Capítulo 9: Smile
SeokJin observa como su mejor amigo rueda sus pares cada que se topa con un anuncio acerca del baile de graduación, refunfuñando con los parloteos de los estudiantes sobre el mismo tema trending topic que circula por los pasillos del instituto; el azabache hasta se atreve a arrancar de las paredes dos pancartas del evento. Con esto último, no logra acallar su lengua:
–No comprendo cómo si todo marcha bien contigo y Jungkook, te niegas tanto a aceptarlo.
–¿De qué hablas? Ni siquiera he abierto mi boca hoy.
–Estás muy callado y pensativo, ese es el problema – aventura con todo su interés en el más bajito –. Dijiste que tuvieron otra cita el fin de semana y todavía no me has dado detalles. ¿Ocurrió algo en particular que sea relevante?
–No, nada. Y es que ese precisamente es el tema, ¿Qué es lo que yo espero, Jin? – explota de repente, deteniéndose en pleno jardín para encarar al contrario –. El mocoso ya me contó sus intenciones. Me dijo que le gusto, y a estas alturas no sé por qué me interesa tanto lo que el "Principito" me escupió en la cara.
–Alto, ¿Te refieres a tu hermano el principito? No te capto cuando hablas atropellando las oraciones, deberías de ser rapero – frunce sus labios en incomprensión ante su huraño dongsaeng. Trata de unir las piezas de información que le fueron soltadas, haciendo que saque sus propias conclusiones al respecto: –. Yoongi, estás empeñado en darle demasiadas vueltas a las cosas y me preocupa que te cierres a experiencias por ese motivo. ¿No te gusta Jungkook? Porque si a este punto no has rechazado sus salidas, significa algo.
Yoon lo aceptaba -para sí mismo-, pero expresarlo libremente era más complicado, y exclusivamente él comprende la causa principal. Sin embargo, confiaba en su hyung para todo, así que se da por vencido y lo jala en dirección a uno de los árboles que dan mayor sombra, junto a unas mesas de madera rayadas con estúpidos dibujitos y palabras cursis u obscenas que han sido estructuradas por los demás estudiantes.
–Me gusta, ¿De acuerdo?
–Es obvio, no toleras compartir oxígeno con cualquiera de esa manera, mi pregunta es, ¿No se lo has dicho?
–No es tan sencillo, hyung – susurra, esquivando al ya emocionado pelirosa que sonríe como si su confesión fuese un premio de lotería; que bobo es Seokjin a veces –. Actúa tan distinto a los demás imbéciles que rodean el planeta, que me da algo de miedo confiar completamente...
"Muy bueno para ser verdad."
–Es porque en serio te gusta, es normal – opina comprensivo, sobando el hombro del contrario en señal de apoyo –. Si te cierras sin arriesgarte, no vas a saber hasta dónde llegarán. Si Jeon ha sido claro contigo y es tan genial como para gustarte tanto, al extremo de hacerte un lío en esa cabezota rebelde tuya, no tienes que preocuparte demasiado. Disfruta lo que dure y no temas al final.
–Lo intento, lo juro, es que... No ¿Sabes qué? Está bien, me relajaré un poco y quizás le confiese que sus estúpidos coqueteos lograron un mínimo avance – concluye con una sonrisa irónica en sus labios, pero que el más alto toma como sincera. Su humor nuevamente se drena cuando, al retomar su trayecto, vuelven a captar más comentarios eufóricos sobre el baile –. Pff, no entiendo realmente cómo funcionan sus mentes. ¿Quién diablos desea asistir a un evento tan cursi, repleto de globos con estática y donde distraen a los profesores para meter alcohol en el ponche? Seguro hay hasta piojos ahí y alguien resbalará con el sudor en el suelo.
–Pues... Yo quiero ir – levanta la mano en una sonrisita. Sisea un quejido cuando el bajito lo ve mal –. No me mires así. El baile ocurre una vez en la vida, será nuestra última noche viéndonos las caras, recordando la preparatoria y dejando una memoria de nuestra culminante adolescencia.
–A ti no te agrada nadie de aquí, y a mí mucho menos – recalca con un sonidito hastiado antes de seguirle el paso a su mayor –. Muero por estar lejos de ellos y dejar atrás la etapa de las espinillas, hormonas innecesarias y tarados que se ríen por escuchar la palabra "Pene" en la clase de biología.
–Cierto en todo lo que dices, pero sí me gustaría ir si tuviese pareja – admite con un puchero apenado –. El baile es importante para mí sencillamente porque quisiera vivirlo a mi manera, los demás que se pudran mientras yo estoy en mi momento. Claro que tampoco tengo un traje nuevo ni zapatos lustrados, o algo por el estilo...
Traducción: Seokjin no había sido invitado por alguien digno de su atención.
–Hyung, vales más que el montón de descerebrados de la escuela. Te diría que invites a alguien, pero nadie es digno del genial Kim Seokjin cabeza de chicle – se burla para levantar el espitiru de su amigo, hasta que su cara se contrae en una mueca en disgusto al toparse con unos tipos lanzando comentarios babosos a las porristas con mini faldas; definitivamente la preparatoria daba asco –. No quiero sonar a amargado o a esos amigos tóxicos y prohibitivos que te arrastran con ellos, pero pienso que estaremos mejor en mi casa viendo películas, oyendo música y comiendo tus deliciosas recetas. Crearemos un stigma, nuestra propia celebración, no digas que no es original.
–De acuerdo, tú ganas – carcajea por las expresiones graciosas que Min da sin recato alguno –. Te invitaría a ir juntos y a que nos digan "YoonJi noviecitos..."
–Como siempre nos dicen al ser los solteros – completa con elocuencia – Es costumbre.
–Antes lo era. Tú ya tienes rumores con Jeon desde el video de su show en el campus – revierte con astucia y socarronería, aunque Yoongi finge no haberle oído –. En fin, te invitaría, pero sé que dirás que no.
–Exacto.
–Así que me abstengo a hacerlo y mejor consideraré tu plan "Hyung y dongsaeng creando tendencias en Pinterest y Twitter".
–Seremos una sensación, una tendencia, Seokjin.
–Ujum, y si consigo alguna cita, te quedas solo con tu Kimchi.
Yoongi empuja suave a Jin con una risotada, y al menos logra relajarse un poco de todo el estrés que se ha vuelto su vida recientemente.
✩
Jimin enfoca su puntería con el arco en el blanco redondo que el profesor les indicó; no tiene idea de por qué les dan clases de arquería, las tomó porque era el único deporte extracurricular que no requería tanto esfuerzo físico ni lo hacía sudar como su hermano en el campo de baloncesto. Tampoco le desagrada el ejercicio, le ayuda a mantenerse en forma y a despejarse, aunque prefiere el baile.
Claro, su paz se ve perturbada al percibir una fuerte colonia que se presenta a sus espaldas, como la voz en su oído que lo hace inmediatamente tensarse:
–Luces muy sexy concentrado y apuntando con una flecha, precioso.
Con leve disimulo, se remueve del agarre en su cintura, logrando que el otro se aparte.
–Ah, eres tú.
–¿Quién más vendría a apreciarte?
"Taehyung" se le ocurre decir, optando por mejor apretar la mandíbula y soltar la flecha sin previo aviso, casi clavándola en el trasero de alguien al rozarlo y oír su grito.
No le interesa sonar cortante o siquiera disculparse con su casi victima:
–¿Se te ofrece algo?
–¿Estás enojado aún? Vamos, no te lo tomes personal, Minnie – sonríe con encanto y con completo descaro –. Ya lo dejé claro con tu amiga, sólo me interesas tú. Ella fue una distracción de la cual me arrepiento.
Era falso, pero Park no tiene que saber.
–¿Vas a decirme qué necesitas? – pide con impaciencia, odiando el apodo que le ha dado con una confianza que ni le ofreció – Estoy en plena clase, Kai.
–¿Lo quieres directo? Bien. El baile de graduación, quiero invitarte como mi pareja.
El uniformado se remueve por la incomodidad que le produjo la invitación.
–Eh, no puedo ir porque mi hermano no asistirá, lo siento – no se esmera en sonar sincero o perturbado siquiera, la verdad estaba por huir –. No irá ni porque le suplique.
Kai da una risotada antes de guiñar su ojo y sujetar el mentón del rubiecito.
–Oh, no te preocupes. Él irá, lindo.
Park observa a Jong-in en total desentendimiento en lo éste que se va del campo. ¿De qué hablaba el tarado con escasas neuronas y, tristemente, encantadores rasgos físicos? Lo que fuera, él se negaría rotundamente en ir con ese al baile...
Y comienza a ofuscarse porque aún su casi novio no le ha invitado siquiera.
–Hombres estúpidos...
✩
–Hola, chico misterioso.
Seokjin se sobresalta en su sitio, arrugando su entrecejo ante la aparición inusual del sonriente pelirrojo.
–Literalmente estamos en clases de teatro desde el año pasado. No soy un misterio, Jung.
–Bueno, me gusta identificarte como tal porque eres el chico más interesante en la escuela – admite ahora con una sonrisa nerviosa, cada que se acercaba al pelirosa sus propósitos se iban a la borda; sip, no tenía moral para siempre molestar a Tae con su noviecito cuando a él igual le sudaban las manos como un ñoño ante el hyung que le gusta desde inicios de ese año escolar. La belleza de Jin siempre le dejaba sin aliento y lo volvía un estúpido –. T–tu vestuario es genial, la obra de fin de curso fue la mejor por tu interpretación, hyung.
–Gracias, supongo – modula con cierta timidez bajo su seriedad. Hoseok era uno de los tipos más llamativos de su clase de teatro, por lo payaso y lindo que es -a su parecer-, pero le irrita cada que lo busca con excusas babosas y ñoñas –. ¿Se te ofrece algo?
El menor rasca su nuca, riendo con un titubeo al apuntar hacia el casillero abierto.
–Andaba por el pasillo y no pude evitar echarle un vistazo a tu locker, con todos esos recortes y cosas pegadas. Parecen suturas de Chucky de tantos parches y...
–¿Te estás burlando de mí?
–¿Ah? ¡N–no, no, me gusta bastante el estilo! – su voz se eleva tanto, que debe carraspear y tragarse la vergüenza de ser visto por los demás estudiantes; aunque, honestamente, más nervioso le tienen los oscuros orbes delante de él –. Es decir...Noto que eres bastante fan de Shakespeare.
–Más que una fan, es mi esposo de la literatura – agrega con orgullo, para después torcer sus labios en un intento de ocultar una sonrisa –. No eres bueno iniciando una conversación.
Maquina una estrategia rápida en su cabeza para no perder la oportunidad con el de labios abultados, y de inmediato se le viene algo en mente, tomando una inhalación dramática:
–Es al separarse cuando se siente y se comprende la fuerza con que se ama. Una despedida es tan triste que te diré "Hasta mañana" hasta el amanecer. Aquel que se mofa de las desgracias ajenas, es porque nunca las ha sufrido en sus carnes. Deseo no recordar cómo se pensaba. Si profano con mi indigna mano este sagrado sacramento, pecado de amor será. Creía...
–Conocer el amor hasta que tu belleza sedujo a mis ojos – completa con gran perplejidad, sus comisuras se elevan en grande por inercia –. ¡Wow! Nunca conocí a alguien más que, sin estar obligado, se supiese las líneas tan bien.
–También soy fanático de tiempo completo – corresponde con un encogimiento apenado –. Finalmente llamo tu atención con algo.
–¿Querías llamarla? – inquiere con hilarancia, pero no una malicioso, por lo que el otro se relajó con una risita que iguala la suya – Sólo no te esfuerces tanto, Jung. Sé tú mismo, debiste empezar por ahí.
–Entonces... ¿Tengo oportunidad de invitarte al baile?
Jin siente el calor en sus mejillas, a punto de tartamudear cuando acomoda su bolso con su mano libre para distraerse de no colapsar de emoción en pleno pasillo. Tiene que lucir cool, como diría Yoongi.
–Tendré que pensarlo. Tengo una larga lista de espera, ¿Sabes?
Hobi suelta el aire con una sonrisa acorazonada.
–La verdad, esperaba que me rechazaras de inmediato. Tengo esperanzas, lo intentaré, Jin hyung.
Sin más, el bailarín se pierde a su clase de baile, ya iba tarde, a lo que el mayor se ríe bajito por lo gracioso que luce éste corriendo entre los que le empujan de mala gana.
Puede que esta vez su mejor amigo deba ceder un poco, o de lo contrario, lamentaría dejarlo solo en su noche de Kimchi y Ramen...
✩
Da los últimos apuntes en su libreta, sonriendo triunfante una vez aprecia la canción terminada; no era para una tarea de su clase, simplemente la invadió la creatividad en pleno parque y quiso aprovechar para dejarse fluir en el papel con ayuda de su bolígrafo.
Tan sumido en su mundo se hallaba, que no se fijó en un particular chico de camisa de cuadros negra que la toma desprevenido con un llavero que extiende encima de su hoja.
–Encontré esto escondido en mi sofá esta mañana – sonríe ladino por el sobresalto que el otro trató de aparentar no tener –. Iba a dártelo durante la escuela, pero difícilmente te vi alrededor.
–He estado ocupado con los finales – indica, aliviado en lo que tiene el preciado adorno devuelta en sus manos –. Gracias, estaba perdiendo la cabeza buscándolo por doquier.
–No hay de qué – se sienta a su lado al responder con desdén–. Realmente te esfuerzas por las calificaciones.
Yoon da un mofido.
–Ya que doy tantos dolores de cabeza con mi actitud problemática, debo compensar al director y a mi padre con algo bueno. La universidad ya me aceptó, pero quiero mantener mi promedio hasta el final.
Kook se acomoda, más serio ahora que tocan el tema.
–Así que es cierto, ¿Te irás a la universidad de Tokio?
–Papá no quiere aceptarlo, pero es casi un hecho – confirma con voz tenue. Comprende que aquello significa alejarse del ojos café en algún punto; la idea ya no le agrada del todo, y aparentemente tampoco al mismo chico, porque mira al frente en total silencio, impasible. Para aliviar el ambiente, y aprovechando para saciar su curiosidad, inquiere: –. ¿Tú? ¿No tienes planes después de la graduación?
–Ninguna carrera me ha llamado la atención hasta ahora.
–No es cierto.
–¿Lees mentes, hyung?
–No, pero conociéndote he logrado ver algunas cosas – espera unos segundos para adivinar con entonar más apacible: –. ¿Tienes miedo de no ser aceptado?
–Una carrera cuesta mucho dinero, Yoongi – concede tras una pausa, le era raro sentirse expuesto por alguien más, sobre todo, por él. Le estaba leyendo bien, y no sabe si quiere detenerlo o dejarlo indagar cuanto desee –. Incluso si gano una beca o algo, el tiempo que estaré estudiando podría invertirlo en trabajar para ayudar en casa. Además, sé que conseguir trabajos a medio tiempo es una mierda falsa, siempre terminan sobreexplotándonos como jóvenes, y tendré que salirme del campus o del trabajo a la final.
–¿Le has dicho a tu padre?
–Quiere que estudie, pero sabemos que es una linda fantasía. No admitirá que será duro sin tener ayudada y manteniendo gastos en lo que requiera para mis clases – bufa con un oculto desgano –. Tal vez pueda ir más adelante, al estabilizarnos más.
Min le escucha sin intervenir, es un tema claramente difícil para el tatuado chico. No desea irrespetar su decisión o ser entrometido, por más que se descubre a sí mismo preocupado por el futuro del menor.
–¿Y cuál es tu idea? Digo, ¿Tienes pensado algún trabajo en específico?
Afirma con un sonidito.
–Mi tío me ha ofrecido trabajo en Busan, tiene una buena oferta para que lo ayude con un taller de motocicletas. No tiene el dinero para enviarme y cubrir todo lo inicial, así que estoy reuniendo para ello. Aunque será horrible separarme de Jieun – se muerde la lengua para no soltar lo que su estúpida cabeza analizó, un "Y al parecer de ti también" peligroso para ambos. Sacude la idea para apartar esas alocadas ideas, concentrándose en lo que exponía primero –. Está muy apegada a mí.
–Ella te admira mucho – sonríe con cierta tristeza plasmada, los segundos pasan en un silencio inexorable hasta que completa: –. Tal parece que los dos tenemos planes distintos...
La sentencia les afectó más de lo que estaban dispuestos a aceptar.
Jungook sabe que no es inteligente dar esperanzas, aún así, es incapaz de no imaginar las posibilidades. No quiere ser negativo.
–Bueno, la vida da muchas vueltas – susurra en lo que le acomoda un mechón negro en la frente a su mayor –. Me gusta enfocarme más en el ahora, hyung.
Sintiéndose expuesto, aparta la mirada con una tosecita.
–¿Por qué de pronto me dices respetuosamente hyung y otras veces me llamas por mi nombre, mocoso?
–¿Te molesta?
–No – espeta con simpleza –. Te lo hubiese dicho desde el primer día de haber sido el caso. Simplemente me es divertido cómo cambias las cosas de un momento a otro.
–Tu eres aquí el indescifrable, Yoongi hyung – se burla un poquito –. Te llamaré como gustes.
–Ajá... En fin, ¿Qué haces por aquí?
–Traje a Hyeok de la escuela y Jieun está con él un rato mientras hacen un proyecto de su clase. Iba a ir a tu casa, arriesgándome a que tu padre me hiciera un interrogatorio, pero te vi sentado aquí y me ahorraste la tortura.
–Está en el trabajo, pero probablemente vendría a patearte el trasero personalmente– continua un poco la broma –. Preferí aprovechar el clima y salir un rato.
–Componías –intuye, obteniendo un asentir del otro que examina su libreta de reojo antes de abrirla despacio en la página que se quedó, el separador casi le hace sonreír porque era gracioso: Un gato blanco con el dedo medio arriba y un "fuck you, go away" escrito.
–Me atacó la inspiración... ¿Quieres, ya sabes...?
Tanto el mayor como el de botas se sorprenden por el imprevisto ofrecimiento.
Min mantiene su rostro gacho, apretando la libreta con fuerza para que no se entrevea su nerviosismo ante algo trivial para muchos, menos para él. Era receloso con sus cosas, más las que creaba.
Jeon pestañea incrédulo aún, con una sensación hormigueante en sus dedos, ganas de aceptar sin más, quizás días anteriores no habría dudado de arrebatar la libreta y examinar todo lo que le dé pistas para su misión de conquista, no obstante, ahora es distinto. Quiere ver porque le interesa, pero...
–Yoongi... No lo sé, ¿Seguro?
–Ya viste uno de mis trabajos sin permiso – resta importancia, más para convencerse de que no era la gran cosa. Kook entendió y tomó la libreta en su cuidadoso agarre, reprime una risa por lo inseguro que luce el chico que aprecia finalmente su reciente composición, quedando mudo por unos cuantos segundos. Comenzó a experimentar más ansiedad por la falta de reacción del inmerso menor, removiéndose en su puesto –. ¿Te comieron la lengua, mocoso?
–No, es que... – traga el repentino estupor, su pulso se aceleró y no tenía idea de lo que le ocurrió, como si todo se detuviese al ver la letra profunda al ser una historia familiar con columpios en un campo de flores, dos hermanos y una madre. Los acordes musicales que orientan la melodía también estaban plasmados, él tocaba guitarra, así que interpreta eso que representa tanta nostalgia y emociones que no supo nombrar. Quería casi con urgencia oír al mayor cantar y tocar aquella obra valiosa en un piano; no exagera, es mucho talento para proyectar sentimientos, ni músicos famosos consiguen ese efecto –. Esto es increíble, ¿En serio guardas todo esto contigo?
Yoon chasquea apenas, alzando sus hombros y bajándolos. No sabe tomar cumplidos, exacto.
–No es como que muchos se interesen en verlo.
–El mundo y su retorcida lógica de nuevo – repite aquella frase memorable que los hace sonreír. Quiso expresarle tantas cosas que ni siquiera sabía identificar. Simplemente, con esos orbes negros y gatunos en los suyos, dijo lo que sí comprendía: –. Eres un gran compositor, hyung. Ves de manera única el mundo, eso es un gran don. Tienes suerte de ello, tener algo que te apasione tanto y ser bueno en ello.
–Gracias, Kook. Solamente Jin, mamá y tú me lo han dicho – confiesa genuina estima en su voz, agradecido con el castaño –. Papá está demasiado ocupado y Jimin muy enojado conmigo como para mostrarles estas cosas.
–¿Siempre ha sido de esa forma?
–Desde mamá.
El pecho de Jungook se comprime con la oración, pues, a pesar de que Yoongi nunca le ha contado nada sobre su madre, él mismo experimenta lo duro que es no tener una con la que contar. Min era alguien que se cubría con una muralla, pero la verdad, lo siente a veces tan vulnerable, con un corazón de oro cargado de vendas, y tiene una gran necesidad de sanarlo...
Porque el suyo estaba igual, pero él lo compensaba últimamente.
Toma con cuidado la más pequeña pero muy varonil del pelinegro, otorgándole una sonrisa totalmente honesta.
–Pues es un honor apreciar su obra, señor Min. Nunca lo dejes, el crear cosas con todo lo que tienes dentro, en serio.
Su tono fue tan suave y su tacto tan delicado, que al pianista no le quedó de otra más que enlazar sus dedos a los suyos, correspondiendo a esa sonrisa tan transparente que incentiva a los insectos en su estómago para hacer una fiesta descomunal.
–No lo haré.
De lejos, cualquiera que apreciara la imagen, la describiría como la de dos jóvenes enamorados que no son conscientes de ello, pero que, innegablemente, logran comprenderse...
A pesar de que Jungkook, en aquel instante, no sabía del todo lo significativo y profundo que era para Yoongi mostrarle algo tan personal.
–Un minuto, ¿Qué?
–Kim-sin-neuronas-Jong-in me invitó al baile – repite con fastidio –. Jennie también intentó dirigirme la palabra durante el almuerzo y la mandé al demonio.
–¡Esto es insólito!
–¡Ya sé! Es el día de los idiotas.
Taehyung protesta exasperado, levantándose de la mesa.
–Me refiero a que Jungkook tuviese razón con el idiota de Jong-in.
Jimin ladea la cabeza en desentendimiento.
–¿Razón con qué cosa?
–Con que volverá a rondearte como un perro necesitado – refunfuña con una mano jalando su cabello y con otra en su cintura –. Era lo que me faltaba, justo en las últimas semanas de clases.
–No te estreses, tal vez se canse con mi indiferencia – aconseja con dulzura, le eran tiernas las reacciones del más moreno –. Además, no le servirá de nada si a mí me gustas tú y lo ignoro a él, Taetae.
–Adoro que seas tan lindo conmigo, pero no alivianas mi preocupación – se da por vencido por el adorable rubio con mofletes, sujetando su mano una vez vuelve a su puesto en la mesa, frente a él –. Si hablo con ese idiota...
–No es buena idea – se apresura a rebatir –. Kai es un cretino, tiene a todos los del equipo de futbol de su bando, y no quiero que te hagan nada por su capricho.
Da una mueca ofendida.
–Soy capaz de defenderme.
Jimin eleva una de sus cejas en cuestionamiento.
–¿Contra todo el equipo?
–Odio que tengas un punto fuerte a favor – formula con un gruñido frustrado tras analizarlo mejor. Odia que su orgullo se quiebre frente al de ojos miel, y todo porque no alzaba pesas debido a que le huía a las actividades deportivas que lo capacitaran a tener algo de fuerza física para golpear a tal imbécil; tiene una pancita por estar comiendo chocolates y jugar videojuegos en su tiempo libre, a cambio –. ¿Qué se supone que haga? ¿Quedarme de brazos cruzados mientras ese tarado le coquetea a mi novio?
Park queda pasmado con la forma que Tae usó para llamarlo, pues el otro no se luce consciente de lo que le causa aparentemente.
–¿Soy tu novio?
Kim la mira algo perdido, traga en seco por los nervios que comienzan a formarseles.
–¿No lo eres? E–es decir, yo creí que, las citas y...
Qué inexperto el pobre Kim.
–No lo tomaba como algo oficial porque no lo pediste formalmente.
–Oh, bien... ¿Ahora es buen momento?
El jovencito sale de su aturdimiento, no siendo capaz de controlar una sonrisa enternecida que nada más el castañito le causaba.
–Pues, arrunaste la fantasía que tenía en mente... Sin embargo, acepto gustosamente.
Tae escapa el aire con un sonido de queja que divierte al más bajito.
–Lo siento, soy pésimo cuando se trata de ti... Me tienes algo embobado.
–Sólo me interesa que tú lo estés – vuelve a ponerse serio, manteniendo el tacto en su petición –. Por ahora será mejor mantener el noviazgo lejos de los demás, y no porque me avergüence, sino porque no quiero que lo arruinen o se entrometan. ¿Estás de acuerdo?
No lo estaba, porque siempre ha querido gritar lo que sentía por el lindo Park menor, pero es cierto que no era buena idea dadas las circunstancias; se recuerda que no se trata de la fuerza -exclusivamente-, sino del hecho de que le mintió a Jong-in cuando le dijo que su plan con Jungkook se trataba de su "único beneficio".
Cielos, si se entera de que lo utilizó para su conveniencia -y para robarle a su víctima-, estaría en graves problemas.
Con una exhalación profunda, contesta en resignación:
–Lo estoy, Jiminie.
✩
–Hey, ¿Que tal anda mi sujeto de negocios?
Kook casi capta el rechinido de sus propios dientes cuando siente la palmada en su hombro y oye a irritante jugador. Encara al tonto con sonrisa de comercial, casi con desgano.
–Apareciste otra vez, Jong-in.
–A tiempo para el baile de graduación la próxima semana – reafirma con decisión –. Quiero pedírselo a Park.
Jungkook se tensa de inmediato, aquello era sinónimo de un gran problema.
–¿No estabas ocupado con Kim Jennie?
Con un gesto, el peliazul le resta relevancia.
–Ya me aburrí de ella, sabes como es. Necesito que Jimin venga conmigo.
–No veo que ocurra después de que te metieras en la falda de su amiguita.
–De ello me encargaré yo, tú tienes otra tarea.
–¿Qué demonios quieres?
–Requiero de tus servicios de nuevo, ya que tuviste éxito con el leoncito Min – suelta con una sonrisa maliciosa. Verifica que nadie los esté viendo para sacar de sus bolsillos los billetes americanos –. Doscientos dólares. Incluye el traje, las flores, todas esas ridiculeces, pero que vaya contigo.
El de cabello oscuro sisea entre dientes, negando y cerrando su casillero con un poco más de fuerza de la necesaria.
–Escucha, tu jueguito me enferma. No lo haré.
–¿Qué? ¿Por qué? – parpadea, descolocado con el sujeto; definitivamente no esperó esa reacción – Todos dicen que te va bien con el salvaje, incluso lo que hiciste en el campo...
–El trato se acabó – remarca con frialdad, siendo tajante –. Cumplí mi palabra, supéralo.
Cuando empieza a alejarse, una nueva propuesta de parte del de cabello azul le detiene en seco:
–Quinientos dólares.
–¿Acaso tus padres son dueños del país o son familiares del presidente Moon? – espeta con desprecio, volviendo a girarse en su dirección, como si estuviese siendo obligado a estar ahí – ¿No te importa gastar tantos dólares en cosas como estas?
–A ellos no les importa, a mí tampoco. El dinero me va y me viene, pero a ti, no mucho – se pavonea con una sonrisa que, por la cara del opuesto, éste seguro desea borrar con una patada que se contiene, chequeando los billetes que le ha extendido –. ¿No te interesa? Serían mil trescientos dólares en conjunto de todo lo que te di, Jeon.
El estar considerándolo le enferma de sí mismo, pero no es capaz de engañarse diciendo que no es una oferta tentadora. A su mente viene cierto hyung con temperamento obstinado, su sonrisa, ojos gatunos astutos y la forma en la que estaba comenzando a confiar en él...
Luego se cruza en su cabeza la carita de su hermanita Jieun, las ojeras de su padre que acompañan a su dolor de espalda y manos sucias con rasguños, y por supuesto que igual rememora su plan tras graduarse; su fondo de ahorros para irse con su tío a Busan, trabajar para ayudar a su familia...
Esa cantidad de seguro sería suficiente, sumando sus ahorros y el trabajar un poco más.
–Imbécil – con todo el pesar y maldiciones que se traga, acepta de mala gana los billetes, marchándose para evitar la expresión de superioridad y victoria que tiene el hijo de puta de Kai, porque iba a golpearle si no se largaba inmediatamente. En el siguiente pasillo, usualmente estaba el salón de artes, se asoma con cautela y divisa por la ventanilla al pelinegro que toca el piano, tan concentrado y tranquilo; sólo él lograba tal armonía en un aula llena de tarados. Es peor al colarse en su mente la tarde de dos días atrás, cuando él le mostró algo tan importante como lo es su libreta de composición personal. Suspira tendido, como si le acabaran de golpear con una fuerza invisible el estómago –. En qué mierda me he metido...
✩
Yoongi olvidó su mochila en la primera planta, motivo por el que desciende deprisa las escaleras de madera alfombrada que lo guían a su sala. Se paraliza cuando escucha a su padre carcajearse como hace mucho no lo hacía; su conversación se escucha como un murmullo en lo que se acerca cauteloso a la cocina, y antes de que su plan de entrometido funcione, su progenitor cuelga la llamada.
–¿Con quién charlabas?
–¡Carajo! – el salto que da el peligris hace que su hijo apriete los labios para evitar una risotada. Reprocha con ofensa: –. ¿Desde cuándo te influenciaste por tu hermano con su instinto de espía chismoso?
–¿Por qué evades mi pregunta? – astutamente se cruza de brazos, dando pasos para acercarse al mayor –. ¿Ocultas algo?
–¿Yo? P–para nada – levanta el mentón de forma retadora –. Soy un adulto maduro, no tengo nada que ocultarle a mi hijo adolescente.
–De acuerdo, ¿Y porqué te reías?
–¿Te importuné?
–Claro que no, extrañaba oírte hacerlo – no duda en aclarar, lamentando que su falta de comunicación le haga creer eso a su padre. El hombre le sonríe ligeramente, pensativo en su mundo, mientras que él no se contiene de añadir: –. Puedes confiar en mí, papá.
Namjoon se topa con los ojos de su hijo mayor, le eran tan hermosos y familiares, que casi le suelta lo que guardaba consigo... Casi.
–Yo...Cuando sienta que estamos preparados, te diré.
Gi tiene ciertas hipótesis, pero no es partidario de asumir ni de presionar -como lo haría su hermano menor-, a lo que asiente comprensivo.
–Sea lo que sea, me alegro que te saque risas sinceras.
Para apartar el tema, el adulto busca dos cucharas y extrae del refrigerador un helado de choco chip, rememorando los viejos tiempos junto a su pequeño talentoso, el cual sonríe y acepta gustoso el postre, de igual forma recordando sus tardes del viernes, viendo caricaturas con su padre y una cómoda pijama de los Looney tunes.
–Dime, ¿Qué maldad hiciste hoy?
–Nada, he estado calmado.
–¿Y ese milagro?
–Los exámenes finales me tienen ocupado.
–Ujum, ¿No tendrá que ver con que Jeon Jungkook te mantiene también ocupado?
–Vamos, papá – finge indiferencia ante la mención, aunque esquiva la mirada del hombre para evitar sonrojarse o delatarse –. No todo gira entorno a chicos.
–Sea como sea, agradezco que no le des dolores de cabeza a Jackson cuando escribe el final de su libro.
El menor entrecierra los ojos de pronto.
–¿Desde cuándo le dices Jackson al director Wang?
–Desde que me llama tanto por tus travesuras que ya nos acostumbramos al otro– improvisa lo más viable con lentitud al verse en terreno peligroso, ahora es él quien esquiva la mirada contraria.
–Ah – no muy convencido, lo deja pasar –, claro...
–Puedes confiar en mí, ¿Sabes? – utiliza el mismo recurso, captando la atención del dudoso azabache –. Dime lo que quieras.
–¿No vas a encerrarme por salir con alguien?
–Sé que sabes manejar de manera madura el asunto – le concede con un suspiro, enterrando la cuchara en el envase para extraer una buena porción y prestarle total atención a su hijo mayor –, aunque no me guste y sea un tema incómodo para un padre.
Ante la aprobación, por primera vez se deja llevar, formulando una interrogante mentalmente. Lo mejor sería ir directo al punto.
–Si a ti te gusta alguien, ¿Le besarías?
El doctor se ahoga un poco con la bola de helado, su hijo ahora le palmea la espalda levemente hasta que se recupera, aparentando normalidad.
–Espera, explícalo mejor, hijo.
–Es que... Soy partidario a que no todo es un dialogo, que no es como una película de romance cliché donde te enamoras a los dos días y que cada suceso es fundamental – gira sus orbes con un farfullar que acompaña el gesto –. La cuestión es, si te gusta alguien y no has dado el primer paso...
–Creo que depende del caso y de la situación – intenta explicar sin guiarse de su instinto de protección paternal, debe ser imparcial ahora y analizar lo poco que le cuenta el contrario. Precisamente, éste atiende ahora con interés a su consejo –. A veces los sucesos sí nos guían por nuestro camino exacto, pero es impredecible, porque no existe un libreto escrito que nos de una pista. En cuanto al tiempo, en realidad es relativo al enamorarse o generar sentimientos, Yoongi. Es posible que te enamores en dos días, aunque suene loco para ti. Muchas personas viven toda una vida juntos y realmente no conocieron lo que era estar al cien por ciento enamorado de alguien.
–Estamos hablando de gustar, no de un enamoramiento...
–Está bien, al punto entonces – sonríe con simpleza ante lo obstinado que es Yoongi –. Es fácil guiarse de las emociones, pero usar la cabeza es importante, demuestra que nos interesa la otra persona como para usar la razón y hacer las cosas de forma correcta. En otras palabras, si alguien no besa a otra persona, a pesar de que da señales de gustarle, debe ser porque realmente quiere hacer las cosas bien, o por algún trasfondo dramático que le perturba. Al menos eso percibo yo.
Yoon afirma con su cabeza una vez obtiene la sabia opinión paternal, le fue bastante valiosa y hasta la hace sentir algo de calma en su pecho. Si bien el asunto del beso le sigue pareciendo irrelevante, estaba teniendo demasiadas ganas de compartir uno con el mocoso, y le era inusual que el chico no lo intentara a dichas alturas.
Ahora comprende que se debe a que no quiere arruinarlo con él, era lo más lógico, ¿Verdad? Estaba comenzando en confiar en Jungkook, y Namjoon lo ayudó un poco más con ello.
–Gracias, papá.
–¿Es todo?
–Sí, y admito que eres un gran consejero.
–Dime que no acabo de ocasionar que te besuquees con ese muchacho de piercings – al ver que el bajito toma el envase de helado y emprende rumbo a otro lado, se alarma, dejando la broma de lado –. ¡Yoongi!
–¡Descansa, papá!
Namjoon lloriquea bajito, pero de cierta forma, siente que ha hecho algo bien...
¡Aunque no le guste!
✩✩✩
Jungkook se está empezando a enamorar y Yoongi igual, lloremos.
¿Cómo están? ¿Qué opinan de todo esto en la historia? 👀
El poema que dice Hobi es original de William Shakespeare, y espero notaran lo que dice ;)
https://youtu.be/HyaWQwbP_bA
Las canciones igual son importantes en la historia, a la final haré la playlist completa.
Si hay un error, notifíquenme :3
¡Voten y comenten! 🖤
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