Capítulo 5: Tengo que controlarme.
Actualizacion (1/2)
Capítulo 5: Tengo que controlarme.
Al salir de la universidad, fui directamente a la librería que quedaba de camino a mi residencia, me paseé por los estantes hasta que di con los libros de Hades Parker, y es que él no tenía uno solo publicado, tenía varios, pero yo elegí el que había visto en su consultorio porque me pareció interesante y realmente quería leerlo.
Lo que más odiaba era la manera en la que me hacía sentir, como si estuviera fuera de mí, como si no pudiera controlarme.
Vi también un libro llamado "Como combatir el deseo hacia alguien" de una psicóloga y lo compré, es decir, tenía que aprender a controlarme por completo si Hades Parker iba a ser mi profesor, y tenia que discimular el hecho de que yo no paraba de verlo como una hamburguesa andante después de todo un día de ayuno.
Me negaba a que él controlara mis emociones, era algo que nunca me había pasado; un deseo tan intenso que me descontrolara.
Fui a mi residencia, mi compañera de piso Saraelí no estaba, ella siempre llegaba tarde porque trabajaba en un restaurante todas noches, lo primero que hice al llegar a casa fue cambiarme a algo más cómodo y sentarme en el sofá para comenzar a leer el libro de "Como combatir el deseo hacia alguien", estuve casi dos horas pegada al libro leyendo cada párrafo sin detenerme ni desenfocarme, estaba tan adicta que ya llevaba la mitad y había aprendido un montón de cosas como:
La primera: No mirarlo, ni a la cara ni en general.
La segunda: Ocuparte en tus proyectos.
La tercera: Tratarlo como si te diera igual su atención, no ponerlo en el primer lugar de tu vida.
En resumen, eso era lo que había aprendido hasta ahora. Pero aún no había llegado a la parte de como recordar respirar bien y evitar que tu corazón siguiera acelerado casi sufriendo de un paro cardiaco cuando fijaba sus hermosos ojos en mí.
Su mirada era tan penetrante que podía remover todo dentro de mí en cuestión de segundos.
Tenía que comenzar a dejar de verlo como el ser supremo que se creía, evidentemente a los egocéntricos como él; inteligentes y guapos, pensaban que tenían el mundo a sus pies y les llovían chicas a montones, por eso siempre tenían esa actitud de seguridad que tanto nos atraía como imanes al metal.
Pues conmigo no.
Sí, él creaba miles de emociones en mí, pero él estaba acostumbrado a eso, y me negaba a seguir alzándole el ego inflado, le daría la ley del hielo, tomaría mi distancia y le hablaría únicamente lo necesario para cosas puntuales.
Ya me aseguraría de alejarme de Hades Parker.
No iba a dejar que mis sentimientos y emociones dominaran mi cuerpo mucho menos por alguien que acababa de conocer.
Iba a seguir devorando el siguiente capítulo del libro para entender como tratar con normalidad al doctor papito, pero entonces vi el libro de "Dominio Mental" de Hades Parker... tal vez pudiera darle una ojeada por curiosidad y ver qué clase de cosas el sabía, cuando de repente tocaron la puerta de la residencia robando mi atención, fruncí el ceño, no esperaba visitas hoy.
¿Hades Parker?
«No, no seas boba, Nube, no porque lo pienses todo el tiempo va a aparecer de la nada».
Me levanté del sofá arreglando el borde de mi vestido en mis piernas y abrí la puerta de madera sin ver por el picaporte.
—¡Tía esponja!
Mi sobrina Erin me salto encima en un abrazo que correspondí enseguida con una sonrisa, ella tenía un cintillo en la cabeza con orejas de conejita de distintas luces y un tutu rosa como de princesa, entonces vi a mi hermano Luciano con una sonrisa de esas que me rogaban piedad con la mirada.
—¿Qué paso aquí? —dije confusa.
—Quiero salir con Valeri —dijo Luciano—, por favor ¿cuidas a Erin unas horas?
Erin se salió de mis brazos y fue corriendo a ver la tv a la sala.
—¿Por qué no me dijiste antes, Luciano? —dije, no era la primera vez que se aparecía en mi puerta para dejarme a Erin, es decir, mi sobrina era la luz de mis ojos y la amaba, no tenía problemas en cuidarla, pero lo tomaba como un abuso de parte de él que viniera a dejármela sin avisar previamente para ir a follar con su novia Valeri.
—¿Puedes o no? —dijo tendiéndome el bolso de Dora la exploradora de Eri, lo tomé.
—Sabes que sí, pero...
—Gracias —me interrumpió y se fue rápidamente dejándome con la palabra en la boca o más bien con mi sermón en la boca.
Solté un suspiro y cerré la puerta, la mayoría de las veces apoyaba a Luciano, era mi único hermano; el mayor, se había casado 5 años atrás con su esposa Rosmer tuvieron a Erin y luego Rosmer simplemente un día se fue con otro hombre abandonando a su familia y dejando a mi hermano criando a Erin solo.
Mi hermano la paso muy mal, como familia; mi mamá, papá y yo siempre lo ayudamos y me gustaba que saliera adelante con esta nueva chica Valeri, pero como vivíamos cerca, la mayoría del tiempo quería que cuidara a Erin, como dije antes, no era problema para mí porque amaba estar con mi sobrina... pero me restaba mucho tiempo porque ella me pedía toda mi atención, siempre quería jugar, eso me evitaba estudiar, hacer cosas de la universidad o leer el libro de cómo evitar el intenso deseo por alguien.
—¡Tía Esponja! —dijo Erin—Tengo unas orejas en mi bolso para ti.
Tia Esponja era el nombre que me dio cuando le regalé un peluche de Bob Esponja con el que -segun ella- dormía en las noches.
Lo que más amaba de Erin es que salió muy parecida fisicamente a mi hermano Luciano y mi hermano Luciano se parecía a mí en los ojos grises y cabello oscuro, creo que era algo de familia, mi mamá tenía los ojos grises pero rubia, mi padre era el de cabello y ojos oscuros.
—Qué bueno princesa Eri —dije sentándome con ella en el piso frente a la TV, tomé el control de mando colocando un canal infantil.
Erin fue a su bolso y saco unas orejitas de conejo con luces parecidas a las suyas colocándomelas en mi cabeza.
—También traje a mi mascota —continuó Erin y de repente sacó un enorme conejo de su bolso de color marrón.
—Trajiste un conejo —dije intentando que mi rostro reflejara felicidad, aunque estaba gritando internamente sintiéndome perjudicada.
Me gustaban los animales, pero odiaba lo sucios que eran y tener que limpiar todo lo que ensuciaba.
—Sí —dijo Erin dejándolo en el suelo—, papá me lo compró, se llama el señor bigotes —Erin siguió sacando cosas de su bolso y sonrió— ¡Traje maquillaje para maquillarte!
Antes de que pudiera negarme ella comenzó a pintarme la cara llenándomela de brillos y pintura labial.
—¿Que tal quedé? —pregunté cuando terminó.
—Pareces una princesa —dijo Erin.
Bueno, el espejo de la sala donde alcanzaba a ver mi reflejo me hacia ver como el guasón.
Pasé una mano por mi cabeza gruñendo un poco cuando vi al señor bigotes defecar en una esquina del apartamento.
Lo peor era que sabía que me tocaba a mí limpiarlo, si llegaba Saraelí y veía el apartamento sucio le iba a dar algo; ella amaba la limpieza.
Me levanté para buscar papel higiénico y una bolsa, en la tv estaban dando un concierto infantil con música para bailar, Erin comenzó a saltar moviendo los brazos creyéndose que estaba en todo un concierto.
—¡Saltemos tía esponja! ¡Saltemos! —gritó.
—Espera princesa, espera... —dije viendo como el conejo también había dejado regalos de excremento alrededor de Erin, tenia miedo de que lo pisara, pero Erin no me hizo caso, siguió saltando como un canguro y todo sucedió como en cámara lenta, Erin resbaló cuando pisó la caca del señor bigotes y cayó de lado estrellándose contra el suelo dándose un mal golpe en el brazo y comenzó a llorar.
«Ay no, por qué a mí».
—Tranquila —le dije llegando hasta ella para comprobar que estuviera bien, ella siguió llorando.
—¡Me duele! —gritó sin parar de llorar.
Maldita sea.
—Espera —dije completamente preocupada, y cuando la logré sentar me di cuenta de que se había dislocado el hombro.
Joder.
Esto solo me pasaba a mí.
El hospital quedaba a dos horas de distancia sin contar el tráfico, el único sitio cercano era...
El consultorio de Hades Parker.
.
.
.
.
.
********
Jijiji, doble actualizacion, pero recuerda votar o te dara diarrea :3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top