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Capítulo 11: Todo es mejor cuando es un secreto

Salimos del ascensor de mi edificio, mis manos estaban completamente temblorosas cuando saqué las llaves del apartamento de mi bolso.

«Debes calmarte joder, recuerda que él puede percibir tus emociones y leer tu lenguaje corporal».

Abrí la puerta echando a un lado y él entró, era extraño tenerlo aquí era como que si no encajara con el sitio.

—Bienvenido a mi humilde residencia —comenté intentando calmar mis nervios, él miraba alrededor.

—Se ve... ordenada. —se limitó a decir.

Siempre la manteníamos ordenada, es que la pintura desgastada de las paredes, y los muebles viejos no eran la gran cosa, pero era lo que mi sueldo participando en eventos como bailarina y con la mesada de mis padres para el mes podía costear, Saraelí pagaba la mitad y yo la otra mitad de la renta, además de los gastos diarios.

—Voy a buscar la lista —dije—, puede tomar asiento.

—Vale. —dijo.

Fui rápidamente a mi habitación, me lavé la boca, no quería que me tomara desprevenida si algo pasaba porque... realmente quería que algo pasara y no quería hacerlo oliendo a comida o con algo en los dientes, depilé mis cejas me retoqué un poco el maquillaje y ya estaba lista para salir, tomé la carpeta donde estaba la hoja y salí entregarsela, mis ojos pararon en él, estaba en la ventana apoyado del marco viendo hacia afuera y como no, aproveché de deslizar mis ojos por su cuerpo, es que por más que lo viera, sentía que no me cansaría nunca de observarlo; era demasiado perfecto en el prototipo de hombre ideal.

Aclaré mi garganta acercándome a él, y Hades se volteó hacia mí.

—Aquí está la hoja. —se la ofrecí, él tomó la carpeta.

—Gracias.

—Gracias, uhm, por la cena —dije—, uhm, ¿quiere un poco de agua o café?

Aquí estaba, intentando alargar su estadía en mi hogar, era lo único que tenía para ofrecer, no tenia nada de vino o jugo.

—No. —se limitó a decir.

—Okey —aclaré mi garganta, ¿ahora qué procedía? ¿se iba a ir o algo más iba a pasar? No sabía exactamente qué hacer.

Me atrevía a mirarlo, observando como la comisura de sus labios se estiró un poco en esa sonrisa diabólica que tanto me desestabilizaba.

—¿Quieres que algo pase, Nube? —preguntó.

Ay joder, ¿acaso escuchó mis pensamientos? No, de seguro volvió a ver mi nerviosismo.

«Eres demasiado obvia».

Dejé de respirar.

—Yo...

—Porque aún no llevas sostén. —continuó dando un paso hacia mí.

Oh.

Sabía que mis pezones estaban tan duros que dolía un poco con el roce de la tela del vestido, me crucé de brazos aclarando mi garganta.

—Es... es que tengo frio. —dije.

Hades dio otro paso de modo que quedó frente a mí, no me tocaba, pero si estaba lo suficientemente cerca como para dejarme desestabilizada, se inclinó un poco, mi corazón comenzó a latir desenfrenado.

«Va a besarme».

—¿Entonces por qué dejaste de respirar? —susurró, su aliento chocando con mi rostro.

Oh.

—Me siento muy atraída por ti —admití sin pensar, pero me daba por vencida, luchaba, pero era como ir contra la corriente ante esta tensión que me carcomía.

Él no flaqueó su postura.

—Lo sé —respondió con arrogancia, una de sus manos fue a mi rostro, su dedo índice recorriendo el contorno de mi cara y entonces tomó mi barbilla con firmeza para que le sostuviera la mirada, logrando que todo dentro de mí se encendiera en llamas en cuestión de nanosegundos.

Me quedé a la expectativa cuando lo vi estirar sus labios en una sonrisa que me pareció macabra y bajó su mano de modo que cubrió mi cuello, no para asfixiarme, pero sí para hacer que todos mis sentidos se alteraran dejándome completamente a la expectativa.

—¿Te gusta que te agarre así? —preguntó bajando el tono de voz.

«Ay joder, iba a desfallecer».

—Yo... —murmuré sintiendo que no podía hablar.

—Claro que sí —apretó un poco más, pero sin hacerme daño y sentí como el vapor caliente inundó mi vientre y subió por todo mi cuerpo.

De repente me soltó dejándome con las ganas de que siguiera agarrándome de esa forma, si su punto era demostrarme que me tenía deseosa, pues, sí y quería que me besara ahora.

—¿Eres de los que practica el sadomasoquismo? —pregunté.

Hades negó con la cabeza.

—No me interesan el sadomasoquismo, Nube, ni a jugar roles de dominante y sumisa —dijo—, pero sí tengo gustos peculiares.

¿Uh?

—¿Qué clase de gustos peculiares? —pregunté.

Me miró por varios segundos dejándome, esperando su respuesta, desesperándome.

—Dominar la mente —dijo por fin—, percibir lo que deseas...

Volvió a inclinarse hacia mí y no me moví; no pude. Pensé que besaría mi mejilla, pero sus labios bajaron y rozaron mi cuello haciendo que me aguantara de sus hombros casi desfalleciendo cuando toda mi piel se erizó.

—No te muevas —susurró contra mi piel, mientras sus labios se deslizaban hacia mi oreja y con la punta de su lengua comenzó a acariciar el contorno de esta ocasionando que soltara un gemido.

Mi rostro completamente enrojecido se sentía caliente.

Si no hubiera estado aguantada de sus brazos definitivamente ya me hubiera caído porque mis piernas no paraban de temblar y todo mi cuerpo de estremecerse.

—Mira como toda tu piel se eriza. —susurró a mi oído, tragué pesadamente saliva.

—Yo... yo no estoy segura de que esto sea lo correcto. —después de que lo dije me molesté conmigo misma, porque no quería que parara, pero esto era una locura; era mi profesor.

«Maldita sea con tus contradicciones, Nube».

Él se separó y enseguida extrañé su proximidad, no quería que se separara de mí.

—No es lo correcto —dijo Hades fijando su mirada en mis ojos—, pero todo es mejor cuando es un secreto.

¿Un secreto?

Bueno, definitivamente estaba muy tentada a caer en esto del secreto si era con él y me hacia sentir todo lo que hizo con apenas rozarme.

Nunca nadie había despertado tanto deseo en mí...

—¿De que trata esto? —dije intentando saber lo que pensaba— Siento que no es solo sexo.

Parecía haber más, como si él tuviera algo en mente desde el primer momento que me vio.

Pude ver un ligero brillo en su mirada cuando dijo:

—Me interesa... jugar.

¿Uh?

—¿Cómo así? —dije sin comprender.

Él frunció los labios.

—Te propongo algo —dijo—, ¿Qué tal si mañana vienes a mi casa? Ahí te lo explicaré todo.

¿A su casa?

Pensar en que postergara mis ganas me perturbaba porque quería que me lo hiciera aquí y ahora, pero ahora me dejaba completamente intrigada. ¿Por qué en su casa? ¿acaso iba a mostrarme un cuarto de juegos a lo Christian Grey?

—Tengo clases. —murmuré.

—En la noche —dijo.

Quise hacer un berrinche, no quería esperar, pero sabia que la espera valdría la pena, así que afirmé con la cabeza y dije:

—Está bien...

—Vale. —dijo Hades— Tengo que irme.

No quería que se fuera, pero tampoco quería lucir desesperada y obligarlo a que se quedara.

—Vale. —murmuré para acompañarlo a la puerta, cuando salió, él se volteó a mirarme con una ligera sonrisa en sus labios y murmuró:

—Adiós, Conejita.

No se me ocurrió nada para decir, así que no lo hice, solo lo observé irse hasta que desapareció en el ascensor, pero realmente me dejó toda colorada, con el corazón acelerado y con la palabra "conejita" revoloteando por toda mi cabeza.

Apenas cerré la puerta de mi apartamento, entré a mi habitación buscando qué carajos iba a ponerme para ir a la casa de Hades Parker mañana en la noche, sentía que no iba a poder dormir, ni mucho menos, podría pensar en otra cosa hasta que lo volviera a ver.

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AHHHHHHHHHHHHHH YA QUIERO LA CITA EN SU CASA OKEY?! JAJAJAJJ!

Que se traera Hades entre manos si no son juegos sadomasoquistas??? seran juegos de playstation? no te lo pierdas jajajaja... les dejo un adelanto, hay un roce solo eso diré wuajaja

Chicas en otras noticias saben que remodele twitter, y ahora comence a usarlo porque por fin tengo internet, me lo habian quitado porque al gobierno le pica el culo jsdnjsnjsd Okey, ya me calmo, a veces siento que hablo mucho pero es que me siento sola sjsjnjsdjnd

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Nos leemos pronto<3