Capítulo 27: Tengo una sorpresa para ti
Capítulo 27: Tengo una sorpresa para ti
Me quedé con una estúpida sonrisa invadiendo todo mi rostro y es que nunca pensé que esas palabras me alegrarían la existencia entera.
Dejé de respirar.
¿De verdad lo dijo?
«Sí, sí lo dijo, tu beso fue lo mejor de su vida».
—Esto no fue hipnosis. —sonreí.
—No, fue atracción violenta —admitió.
—¿Qué? —Me reí.
Él pasó una mano por su cabello, ambos mirando el techo; aun acostados.
—Cuando hay demasiada tensión, y no puedes hacer más que consumirla —explicó.
—Me siento orgullosa de mis habilidades, besisticas —dije sin poder borrar mi sonrisa, él estiró sus labios en una sonrisa probablemente por mi palabra "besistica" inventada.
—Usualmente no me interesa el sexo mortal, pero esto... sí se sintió bien. —admitió.
—¿Sexo mortal? —repetí sin comprender.
—El normal —explicó—, sin nada de la hipnosis erótica.
¿Entonces la hipnosis erótica era algo de dioses?
Bueno, que pudieran controlarte la mente para darte un orgasmo sí lo creía algo fuera de este mundo.
No respondí nada, en realidad me quedé con una mezcla entre incredulidad y asombro porque calificara la "hipnosis erótica" como que no era para los simples humanos, Hades era egocéntrico, pero porque realmente era un hombre que rozaba la perfección... o al menos desde mi punto de vista y de la mayoría de las personas; era así.
—¿Vamos a pasear en el yate? —preguntó levantándose de la cama y colocándose nuevamente la ropa, me quedé por un momento viéndolo mientras se vestía, sus músculos contrayéndose en cada movimiento... joder, pero creo que nunca iba a cansarme de mirarlo.
—¿No es muy tarde? —pregunté, era casi mediodía.
—El día es joven —se limitó a decir.
Me levanté volviendo a colocarme el traje de baño, pero sabía que tenía que llevarle el carro a mi hermano el domingo; o sea por la mañana, y me daba ansiedad que aun no tuviera su carro conmigo ya reparado.
—El carro de mi hermano... —me volteé hacia Hades quedándome rígida por un momento cuando lo vi de frente a mí y es que él tenía esa habilidad de quedarse ahí invadiendo mi espacio personal, erguido en su altura mirándome fijamente que me hacia estremecerme por completo y quedarme embobada sin recordar lo que estaba diciendo.
«Reacciona Nube, no es normal quedarte viendo a las personas así».
Mucho menos después del sexo... se suponía que esto no era de compromisos.
Pero joder, ya yo estaba enculadísima de Hades desde el primer momento en que lo vi.
Maldita sea.
—Lo mandaré a buscar —dijo Hades y me tomó un momento recordar que hablábamos del carro.
Amaba que siempre solucionara y buscara soluciones.
—Vale, está bien —murmuré, él acomodó un mechón de mi cabello lejos de mi rostro con la mirada fija en la mía dejándome sin aliento, y por más que ya lo habíamos hecho 2 veces seguidas ya estaba caliente nuevamente.
Hades era mi microondas personal.
Pasó su pulgar por mi labio inferior y estiró una de las comisuras de sus labios en una media sonrisa.
—Lindos labios, conejita.
«Ay joder, me encantas».
Me quedé sin aliento y él simplemente se dio media vuelta saliendo de la habitación.
Mordí mi labio inferior saltando en mi lugar y bailando en mi pequeña locura por todo lo que había ocurrido en el salón secreto.
—Eh...
La voz de Hades me hizo congelarme, voltee observándolo nuevamente en la puerta.
Joder, me había visto bailando como una completa lunática.
Qué vergüenza.
—Hola —dije paralizándome y automáticamente comenzando a sonrojarme con fuerza, debía de parecer todo un tomate.
Hades relamió sus labios sin borrar esa ligera sonrisa que a mi parecer lucía burlesca.
—No quería interrumpir tu baile —dijo—, pero ven, vístete, quiero mostrarte algo.
Afirmé con la cabeza como única respuesta y me coloqué el vestido sobre el traje de baño, tomé los tacones rojos y al salir al salón blanco los coloqué en su lugar, Hades tocó el gato decorativo que había tocado antes y las puertas del salón se cerraron.
Eso fue bastante extraño y emocionante.
Salimos de la habitación y él me tomó la mano para que lo siguiera, estaba con el ceño débilmente fruncido sin comprender qué era lo que iba a enseñarme, pero confiaba tanto en él que si me pedía que lo acompañara al borde del abismo y saltara... bueno, no, creo que eso no lo haría.
El punto era que confiaba muchísimo en él y me tenía intrigada lo que quería enseñarme.
Me guio hasta la puerta principal de su casa, ahí estaba el auto de mi hermano, solté un suspiro de alivio llevando una mano a mi pecho.
—Muchísimas gracias, Hades —sonreí aliviada—, joder, fue más rápido que lo que esperaba.
—Eso no es lo que quería mostrarte —dijo.
Lo miré sin comprender, él mantenía sus ojos dorados fijos en algo más allá del auto de mi hermano, seguí la dirección de su mirada observando un deslumbrante Lamborghini color rosado brillante que casi parecía estar iluminado por un reflecto con el coro de ángeles cantando alrededor.
Me quedé impresionada, tan rosado como el fetiche de Hades.
—Es bellísimo, ¿te lo compraste? —dije aun en mi inocencia, cuando volteé a verlo nuevamente él tenia unas llaves en sus manos enseñándomelas con cierta satisfacción.
—Es tuyo.
Me reí porque pensé que era un chiste.
Luego recordé que Hades no era de los que hacían chistes y casi me ahogué con mi saliva.
¿MIO?
¡¿ME HABIA COMPRANDO UN AUTO?!
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Disfruten un poco, que esto esta a punto de ponerse un poco violento jajajajaj mis vuelcos y sus cosas xD
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Nos leemos pronto <3
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