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Capitulo 32: No puedo apartar la mirada de ella

No quería ser tan brusco con mis palabras, a veces me salía natural, por eso siempre intentaba encontrar las palabras adecuadas y otras veces solo callaba.

Era preferible no decir nada a decir algo de lo que me arrepintiera después, las palabras no podían recogerse después de ser lanzadas, por eso prefería el silencio.

Ella tragó pesadamente saliva y dijo:

—No estoy enamorada de ti, solo me caes bien.

Sus ojos brillaban al mirarme, pero podía fingir que le creía al menos por el momento.

—Tú también me caes bien —murmuré—, así que es preferible que todo siga así.

¿Por qué complicar las cosas con la palabra "amor", el amor dañaba todo, el amor dañó a mi madre porque nunca se sintió amada, el amor dañó mis relaciones anteriores porque ellas no entendían que no podía tener ese sentimiento.

No quería sentirlo.

Tampoco sabía lo que se sentía ser rechazado por alguien a quien amabas.

Experiencias a las que prefería estar ajeno, lo mío era el dinero y con eso estaba feliz, sin embargo ahora entendía que había un vacío, algo que me faltaba pero que con Nube se sentía completo.

Me asustaba.

Más aun me asustó pensar que por medio segundo pude perder a Nube ahogada, nunca sentí tanta desesperación por alguien, esta mujer me llevaba la contraria a como diera lugar.

Me irritaba y me atraía de una forma indescriptible.

Tenía que mantener mis pensamientos neutros.

Continué manejando el yate en dirección a la isla Parker, Nube se quedó quieta en su lugar pareciendo tener miedo ahora de moverse.

Pobre y linda conejita, ahora estás en las manos del águila.

Ella me preguntó a donde íbamos y dije orgulloso:

—A la isla Parker.

—¿Qué? —dijo sorprendida— ¿Tienes una isla?

Me reí para mis adentros.

Tengo muchas cosas, Nube.

—Herencia de mi abuelo. —expliqué, no quería dar más detalles, mi madre tenía una familia rica, pero que nunca la apoyaron cuando ella decidió ser artista, sin embargo cuando ella falleció a mi abuelo le dolió mucho y me dejó varias como herencia que le tocaban a ella, claro que a mi hermano Dionisio también, pero él invirtió el dinero en negocios donde no sabía administrar el dinero, más de una vez lo tuve que ayudar, él era un desastre.

Dejé el yate a la orilla de la arena y me bajé para ayudar a Nube a bajar, ella parecía fascinada y a la vez algo atemorizada viendo a mis guardias en sus posiciones cuidar el perímetro, pero no quería que de alguna manera apareciera Arcangel o Titán haciendo un desastre, había aumentado la seguridad.

Había muchas personas locas, como mi primera Mártir después de que Kora me enseñó todo lo que me enseñó, duró menos de una semana, como dos días, una mujer que iba conmigo en la universidad, Melisa, su interés en mí era evidente, ella parecía destacar por sus buenas notas en clases y era físicamente atractiva, la invité a mi casa una noche y ella accedió a ser hipnotizada, sin embargo, al ser tan nuevo en esto, no supe como sacármela de encima cuando en el segundo día me dijo que me amaba después de follar.

La alejé.

Sin embargo ella empezó a acosarme, a ser intensa, por suerte fueron los tiempos de la graduación y pude zafarme de ella cuando me mudé, fue una experiencia horrible, luego coincidimos en negocios porque ella trabajaba como ingeniera principal de una empresa, parecía haber madurado, nos llevamos bien y conservamos una amistad moderada, pero nunca quise volver a intentarlo con ella.

Era mi regla, terminar todo sin posibilidad de regreso, solo vivir el momento.

—¿Esta casa también es herencia de tu abuelo? —dijo Nube pareciendo asombrada al ver la casa de la isla.

—Si —dije— ¿Quieres comer algo?

Ella no había almorzado, yo tampoco, aunque realmente no tenía hambre de comida... solo me imaginaba como reaccionaba su cuerpo, como parecíamos atraernos con una atracción irresistible y y sentía mi miembro empezar a llenarse de sangre.

Tenía que respirar profundo.

Tenía que controlarme.

Me desconocía ante el deseo que sentía todo mi cuerpo solo al imaginar al estar nuevamente con Nube.

Ella deslizó sus hermosos ojos grises por mi torso y cuando volvió a mirar mi rostro noté como pareció tener esa mirada llena de seducción que podía atraerme como abeja a la miel.

Nena, te deseo demasiado ahora.

Que ella siguiera húmeda por el baño de la playa no ayudaba; aumentaba el deseo en mí. Ella alzó ligeramente una ceja y murmuró:

—No quiero comer comida.

Esperaba realmente que pensáramos lo mismo; comernos en la cama.

—¿Y qué te provoca entonces, Nube? —Pregunté acercándome a ella, necesitando sentirla, percibir lo que deseaba.

Nube pareció quedarse en blanco.

A mi me provocaba tenerla mojada y hacerla mía ahora.

—Tenemos que sacarnos el agua salada —dije inclinándome hacia ella—, después de habernos bañado en la playa.

Ambos estábamos empapados con el agua de mar, pensar en pasar mi lengua por su piel, empezaba a estremecerme.

Ella se quedó sin habla.

Alcé mi mano para que me la tomara.

—Ven —dije y ella me la tomó, la tensión entre los dos volviéndose grave cuando la sentí piel con piel y ella se estremeció.

Quería tocarla.

Ella fijó sus ojos en mí y yo murmuré:

—¿Sabes qué pasa cuando te tomo la mano, Nube? —susurré, sentía que era nuestro código; un lenguaje que nunca había empleado con otras porque a ninguna tuve que convencerla, solo a ella.

Nube respondió sin dudar:

—Es placer.

Justo eso era lo que quería oír, que ella supiera lo que quería; que respondiera también deseado lo mismo. Empecé a caminar hacia la habitación sin soltarla; ella me siguió.

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Wenasss conejitas lindas, recuerda votar :D