Capítulo 45: La oficina de la lujuria (Parte I)


Capítulo 45: La oficina de la lujuria (Parte I)

Me quedé sin aliento, mi mirada trabada en la suya al escucharlo decir tal cosa, como si realmente esperara que me dijera que se trataba de una broma.

Se mantuvo serio, no hubo contradicciones, o alguna otra palabra donde dijera o me hiciera entender que no quería estar conmigo y que le daba igual.

Esta vez, no hubo muro con el que estrellarme, solo... una pequeña luz al final de la oscuridad del túnel que era el corazón de Hades.

«De verdad lo dijo, si lo dijo, me quería en su vida; me quería».

Había luz, había una pequeña esperanza de sentimientos, y lo más importante... sí había un corazón dentro del frívolo Hades Parker.

Me separé comenzando a caminar por la oficina llevando una mano por mi cabeza y otra a mi cintura de manera pensativa, es que él no sabía lo que sentía, pero sabía que me quería en su vida... ¿era algo pasajero? O ¿era para algo formal?

«Paso a paso».

Apenas él se estaba dando cuenta que sentía algo por mí, tampoco quería presionarlo a algo formal porque de todos modos él era... mi profesor y yo su estudiante, algo que iba contra las reglas de la universidad.

—¿Te duele la cabeza? —preguntó Hades.

No me habia dado cuenta que me habia quedado con los ojos cerrados con fuerza como si aguantara las ganas de gritar de la emoción, sus palabras retumbando en mi mente como un eco o mi música favorita:

«Solo sé que quiero que estes en mi vida, Nube, no te alejes de mí.»

Quería incluso tatuármela, bueno, no toda la oración, tal vez solo "Sé que quiero que estés en mi vida".

—Un poco. —murmuré volteándome hacia Hades, él observaba con detenimiento mi reacción cuando me quité la mano de la cabeza y mantuve mi sonrisa de feliz cumpleaños.

Él señaló el piano de la esquina de su oficina y dijo:

—Siéntate.

—¿Para qué? —dije sin comprender, pero aun así empezando a caminar para obedecerlo y sentarme ahí, él se sentó a mi lado, sus manos sobre las teclas blancas.

—La música es poderosa —dijo Hades comenzando a tocar—, si supieras lo mucho que afecta la melodía a nuestro cuerpo, mente y sentimientos, entonces escucharías música todo el día.

Tomé una profunda respiración, y es que escucharlo tocar era como si me removiera todas las hormonas, las ganas de sonreír me invadían ante la relajación que me proporcionaba, cerré los ojos disfrutando de lo que sus dedos hacían con la melodía de Forever in love.

Podría quedarme horas y horas en este lugar solamente escuchándolo, incluso se me había olvidado todo lo anterior, mi intento de alejarlo, la discusión, querer olvidarlo con otro...

...Solo éramos él y yo en un ambiente mágico que parecía infinito; donde nuestras diferencias no importaban, porque estando juntos todo lo demás parecía insignificante.

—¿Te sientes mejor? —susurró Hades cuando terminó de tocar, abrí los ojos secando las lágrimas que no sabía que se habían escurrido por las esquinas de mis ojos hacia mis mejillas.

Era como si me hubiera dicho miles de palabras románticas con la melodía del teclado y me hubiera hecho el amor sin ni siquiera tocarme.

Como si me hubiera follado desde los oídos, por extraño que sonara.

—Sí. —susurré atreviéndome a mirarlo.

Hades estiró la comisura de sus labios en esa sonrisa que tanto me fascinaba porque le daba ese aire misterioso, atrayente y perfecto que tanto amaba.

—¿Quieres tocar? —preguntó.

¡Claro que sí!

Espera...

Hades señaló el piano con una inclinación de su cabeza.

Uhm, no se refería a tocarlo a él, se refería a tocar el piano.

Santas vacas.

«Eres toda una mal pensada Nube».

Aclaré mi garganta.

—Cuando era niña tocaba —dije—, ya nunca más lo hice.

—Ven. —dijo— Yo te guio.

Hades se levantó de su asiento y yo me acomodé en el medio del piano, me tensé quedándome sin aliento cuando Hades Parker se sentó detrás de mí colocando sus piernas a cada lado de las mías, su pecho chocando con mi espalda.

Ay madre mía.

Santas vacas voladoras.

Ahora sí estaba hiperventilando.

—Hades, pero... si alguien entra a la oficina... —comencé a murmurar porque soy una experta en arruinar momentos mágicos.

—Shh... —me calló— Nadie va a entrar, confía en mí.

—¿Le pasaste seguro?

Hades no me contestó, posiblemente porque era obvio que lo había hecho.

«Confía en mí».

Claro, siempre con él todo estaba bien y salía bien.

Él colocó sus manos al lado de las mías y se inclinó para susurrar a mi oído:

—Colócalas sobre las mías.

Me estremecí, todo mi cuerpo se calentó en cuestión de segundos al escuchar su voz profunda y al pensar en poner TODO encima de él menos las manos.

«Cálmate Nube, joder, pareces pervertida».

Aclaré mi garganta y coloqué mis manos encima de las suyas; se veían enormes en comparación con la mías diminutas, sentía su aliento caliente a un costado de mi rostro cuando comenzó a tocar y era como si yo también lo hiciera, se sentía como si ambos nos mezcláramos en la melodía; él me guiaba para hacerlo bien.

Nunca me sentí más enamorada como en ese momento.

Su cercanía, su aliento, todo era perfecto.

Luego de unos minutos, cuando se acabó la melodía y sus manos dejaron de moverse, voltee el rostro hacia el suyo un poco, sus labios rozando mi mejilla, no se movía, como si esperara que lo besara, mi corazón latiendo desenfrenado como voltee aún más el rostro y me acerqué para pegar mis labios en los suyos, cuando de repente, rodó el rostro, y mis labios chocaron con su barbilla.

Fue como si me hubieran abofeteado.

Otra vez.

Tragué pesadamente saliva, nuevamente ese rechazo me traía a la realidad de que él no estaba listo para mí, no cuando con simples gestos destruía todo un momento especial y mágico.

Así siempre había sido y probablemente, no cambiaría.

Saberlo y entenderlo dolía de la misma forma.

Me levanté de entre sus piernas para irme de ahí, cuando sentí que me tomaron de la muñeca, me detuve volteando a verlo, su mano me sostenía, sus ojos estaban fijos en mí pareciendo algo contrariado.

«Solo no te alejes de mí, Nube, te necesito».

Sus palabras retumbando en mis oídos.

—Dime lo que quieres para que vuelvas a mí. —susurró Hades.

¿Para que volviera a él?

Había decidido no estar en un juego con fecha de caducidad, no iba a volver a eso si era lo que él quería, yo era una mujer decidida; o al menos eso intentaba.

—Yo quiero amor —dije sosteniéndole la mirada para que supiera que hablaba muy en serio—, no algo parecido al amor que intentas ofrecerme.

Hades se quedó sin aliento como si supiera que si no era de este modo entonces iba a perderme, porque yo no iba a cambiar de opinión.

Relamió sus labios y por fin murmuró:

—Tendrás que enseñarme, estoy dispuesto a aprender.

Me quedé más quieta que una estatua mientras yo interior comenzaba a saltar y gritar por todos lados en completa euforia.

¿De verdad me había dicho que quería aprender a quererme?

Estaba que me desmayaba.

Tragué pesadamente saliva, Hades se levantó para quedar frente a mí, sus ojos dorados fijos en los míos analizando mi reacción.

—¿Es en serio? —murmuré aun en shock.

—¿Alguna vez te he mentido? —replicó.

No, hasta el momento, creo que no.

Tomé una profunda respiración y sonreí levemente para decir:

—Tendrás que besarme al menos 2 veces cada 3 minutos.

Bromee acercándome a él, Hades no respondió, ni siquiera se movió, dejó que envolviera mis brazos alrededor de su cuello y me coloqué de puntillas, Hades estaba algo tenso, pero aun así, se inclinó hacia mí y nuestros labios se rozaron, fue apenas un beso ligero, pero que de un momento a otro, comenzó a tornarse cada vez más fogoso, su lengua se deslizó junto a la mía mandando miles de sensaciones a todo mi cuerpo, sus manos se deslizaron por mi cintura calentándome o más bien recalentándome porque desde que entré a la oficina creo que ya estaba caliente y urgida por él.

Pegué mi pecho al suyo cuando de repente comenzó a guiarme con desenfreno hacia atrás, lo seguí sintiendo que la ropa nos estorbaba cuando tropecé con el piano y Hades no perdió tiempo, me tomó de la cintura para sentarme en las teclas las cuales hicieron un sonido torpe y estridente ante mi peso, mientras se cernía sobre mí para deslizar sus labios por mi cuello, gemí aferrándome de sus hombros ante la gloriosa sensación.

Lo extraña demasiado, todo de mí lo necesitaba.

Hades me comenzó a levantar la camisa hasta quitármela dejándome en mi sostén y...

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Perdon perdon por acortar la parte xD pero creandome que el que se viene es bien intensoooooo!!! Esperen nuevo capitulo a mediado de la semana :D recuerda votarrrrrrrrrrrrrrrrrrr!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! o te da diarrea con hipo xD

Estas son mis redes sociales por si deseas hablar conmigo: Ysaris Areinamo

Nos leemos pronto <3

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