Capítulo 37: una semana sin Nube
Capítulo 37: una semana sin Nube
No había sabor en ninguna comida, la música clásica de dulce violín no lograba hacer que me concentrara ni tenía la misma sensación de tranquilidad que antes, al igual que las malditas pesadillas me despertaban a mitad de la noche.
Donde todo se veía blanco y claro para mí, ahora era negro y confuso.
Quise llamarla, pero me forzaba a detenerme. Para alguien que luchaba para obtenerlo todo con ambición, no poder acercarme a algo que quería fue un golpe muy bajo para mí.
Escuché a la señora Daniela, una señora de
50 años, viuda que me cocinaba, llegó muy temprano en la mañana como era costumbre en ella. Me acerqué a la encimera observando como sacaba las cosas para hacer la comida de la semana de la nevera y ella se volteó sobresaltada al verme ahí.
—¡Ay, señor Parker! ¡Que susto! —dijo ella dejando las cosas sobre la encimera—, es tan silencioso como un gato.
—Estás despedida. —respondí con simpleza.
Ella detuvo lo que hacía.
—¿Cómo dice? —preguntó confundida.
—Te he dicho que la comida no me sabe a nada y nada de lo que has cocinado me apetece, todo se lo he dado a los perros, así que está despedida.
Ella se apoyó de la encimera sin dejar de mirarme como si no comprendiera lo que le estaba diciendo.
—Señor pero... Incluso le he colocado más sal como me lo ha pedido, he cocinado sus platos favoritos con la misma sazón ¿no ha pensado que el problema es usted y de hecho está enfermo?
Ah, no podía creer que me estuviera echando la culpa a mí de su ineptitud.
—No estoy enfermo. —repliqué.
—Parece —soltó desafiante, la señora Daniela siempre era dulce y servicial, nunca me había replicado hasta hoy, me sorprendía—, y ya que no soy su empleada tengo que decirle que eso parece mal de amor.
¿Pero qué estupidez era esa? Solo la miré esperando que explicara su rara teoría que parecía inventada.
—Señor Parker —continuó—, desde que lo conozco nunca lo había visto distraído o actuar de manera incoherente. Nunca. Hasta esta última semana.
¿Ella también notó eso en mí? No creí que sería evidente, yo creí que estaba actuando normal ante los demás. Pero, supongo que cuando eres frívolo y con dominio la mayor parte del tiempo, se nota cuando algo te desestabiliza.
—Si me permite decírselo —prosiguió Daniela—, si hay algo que le perturba, arreglelo, no hay nadie mejor para arreglar una situación que usted, se lo aseguro.
Eso ya yo lo sabía, no me estaba diciendo algo que no supiera ya.
La señora Daniela inclinó la cabeza a un lado sin dejar de mirarme como si me tuviera lástima, como si fuera su hijo perdido.
—Y si necesita hablar con alguien —aclaró su garganta—, se que no estoy en su nivel intelectual, pero, a veces necesitamos hablar con otras personas y aclarar nuestras ideas ¿no cree?
Al menos ella reconocía que no estaba en mi nivel. Sin embargo no me había dado cuenta hasta este momento que tenía rabia acumulada, frustración y todo empezó desde que tuve que colocar forzadamente un muro entre Nube y yo.
Creí tener conocimiento de mujeres, todas se comportaban igual, pero ella... era impredecible, iba contra todo lo que había aprendido de ellas, ella rechazaba regalos, rechazaba lujos, rechazaba placer, ella solo quería palabras bobas de amor como si se tratara de una novela romántica barata.
—La situación es, una mujer. —comenté luego de varios minutos donde ella solo me observaba esperando alguna reacción de mi parte, dándome el tiempo suficiente de arriesgarme a exponer uno de mis pensamientos más comprometedores.
Nunca hablaba de mis cosas personales con nadie, nunca hablaba de cosas que pudieran afectarle ni le daba el poder a otros para que vieran debilidades en mi. Pero estaba tan fuera de mí, que me di cuenta de que ella tal vez sabría algo de esto, algo que yo no veía, entre mujeres tal vez se comprendían.
—¿A usted le gustan las mujeres? —preguntó pareciendo sorprendida.
Noté como su rostro se volvió rojo cuando vio que yo no le respondí su pregunta estúpida. Ella aclaró su garganta y murmuró:
—Lo siento, disculpe, es que creía... lo siento, olvídelo. ¿La situación es que estaba saliendo con una mujer?
La miré sin decir nada, aún no sabía por qué le había confesado mis molestias, de seguro que no lograría entenderlo. Sin embargo, ella dio un paso hacia mí como si se tratara de un león a punto de morderle el brazo si hacia un movimiento en falso.
—¿Usted la dejó? —preguntó.
—No, ella se fue —respondí—, ella quería que fuera romántico.
Ella se rió entre dientes y al ver mi mirada frívola, aclaró su garganta.
—Lo siento, pero, creo que lo más romántico que he visto de usted, señor, con todo respeto, es cuando mira las frutas híbridas del jardín, parece admirarlas y... si admira a esa mujer como admira su cosecha, entonces, vale muchísimo la pena. No la deje ir. Y si le soy sincera, no creí que usted fuera de esas personas que se diera por vencidos.
Nunca me daba por vencido y definitivamente admiraba a Nube Queen, más que su evidente belleza, ella lograba hacer que mis atascados pensamientos fijos dentro de mi cabeza se dispersaran.
Ella lograba hacerme sentir, y para alguien que se le hacia difícil conectar con sus sentimientos esto era algo completamente nuevo.
Me di la vuelta para irme, pero me detuve en seco y volví a mirarla.
—¿Recuerdas lo que dije de despedirte?
—Sí.
—Mentí.
El brillo inundó su mirada y sonrió ampliamente.
—¿Ya no estoy despedida?
Eso era más que evidente pero afirmé con la cabeza en confirmación y ella saltó en su lugar. Tal vez debería de darle un aumento.
Volvería a ver a Nube, volvería a recuperarla y por primera vez, consideré aceptar sus condiciones... intentar ser el hombre de flores y corazones que ganara su corazón y la convenciera de no dejarme.
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Nuevo capítulo de papi Hades❤ espero les haya gustado, ya estoy editando el otro, así que probablemente lo suba la semana que viene❤️🩹 me gusta esta parte de Hades siendo un caos por Nube jajajj ¿que piensan?
Instagram: ysarisareinamoo
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