Capítulo 22: El collar
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Capítulo 22: El collar
Esperé su reacción, la percibí confusa, eso era bueno, quería decir que no estaba con él.
—Uhm, no —dijo Nube.
Dudó.
¿Quería decir que entonces sí le estaba dando entrada?
Basta Parker, deja de pensar tanto en todo esto.
Pero no podía, ni mucho menos podía apartar la molestia que me generaba pensar en ellos dos juntos.
—Es decir —continuó diciendo—, me acompañó a ballet y luego fuimos a comer algo para hacer lo de química, pero, no está pasando nada entre nosotros.
Que lo aclarara me daba más tranquilidad, pero a la vez no podía calmarme ante la idea de que él pasara tiempo cerca de Nube, mucho menos después de lo que escuché; él quería conquistarla.
No quería incomodar la situación pidiéndole o exigiéndole que se alejara de él, no quería asustarla ni alejarla de mí por eso, mucho menos cuando no me había aceptado aún, así que preferí mantenerme al margen, de esa manera tal vez no la incomodaría.
Por primera vez me sentía celoso de que una mujer dudara de esta conmigo y estuviera pasando tiempo con otro.
Me aseguré de llevar el carro del hermano de Nube a un taller mecánico que confiaba ciegamente, eran de profesionales, me encargué de darle las instrucciones de que quedara perfecto, no dudaba de sus capacidades, yo era el mejor, por lo tanto usaba solo lo mejor. Harían el trabajo por la mañana debido a que la lluvia había dejado nubes oscuras y un ambiente casi anochecido.
Me acerqué a Nube, ella estaba de brazos cruzados evidentemente preocupada mordiendo sus labios, haciéndome recordar lo mucho que deseaba follar su boca, sentir su lengua humedecida sobre mi glande...
Parker, hey, basta.
—Mi hermano me va a matar —dijo Nube cuando me detuve cerca de ella.
¿Por qué la mataría?
¿Era agresivo?
Nube lo dijo sin alterarse, debía de ser sarcasmo, no lo decía en serio. Para mi alivio.
—Supongo que el auto es de tu hermano —dije aunque ya lo sabía, no quería parecer acosador.
—Sí —dijo tomando una profunda respiración, su pecho subiendo y bajando, haciéndome recordar sus gemidos cuando los metí a mi boca y jugué con sus pezones.
Parker, controlado, detén tus pensamientos.
Aclaré mi garganta.
—Lo tendrán listo para mañana —dije—, así que solo espera.
—Vale. —dijo Nube afirmando con la cabeza, lo mejor de ella era que confiaba plenamente en mí sin replicar, reconstruyendo mi ego lastimado.
Tal vez...
Tenía una oportunidad de que ella quisiera volver a mi casa y esta vez, aceptar el juego.
Ahí estaba, el collar que le regalé colgando en su cuello como un hermoso adorno delicado.
Que llevara algo que yo le regalé me dio nuevas esperanzas.
—Ven, te llevo. —ofrecí, sus ojos como la plata brillaron aún más.
—Gracias. —dijo.
Ella se volteó para empezar a caminar a la camioneta, mis ojos se deslizaron por su cuerpo, quería tenerla completamente desnuda ante mí, no a medias. Lo necesitaba.
De repente Nube se detuvo y se volteó hacia mí mirándome confusa.
—¿Que? —soltó sin aliento.
Uh, tal vez sintió mi mirada.
Miré el collar de su cuello y le ofrecí una ligera sonrisa.
—Tienes el collar. —comenté.
Ella llevó la mano a su cuello tocando el dije de la llave como si se le hubiera olvidado, su rostro sonrojándose un poco.
—Yo... —comenzó a decir, me acerqué a ella, al ver que no se inmutó toqué el el collar en su cuello la hacía ver muy elegante. Ella pareció olvidar como respirar, su mirada clavada en la mía.
Nena no me mires así...
Me daba tantas ideas y las ganas de tenerla otra vez estaban matándome.
—¿Eso quiere decir que ya estás segura de aceptar?
El sonrojo en su rostro se oscureció un poco y contestó:
—Eso quiere decir que me gusta el collar.
Fruncí el ceño, ¿acaso se burlaba de mí?
Odiaba que jugara con mis ganas.
—Te di explicaciones de cuando usarlo. —dije.
Ella se encogió de hombre mientras estrechaba los ojos para decir:
—Todo este tiempo que nos hemos conocido, ¿aun no te has dado cuenta de que no te voy a obedecer?
El hecho de que me retara era lo que comenzaba a enloquecerme, era impredecible, sentía que se escapa de mis manos, me enloquecía.
Di un paso hacia ella, la noté temblar, sus ojos grises sin apartarse de los míos.
—Si quieres que te lo devuelva... —murmuró.
¿Qué?
Por favor... si tenía el collar puesto, quería decir que estaba a salvo.
—No, es tuyo —dije acariciando la cadena—, úsalo, luce lindo en tu cuello.
Ella no dijo nada, por un momento miré su boca y por medio segundo me pregunté como se sentiría cuando por fin la tuviera de rodillas frente a mí.
De repente Nube dio un paso hacia atrás apartándose de mi toque pareciendo temerosa, como si de alguna forma hubiera leído mis pensamientos.
No te alejes.
Comenzaba a odiar que se alejara de mí.
—Yo, voy a tomar un autobús a mi casa —comenzó a decir—, no queda muy lejos.
¿El autobús?
Alcé ambas cejas, ahora esto de darle un auto comenzaba a hacerme ruido en la cabeza, no quería verla en el transporte público.
—Yo te voy a llevar. —le dije, no le veía sentido que se fuera aparte; si yo la podía llevar.
—No —replicó—, mejor me voy por mi cuenta, ¿vale? No quiero seguir molestándote.
¿Molestandome?
Que me evitara, me molestaba y me obsesionaba.
Esta mujer terca iba a hacerme sacar canas verdes.
No entendía por qué se resistía a mí si todo su lenguaje corporal me decía a gritos que me deseaba de la misma manera que yo lo hacía.
Ella se volteó para irse, pero de repente resbaló cayendo de frente, aguantándose de sus manos y sus rodillas muy rápido, no pude alcanzar a cogerla.
—¿Estás bien? —dije yendo hacia ella, Nube apenas estaba asimilando lo que ocurrió, la ayudé a sentarse, se había hecho una ligera raja en el pantalón a la altura de la rodilla y de ella empezaba a salir sangre.
Ay Nena, parecieras que te falla la gravedad.
—Sangre. —susurró Nube pareciendo horrorizada, no comprendía si estaba así porque le gustaba ese pantalón y se lo había roto o por la herida.
—Es... apenas un rasguño... —comencé a decir pero Nube pareció palidecer y puso los ojos en blanco perdiendo las fuerzas en su cuerpo, la tomé justo cuando se desmayó.
Uhm, al parecer la conejita era sensible a la sangre.
Tomé una profunda respiración y la cargué al auto dejándola en la parte de atrás, ella no pesaba nada, pero claro, para eso alzaba pesas y estaba bien entrenado, se me cruzaron miles de ideas por la cabeza que la incluía a ella cargándola en varias posiciones.
Mi mente estaba en desenfreno, pero evidentemente no haría nada hasta que ella aceptara.
La llevé a mi casa dejándola en el sofá y fui a cambiarme, tenía que esperar a que despertara, así que mientras tanto tomé mi teléfono para pedir un auto para Nube, sería mi regalo por haber vuelto a mí...
Así fuera de manera inconsciente.
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HOLAAAAAA! Conejitas preciosas :D espero tengan un hermoso día.
Feliz visperas de Navidad, espero coman mucho y esten con las personas que aman, las amo :D recuerda votar.
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