Capítulo 5: Alcohol
"Solicitud aceptada"
Fue lo primero que leyó en la pantalla de su teléfono la mañana del viernes, y aquella simple notificación fue motor suficiente para hacerlo exclamar satisfecho, porque hacerle caso a los amiguitos e ir al bar la noche anterior sí dio resultados positivos.
Se da cuenta pronto que anda de buen humor aquella mañana, ya hasta pensaba en qué ponerse para ir a la patética fiesta de la cual todos parlotean, hace mucho no anticipaba un suceso como aquel en su vida. No vio al pelinegro en todo el día, más que en el comedor, optó en que lo más sensato sería no molestarlo cuando lo percibe ocupado con lo que parecen ser algunos trabajos de clases.
Pasa la tarde en el taller donde su padre trabaja. Comen fideos con frijoles negros, charlan un poco y luego él regresa a casa para ayudar a su hermanita con las tareas por la noche, agradeciendo a la vecina que le cuidó mientras estuvo ocupado. Muchos no creerían sus rutinas tan simples, la imagen que le pintaban en la preparatoria era de alguien tan rudo e ilegal, que hasta le daba ganas de doblarse en risotadas.
Era impresionante lo que una fachada puede demostrar, le servía, no le importaba, pero era hilarante lo pésimo que le perciben por su aspecto exterior.
Entonces recordó a Yoongi y la forma en la que Yeonjun lo describió, por más que no atendió mucho a sua palabras, percibió su respeto hacia Min, era el primero que le daba un comentario positivo respecto a él. La curiosidad que sentía va en aumento, a pasos lentos pero certeros.
Una vez se va a recostar en su cuarto para descansar del largo día, comienza a examinar un poco el Instagram del misterioso chico, sin haberle dado muchas vueltas.
No le aceptó en las demás redes, sólo en dos, pero tampoco rechazó las solicitudes de las otras; sonrió al comprender que el genio lo estaba probando primero. Revisando su perfil de Instagram descubre que al parecer le gusta mucho la fotografía, tenía bastantes publicaciones con fotos diversas, tiene más contenido del que pensaba, tanto de sus gustos como unas cuantas fotos suyas bastante bonitas...
En su búsqueda descubre que el chico tiene varios contactos agregados, pero realmente la mayoría eran de otros países, estados y quiénes no iban a su preparatoria. En efecto, tiene a Yeonjun, Soobin, Beomgyu y Taehyun agregados, como él; ahora toma en cuenta que debe ir con cuidado para no meterse en conflicto con aquel grupo de amigos en común, por algo el pelirosa le advirtió.
Ahora en su facebook, la otra red social que le aceptó, se ríe porque consigue comentarios hilarantes y sardónicos, humor negro, gustos y cosas que le iban igualmente a él. Sobre todo le llama la atención el cómo Yoongi causaba revuelo entre los que leían sus publicaciones y comentaban idioteces en contra de sus puntos de vista, se creaba un debate incluso; Min es muy inteligente eso lo confirma con sus ingeniosas respuestas. Ni siquiera tenía que usar un lenguaje vulgar o grosero para callarles la boca, sabía defenderse.
En persona sí era más arisco y brindaba un par de insultos, pero por lo que ha observado, lo hace selectivamente.
Pasa un buen rato revisando, sonríe de vez en cuando sin darse cuenta de que lo hace. Es al recibir un mensaje por Instagram del chico, que libera una carcajada.
Agustd: Deja de darle me gusta a mis fotos antiguas, acosador.
No lo puedo evitar. Tienes buenas fotos, gatito.
Agustd: No te acepté para que mires toda mi vida. Y deja de decirme así.
¿Entonces me aceptaste para que yo te acepte y con ello me darías una indirecta para decir que te gusto?
Se preocupa un poquito cuando tarda un minuto más en contestarle, y casi le escribe para opacar el ser tan lanzado, hasta que la campanita vuelvo a sonar.
Agustd: Puede que me estés agradando un poco, pero no te emociones, mocoso.
Agustd: Ahora, debo terminar de estudiar una exposición y dormir, bye.
Debe sonreír otra vez con ello.
8:30 pm, mañana. Bye, lindo gatito arisco ;)
No obtuvo más que un simple emoji de ojos volteados como contestación final, pero eso fue más que suficiente.
Y mientras, Min sonreía leyendo su discurso de química, sintiendo el vibrar de las notificaciones de claramente más "Likes".
–Tonto...
✩
–¿Cómo luzco?
–Como mi tío Syuk cuando va a misa, por dios. Quítate esa corbata, Kim.
El castaño bufa y extrae la prenda con mala cara, reemplazándola mejor por una chaqueta de jean a juego con sus pantalones, su camisa marrón y sus tenis blancos, optando por quedarse con su cabello levemente peinado. Admite que no luce mal, está mejor de lo que pensó.
Todo el atuendo fue creado entre él y su amigo, quien se arregla con un claro nerviosismo que le causa risa. Hobi era más social y tenía estilo, lo admite, pero raramente no es nada popular en la preparatoria ni tampoco solía asistir a fiestas de tal categoría -tal como él-, por lo que sería su primera, y obviamente querían lucirse como los chicos cools.
–¿Sabes lo más increíble que me dijo ayer en nuestras clases? –continúa narrando con ilusión –. Textualmente fue: "Tienes un lindo acento francés. Me gusta también tu letra cuando escribes, Taessi", ¿No es gentil mi Mochi?
–Realmente tienes un severo problema de enamoramiento con el principito – masculla tomando el secador de cabello de su hermana Jiwoo, viendo a su amigo con una mueca –. No es que no me guste oírte parlotear sobre cómo camina y respira, pero hablas de Park al menos veintitrés horas al día, Tae.
–Como tú hablaste sobre la fiesta todos estos días, tonto – da un puchero, absteniéndose de aclarar que su crush camina más gracilmente que el promedio, porque sólo lograría darle la razón a su amigo –. Entiéndeme, lo que siento se llama amor.
–Primero, no digas idioteces, el amor es algo más intenso – sostiene con un chasquidito de su lengua –. Segundo, estoy nervioso, entiende. No he ido a una fiesta como esta desde que mi primo tuvo su mayoría de edad y lo celebramos en la granja de mi abuelo – el recuerdo le hace estremecerse con rostro aterrado – ¡Hubo una pelea de carne muy picante y la salsa me cayó en el ojo! Pude quedarme ciego ahí, tuve que ir directo al estanque.
–Sí, me lo has dicho mil veces, hyung, pero no digas eso frente a alguien más – aconseja condescendiente, le da cierta vergüenza la inexperiencia de ambos en temas como aquellos –. Mejor concentrémonos en que todo salga bien hoy.
–Ujum... ¿Irás por Jimin entonces?
–Iba a hacerlo, pero me escribió hace una hora para decirme que nos encontraremos allá mejor – se encoge con falso desinterés –. Quizás sea mejor para evitar problemas con su padre.
O de eso quiere convencerse, no puede ser negativo. Jimin era un buen chico.
El bailarín conoce lo suficiente a su mejor amigo como para fijarse que el hecho le sí desilusiona, porque seguramente quiso presentarse con el señor Park, hasta que su hijo se lo negó, y el hecho le hace sentir un poco mal por él. A veces se preocupa que Taehyung vaya tan en serio y que el rubio no lo valore, no le tiene mucha fé, pero el castañito pone todas sus esperanzas en él...
–Bien, en ese caso, llegaremos juntos entonces. De seguro nos dirán novios – le anima con un abrazo efusivo que consigue hacerle sonreír a los dos –, y yo lo negaré diciendo que no eres mi tipo.
–Pff, ni tú el mío, hyung.
✩
Park coloca su celular en el bolsillo de su Jean tras contestar el mensaje de Jong-in, suspirando pesadamente y volviendo a chequearse en el espejo por milésima vez en la noche. Durante todo el día se encerró en su habitación, luego de llegar de la escuela, y causó un desorden para buscar un atuendo apropiado, pues a última hora le dio una crisis de inseguridad y descartó su opción previamente elegida. Hizo toda una rutina de belleza y tardó horas en terminar de arreglarse, esperando que el resultado valga la pena para su cita, porque él es muy inseguro para darse aprobación al mirarse en el espejo.
Por más que trata de hallarse un punto favorecedor, sólo consigue criticarse a sí mismo por sus defectos. La mayoría de las veces se siente con buena autoestima, hasta que la presión social le agobia y le hace sobrepensar, asustarse e intimidarse, minimizando cada cosa de sí mismo.
–Para ser alguien que va a su primera fiesta de adolescentes sin supervisión, luces muy estresado y desanimado, Jimin-ah.
–No, no, estoy bastante emocionado – aclara con rapidez. En todo el rato mantuvo al margen su verdadera ansiedad y trató de mostrarse seguro frente a su amiga, pero a veces le atrapa, como ahora, volviendo a revisarse en el espejo de su cuarto –. Tengo que escapar de papá aún o, en el peor de los casos, convencerlo de dejarme ir si nos descubre, pero en verdad estoy muy contento.
La chica examina brevemente al chico hasta que sube sus hombros con desdén, procediendo a pintarse de nuevo los labios con otra capa de rojo intenso. Nunca era suficiente, para su punto de vista, y la espera le hace impacientarse.
–Así que... ¿Irás con Kai? ¿Viene por ti?
–Oh, claro. Pero él no pasará a recogerme, dijo que mejor llegue hasta allá, tengo la dirección.
–¿Por qué? – eleva una ceja con intriga.
–Creo que prefiere evitar a papá... Es mejor de esa manera – se convence a sí mismo más que nada, sin embargo, su mente viaja hasta cierta persona que es quien realmente le tiene con ese estado de ánimo inquieto. Le dio mil excusas a Taehyung para que no lo recogiera y esperase por él en la fiesta, pero no tenía pista alguna de cómo manejar el asunto una vez el muchacho se entere de que él en realidad estaba yendo con alguien más como cita, con Jong-in. Se sentía una mala persona por no saberle enfrentar sin mentiras de por medio, pero no quería detener sus planes, era más sano no pensar en lo demás; a lo mejor y Tae lo perdona fácil cuando vea que en verdad estaría feliz con el peliazul, ¿No? – En fin, debemos bajar ya para ir en mi auto, así no llegamos tarde.
Jennie acepta complacida, con la excitación creciendo en su cuerpo una vez bajan a paso sigiloso por las escaleras, transitando ya la mitad de la sala. Creen que ya tocaban el éxito de su plan, hasta que una voz autoritaria y masculina los sobresalta en su sitio y les detiene en seco.
–Debieron usar la ventana para huir, par de genios – Nam deja de leer en su laptop los mensajes de cierto hombre. Retira los lentes y se levanta del sofá con una expresión severa, yendo hasta los adolescentes que creyeron podrían burlarle a él. Ja, era muy astuto, ya sospechaba que su hijo buscaba escabullirse a algún sitio desde que pasó todo el día encerrado, caminando de un lado a otro y con la visita de la chica con mucho escote y corto vestido; inapropiado para su edad, si le preguntan –. ¿A dónde pensabas ir, Jimin?
–P-papá... Eh, vamos a un grupo de estudios.
–Vestido como si fueras a una pasarela runway.
Los adolescentes se ven atrapados con el hombre que les sonríe con suficiencia, era obvio que predijo su jugada. Ante esto, a la de pulcra manicura se le ocurre adelantarse con la sonrisa más convincente posible:
–Es sólo una fiesta de escuela, señor Kim.
–Y luego es sólo un error y enfermedades indeseadas. En tu caso, hasta pañales con popo amarillo, Jennie – responde en automático, con la vista concentrada en su hijo –. Ya te lo dije, Jimin. Si tu hermano no sale, tampoco tú.
–¡Pero él no es normal, papá!
–Wow, gracias, hermanito. – Yoongi ironiza al aparecer desde las escaleras, lanzando una mirada desaprobatoria a Kim y recibiendo lo mismo en regreso –. Bastante tengo con que hoy se te ocurriese la aberrante idea de traer a tu amiguita aquí.
Jimin desplaza el comentario en lo que se acerca a paso desesperado hasta su hermano, a sus espaldas Jennie le lanza insultos mentales al azabache que tan mal le cae.
–¿No puedes actuar normal por hoy?
Yoon entorna sus orbes por el usual dramatismo del menor.
–Define normal desde tu perspectiva, niño.
–Que aceptes ir a la fiesta con quien sea que de seguro te invitó y así me permitas ir también – modula su voz para que el intercambio se mantenga entre ellos, obteniendo una expresión interrogante del mayor ante la seguridad de sus palabras –. Me enteré ya. Sé que un chico te sigue, Yoongi.
–¿De quién hablan? – se acerca unos pasos el adulto, tiene incertidumbre por lo que sea que sus hijos cuchichean. Al no contestarle ninguno, comienza a impacientarse –. Ok, debo decirles que no me gusta nada de la dichosa fiesta, por si se están tramando algo.
–A mí tampoco me gusta – aprueba el de ojos negros con un siseo, tratando de no prestar atención a lo que su hermano le dijo –. Es una excusa para beber alcohol, frotarse las hormonas y...
–Llenar el vacío de sus vidas y mentes con distracción adolescente – corean con aburrimiento tanto Jennie como Jimin, haciendo que Min cierre la boca y sonría con diversión –. Ya sabemos.
–Vaya, comparten neuronas, yupi.
Jimin da una negativa, era absurdo que Yoongi cambiase su visión, pero debe aunque sea apelar a su sensibilidad, esté donde esté oculta. Vuelve a dar un paso hasta él, tomando su mano entre las suyas con una expresión de suplica que sorprende al de ropa holgada, e incluso a los otros dos testigos atrás suyo.
–Hyung, por favor... ¿Por mí?
Yoon da una mueca en desagrado, luchando por ignorar la sensación del tacto que hace mucho no experimentaba con su menor, y el apodo que hace tanto no pronunciaba a su persona. Jimin no lo busca porque le aprecia, se recuerda que la realidad es que se obliga a pedirle aquello bajo sus intereses, bajo la inocencia que tiene en su flechazo con un cretino.
–Olvídalo, quieres ir ahí por el imbécil de Jong-in.
–Sé que esto no es importante para ti, pero sí para mí – escapa el aire, siendo sincero en sus acciones, le estaba en serio rogando consideración a su mayor –. Por favor, ¿Puedes ser mi hermano por esta vez y ayudarme?
–Jimin... – se queja primero, indeciso, pero los ojitos de cachorro y el mohín a los que se supone era infalible, lo hacen revisar mejor las cosas. Kook le invitó, y tal vez, por primera vez, eso le hace interesarse en una estúpida fiesta de adolescentes en su escuela, añadiendo que sabía que su hermano de verdad tenía ganas de ir. Nunca le suplicó de esa forma por nada, por lo menos no desde que eran niños. Inhaló profundo y se dijo a sí mismo que era cuestión del menor aprender por su cuenta, como él lo hizo en su momento. Aunque no le agrade la idea, al menos él estaría vigilando bajo el mismo techo cualquier cosa que Jong-in intentase, no era tan malo –. Está bien, iré.
El grito eufórico de Park y Kim se hizo presente, casi dejando sordos a Namjoon y a su hijo mayor. De tal emoción, los primeros abrazan al de cabello negro.
–¡Gracias, gracias, gracias!
Yoongi ríe un poco por semejante espectáculo exagerado, dándole una palmadita a Jimin y una pisada "accidental" a Jennie que provoca que esta se retire con un chillido agudo que sólo lo hace jactarse más por su ingenio. Les da un ademan para indicar que subiría a cambiarse y que lo esperen por un momento.
Mientras, Namjoon estaba que perdía la cabeza, balbuceando excusas que su hijo menor calló con simples y entusiastas abrazos. Se da por vencido porque ser un tirano no funcionaría, debe agradecer más bien el que Yoongi estaría con Jimin. Aparta a este último para aclarar, con un dedo en alto:
–Quiero que sepas bien que no toleraré tatuajes, alcohol, drogas, cigarros, chupetones, besos o bailes exóticos. Tampoco fotos escandalosas en redes, tengo ojos en tu escuela que pueden decirme información si la solicito.
–Cálmate, estaré bien. Yoongi me va a cuidar – dice aún risueño, cosa que cambia cuando el adulto saca su celular y comienza a buscar algo con cara concentrada, haciendo que retroceda horrorizado; ya adivina qué haría –. No, papá, no...
–Necesito que veas esto y recuerdes que así será tu vida si metes la pata, Park Jimin – ataca mostrando la pantalla, tenía un video entero de enfermedades de transmisión sexual y sucesos muy incómodos en el sexo gay, incidentes que sólo se ven en casos bizarros de una sala de urgencias médica –. Velo completo hasta que Yoongi baje o no sales de aquí, te estaré vigilando.
Con un lloriqueo resignado, Jimin se sienta para ver el traumático video que tan bien conocía, recibiendo una mirada asqueada de parte de su amiga.
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Arriba, el otro Min-Park estaba terminando de decidir si marcar el número o no, insultándose por ser tan patético ante una simple llamada telefónica para un idiota que es hasta unos meses menor que él. Manda todo al diablo y le da al botón verde, casi quedando sin habla cuando al tercer tono contestan, y debe obligarse a hablar antes de quedar peor:
–Hey, ¿Qué tal?
–Eh, bien, gracias – contesta con extrañeza por la inusual llamada –. ¿Ocurre algo?
–¿Sigue en pie la oferta de ir a la fiesta? – pregunta directamente, examinando su closet con ansiedad. Demonios, tiene mucha ropa monocromática ahí dentro.
–Sí, estaba esperando a que así fuera – contesta con obviedad y cierta diversión – . Ya estoy listo y llegando a tu casa, de hecho.
–¡¿Qué?! – suelta una exclamación, alarmándose al instante. Por inercia revisa por debajo de la persiana, sólo estaban unos pocos vecinos andando de acá para allá – Nunca te confirmé si aceptaría tu invitación.
–Tomé el riesgo. En el peor de los casos saltaría a tu ventana como Romeo para convencerte y me arriesgaría a que una ardilla rabiosa me mordiese, o a que me lanzaras una cubeta con agua helada para despacharme.
–P-pero... – ni siquiera reacciona ante la broma. Se quedó sin muchos argumentos, regresando a su armario y frunciendo el entrecejo – ¿Cómo conseguiste mi dirección?
–Contactos y persuasión... Ya estoy afuera, ¿Listo?
Yoongi no sabe si maldecirlo por no avisarle antes de presentarse a su casa, o sonreír al darse cuenta que el jovencito realmente no se desanimaba con él, tanto así, que estaba dispuesto a buscarla a su puerta y aparentemente persuadirlo hasta convencerlo, sin previa confirmación y arriesgándose a que lo plante.
Nadie nunca lo había adulado y hecho enojar en igual medida...
–Dame diez minutos y estaré listo, mocoso.
✩
Jeon fue recibido por un hombre con cara totalmente intimidante, o que trata de serlo, porque la verdad es que quería reírse y decirle que su hijo era mucho peor que él, que nada lo asustaba a ese punto; estaba seguro que Yoongi había conseguido que más de uno se orinase en sus pantalones en la preparatoria, más de una vez. Por educación, sólo saluda al sujeto y se presenta con educación.
Lo gracioso es que él no había tocado la puerta, pero el astuto sujeto aparentemente lo vio esperando ahí en el porche, quizás desde la ventana o el picaporte.
–¿Tú eres quien irá con mi Yoongi a la fiesta?
–Así es, señor Kim.
–Pero no tienes una moto con calaveras ni un cuchillo encima – examina al de camisa a rayas de pies a cabeza, con recelo y ligera confusión –. Tienes perforaciones y tatuajes, pero no luces como un vándalo.
La verdad sea dicha, Jeon se arregla de que su moto no esté disponible esa noche, que su navaja esté bien guardada, que su tatuaje más grande esté oculto bajo la manga larga del suéter y que el hombre sea lo suficientemente abierto e inteligente como para captar que no era mala persona.
–Gracias por el cumplido, aunque dudo que su hijo salga con esa clase de sujetos.
–Sé que no, pero, como su padre, debo estar al pendiente. Hasta un imbécil es bueno mintiendo y robando corazones, muchacho.
Jungkook relamió sus labios en lo que aparta la vista por reflejo. Se pone más serio ahora, desplazando de lado el hecho de que el comentario del hombre fue como una indirecta no intencional, una que no pretendía dar justo en el blanco como lo hizo, de cierta forma.
–Yoongi es un gran chico, uno muy inteligente y capaz de defenderse de cualquiera, señor Kim. Usted lo educó bien, como a su hermano – parece que ha causado una impresión en el adulto, porque le examina con expresión pensativa, considerando lo que dice. Para completar su breve discurso, añade: –. Confíe en que los dos lo harán bien en la fiesta.
–Papá, ya vi todo el estúpido video de los chicos intimando y las asquerosas enfermedades. Ya entendí lo que... – la escena es interrumpida por su aparición, entonces queda mudo al captar al chico alto en la puerta. Éste le examina con una ceja enarcada en diversión por lo que ha llegado diciendo, e irremediablemente se sonroja como tomate hasta las orejas por el semejante bochorno –. ¿Q-qué...?
El padre del hogar casi se carcajea complacido, pero esta vez irrumpe su hijo mayor, abriéndose camino entre ellos luego de bajar las escaleras y tomando del brazo al chico de Busan para sacarlo de ahí sin siquiera saludarlo.
–Estoy listo, larguémonos de aquí. No te molestes en decirle que llegaremos temprano o que eres decente, no te creerá – Min le indica a su cita, concediéndole una última sonrisa inocente a su padre, como si no estuviese despotricando en su cara –. Mi venganza por usarme contra Jimin, es llegar tarde hoy e irme por mi lado. No me esperes despierto, papá.
Kook sonríe de inmediato y se deja encaminar gustoso por el pelinegro. El señor Park le regaña a lo lejos, pero el rebelde de su hijo lo evade, pidiendo un taxi en una app de su teléfono.
Se da cuenta que en todo el gracioso rato no se habían dirigido un saludo siquiera, o algún comentario. Chequea al ojos negros brevemente en lo que termina lo que hace en su teléfono.
–Eres el primer chico que dice "diez minutos" y tarda exactamente eso para verse tan sexy.
–Quiere decir que no es mi misión impresionarte – Yoongi bufa en broma para opacar el cumplido y lo que le genera por dentro –. No babees tanto. Es un atuendo casual de jeans, chaqueta y camisa, mocoso.
–Nadie luce mejor que tú en ese atuendo, gatito.
Tararea para evitarlo y agradece que el taxi llegase rápido para brindarles un escape. Justo gruñe porque su hermano sale de casa junto a Jennie, yendo a su auto para ir juntos a la fiesta, el idiota de Jong-in ni siquiera se atrevió a recogerlo para esquivar el enfrentar a su padre, le sorprende que el hombre le dejase irse sin antes conocer al cretino; seguro Jimin usó la distracción de su huida y una carita de perro para dar una excusa razonable.
En el trayecto no dicen demasiado, escuchando la radio a volumen bajo, y cuando el menor mira por la ventana distraído, Yoon le escanea un poco, llevaba pantalones negros ceñidos, zapatos a juego y una camisa manga larga con cuello, el estampado era de rayas blancas y negras, la tela esconde perfectamente todo su brazo tatuado, dejando ver únicamente los pequeños tatuajes en el dorso de su mano. Fue astuto, su padre no consiguió escanearlo lo suficiente como para no iniciar con comentarios respecto a su imagen, el chico hasta se peinó sus cabellos con algo de gel y se puso aretes menos llamativos, sólo el de un solo lóbulo, siendo precavido para no dar un mal aspecto, y a su vez no mostrando mucha obviedad en el esfuerzo. Además, vuelve a confirmar gratamente que no hay rastros de cigarro cerca de él.
Admite que Jungkook es bastante atractivo, ahora más con aquel atuendo y al demostrar que usaba la cabeza, respetaba las normas tradicionales pero no se doblegaba... Eso era algo sexy y agradable.
Jeon voltea al sentir el escrutinio y el más bajo aparta velozmente la cara, carraspeando como si nada.
–Odio las fiestas de hormonales pubertos. No esperes verme muy animado en esa cosa.
–Apuesto a que la pasarás genial conmigo.
–Ujum, claro.
De lo que Jungkook no tenía ni mínima idea, es que Yoongi se le estaría perdiendo a cada rato, escabulléndose de lado a lado den la gran casa de Jong-in, haciendo casi imposible la tarea de estar juntos y, por poco, sacándole de sus casillas por perseguirlo como una chaperona.
Ese no era el plan, ¿Qué le pasa a Min que está tan inquieto?
La fiesta era justo todo lo que Jimin se imaginó -eso que muestran en las películas de adolescentes desastrosos y sin supervisión parental-, pero la emoción de estar junto al chico que le atrae, lo tiene abstraído de todo lo demás. Porque, aunque a Jimin no le gustan esa clase de cosas, le encanta seguir la corriente para agradar.
Tener la atención de Kai constantemente sobre él, lo tiene flotando en las nubes.
–Bebe esto, te va a gustar, bebé.
–Eh... Seguro – acepta con una mueca ante el apodo, sonriendo forzadamente para aceptar el vaso y darle un trago vacilante. Tose y arruga la cara por el sabor tan repugnante del alcohol una vez le embarga la tráquea –. E-está muy fuerte...
Otra cosa que hace, beber para evitar el rechazo.
–Te acostumbrarás al tercer vaso – resta importancia, sonriéndole encantadoramente –. Luces muy bien con ese pantalón. Tienes lindos muslos, y tu cintura es indicada para mis manos, lindo.
Se sonroja un tanto cohibido, reprimiendo las ganas de cubrirse apenado por el escrutinio que le da Kai constantemente, no esta acostumbrado a tal sinceridad. Le regala en cambio una sonrisa y es consciente de que debe responder al cumplido, mas sus alarmas se encienden al divisar a su hermano viniendo hasta él, por lo que se aleja del jugador con una excusa rápida en un vago intento de perderse entre las masas.
Sin embargo, fue esfuerzo en vano cuando su mayor le sostuvo del brazo con expresión severa.
–¿Qué haces bebiendo? No lo niegues porque te vi aceptando lo que ese idiota te dio a probar.
–No es para tanto, ¿No tienes nada más que hacer que espiarme?
–Pudo darte una droga o algo malo, Jimin – recrimina –. La primera regla es nunca aceptar nada de nadie en estás fiestas, a menos que esté sellado.
El rubio sisea por lo bajo, no niega que no es mal consejo, pero no es su tarea darle la razón al pesado de su hermano.
–Es Kai, no un chico cualquiera.
Yoongi lee entre esa expresión, sabe que su hermanito se trata de convencer, como cuando se ponía nervioso de pequeños al decirle que algo estaba mal, y éste caía de su inocencia en realidad. Era lamentable que Jimin no meditars antes de actuar.
–No sabes quién puede hacerse pasar por bueno o malo. Además, odias el alcohol, ni siquiera soportas el vino de durazno que papá compra en navidad.
–Eso no es tu asunto, y esa cosa es asquerosa – mantiene con insolencia, zafando el agarre de malas –. Tal vez esto sí me gusta.
–Por favor, ambos sabemos que lo haces por agradarle a ese idiota, Jimin – bufa con resentimiento –. ¿De verdad viniste y me rogaste por alguien como él? Es un pedazo de escoria.
–No actúes como si lo conocieras, Yoongi.
–Puede que lo haga más que tú – suelta con su pulso comenzando a elevarse ante el tema. No planeó contarle nada, pero no le estaba dando más opción –. Escucha, necesito decirte algo, Jimin.
–No quiero oír nada de lo que tengas que decir. Sólo odias verme feliz, admítelo – acusa con impaciencia, está a la defensiva –. Nadie te parece bueno porque me odias.
–No es cierto, estás cegado – graznea exasperado –. Joder, te empeñas en rodearte de puras personas de mierda para aumentar tu pésima autoestima con su patética aprobación, Jimin.
Aquello colma el vaso del menor, fue un golpe bajo a sus inseguridades. Por reflejo y pura autoprotección, escapa una risa hiriente e irónica.
–¿Por qué mejor no te empeñas en disfrutar de tu adolescencia y dejas de amargarme la mía? Busca qué hacer y piérdete de mi vista, Yoongi. Digo, sé un poco más normal y agradable, o puede que tu cita se espante como lo han hecho otras.
Con aquella lanza de veneno, Jimin se da la vuelta y agarra la mano de Jong-in, quien les observaba totalmente complacido a un metro de distancia. Los dos se pierden juntos en lo que el mayor de los Min está a nada de estallar y mandar a la mierda todo. Demonios, hasta la cabeza le martilla con la ensordecedora música.
Justo en ese instante, Kook reaparece luego de buscarlo incesantemente, y para impedir el escape, le sujeta del brazo.
–Te he visto como diez minutos desde que llegamos aquí y eso que apenas llevamos una hora, ¿Por qué diablos te pierdes tanto?
–Porque no quiero lucir como un ridículo dependiente pegado de un chico sin soltarlo un minuto, ¿Algún problema? – expulsa todo su enfado contra el tatuado, quien le suelta aturdido. Al segundo de que se arrepiente ante su reacción, el comentario de su hermano le zumba en los oídos, así que gruñe malhumorado –. Me largo por un trago.
–¿Qué?, ¡Hey, Yoon! – Jungkook no pudo impedir que el pelinegro se fuera en medio de un alboroto, de nuevo mezclándose con el resto de los idiotas que le hacen maldecir entre dientes por ser tan ruidosos –. Carajo, ¿Cuánta gente cabe aquí?
Está seguro que no todos iban a su escuela, algunos hasta lucen como universitarios.
No tenía en mente pasar su noche de esa manera, le estaba dando migraña el estar pendiente del bajito porque le preocupaba su repentina actitud, por más complicado que sea, estaba realmente irritado y no entiende el motivo.
¿Por qué Yoongi estaba tan huraño?
¿Y desde cuando él no disfruta de tragos gratis, una fiesta ruidosa y de las chicas que le buscan como moscas?
¿A partir de qué punto continúa prefieriendo buscar sin parar al compositor, como si fuera su propósito principal en la vida?
Todo debe ser culpa del pésimo rock en los parlantes, maldición.
✩
–¿Lo viste?
–Todavía no... Dijo que estaría aquí, es raro – Tae rasca su nuca con preocupación, tratando de ubicar la cabellera rubia de quien le tiene tan atontado –. ¿Crees que su padre no lo dejó salir y le quitó el celular como castigo?
–Bueno, es una posibilidad – Hobi analiza en lo que da un sorbo a su vaso. Estaba por sugerir otro lado, es entonces que capta al principito con cierto idiota abrazado de forma sugerente, y casi se ahoga con su trago ante ello. Comienza a toser mientras toma a su amigo velozmente por un brazo, un vago intento de alejarlo de la escena –. V-ven mejor conmigo a l-la piscina.
–¿Piscina? – inquiere con burla, zafándose tras darle unas palmaditas y dando la vuelta en dirección contraria –. Ya fuimos, buscaré por... Jimin.
El nombrado acababa de separarse del cariñoso abrazo con Kai y ahora bajaba las escaleras junto a Jennie entre risas, bebiendo de su vaso despreocupadamente. Al oír su nombre ser pronunciado por el más alto, se paralizó al pie de la lujosa escalera, deteniendo sus acciones y palideciendo.
Lo había olvidado por completo.
–Taehyung... – intenta modular, queriendo desaparecer de la vergüenza al ser atrapado tan descuidadamente –. Hola, e-eh...¿Cómo estás?
El castaño ríe ligeramente, comprendiendo la humillante situación, tal como recibir un balde de agua fría con todo y el golpe de la cubeta al ser arrojada sin consideración.
–Pues, he estado buscándote desde que empezó la fiesta...
–Ah, s-sí, es que me distraje, ¡Y hay mucha gente! – excusó con un balbuceo torpe. Su amiga le propina un codazo y le mira para exigirle una explicación, ella no sabía que se juntaba con Kim, nadie de su círculo lo sabía. Lucha por disipar la tensión con una sonrisa incomoda, debe fingir normalidad antes de meter más la pata –. Jen, él es Kim Taehyung. Es mi amigo y tutor de Francés.
Kim disimula bien el malestar de la palabra "amigo", fingiendo una sonrisa amable para la amiga del rubio.
–Ya la conozco, vamos a clases de Historia juntos desde hace dos años.
–Ah, claro... – alarga con una mueca de puro desprecio hacia el muchacho, no importándole siquiera disimular su desinterés –. Jimin, recuerda que Kai nos espera para llevarle una cerveza fría.
El rubio ahora quería esconderse bajo la costosa alfombra peluda del salón, su vista viaja veloz al de camisa rojiza, experimentando una inmensa culpa por la carga de conciencia que le genera el haberle mentido, plantado y, por si fuese poco, dejado por Jong-in.
¿Lo peor? Es que a pesar de ello, no se estaba disculpando, sino que su intención sigue manteniéndose inamovible.
–Yo... Taessi, t-tengo que...
Por supuesto que Jimin escogió, y no fue a Taehyung.
–¿Te comieron la lengua los ratones o quien? – Hobi no soportó más quedarse atrás, enfrentando al rubio con semblante serio, el chico boquea sin siquiera capacidad de defenderse.
–¿Y este quién es? – la de escote se adelanta con sorna, revisando de pies a cabeza al pelirrojo que de la nada interrumpió – ¿Dejas que te hable así, Jimin?
–E-es amigo de Tae – excusa con inquietud, no tiene agallas de molestarse con Hoseok porque es más que justificable que vele por su amigo. Aún así, su principal tarea ahora es hacer contacto con quien fue su tutor de Francés –. Sé que te dije que...
–Está bien, tienes algo más interesante que hacer – Tae interviene con una sonrisa entristecida que logra calar en el rubio, quizás le tiene lastima por lo patético que luce. Quiere mantenerse positivo, pero es muy complicado no caer en la realidad –. Hoseok, no tienes que decir nada – se toma un segundo para girarse hacia su hyung para mantenerlo al margen, éste parece morder su lengua indeciso y da un paso atrás, uno que agradece. Luchar contra su malestar ya era bastante complicado como para tener que controlar a su amigo, vuelve su atención hacia Jimin y, para desviar la atención, añade con total transparencia y desgano: –. Luces hermoso, por cierto.
Aunque no luce cómodo con aquel atuendo, pero para Tae, el rubio siempre luce de maravilla. Era una lástima que Park no fuese capaz de saberlo.
–Gracias...– musita con un intento de sonrisa, que sale más bien como una mueca de lamento. Se siente terrible, y para sumarle al terrible momento, Kai se acerca hasta él tras descender los escalones, abrazándolo y diciéndole algo que no escucha por estar más pendiente del cómo Taehyung aparta la mirada y tensa su mandíbula –. ¿Ah?
El atleta entorna los ojos y prosigue, ajeno a los otros dos chicos que le observan.
–Dulzura, dije que quiero que bailemos un poco y que busquemos esa cerveza que parece ser no encontraste.
–Se distrajo con su amigo – aporta Jennie con mofa, chequeando su esmalte de uñas.
–Ah, claro – Jong-in lanza un desdeñoso vistazo hacia el par de bobos que le ayudaron con el plan. Por supuesto que actuó como si no les conocía, le eran insignificantes, y no era un idiota capaz de autosabotearse; si les da un mal trato o una pizca de consideración, su cita haría conjeturas, y que va. Además, le daba cierta satisfacción mantenerse inmutado, el poder tomar de la cintura a Jimin delante de ellos, demostrando que era ganador de algo inalcanzable para cualquiera, menos él –. Ven conmigo, lindo.
Jimin siente que el agarre le es asfixiante y atosigante de pronto, desea disculparse con Tae y borrar esa tristeza e impotencia, claramente estaba siendo humillado, su amigo Hoseok le estaba fulminando con la mirada mientras soba el hombro de su amigo. Quiere que el castaño le mire a la cara, que capte su remordimiento, pero no lo hace, y el peliazul sigue esperando con insistencia. No le queda más alternativa que suspirar en resignación, forzando a sus pies a moverse del lugar.
–H-hasta luego, Taehyung...
Jimin y Kai se pierden entre el resto de invitados, Jennie mofándose de Taehyung antes de perderse con la parejita, contoneando sus caderas exageradamente y captando más de un silbido y comentario obsceno.
Ahora es que Hoseok maldice al aire, le costó en demasía mantenerse callado y a las espaldas de Tae, todo porque el chico se lo pidió. Si continuaban, seguro iba a intervenir, fue un milagro que les dejaran. Sin embargo, le preocupa el silencio tenso y la expresión abatida del ojos café.
–¿Estás bien, Taessi? Si quieres irte...
Sí, era lo que más quiere hacer Kim, pero no iba a marcharse para que se divirtiesen más a su costa ante la derrota. Traga el nudo en su garganta y toma una boconada para nivelar sus emociones, ya se sentía lo suficientemente iluso, usado y estúpido como para armar un espectáculo al ponerse a llorar o a romper cosas -que valen más que su casa- en pleno salón porque le acababan de romper el corazón sin piedad, bailando sobre los pedazos y luego escupiéndolos sin más.
–Supongo que tenías razón, hyung – arrastra las palabras con amargura, caminando directo a la cocina para ir por un trago –. Jimin sí es un principito caprichoso y egoísta como el resto.
.
.
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El de ojos miel escucha el parloteo del chico que le abrazaba con posesión desde hace un buen rato, con una botella en su mano libre y soltando carcajadas que por minuto parecen ser más obstinantes. Aún siente nauseas con lo que ocurrió con Taehyung hace una media hora atrás, y escuchar las historias que, a este punto, ya le parecen absurdas por parte del deportista, le hace cuestionarse qué diablos hacía con su vida y con... Él en sí.
–¿Me trajiste hasta aquí para sólo hablar de tu carrera de modelaje, Kai? – ya ni se empeña en sonar risueño, sus energías estaban drenadas como sus ganas de continuar ahí.
–Es importante para mi saber tu opinión, muñeco. Además, necesito más fans y seguidores para crear mi club de fanáticos, en eso tú podrías ayudarme.
–¿Yo?
–Ujum, con campañas promocionales y eso. Esta semana tengo un comercial de trajes de baños – informa como si fuera lo más interesante del planeta, depositando su bebida en una mesa y posando para su cita luego de alejarse, finalmente, de su abrazo –. Al diablo la universidad, seré un modelo famoso y millonario, ¿Qué pose te excita más?
Jimin se limita a examinar al más alto, entre decepcionado y perplejo.
¿Desde cuándo el chico le parecía tan irritante? ¿Por qué de repente ya no le atrae, sino que le provoca salir huyendo? Jong-in, en toda la noche, no ha sido considerado con él, se la ha vivido parloteando sobre él, incluso tuvo que caminar unas cuadras hasta su auto y tolerar que su atuendo fuese escogido por el chico, ¿Por qué?
Lo único que Jimin tiene claro ahora es que el asunto con su tutor de Francés le acaba de abrir los ojos, tanto como el analizar la conducta del deportista desde que llegaron, y no quiere admitir que, tal vez, su hermano sí tenía razón después de todo...
–Iré al baño, permiso.
¿Un flechazo tan profundo podría esfumarse en un par de minutos? Tal parece que sí.
✩
Lejos de todo caos juvenil, Kim Namjoon suelta una exhalación pesada, tratando de no enloquecer de tanto comprobar la hora en el reloj, el cual le da la impresión de mover muy lentamente sus agujas.
Ya eran las diez de la noche, les dio limite hasta las once al par de persuasivos hijos que tiene, pero algo le dice que no acatarían a su orden del todo, y lo único que se le ocurre para lidiar con la ansiedad creciente, es llamar a su persona favorita en la lista de contactos.
–Cálmate un poco o te saldrán canas, Nam. Son adolescentes, merecen un poco de distracción, sobre todo ahora que están a finales de año y a nada de graduarse.
–¿Estás de su parte o de la mía?
–De la suya – contesta sin problema ni vacilación, ya divertido por el gruñido rencoroso del doctor tras la línea.
–Es fácil para ti cuando no tienes hijos y te conformas con tus sobrinos – la encantadora risa detrás de la línea le hace resoplar –. Eres inteligente, debí elegir adoptar perros y no descartar los anticonceptivos.
–Bueno, en mi defensa, trato semanal con cientos de adolescentes y tengo mi mérito, Kim – apela con ingenio –. Además, apuesto que, aunque digas todo eso, nunca los cambiarías por nada.
Le da la razón al instante.
–Son mi mundo, los amo.
–Y esa es una de las razones por las cuales me encantas tanto.
El silencio que prosigue es cálido, no necesitan verse a la cara para saber que el otro sonríe con naturalidad. El más moreno suspira, esta vez relajando su entonar:
–No sé qué haría sin ti. Lograste que me tranquilizara con sólo decirme algo tan simple y bonito. Realmente me tienes muy enamorado, Wang.
–Y usted a mí igual, señor Kim... – concede con toda sinceridad, adora la manera en la que el hombre le hace sentir, el único obstáculo en un factor que ha perturbado un poquito su relación, y es lo clandestino que es todo – ¿Has pensado en decirles?
Ya lo esperaba, Namjoon cierra los ojos y pasa su palma libre por su agotado rostro.
–No sé si todavía sea prudente...
–Oh, no te preocupes, tomate tu tiempo – confirma al segundo, mordiendo su labio inferior, ya estaba acostumbrado al prolongamiento del tema, pero no deja de afectarle. Escapa una boconada, sabe que no es intención de Nam, es complicado, sólo que parece ser que éste lo vuelve peor de lo que es – Sabes que no te presiono con esto... Pero ellos no dejarán de quererte por esto, ¿Sí?
–Sí, lo sé... Sólo dame un tiempo para hallar el momento indicado, ¿De acuerdo? Ahora mismo está todo muy tenso con Jimin y las citas, y con Yoongi y la universidad – informa con tono de disculpa, realmente detesta tener que pedirle más consideración cuando Jackson ha sido tan comprensivo y amoroso –. Créeme que muero por decirles a todos de una vez, no lo dudes.
El director sonríe en su lugar. Él conoce a Park como para percibir que le dice la verdad, es por esa razón por la que se lo deja pasar.
–De acuerdo. Y hablando de otra cosa, podemos charlar un poco más, así no te vuelves loco por esperar a tus hijos.
–Gracias por recordármelo – se queja entre dientes, y la nueva risotada que oye de parte del otro, logra contagiarlo –. Juro que nadie es como tú de especial, Jackson Wang. Eres un bonito dolor en el culo.
Jackson se ríe aún más, de ahí Yoongi sacó su amplio vocabulario.
–Es la idea ser bonito y no sólo molesto, Kim Namjoon.
✩
–Hey, hey, ¿A dónde vas, fierecita? – Kai se apresura a obstruirle el paso al de ojos gatunos que le examina con puro desprecio y fastidio. Aquello le saca una sonrisa divertida en lo que se recuesta del marco de la sala –. ¿Te gusta la fiesta o puedo ofrecerte algo para que sea mejor?
–Lo único que quiero es que te alejes de mi hermano, hijo de perra.
–Oh, yo puedo alejarme de él, pero no garantizo que él quiera alejarse de mi – acorta la distancia con voz aterciopelada, igualando su actuar coqueto –. Aunque si me das algo a cambio, no tienes razones para estar celoso con la atención que le doy a alguien más – le da una rápida revisión al más bajito, relamiendo sus labios mientras acerca sus rostros, sin apartar la mirada de los pares negros tan flamantes; el que Min lo deteste, le da una adictiva fascinación –. Luces jodidamente sexy hoy, y no he olvidado...
–Cierra la boca si no quieres sumarte a la lista de los que se someten a una cirugía de pelotas por culpa de mi pie – corta entre dientes, escupiendo con repudio total. El alcohol que hasta ahora ha consumido lo tiene más temperamental de lo usual, hablaba en serio, estaba a nada de sacarle los ojos al peliazul y dárselos de comer al perro del jardín –. Si le haces algo a Jimin, te juro que te aniquilaré, Kim Jong-in.
–Quiero verte intentarlo, ángel.
Yoongi arruga la cara ante el apodo, ahora no hace más que darle náuseas y repulsion, estaba perdiendo su tiempo y poca estabilidad quedándose ahí; el aliento del más alto le da a entender que estaba con varios tragos encima, nada explica mejor semejante osadía de acercarsele tanto. Sin embargo, antes de insultarlo y largarse, uno de los tantos adolescentes hormonales invitados informa el inicio de la típica pelea entre borrachos, generando un alarido general que hace a varios correr eufóricos para presenciar el desenlace de aquel altercado, como si no hubiese nada mejor que hacer. Aquello sólo hizo que le empujaran y que sus tímpanos dolieran ante los gritos.
El anfitrión de la fiesta no fue la excepción, el muy tarado de Kim Jong-in exclamó como un ridículo vikingo y se esfumó en dirección a la piscina, liberando a Yoongi finalmente, para dicha de este. Le hubiese encantado mandarlo al diablo -una vez mas-, pero el tipo estaba al borde de la ebriedad y no iba a perseguirlo para decirle lo que ya sabe.
Mierda, Yoongi necesita terminar de emborracharse antes de cometer homicidio.
En ese mismo instante, y desde otro lado en la gran casa, el menor de los Park escanea la patética fiesta a la que quiso con tanto empeño asistir.
Honestamente, ya no le llamaba nada la atención y deseaba largarse pronto de ahí, no tiene ciencia. Para agregarle más sal en la herida, su periférico capta a un castaño bebiendo de un vaso con cara abatida, apartado en una esquina del área.
¿Por qué Taehyung no se ha ido todavía? Claramente no le gusta estar ahí.
Cuando cruzan miradas, a Jimin no se le ocurre más que huir hasta donde Jennie estaba, refunfuñando entre dientes.
–Es la peor fiesta del mundo...
Tae coincide con aquel pensamiento, si no se iba, es porque era un masoquista que seguía preocupándose por el bienestar de Jimin, no quería dejarle solo rodeado de tantos imbéciles, sobre todo de Kamal.
✩
Jungkook saca exasperadamente una menta de su bolsillo izquierdo, metiendo el caramelo a su boca con agresión y escaneando la zona. Lanza un sonido agradecido al aire cuando por fin da con quien buscaba como loco desde hace rato, yendo al instante hasta el mismo y quitándole el vaso con rapidez.
No tiene que ser un genio para darse cuenta que el chico no estaba caminando en línea recta.
–De acuerdo, pienso que fue suficiente alcohol para ti, Min.
–Claro que no, pesado – Yoon arrastra las palabras con su ceño contraído en inconformidad –. Eres un aburrido.
Maldice cuando el de menor estatura vuelve a escabullirse a pasos torpes. Va a seguirle, de ser necesario lo cargaría como un costal de papas, de no ser porque alguien le abraza por los hombros con demasiado entusiasmo.
–¡Mi hombre! Wow, debo admitir que me impresionaste – carcajea el deportista –. Lo hiciste en serio hacerlo.
–¿De qué hablas? – escapa con ofuscación, el idiota lo estaba frenando de ir por Yoongi –. ¿Hacer qué?
–Hacerlo lucir como un humano normal y no como un demonio.
Son interrumpidos por un nuevo bullicio y una música más alta que les hace atraerse en la escena que tienen cerca. Jungkook se aleja primero del agarre y camina los pocos pasos que faltan al captar la voz de Yoongi, y cuando llega al comedor, con Jong-in atrás de él, halla al pelinegro siendo protagonista de un baile bastante sugerente, sobre la gran mesa de caoba.
Kai disfruta del espectáculo y aclama entre el resto, a diferencia de Kook, pues éste estaba con el entrecejo contraído en desaprobación al presenciar todo, ¡Ese no era Yoongi!
A la distancia Jimin está avergonzado y escandalizado por el espectáculo que su hermano ha montado, era como si la noche empeorase por minuto. Prefiere perderse definitivamente y alejarse, sabe que si trata de ayudar a Yoon, sólo lo va a empeorar, y él no iba a ser el hazmerreír, menos conseguir que Kai vuelva a interceptarlo.
La tarea quedaba en manos de un chico con camisa a rayas.
–Oye, bájate de ahí – Jeon intenta intervenir al abrirse paso entre empujones, intentando bajar al desatado chico de chaqueta. Todo esfuerzo es en vano, pues el mayor le aparta con un insulto que le hace maldecir en alto por la música –. ¡Mierda, vas a golpearte con la lámpara, Yoongi!
–¡Claro que no! – el azabache descarta la ayuda antes de reír sin sentido por el efecto del alcohol, ya su cerebro no estaba funcionando con coherencia. Se deja guiar por la música y los vitoreos, continuando su baile con la pegajosa melodía sonando de fondo, como si estuviese a solas en su habitación –. Like the cool kids, like the cool kids... ¡Auch!
Tan predecible como cierto, el ojos gatunos se golpeó en un mal movimiento contra la lámpara gigante que colgaba por sobre la mesa, causando carcajadas del resto y que su cuerpo se cayera de espaldas ante el impacto. Milagrosamente, el chico de Busan, con sus buenos reflejos, lo atrapó al segundo, bajándole de la mesa con ojos muy abiertos.
–¡¿Estás bien?! – Jungkook inquiere al ayudarlo a pararse. Se desvanecía de nada, por ello la tarea estaba complicada. Le sostiene de la espalda con preocupación –. Carajo, te lo dije.
–Sí, sí, Einstein... Me golpee la cabeza y estoy mareado, no me regañes – Gi trata de zafarse con un farfullar, pero en lo que trata de mantenerse de pie, un fuerte mareo y una punzada en el creciente chichón le hacen casi caer de nuevo. Jungkook lo vuelve a sostener y él gime en resignación, tal parece que tendría que aceptar su ayuda –. Maldición, sácame de aquí.
–Hay que revisar si no tienes ninguna contusión – insiste en lo que le carga a la salida, esquivando los demás cuerpos e ignorando las protestas del quejumbroso Min. Divisa un buen puesto afuera, es mejor que agarre aire natural y no esté adentro con todo el ruido, ir a las habitaciones no era muy astuto ahora, de seguro estaban siendo usadas por algunos imbéciles –. Siéntate aquí.
Lo ubica en un banco con respaldo, sin embargo, no consigue examinarlo al segundo porque el amigo de Hoseok le toca su espalda y le llama para hablar un minuto.
–Solo un momento, Jeon.
–¿No puedes esperar? – sabe que debe ser serio cuando el menor insiste con una expresión muy decaída. Vuelve a centrarse en Yoongi, éste se masajea el golpe y parece luchar por mantenerse en la realidad. Lo sujeta de los hombros entonces –. Espera un minuto, ¿Ok? No se te ocurra cerrar los ojos ni dormirte, llámame si estás muy mal.
El pelinegro apenas asiente, Jungkook va apenas a un metro de distancia junto al castalo, lanzándole un vistazo a Min a cada cinco segundos.
–El plan fue un fraude – Taehyung sentencia con frustración –. Te agradezco lo que hiciste, pero no funcionó.
–¿A qué te refieres?
–A que a Jimin no le intereso en lo más mínimo – resopla con enfado –. Me usó para ayudarlo a salir con el idiota de Jong-in, es todo.
Jeon escapa el aire, peinando su cabello hacia atrás en lo que se endereza. No tiene tiempo para sus crisis de rechazo, pero tampoco puede minimizarlo estando tan afectado. Tae tenía los ojos rojos, y no por haberse drogado o bebido algo raro, claramente estuvo llorando.
Y Jungkook no es un hijo de puta como para dejarlo así.
–Taehyung, escucha, ¿Te gusta el chico?
–Sí.
–¿Y él vale todo este empeño y cada uno de los problemas que conlleva?
Kim da un gesto dudoso, no entendiendo el punto.
–Pensaba que sí. Y-yo lo creí, pero...
–No, ¿Lo vale o no? – interviene, con ambas manos sosteniendo sus hombros para centrarlo –. Primero, Kai no es ni la mitad de hombre que tú, es un imbécil arrogante. Segundo, nunca dejes que nadie te diga que no mereces lo que quieres, ¿Bien? Incluso si es difícil, sigue avanzando hasta llegar a la meta, Taehyung.
Por primera vez, el tatuado le deja sin palabras, y no precisamente por intimidación, sino porque le sorprendió que lo apoyara y que, en parte, le esté ayudando a sentirse mejor. Además, lo llamó por su nombre, no por algún apodo despectivo.
Sus esperanzas poco a poco se levantan de las tinieblas, aunque siguen bajas.
–Yo... ¿Crees que lo consiga?
–No te rindas, Tae – acorta con una palmada de solidaridad, volviendo su completa atención al aturdido ojis negros que se balancea en el banco a sus espaldas – . Ahora discúlpame, pero tengo una emergencia que atender por aquí.
Yoongi recibe con un quejido al más alto, aceptando que nuevamente éste le cargue en brazos como estilo nupcial, de estar en sus cinco sentidos estuviese pataleando y rojo cuan tomate. Le lleva hasta más lejos quien sabe por qué, atrás quedando un Taehyung que les detalla con cierto asombro.
¿Desde cuándo Jungkook se tomaba tan en serio su misión como para lucir realmente comprometido en salvar al rebelde Min Yoongi?
✩✩✩
Este episodio es más largo que los otros porque, bueno, ya vieron como está yendo la fiesta JAJAJAJAJA
¿Qué les pareció? En la siguiente parte continuaremos viendo lo que pasa esa noche uwu
¿Les gustó la sorpresa entre Nam y Jackson? Son mega shippeables ajskdod
La canción que Yoongi bailaba:
https://youtu.be/8Zx1nsl2Beg
Y una canción que se lleva Jimin al ahora SÍ usar la cabeza:
https://youtu.be/N09C1sA4lJE
Me encantaría saber su opinión.
¡Voten y comenten! 🖤
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