mi cabeza hacia atrás, sus labios en mi cuello subiendo hasta morder el lóbulo de mi oreja, estaba completamente caliente, y saber que también me deseaba lo hacía mucho más excitante.
No quería que acabara nunca.
Hades pasó las manos por mi torso hasta llegar a la parte de atrás de mi sostén para desabrochármelo y yo me lo terminé de quitar.
—¿Tendremos final feliz? —preguntó Hades relamiendo sus labios, sus manos yendo a mis pechos para comenzar a masajearlos mientras seguía besando mi cuello.
—Ese es servicio extra, doctor —susurré levantándome para voltearme hacia él con una sonrisa perversa, su mirada era de deseo puro cuando me arrodillé frente a él y saqué su miembro completamente erecto, lo coloqué entre mis pechos y comencé a moverlos de arriba abajo, antes me sentía acomplejado por el tamaño de mis pechos, pero de un momento a otro los sentía del tamaño justo, me sentía una completa diosa. Dejé mi mirada fija en la suya cuando con mi lengua comencé a lamer la punta, sin dejar de subir y bajar su miembro entre mis pechos.
—¿Me dejas tocarte? —murmuró Hades, su voz completamente profunda—, deseo tocarte y que gimas mi nombre.
Que me lo dijera me encendía aún más.
Le sonreí para decir:
—Sabes que me gusta doctor.
Hades me tomó por los hombros para que me levantara, sus manos acariciaron mis piernas mientras subía lentamente por ellas, sus ojos fijos en los míos cuando metió una mano a los costados de mis bragas y entonces, las bajó dejándome completamente desnuda y expuesta.
Pasó una mano por mi pierna derecha y lo ayudé a colocarla sobre su hombro, su cara estaba en toda mi feminidad y no perdió tiempo en comenzar a lamerme mientras apretaba mi trasero contra él, mis manos fueron a su cabeza, más que sostener el equilibrio quería aguantarme porque sentía mis piernas completamente débiles ante las miles de sensaciones que invadían mi cuerpo entero, se sentía completamente delicioso, no podía dejar de gemir.
De repente Hades me aguantó la otra pierna y como si yo fuera peso muerto la colocó sobre su otro hombro de modo que ahora prácticamente estaba completamente expuesta sobre él; casi como si estuviera sentada en su cara. Todo mi cuerpo estaba completamente caliente, él no paraba de lamerme como si yo fuera los restos de un tazón de espeso chocolate.
De súbito, Hades se levantó de la silla aun conmigo en su cara, aguantándome de los glúteos, mi cabeza rozando el techo de la casa sobresaliente al patio de modo que me aguanté del techo, más que temer caerme, solo me concentraba en el placer que me daba. Comencé a mover lentamente la cadera, sintiendo mis piernas cosquillear y el vapor caliente esparcirse desde mi vientre por todo mi cuerpo cuando llegué a mi primer orgasmo, tuve que volver a aguantarme de su cabeza para aguantar el aliento.
Mi visión llenándose de distintas luces fugaces ante el placer y creo que hasta ese momento ya había pasado la hora del hipnotismo porque me sentía completamente en control, pero no menos deseosa.
Hades se volteó hacia la pared y me bajó con cuidado, me deslicé lentamente por la pared, hasta que estuvimos frente a frente, mis piernas quedando atrapadas entre mi pecho y el suyo, podía sentir su miembro rozar mi entrada.
—Tu flexibilidad me tiene loco —susurró deslizando sus labios por mi cuello, apreté los labios en un ligero gemido, en este momento no creí que mi flexibilidad por el ballet funcionara para otra cosa que no fuera bailar.
—Eres tan jodidamente perfecta —susurró—, no quiero quitarme de esta posición.
—No te separes —murmuré, quería que me hiciera suya en esta posición, aquí contra la pared; ahora.
—El condón —dijo mordiendo el lóbulo de mi oreja—, está en el pantalón.
Eso estaba muy lejos.
—Házmelo así —rogué—, acaba afuera, además sabes que estoy tomando la pastilla.
Sabía que me había dicho que tenía que esperar unas semanas, pero el deseo era insoportable.
—Cerebro fuera de servicio —dijo finalmente Hades y sin más explicaciones, metió su miembro en mi entrada embistiéndome por completo, ambos gemimos ante la sensación de hacerlo por primera vez sin condón, se sentía jodidamente más intenso.
Cuando comenzó a moverse sentí que estaba entrando al cielo, cada vez más rápido, el placer subiéndome y rompiéndome en miles de fragmentos cuando toqué mi segundo orgasmo tan rápido que me encontré aferrando mis uñas de su espalda con fuerza y mis dientes a su cuello, Hades se separó de mí y yo me las arreglé para colocar mis pies en el suelo, mientras él acababa con la mano un gran chorro de esperma al suelo, ambos con la respiración completamente acelerada intentando calmarla.
Esto era... lo mejor que existía.
Me sentía completamente agotada, solo quería tocar una cama y dormir un poco para recuperar fuerzas.
—Vuelves a ser mía —ordenó Hades en un susurro volteando a verme— las órdenes que te di se han ido y ya no te afectan.
Bueno, creo que ya no me encontraba bajo el efecto del hipnotismo, pero no iba a decirle nada, solo le sonreí sintiendo mis mejillas sonrojarse de satisfacción, y es que cuando la química sexual era tan grave como la que sentíamos nosotros era jodidamente maravilloso.
De repente mi estómago gruñó tan fuerte que me lo toqué sintiéndome apenada.
Ouh.
Hades se volteó hacia mí con una ligera sonrisa en sus labios, sus ojos brillosos, una leve capa de sudor cubriendo su frente...
—¿Tienes hambre? —preguntó Hades, se volteó hacia el estante tomando una toalla y me la ofreció.
—Si. —admití tomándola y envolviéndome con ella para cubrir mi desnudez.
—Vamos a comer algo —dijo—, hay que recomponer fuerzas para el fin de semana.
Esa promesa me emocionó.
Lo observé caminar hacia la casa, su espalda musculosa contrayéndose, su trasero redondo que provocaba nalguear, él caminaba muy seguro de sí mismo porque sabía que estaba buenísimo.
Suspiré y lo seguí hacia dentro de la casa.
Este fin de semana sería el mejor de mi vida.
O al menos eso pensé en ese momento...
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Hola chicaass!! Como están? Espero les haya gustado el capitulo de hoy, se viene un vuelco je xD demasiada felicidad eh xD bueno, a lo que venia a decir, vi que varias de ustedes piensan que Hades es un enfermo, pero es un trasfondo mas profundo que eso, aun faltan varios capítulos por explicar, asi que no lo juzguen, fue lo que coloqué en Instagram para calmar un poco el asunto eh :D
Nos leemos pronto<3
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