Capítulo 37: Visita al ginecólogo correcto

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Capítulo 37: Visita al ginecólogo correcto

Al día siguiente en la mañana...

Salí de la oficina del ginecólogo relamiendo mis labios sintiendo de repente mucho frio, abrí la puerta para salir cuando de repente me encontré de frente con Hades que parecía querer entrar.

¿Qué hacía aquí?

Recuerda que son amigos.

Él pareció ligeramente sorprendido por la forma en que sus cejas se alzaron un poco, creo que era la primera vez que veía a Hades delatarse con su expresión facial.

—Nube. —murmuró.

—Hades. —susurré sin aliento, de repente mi corazón se sentía en mi garganta, todo mi rostro llenándose de un intenso sonrojo.

—¿Estas bien? —preguntó notando que salía del ginecólogo.

—Sí... sí —aclaré mi garganta—, es... rutina.

Maldición, no podía calmar mis nervios.

Hades entrecerró los ojos, sabía que estaba leyéndome la expresión corporal para ver si mentía, por un momento me sentí desnuda.

—Sabes que puedo averiguar si es rutina. —se limitó a decir.

Joder.

Se acercó dando un paso hacia mí y tragué pesadamente saliva cuando su simple cercanía removió todo dentro de mí, sus ojos dorados fijos en los míos.

Era esto, los nervios, mi corazón acelerado, mi respiración entrecortada, mi mirada de absoluta adoración hacia él al simplemente estar cerca que me hacían desestabilizarme y sentirme viva.

«Te ves tan patética intentando olvidar a alguien que no quieres olvidar».

—¿Qué ocurre? —preguntó, sabía que se refería al por qué había venido al ginecólogo.

No podía mentirle a un médico, mucho menos a Hades que parecía escuchar mis pensamientos.

—Tenía algo de ardor al orinar —admití sonrojándome con fuerza al hablar de esto—, vine de emergencia pensando que podía ser otra cosa, y el ginecólogo me dijo que tenía una infección provocada por el látex.

Que había sido desde hace varios días solo que ahora comenzaban a desarrollarse los síntomas, fue horrible cuando me levanté en la mañana sin poder orinar porque el ardor era insoportable; estaba asustada de que fuera algo peor, menos mal que me habían suspendido una clase temprano y así pude venir.

Hades afirmó con la cabeza comprendiendo.

—¿Látex? —repitió como si procesara lo que le dije.

—Del condón —aclaré, el ginecólogo me dijo que al ser mi primera vez penetrada por un cuerpo extraño como lo era un pene envuelto en un condón, mi cuerpo no estaba habituado y eso creó la infección, por suerte me dijo que era muy común ver estos casos.

—¿Qué te dijo? ¿Me permites? —Hades señaló el récipe, se lo di, él lo tomó paseando sus ojos por el papel con rapidez.

—Me mandó una pastilla, nada de otro mundo —comenté.

—Y otras cosas —dijo alzando la vista hacia mí—, pastillas diarias de método anticonceptivo.

Bueno, eso ya no era necesario, no cuando no planeaba follar con nadie.

—Sí, bueno, me las mandó para que no siguiera usando condón con mi pareja, pero —Hice una leve mueca—, no tengo pareja.

Hades solo me miró.

—Igual deberías comenzar a tomarla —sugirió—, eso regulariza tu menstruación.

¿Cómo sabía que mi menstruación era irregular?

«Recuerda que es amigo del ginecólogo».

Oh.

Creo que tenía que buscarme a otro ginecólogo para que los asuntos de mi vagina no los supiera Hades.

No le dije nada, extendí mi mano para tomar el récipe, pero Hades no lo soltó, ahí estábamos, nuestras manos separadas a centímetros, pero conectadas por un papel, alcé la vista hacia él, sus ojos dorados estaban fijos en los míos como si entraran a mi alma.

—¿Estas usando el carro? —preguntó.

Bueno, debió de verlo allá abajo estacionado, lo usé para venir.

—Sí —murmuré—. Demetri me dijo que lo despedirías si no lo aceptaba.

—No soy tan malo. —murmuró.

Él estiró levemente la comisura de sus labios, y joder, aquí estaba yo, viendo como se le ahuecaban los hoyuelos de sus mejillas... era tan hermoso.

Dolía pensar que solo fue mío por fragmentos, pero nunca totalmente.

Por eso lo dejé ir.

—No quiero que sientas algún poder sobre mí ahora que acepté tu regalo. —comenté sintiendo un nudo en la garganta.

—No lo hago. —murmuró.

Soltó el récipe y yo lo doblé metiéndolo en mi bolsillo.

Apreté los labios antes de volver a enfrentarme a su mirada, tenía que decirle lo de Saraelí, pensaba buscarlo en la universidad, pero ya que lo había visto aquí...

—Oye —dije—, tengo una amiga que su novio abusó físicamente de ella a los golpes.

Él inclinó la cabeza a un lado con interés en el tema y yo saqué mi teléfono para mostrarle las fotos de los moretones de Saraelí.

—Eso es grave. —comentó luego de verlas todas.

Claro que lo era, temía por la vida de ella.

—Necesito que la asesores —pedí—, en lo que ella puede hacer para demandarlo.

Me sentía un poco extraña al pedirle favores, pero no sabía a quién más podía pedirle esto.

Hades me miró por unos segundos y luego dijo:

—Podemos denunciar y así ya tendrá registrado un historial por violencia, con esto pueden darle unos días en cárcel y también podemos levantar una orden de restricción para que no se acerque a ella, y si lo hace, irá preso.

Eso sonaba maravilloso para mí.

—¿Puedo darle tu número y así ella se ayuda contigo? —pregunté, quería ser el enlace, pero no quería estar en medio de ellos.

—Pensé que habías borrado mi número. —comentó Hades.

¿Cómo sabía que había borrado su número?

Sentí sonrojarme con fuerza otra vez.

—Es... sobre ella. —dije, esto era acerca de Saraelí, no de nosotros.

—Ven con ella a la estación policial del centro —dijo Hades—, yo las alcanzo para ayudarlas en el procedimiento.

—Es que ella sale muy tarde del trabajo —dije—, tiene clase toda la mañana también.

—Tendrá que pedir permiso —dijo—, así sea 1 hora, estos procesos no tardan mucho.

Bueno, eso era de mucha ayuda, que Hades quisiera ayudarme me daba mucha tranquilidad, porque él siempre se encargaba de que todo estuviera bien.

—Vale, gracias. —murmuré.

Nos miramos por varios segundos sin decir nada hasta que reaccioné y dije:

—Tengo clase, al salir iré por Saraelí para hacer lo que dijiste de llevarla a la estación policial.

—Me llamas.

—Lo haré —dije.

Él no dijo nada, ni se inmutó, yo no quise acercarme para abrazarlo o darle un beso de manera de agradecimiento pensando que tal vez iba a alejarse como lo hizo en su casa, así que solo, apreté los labios en una ligera sonrisa y me fui de ahí casi corriendo.

Joder, no me había dado cuenta de que había dejado de respirar.

Por más que quisiera superarlo rápido, sabía que me tomaría mucho más tiempo.

Ahora no podía dejar de temblar al pensar que lo vería otra vez en unas horas, solo esperaba poder hacerme la dura, pero claro... mi cuerpo siempre me traicionaba.

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Esperoooo les haya gustado la doble actualizacion, este fin actualizare otra vez :D tengan un hermoso dia <3

Este es mi instagram por si desean hablar: Ysarisareinamoo

Nos leemos pronto<3

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