Capítulo 8: Mi alumna favorita
Actualización 2/2
Capítulo 8: Mi alumna favorita
Por favor Parker, no puedes enfocarte tanto en una chica.
No debía de darle tanta atención porque la espantaría.
Me levanté a arreglar los libros en la biblioteca para fingir que estaba haciendo algo más importante que pensar en que Nube iba a venir, cuando entonces el sonido de la manija sonó junto al crujir de la puerta, y supe por el intenso olor a vainilla que inundó mis fosas nasales que ella había llegado, también olía un poco a chocolate... la mejor combinación y era mucho decir, porque intentaba no ingerir nada de azúcar porque eso era veneno para el cuerpo.
Ese olor comenzaba a ser una adicción para mí.
Dulce.
Podía imaginar que ese era el sabor de...
...Su piel.
Vi por el reflejo de la madera que ella paseó la mirada por toda la oficina posiblemente notando que estaba mas organizada que la última vez, pero para mi gusto seguía desordenada y sucia hasta que no viera mi reflejo en el piso.
Podía clasificarme como un maniático de la limpieza.
Entonces la sentí mirarme, posiblemente ella pensaba que no percibía su mirada pesada sobre mí, pero sí lo hacía, deslizando sus ojos por todo mi dorso, para eso me aseguraba de mantenerme ejercitado, para ser su tormento ante su rechazo, porque aun no procesaba bajo ninguna circunstancia esa historia de que no estuviera interesada en mí.
Mi ego se negaba a aceptar que no me deseaba y en lo más profundo, me obsesionaba más.
—Buen día profesor Parker —dijo para que notara su presencia.
Obviamente ya lo había hecho; la había notado, pero tenía que mantenerme al margen, intentar que no viera que estaba tan interesado.
Darle a entender que mi oferta era limitada y si no venía a mí yo iba a perder el interés; psicología básica.
Mi medida más desesperada.
—Aquí está la hoja. —continuó diciendo.
Escuché que caminó hacia mi escritorio y entonces me voltee hacia ella, noté como pareció sobresaltarse cuando mi mirada se clavó en la suya, como si no hubiera esperado que le prestara mi atención después de lo que ocurrió ayer en mi consultorio, su rostro completamente sonrojado haciéndola ver mucho más dulce y tentadora que antes.
Uy Nube, me estas desesperando tanto.
Cada segundo moría por tenerla.
Miré la hoja que dejó en el escritorio para que yo la firmara, y entonces volví a mirar su rostro, a mis ojos parecía una perfecta diosa. Algo que lograba confundirme aún más era que Nube parecía tan ajena a su belleza, como si realmente no fuera consciente de que podía tener miles de hombres a sus pies.
Incluyéndome.
¿Acaso había alguien más?
Y si lo hubiese... ¿quién mejor que yo?
Si no estaba mal, ahora sus mejillas parecían que estaban más rojas que hace un segundo, tenía una pequeña mancha de chocolate en su barbilla dándome muchas ideas sugerentes de chocolate en diferente partes de su cuerpo. Relamió sus carnosos labios intentando apartar la mirada pero aun así no pudo cuando comencé a acercarme a ella, y joder eso lo sentí directamente en mi polla.
Me detuve a solo unos pasos de ella, lo suficientemente cerca para percibir de forma más intensa su perfume, ella pareció estremecerse un poco ante mi proximidad, podía notar que volvió a relamer sus labios y su respiración se volvió irregular, sonreí levemente al ver que tenía algo de efecto en ella, ¿entonces no entendía mal su lenguaje corporal?
Nena de los ojos grises, me cautivas.
—Hoy no eres conejita. —comenté intentando romper el hielo.
La vi abrir un poco los labios pero no dijo nada y el rojo de su rostro se oscureció aún más.
Creo... que volví a incomodarla.
¿Qué estaba haciendo mal?
Me voltee hacia el escritorio para firmar la hoja en un intento de simplemente apaciguar las cosas y ella pareció volver a respirar con normalidad y retrocedió un poco encogiéndose de brazos; protegiéndose, eso significaba este gesto inconsciente, sabía que esa era una forma de encontrar autocontrol.
Tomé el lapicero leyendo lo que decía la hoja rápidamente y firmé, nunca firmaba nada sin leer primero.
—Listo —dije tomando la hoja para ofrecérsela.
Sus ojo grises me observaban con algo de duda, sabía que ella quería decirme algo, así que continué diciendo:
— ¿Estás bien?
Ella miró a algún lado de la habitación evitando mirarme, pero sabía que algo la estaba inquietando y esa mancha en su barbilla de chocolate me hizo imaginarla pasando la lengua por su barbilla y...
Hey, hey... calmado.
—Yo... si, uhm —dijo Nube pareciendo estar en todas las emociones, menos bien.
Creo que ella quería irse, solo que algo se lo impedía.
—Aquí tienes —repetí al ver que no tomaba la hoja y ella la tomó—, puede retirarse señorita Queen.
El sonrojo en sus mejillas se oscureció otra vez.
Ahora estaba muy claro que no podía entender por qué de repente parecía querer decirme algo y a la vez parecía incómoda.
Creí que quería irse, pero aquí estaba ella, sin decir nada, frente a mí.
Era tan enigmática que no poder interpretar lo que pensaba comenzaba a frustrarme.
—Profesor Parker, leí su libro... —soltó por fin pareciendo aliviada de haber hablado— bueno, parte de él.
¿Entonces sí quería seguir aquí conmigo?
Estaba sacándome conversación.
Sonreí levemente, creo que ahora comenzaba a entender que ella en realidad luchaba con su moral, me deseaba, pero se resistía.
—¿Que te ha parecido? —pregunté.
Ella relamió sus labios, parecía ser un gesto que repetía mas frecuente cuando estaba nerviosa, y ella no tenía ni idea del efecto que eso tenía en mí; seduciéndome.
—He cambiado mi forma de mirarlo —dijo fijando su mirada en la mía—, es decir siento mucha curiosidad por lo que sabe de la hipnosis, ¿de verdad una persona puede cederle el poder de su cuerpo a otra persona solo con la mente?
Estaba literalmente emocionándome internamente, que ella tuviera curiosidad por mis cosas y mis conocimientos, eso era un gran indicativo de que yo le interesaba, estaba interpretando todo bien, mi teoría de que ella solo intentaba ocultar su deseo hacia mí crecía más.
—Hay muchas formas señorita Queen —respondí—, diversas formas... hasta unas muy... placenteras.
Unas muy placenteras que me encantaría hacerte si tan solo me dejaras entrar a tu mente.
Ella dejó de respirar, y la vi tragar pesadamente saliva.
—Puede llamarme Nube. —murmuró.
Creo que aquí había remordimiento por rechazarme ayer, tenía que infiltrarle subliminalmente que estaba poco interesado, de esa forma su deseo incrementaría.
—Prefiero señorita Queen, hay que mantener el respeto, no quiero incomodarte con algo inapropiado. —repliqué, recordándole que ella me alejó cuando me rechazó mi oferta de salir.
Ella pestañeó muchas veces y negó con la cabeza.
—Si es por lo de ayer...—comenzó a decir.
—¿Qué ocurrió ayer? —interrumpí sin querer que ella volviera a sacar el tema de que me rechazó.
—Nada profesor Parker —dijo tragando pesadamente saliva—, supongo que nada...
Oh, Nena, deja de luchar contra tu deseo por mí.
Di un paso hacia ella, Nube solo me observó sin respirar; observándome. Sonreí levemente y limpié la mancha de chocolate de su barbilla con mi dedo, comenzaba a provocarme dándome muchos pensamientos de lo que podíamos hacer con chocolate en todo su cuerpo. Lamí el chocolate con la mirada fija en ella, la vi estremecerse, sus ojos se oscurecieron, pareciendo reaccionar ante mi sutil seducción.
—Uhm —murmuré—, Chocolate.
Ella se quedó muy quieta solo observándome, por un momento creí que iba a desmayarse, hasta que de repente pareció reaccionar tomando una pequeña respiración.
Perfecto.
Esto era todo lo que necesitaba para que ella comprendiera que no había otro con el que quisiera estar; solo yo, y entonces dije:
—Cierre la puerta al salir.
Me di la vuelta para volver a organizar la biblioteca, necesitaba darle tiempo para recuperase y que aclarara sus pensamientos deseando volver a estar conmigo.
Dejarla con ganas de más...
La vi por el reflejo salió de la oficina tan rápido que me sorprendí y me reí internamente, terminé de organizar los libros y entonces tomé mis cosas, tenía que irme a la casa temprano para organizar la nueva propuesta de un nuevo negocio de editoriales.
Hoy estaba de mejor humor porque Nube Queen me dio nuevamente esperanzas y ahora dejaba de dudar de mi mismo.
Obviamente Hades, ¿como vas a dudar de tu capacidad de comprensión?
Claro que aun ella me parecía enigmática.
Tomé mi maletín y salí de mi oficina cerrando con llave, al parecer estaba lloviendo, siempre traía un paraguas conmigo, me acercaba al pasillo y vi a se chico Rafael y Karen junto a Nube, si no estaba mal esto no era un buen escenario porque era un mal triangulo amoroso y a juzgar por la posición de Nube donde parecía enfadada porque estaba levemente inclinada hacia Karen, supe enseguida que había problemas.
—¿Cómo me llamaste? —escuché que dijo Nube completamente enfadada.
Desde aquí podía ver el humo ficticio salir de sus orejas.
Karen dio un paso hacia ella pareciendo también molesta, Nube no retrocedió, parecían que iban a pelearse aquí y esto definitivamente podría ser el sinónimo de una expulsión.
Como profesor tenía que interrumpir esto.
—Sé que me escuchaste. —dijo Karen.
Nube parecía lista para saltarle encima y entonces dije para llamar la atención:
—Señorita Queen ¿todo en orden?
Los tres voltearon a verme pareciendo pasmados, terminé de acercarme a ellos, pero en realidad la única que me interesaba era Nube, no quería que hiciera algo estúpido que la metiera en problemas.
—Sí profesor Parker —dijo Nube aclarando su garganta—, ellos ya se iban.
Esto no parecía nada bien.
Karen miró a Nube de forma despectiva y tomando la mano de Rafael se fueron al estacionamiento.
Miré al cielo donde veía la lluvia caer más fuerte haciendo tiempo de que Rafael y Karen se fueran, no habían estudiantes ni profesores alrededor, si quería hacer una invitación indirecta era ahora; la excusa era perfecta por si alguien nos veía es decir, estaba lloviendo.
Voltee a mirarla y para mi sorpresa, ella estaba mirándome, todo su rostro se sonrojó e intentó ver a otro lugar rápidamente.
Eso me parecía gracioso.
Nena, no ocultes tu atracción, eso me atrae aún más a ti.
— ¿Te doy un aventón? —pregunté.
Ella casi pareció ahogarse y me miró como si de repente no pudiera hablar, parecía tambien tener un caos interno entre aceptar o no mi propuesta de llevarla en mi auto.
Por favor Nena, acepta, no me rechaces.
¿Desde cuando deseaba tanto que alguien me aceptara?
Era la primera vez.
—Sí por favor —dijo y me alivié internamente—, esta lluvia no para de caer.
Bendita sea la lluvia.
Sonreí levemente.
—Acercate. —le pedí y saqué el paraguas abriéndolo para evitar mojarnos.
Ella me obedeció acercándose a mí, su dulce perfume, su olor a vainilla que parecía desprender de su cabello...
Controlado Hades.
Comencé a caminar y ella me siguió el paso, ahora que nos dirigíamos a mi auto sabía que era el momento perfecto para proponerle jugar conmigo.
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Y hasta aquí en adelante comienzan a revelarse algunos secretos jiji, así que bueno, ya que ustedes tienen mucha curiosidad los subiré en unos dias y podrán atar cabos en Profundamente tuya eh... xd
Nos leemos pronto.
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Por si desean hablar, tengan un hermoso día :D
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