Capítulo 4: Master Plan
–Taessi, ¿Todo bien? – interroga tras analizar un buen rato la conducta del castaño –. No sé, siento que quieres decirme algo.
–¿Yo? Todo está bien, es que... – toma una inhalación, tratando de formular todo lo que viaja por su cabeza y no puede expresar frente a su mayor debilidad, por más simple que sea hacerlo – Sí, debo decirte algo.
Jimin de inmediato maquina lo peor, como que tal vez su tutor se enteró de la cita con cierto deportista y eso le halla molestado. Se acomoda en su sitio con preocupación ante aquello.
–Espera, dime que no vas a cancelar nuestras clases y a abandonarme porque...
–¿Qué? No, nunca te abandonaría, Jimin-ah – interrumpe al segundo como si la mera idea fuera absurda, por reflejo tomando la mano del contrario, y al ambos darse cuenta de la acción, se sonrojan levemente. Aparta apenado el agarre impulsivo y relata con cierta inseguridad: –. Se trata de que ya conseguí una forma para ayudarte con tu padre. Ya sabes, lo de tu hermano y las citas.
Park baja su guardia y se interesa instantáneamente.
–Oh, ¿En verdad? ¿Cómo?
–Conseguí a un chico que quiere salir con tu hyung.
–¡¿En serio?! ¡Wow, eso es genial! – su exclamación denota cuan entusiasmado estaba por la noticia, pero entonces cae en cuenta de un pequeño -gran- detalle que le hace borrar su sonrisa y reemplazarla por una mueca extrañada –. Espera, ¿Cómo lo hiciste?
Taehyun no se atreve a admitirle la verdad detrás de los hechos, no sabe cómo se lo tomaría o si le gustaría saber que le pagaron a un tipo con aspecto de vándalo para salir con su hermano mayor, incluso sin llevarse bien con éste, podría resultarle ofensivo. Por ende, decide cambiar ligeramente la versión.
–Ah, ya sabes, existe alguien realmente suicida que gusta de tu hermano – trata de sonar casual, por suerte, y al parecer, funciona bien, pues el de pares meliáceos estaba riendo bajito. Aquel sonido celestial le provocó una sonrisa embobada –. El problema se soluciona con eso.
–En realidad, no del todo – tuerce su gesto al rememorar un nuevo inconveniente que ya le causa migraña y un gruñido –. Puede que le guste a un chico, pero él es sumamente complicado, dudo que se le haga fácil al pobre conquistarlo. Yoongi realmente detesta las relaciones y todo el asunto, dice que los chicos son perdida de tiempo y esas cosas.
Los ojos del otro se abren al cruzarse una idea en su cabeza.
–Espera, ¿Crees que sea heterosexual?
–¿Heterosexual? Dios, no, para nada... Aunque quien sabe, es tan liberal que tal vez sea bisexual, pero eso es lo de menos – Park niega algo divertido por semejante deducción. –. Sé que le gustan los chicos porque se lo contó a papá antes que yo lo hiciera. Además, lo oí hablando sobre su chico ideal con su mejor amigo en una pijamada que tuvieron hace un tiempo, fue como descubrí que al menos tiene sentimientos.
–¿Por qué le repele tanto a las relaciones entonces?
–No puedo tratar de meterme en su mente, somos muy diferentes. Creo que quiere verse como alguien independiente, centrado en la escuela y blah, blah – suspira con hastío –. Es como mamá.
Kim pudo percibir el cambio repentino que sufre el bajito apenas menciona a su progenitora, porque detiene sus pasos al lado de la fuente a la que rodeaba desde hace un rato, pues estiraba sus piernas tras pararse de su silla, ahora su cabeza agachada. Piensa que es mejor cambiar de tema para evitar incomodidad; no le quería obligar a charlar de cosas que le perturban, a pesar de que le encantaría saber todo de su persona. Quiere que él confíe por su cuenta, no por obligación a contarle por sentirse presionado de su parte.
–La verdad, es que quería pedirte ayuda. Necesito ayudar a este chico para que salga con ella, conocer sus gustos o algo.
–En eso no lograré ayudarte mucho. No sé si notaste que no nos contamos nada, no nos llevamos bien – recobra algo de su anterior humor, agradeciendo internamente que Tae respetase su silencio –. ¿Quieres que me meta en la retorcida cabeza de mi hermano?
–Tú mismo lo dices – resalta con un alzar de hombros –. Eres su hermano, viven en la misma casa, ¿No?
Jimin lo analiza mejor y la perspectiva cambia, a lo que asiente con más optimismo.
–De acuerdo, ¿Qué tienes en mente, Taessi?
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–Admito que este cuarto es mejor de lo que imaginé al principio – Taehyun reconoce con un escaneo general de la habitación que invaden, la decoración era una mezcla entre roquera, bohemio y estilos variados que congenian extrañamente, tenía bastante personalidad, para qué mentir. Le hace cierta gracia mientras echa un vistazo a los libros del dueño que se apilan en el librero –. Creí que estaría desordenado, que las paredes serían negras como toda la decoración y que habrían elementos de tortura o un caldero humeante.
–Recuérdame por qué te hice caso en esto – espeta con nerviosismo, chequeando que cada cosa esté en su lugar y mordiendo su labio a cada cierto minuto que transcurre en el reloj de su celular. Dios, no dejaba de ver hacia la puerta, rezando para que no entre el demonio que ahí habita –. Dios, si Yoongi llega y me ve aquí contigo removiendo sus cosas me va a asesinar, Taehyung.
–Cálmate, Jimin-ah. Dijiste que tu hermano estaba con Jin hyung, no hay problema.
La forma en la que nombró al pelirosa le hace fruncir el ceño con curiosidad.
–¿Conoces a Seokjin?
–Somos compañeros en algunas clases, como en ciencias. Nos llevamos bien – contesta a medias, hasta que encara al de mofletes y se retracta con velocidad: –. Aunque no es mi tipo, si a eso te refieres.
–¿Y cuál es tu tipo?
–Tú – la irrupción del bailarín con cabello teñido ocasiona que ambos chicos se vuelvan dos tomates. Atina a reírse, metiendo más cereales a su boca desde el marco de la puerta, unas cuantas bolitas coloridas cayendo al suelo que, seguramente, tendría que limpiar. Prosigue para evitar que su amigo genio lo asesine ahí mismo ate su osadía: – Decía que tú tienes buen gusto para escoger la despensa, Park... Hmm, o lo tiene quien sea que hace las compras.
–No te ofendas, pero no sé por qué además autoricé que viniese tu amigo – Jimin logra modular saliendo del tenso momento, haciendo una mueca de desaprobación ante el de sonrisa acorazonada –. No te comas los cereales con malvaviscos, son míos.
Hobi le resta importancia al pedido con un ademán, justo cuando el menor de la casa Min-Park le arrebata la caja de cereales.
–Como sea, ¿Qué averiguaron?
Tomando la palabra, el ojos café enumera con un recuento que anotó en su teléfono:
–Algunas de sus bandas favoritas, demasiados discos de música que escucha hasta sangrar sus tímpanos, títulos de libros, obras de arte y sabemos que usa ropa interior negra... Ah, le gustan mucho las brochetas de cordero, los gatos y las gomitas.
–Le encantan, igual que cuando come y separa por categoría. Oh, también le gusta cantar bajito cuando dibuja y se ata doble nudo en los zapatos, toca el piano desde los ocho años también. Hm, duerme abrazado a la almohada y le fascina que acaricien su cabello como si fuese un gato – aporta el rubio, ganándose una mirada inquisitiva del par al instante que se detiene. Tose incómodo para evadir la lista que ha dado –. En fin, ¿Alguna otra cosa?
–Lo conoces más de lo que aparentas – Tae opina con una leve sonrisa que hace al bajito apartar la vista apenado –. Cuando oíste a tu hermana hablando sobre chicos ideales, ¿Qué decía?
–No recuerdo mucho... O espera, ¡Lo tengo! Decía que chicos atractivos, con cabello rubio y ojos claros. Que no sean pretenciosos o el típico Bad boy, con coeficiente intelectual más elevado que el promedio y que no tengan miedo de mostrar sus emociones en alto – enlista con sus dedos –. Mm, otro dato importante es que una vez le oí decir que odia que los chicos fumen. Prefiere morir antes que besar a alguien que lo hace, y por primera vez, le doy la razón.
Los dos quedan boquiabiertos y sienten una patada de derrota en su estómago, dándose miradas afligidas entre ellos.
–Ya veo...
–¿Algún problema?
–No, no, en lo absoluto. C-creo que ya es suficiente, Jimin-ah.
Antes de ordenar todo, chequear los datos en sus celulares y salir rápido, Jimin detiene con una ceja en alto al chico más moreno.
–¿Para qué querías saber lo de la ropa interior?
–Porque cuando la mayoría tiene ropa interior oscura, es porque planea tener relaciones sexuales.
De inmediato se arrepiente de soltar tan a la ligera semejante información, sobre todo por cómo el de labios gruesos queda mudo y parpadea al tragar repetidas veces; y es que Park estaba recordando que él mismo tenía piezas a juego en sus gavetas por esa misma clase de planes...
Que vergüenza.
–A-ah... Creo que y-ya debemos...
–S-sí, claro – trata de zanjar el asunto con maldiciones para sí mismo en su cabeza; no quería incomodarlo ni imaginarlo usando ropa interior provocativa, ¡Lo hacía sentirse un patán! Todo era culpa de Hoseok con sus datos de sitios web cuestionables. Justo cuando ya están en la puerta de la casa, recuerda algo que hasta ahora pasó por alto –. Oye, ¿No quieres saber quién es el tipo que gusta de tu hermano?
Lo medita un simple segundo, y con toda confianza, sabe ya su respuesta.
–No, me da igual.
A la final de la tarde, tanto Park como Kim estaban con la conciencia un poquito sucia.
Taehyung se sintió mal por mentirle a Jimin sobre la naturaleza real de todo...
Jimin se sintió mal porque no hallaba la forma de decirle a Taehyung que no irían juntos a la fiesta...
✩
Sus ojos examinan las publicaciones en su feed, si bien no es de usar demasiado las redes sociales, de vez en cuando las chequea. No tiene a contactos de la escuela ni a muchos agregados, pocos amigos son los que están en su lista, su perfil es privado y duda que alguien lo busque, ni por mera curiosidad. Tampoco sube muchas fotos, por no decir que ninguna, generalmente son de cualquier cosa que no sean selcas; no porque tenga baja autoestima, sino porque no le interesa mucho mostrarse, y no tiene tiempo para estar en aquel mundo web un poco falso y superficial, la "instalife" no es lo suyo. Usa más su cuenta para ver memes y videos, cosas de sus gustos.
Sin embargo, mediante su búsqueda aleatoria y aburrimiento, algo le vino a la mente, generándole una inmediata curiosidad por averiguar un poco sobre un rebelde pelinegro en particular, en su cabeza haciendo eco lo que Hoseok y el tal Taehyung le sugirieron más temprano en la escuela.
A lo mejor así avanza un poco y deja de estar estancado.
"Min Yoongi" Teclea en la barra de búsqueda, con algo de suerte -y mucha paciencia- logra conseguir el perfil, sólo que se le escapa una risilla entre dientes cuando nota que el mismo era privado; era de suponerse de una persona tan arisca astuta. En las demás redes sociales donde hace lo mismo, tiene el mismo resultado, así que le toca resignarse. Envía la solicitud por instagram y se encuentra expectante por recibir una respuesta, cosa que no parece surgir efecto con el paso de los minutos. Ni siquiera sabe si tiene posibilidad de ser aceptado, aunque tampoco le ha dado a rechazar; si es muy inteligente, capaz lo deje ignorado para que no pueda volver a enviarle solicitud más adelante, ja.
Yoongi no le escribió nunca, el muy sabiondo envió el mensaje del domingo por el celular de la madre de Beomgyu para decir que había llegado a casa, así que no ha podido registrar su número real aún. Era como si realmente estuviese en un escalón eterno, sin capacidad de subir.
–¿Por qué me tomo esto tan en serio? – se pregunta a sí mismo, algo frustrado cuando ya van dos horas sin obtener aceptación en su solicitud. Dios, se siente un idiota total por esperar a que un chico le acepte, jamás había estado en semejante bobería de papel –. Detesto que seas tan complicado y el tener que meterme en esta estúpida apuesta, Min.
Su mal humor se debe a que es una persona temperamental, en ciertas ocasiones, porque usualmente le valen mierda muchas cosas y no se molesta en siquiera considerarlas como un problema, pero este tema se lo estaba tomando más en serio de la cuenta. Decide por no prestar atención a su celular e irse a caminar un rato para despejarse, mandando al demonio el trato de Huening.
Va a una calle conocido, en una vieja cancha de baloncesto donde varios chicos con los que se junta comparten cigarros, cervezas y escuchan música mientras charlan tras un partido amistoso a esas horas casi todos los días, prefiriendo estar ahí que en sus hogares problemáticos, o por simple ocio. Son buenas personas, viven en el mismo vecindario desde hace muchos años y los conoce bien, además de ser contemporáneos con él.
–Kook, tiempo si venir.
–Sí, ¿Alguna novedad para abandonarnos?
Jeon se encoge con pereza luego de saludarlos con un gesto de manos, aspirando de su cigarro y acomodándose en la pared con grafitis en donde se recarga, uno de los chicos le lanzó el encendedor.
–Nada grande. Me pagaron por salir con alguien de la escuela.
Todos hacen una bulla general como burla, algo que esperaba y realmente le importa poco.
–Uy, ¿Y ya te acostaste con ella?
–No es para acostarme con él, sino para salir nada más – corrige, su entrecejo se contrajo un poco con la alusión.
–¿Eres gay? – inquiere uno de los sujetos, con una cara agraciada –. Digo, aquí muchos le entramos a todo lo que venga, sólo que no lo esperaba.
Que Jungkook les conozca no significa que ellos le conozcan mucho a él, su vida privada era muy hermética, y ellos lo respetan. Claro, no hay rostros asqueados ni molestos, había una ley mutua en aquel peligroso y bajo vecindario donde entre todos se defendían y mantenían neutrales. Eso es bueno, porque no iba a tolerar basura de nadie, ni por ser amigos.
–Exacto, además, ¿Y? ¿Se te metió mucho humo en las neuronas? – aporta otro de ellos con una carcajada – Aprovecha la oportunidad.
–Él no es así, Wonho – su tono sonó más borde que lo que pretendía, porque de pronto se siente algo fastidiado por la forma de hablar que tienen sobre Yoongi. Los muchachos le dan una mueca y le detallan con tanta intriga que opta por restar importancia con un exhalar desdeñoso, donde el humo del cigarro se cuela –. Es algo estresante, es un chico complicado de manejar.
–¿Para ti lo es? – duda uno de los mayores, Kris – Dómalo, eres bueno con las chicas e imagino que con los chicos, ¿Cuál es la diferencia con un estudiante de preparatoria?
–Es mayor que yo por unos meses, y estoy en ello... – se reserva el pensamiento de que Min no era como cualquiera, ni comparable con alguna mujer que haya conocido en su vida; sí, no tiene más que 18 años, pero ha vivido bastante más que el promedio como para alegar que realmente el ojos negros es la primera persona que le causa una incertidumbre tremenda y misteriosamente atrayente. No, profundizar en el tema no le estaba gustando, quizás porque las ansias de revisar su estúpido perfil de Instagram le hacía sentir raro. Era un desconocido al que no lleva nada de tratar, ¿Por qué le importa tanto? Vuelve a repetirse –. La paga es buena, lo hice por eso.
¿Se lo dice a ellos, o a sí mismo? Porque nadie le preguntó el motivo de su persistencia.
¿Vale la pena tanto dolor de cabeza por el dinero? Muchas preguntas rondaban en Jeon ahora mismo, pero al menos sus amigos no indagaron más en el asunto.
✩
En su lugar, Yoongi muerde su labio inferior, volviendo a chequear la solicitud de amistad que hace una hora le llegó al buzón. Por supuesto que conoce la cuenta que se la ha mandado, aunque era privada como la suya, el nombre de usuario era "JJK7"y la foto de perfil le dieron una pista grande -a pesar de que era en blanco y negro y el chico estaba de espaldas mostrando una camisa con un logo de "fuck you" estampado-, que terminaron por hacerle asumir de quien se trataba. Lo que le mantiene su semblante contraído en concentración es que no terminaba por rechazarlo en el botón indicado, estaba titubeando, y aquello le descoloca.
"¿Cómo me encontró ese mocoso? Debió de haber investigado entre contactos de la escuela" Porque fue muy atento para colocarse un buen nombre de usuario y mantener su perfil lejano de cualquier chismoso del instituto, prácticamente no tiene a nadie agregado, sólo a tres personas: El director, a Sejin y a Seokjin.
Resopla y aparta el celular, ya luego llegaría a una conclusión para su falta de inmediatez para zafarse del chico tatuado.
–¿Acaso alguien te envió algún mal chiste? – pregunta el único de lentes en la mesa, examinando la expresión de su hijo mayor. Desde hace rato lo notó muy sumergido en su celular, un acto muy inusual en él, pues era Jimin a quien solía reprender por estar clavado en el aparato –. Te regañaría por usar el celular mientras estamos cenando, pero algo me dice que no me oirías.
–Te diría que obligarnos a comer juntos en la mesa no hará que nos llevemos bien como familia, pero tampoco me oirías – Gi apunta con los palillos, centrándose nuevamente en su platillo y chasqueando de mala gana –. No es nada. Un idiota acosador me mandó solicitud por mis redes, es todo.
–¿En serio? ¿Alguien quiere saber de ti? – Jimin se inmiscuye al instante por la llamativa noticia, relacionando aquello con el misterioso chico que gustaba de su mayor, según Tae. Su hermano le mira mal al segundo.
–No seas pesado con tu hermano, Jimin.
–¿A mí sí me regañas? – eleva una ceja para su padre, el que se llena la boca de comida para ahorrarse a responderle. Igual lo ignora, le interesa más otro asunto: – Como sea, ¿Sabes? Deberías estar halagado de que se tomara el tiempo de buscar tus cuentas y enviarte solicitud en ellas, Yoongi. No es un stalker por quererte conocer de ese modo, es la era tecnológica, para algo tenemos perfiles creados y se le llama socializar.
–Me vale mierda.
–Yoongi.
–Bien, me vale caca – corrige en lo que mastica, sin real arrepentimiento por sus palabras anteriores. Era bobo que su progenitor todavía quiera mantener una serie de reglas familiares con ellos, pero le sigue la corriente porque al menos respetaba un poco su autoridad, no es como que quiera ser un hijo rebelde y grosero con él, simplemente se llevaban de aquella forma.
El menor en la mesa niega mientras sus dos familiares conversan como si nada, descaradamente esquivando el tema que le importaba a él. Golpea impacientemente su pie en el suelo, pensando una manera de ayudar a presionar el asunto que le beneficiaría.
–¿Por qué no lo aceptas? Tal vez te agrade su perfil y descubras que te gusta ser una persona sociable.
–¿Por qué te importa esto? – Yoon inquiere ante la irregular insistencia del rubio. Siempre era entrometido, pero generalmente cuando se le involucra directamente en algún tema, cosa que claramente no debe ser el caso –. Es una absurda solicitud de amistad, no tiene que ver con tu reino de la perfección. Nunca te ha llamado la atención mi vida social más que para burlarte.
–Aunque no lo creas quiero que te abras a las personas, Yoongi – usa su carta de diplomacia, mostrándose dócil en su actuación –. Puedes estar perdiéndote oportunidades en esta vida por ser de esa manera.
Min sisea con sarcasmo.
–¿Ser cómo, alguien analítico?
–No, alguien pesado y hostil. Eres como un gato arisco por más que traten de-
–Chicos, quiero tener una sola comida tranquilo, por favor – Nam interviene en medio de la cercana pelea de insultos, suplicando con su mirada –. ¿Saben cuantas emergencias atendí hoy en el hospital? Es horrible ahí dentro.
Los dos jóvenes suspiran a la par, viendo venir el discurso de su progenitor si no se callan y continúan la cena en paz. El rubiecito se resigna a no tocar más aquella tecla, por ahora, además de que -por la cara de su hermano-, siente que sus comentarios fueron al menos mínimamente de ayuda para incentivarlo. Conoce esos gestos cuando medita algo, dio aunque sea un poquito en el blanco, estaba satisfecho.
Efectivamente, el más pálido estaba en un conflicto interno, dedujo que todo era a causa de la ridícula escena en el aula de música, porque Jungkook le estaba haciendo cavilar más de la cuenta, y él odia sentirse tan interesado en... El mocoso.
–¿Ya te vas a tu habitación? ¿No verás conmigo CSI?
–Dile al principito hoy que te acompañe. Quiero descansar, papá.
Nam ve extrañado el como su hijo mayor desaparece por las escaleras. Posa su atención con esperanza en su otro pequeño.
–¿Quieres ver casos policiales conmigo? Hace un tiempo no vemos algo juntos, Minnie.
Jimin sonríe con disculpa, tomando su celular de la encimera.
–Paso, papá, perdón. Tengo que leer un artículo importante para la escuela.
Al quedar solo en la sala, Namjoon termina por escapar una boconada pesada, yendo al sofá para encender la televisión junto a un bol de palomitas. Suele compartir más tiempo con Yoongi que con Jimin, en ocasiones tenía suerte y el menor se unía, pero sólo cuando su hermano no está. No recuerda la última vez que estuvieron los tres, disfrutando de verdad tiempo de calidad en familia, no sin tener que forzarlos a respirar un mismo aire.
–A traumarme solo entonces.
✩
–Quiero mis resultados, Jeon.
El aludido vuelca sus orbes y cierra la puerta del casillero con flojera, viendo la cara del idiota que le acababa de dirigir tal exigencia.
–Gracias por saludar, príncipe encantador – responde con aburrimiento, pero manteniendo una pose intimidante que logra que el otro baje su temperamental expresión –. ¿Vienes a criticar mi trabajo?
–Escucha, te pagué por adelantado y espero lo que prometiste – expone lo más calmado que consigue estar, las ansias le carcomen cuando las cosas no están saliendo como las planea –. Hasta ahora obtuve a un jodido caprichoso chocando mi precioso auto y cero citas con Jimin, ¿Acaso no puedes con el enano de Min?
Lo último hace que la sonrisa de Jungkook le de escalofríos al peliazul, consiguiendo que retrocede por reflejo de supervivencia.
–Puedo con cualquier cosa, Huening. Si no he hecho un movimiento grande hasta ahora, es porque pienso adecuadamente antes de actuar, ¿Lo has intentado acaso alguna vez?
–Pruébalo – expulsa con impaciencia, su orgullo estaba siendo atacado y no se dejaría, menos con aquel vándalo –. Si quieres algo, dame algo a cambio.
Jungkook maldice con un gruñido bajo cuando el obstinado deportista le da la espalda, peinando su cabello hacia atrás con exasperación.
–Hey, Huening – lo llama con imponencia, deteniendo su ida como pretendía. El chico espera con esa expresión creída que le causa repudio, mas se concentra en su exigencia: –. De acuerdo, pero doblé mi oferta.
–¿Qué? – Kai exclama con enojo, todo le era insólito – Olvídalo, te pagué ya y ni siquiera una cita has tenido con él.
Kook se arriesga por instinto, sonriendo socarronamente y mostrando total seguridad.
–Entonces olvida a su hermano y consíguete a alguien más para este viernes. Min no es fácil, sí, pero yo puedo manejarlo, te lo aseguro.
–Tú... Agh, bien – gruñe rendido, acercándose y sacando la billetera de su chaqueta del equipo –. Cien dólares.
–Trecientos.
Kai carcajea con pura incredulidad.
–Tienes que estar bromeando.
–Creo que acabo de ser claro con lo que dije, niño. Él no es imposible, pero sí un gato fiera, dudo que cualquiera consiga más con él – enfatiza en convicción –. Yo en cambio, voy avanzado.
Jong-in entrecierra sus ojos y mueve su mandíbula de lado a lado, por más que le caiga de la patada, Jeon tiene razón, y él no iba a echarse para atrás como un cobarde, debe ganar esa partida, cueste lo que cueste. Además, el tipo le daba un poco de miedo, y por más que muera por restregarle un secretito en su cara, se lo guarda.
En su lugar, el peliazul saca los billetes y se los entrega al castaño de mala gana.
–Espero que seas más efectivo con los resultados ahora, tal como eres bueno para cobrar.
Poco a poco, la sonrisa del chico de Busan se esfuma de su expresión cuando el otro se larga y le deja con los billetes. La idea del cobro extra se le ocurrió por puro impulso, como un incentivo necesario para salir de sus cavilaciones y actuar sin pensar tanto, un recordatorio del motivo por el que hacía eso.
Min es complicado, sí, pero no tenía que involucrarse más allá de la cuenta con él, no debe tomarse a pecho aquello. Se limitaría a hacer su trabajo sin dar tantas vueltas y con el dinero optaría a un mejor futuro para su familia y para él... ¿No?
Joder, iba a beber un poco en el bar de esa noche.
Estacionan el carro junto a las motocicletas en el parking, no hay muchos vehículos, como si todos fueran moteros. Estuvieron discutiendo sobre si ir a aquel lugar sería una opción viable, acordaron que sí, pero ahora evaluando con recelo la zona donde se metieron, no están muy de acuerdo en su decisión.
–Actúa seguro y tal vez no terminen asesinándonos, violándonos, secuestrándonos o robándonos.
–Ojalá fueras tan bueno siendo valiente como lo eres con las palabras, tonto.
–Yo debería de estar con Mickey y mi hermana, no contigo – refunfuña tras colocar la alarma al vehículo, esperaba que nadie lo raye o lo robe, porque tendría graves problemas de ser así –. Todo por un principito que te trae las neuronas por el suelo, Taehyung.
–Tu perro puede esperar, deja de quejarte y camina, Hoseok.
Los dos prosiguen con la pelea entre susurros enfadosos en lo que se abren paso por el bar, rodeando las mesas de billar y tratando de lucir rudos para los tipos con grandes tamaños corporales, y ejercitados, que les miran como si fueran sus siguientes presas. Al captar la figura de cierto chico de brazos tatuados, casi corren a éste como si fuera un oasis de salvación divina.
–¿Qué hacen aquí? – Jungkook no se molesta en ocultar su desconformidad una vez tiene al par frente a él – Carajo, es mi noche de tranquilidad, ¿Qué diablos quieren?
–Oye, no vinimos a molestarte. Te estamos ayudando, ¿Recuerdas? – apela el de piel más morena, confuso por la actitud más agresiva de lo normal –. ¿Por qué estás tan enojado?
–Tengo al imbécil de Jong-in jodiéndome las pelotas con su absurdo jueguito de conquista y ahora interrumpen mi partida de billar – masculla en justificación, agarrando su botella con brusquedad. Sabe que la estaba pagando contra aquel par, pero eran indirectamente los culpables de todo, sólo les da crédito por atreverse a ir a un sitio donde, obviamente, no están nada cómodos –. Como sea, ¿Qué tienen? Porque yo no conseguí ni que me aceptara en sus redes sociales.
–¿Es difícil, eh?
–¿También tú quieres cuestionarme, niño genio?
–No... – Kim borra su sonrisa cuadrada al segundo, cambiando la conversación en un intento por animar a Kook –. M-mira, aquí están unos datos importantes.
Jeon agarra el celular del castaño y se traga la sorpresa al hallar un block de varias notas lleno de información sobre Yoongi; banda favorita, música, comida, golosinas, hábitos, libros y gustos en general. Era una guía entera al alcance de sus manos, una parte para descifrar el enigma que era el revoltoso artista.
–¿Dónde consiguieron esto?
–Su hermano me dio paso a su habitación.
Su entrecejo se contrae, viéndolos con seriedad.
–¿Invadieron su privacidad?
Tae se remueve, tiene cierta culpa por aquello, para qué negarlo.
–Es por un bien común...
Ante el tenso silencio, a Hoseok no se le ocurre más que sacar su instinto chismoso ante un mito de la escuela, uno de los cientos:
–Oye, ¿Puedes beber alcohol así sin tener hígado?
No puede evitar sentirse irritado ante la pregunta boba del pelirrojo, porque ese ridículo rumor surgió de un idiota que le caía de la mierda.
Intuyendo que aquello no iría bien, el de ojos avellanados se antepone frente a Hobi y lo aparta, riendo nervioso.
–Nada, nada, hyung sólo bromea. L-lo importante aquí es que debes tener una cosa en cuenta, primero que nada.
–¿Qué cosa? – Jeon farfulla, encendiéndo un cigarrillo.
–Min detesta a los fumadores.
–Espera – procesa la sentencia en lo que Taehyung le quita con suma cautela su cigarro. Lo permitió porque estaba aún en un estado de negación ante la implicación –, ¿Me están retando a no fumar?
–Por ahora solamente – adelanta Jung para apaciguarlo –. Podrás retomarlo después de que termine el plan.
–¡Ah! Y otro problema es que a Min le gustan los chicos bonitos.
Ahora sí habían llegado a su límite.
Jungkook aprieta su vaso y lo deja lenta y peligrosamente en el borde de la mesa de billar, encarando a los chicos con una cara de advertencia que les hace tragar en seco y retroceder en precaución.
–¿Me están diciendo que no soy un tipo bonito? – exige con tono bajo y en advertencia.
–¡No, n-no! Es decir, para Min los bonitos son los que tienen cabello teñido y ojos claros, chicos honestos, que no sean los usuales bad boys y... – detiene su atropellado discurso porque sentía que estaba tentando a su vida ahora mismo, echándole más llamas al fuego y cabreando más al chico tatuado que aprieta su mandíbula y entrecierra peligrosamente sus ojos. Le resta importancia con una risa titubeante para salvar la situación –. P-pero eso no importa. Casi nadie encuentra a su tipo ideal.
Hoseok asiente repetidas veces, igual de intimidado por el estado de Kook.
–¡Es cierto! Mi padre se casó con mi madre y no era su tipo ideal.
–Le conquistarás siendo tú.
–Sip. Definitivamente eres un tipo bonito, amigo.
–Bastante bonito.
El castaño observa a los dos parloteadores chicos risueños, con ganas de golpear sus cabezas junta para que detuviesen sus boberías, pero se contiene y relaja porque no le caen del todo mal, aunque no es una cosa que admitiría en voz alta. Al menos son mejores que el pendejo de Jong-in, y le causaban gracia con sus ocurrencias.
Pero ahorita su orgullo estaba herido por ese par de bobos.
–Eso pensaba. No tengo que teñirme o cambiar mi aspecto – concluye con un siseo–. Pensaré lo del cigarro, y ya eso es un gran esfuerzo... ¿Algo más que sea importante, niño?
Tae recupera su tren de pensamientos y afirma en un gesto, al menos escapó de un probable golpe por su bocota.
–Mañana va a ir al bar Eclipse, tocará una de sus bandas locales favoritas y ya tiene boletos para ir con su mejor amigo. No puedes faltar, es tu oportunidad para ganártelo e invitarlo a la fiesta de este viernes.
La mención de Eclipse le provoca una mueca insegura.
–No les agrada mi presencia en ese local, no lo sé...
–Inténtalo al menos, por favor.
–Lo haré – Jeon termina por contestar tras una pausa breve. Francamente su cabeza empieza a punzar y ya quiere irse a la cama para dejar de lado el asunto de Min Yoongi –. Mándenme la lista a mi celular y la revisaré con calma.
–De acuerdo, anotaré tu número – Kim sonríe emocionado al marcar en su agenda los números dictados por el de piercing. Recuerda otro dato y piensa que a un tipo como él le importaría, lo dice como si nada: –. Ah, y usa boxers negros, por si te interesa.
Kook los mira con una expresión en blanco, debatiéndose seriamente en si golpearlos o no por invadir su noche y, además, la privacidad de Yoongi.
¿Que acaso creen que una ropa interior negra iba a hacerlo enloquecer o qué? Par de vírgenes.
–Mejor lárguense antes de que provoquen a alguien aquí, o peor, de que me provoquen a mí.
Hoseok y Taehyung acatan con velocidad la orden, despidiéndose con una breve inclinación para casi salir huyendo de ahí, tosiendo cuando un sujeto les lanzó una nube de humo en la cara.
Por su parte, Jungkook comenzaba a cuestionarse si realmente estaba lanzándose a un vacío por un par de billetes, porque, si bien es temerario, algo en el fondo le decía que era demasiado problemático nadar en aquellas aguas desconocidas. Su intuición rara vez falla, pero...
Desplaza de lado su instinto de sabueso y continua con su partido solitario de billar. Al parecer se tenía que resignar a dejar su mal hábito de fumador, por ahora al menos.
✩
La música logra activar la euforia en su organismo, moviéndose al ritmo de la canción que sonaba en el escenario, esta junto a la bulla de los espectadores en el concierto donde él y su hyung estaban esa noche del jueves. Lograron obtener boletos por un primo de Seokjin, de milagro, pues a pesar de que no era una banda mundialmente conocida o popular, tenía bastante público en la localidad.
Yoon se considera uno de sus fanáticos más grandes en Seúl. Claro ejemplo de ello es el que está bailando y cantando a todo pulmón y sin preocupaciones, ignorando lo mucho que detesta las grandes masas de gente, el olor a humo y transpiración. Su excepción son los conciertos y presentaciones como aquellas, sin duda, además de que Eclipse era uno de los pocos bares decentes, con gente más agradable que el promedio, ya conocía a varios empleados de ahí; hace un buen tiempo no pisaba el sitio, no era mucho de salir o beber, pero le recibieron con brazos abiertos. Todo lo que recientemente lo estaba estresando y sacando de su tranquila zona de confort, desaparece por esas dos siguientes horas.
El concierto está a cuarenta minutos de acabar para cuando Jungkook hace aparición, siendo escaneado por la mayoría de las mujeres del local con luces coloridas y tenues. La ambientación cargada de leve neblina hace que su entrada sea más misteriosa, pero la música alta oculta uno que otro comentario coqueto de parte de las chicas; estaba acostumbrado a causar cierto revuelo por ahí, sin intenciones de sonar egocéntrico. En respuesta simplemente sonríe educadamente y prosigue su escrutinio, en busca de cierta cabellera negra cuyo dueño tiene un temperamento muy huraño, hace hasta competencia con el suyo, debe reconocer.
Da con Yoongi cuando justo el mismo baila suelta y libremente, entre risas junto a su amigo más alto, portando ahora un aire relajado y nuevo, tal como cuando estaba dibujando y componiendo despreocupado en el salón de música. Esta vez, su sonrisa es sincera y surge por inercia, incluso se queda en el sitio disfrutando un poco de la vista que Yoon le da.
Hasta que se siente un poco acosador y decide mejor ir a la barra más cercana por un trago. Eso era raro, debe verse como un idiota sonriendo.
–¡Hey, Jeon! Hace tiempo no te veía por aquí – saluda entusiasta el barman, preparando el mismo trago de siempre para su viejo amigo –. ¿Te dejaron pasar después de la última vez?
–Tuve que usar mis estrategias persuasivas, Yeonjun hyung – responde con misma diversión, agradeciendo el trago que el pelirosa le da –. ¿Qué tal tu novio?
–Ya sabes, nos odiamos y nos amamos en misma medida– explica el más alto con un ademán que acompaña con una sonrisita enamorada y ojos destellantes, pues en la pista de baile estaba su pareja bailando junto a dos de sus amigos.
El castaño bebe de su trago y dirige su atención hacia donde miraba el barman, riendo un poquito al comprender el causante de su expresión.
–Soobin te tiene bastante flechado, eh. Hace un año y medio se peleaban como perro y gato, ahora creo que pelean, pero como pareja de casados.
–Y entre las sabanas, pero no le digas que te lo dije o me golpeará – lo apunta como broma, causando otra risotada del de piercing –. Qué decirte, el amor es de ese modo, no puedo vivir sin Binnie.
No lo pone en duda, no comprende aquella clase de relaciones, pero debe darle crédito a ese par de tortolos que tuvieron un romance bastante dramático, tiene entendido. Conoce hace tres años a los dos, tienen amigos en común y así conoció el bar. Yeonjun se llevaba más con él debido a sus gustos, el chico era barman en Eclipse -de los mejores, si le preguntan-, y a su vez iba a la universidad, era un gran hyung con además mucho talento para el baile y el rap. Era opuesto a Soobin, quien estudia periodismo y trabaja en una pastelería junto a Beomgyu, uno de los amigos que ahora baila junto a él en la pista, si mal no recuerda, el otro chico de grandes ojos es Taehyun, novio de Gyu y mejor amigo de Yeonjun.
Hace mucho no se juntaba con ellos, por obvias razones -como los problemas que tuvo con algunas chicas de Eclipse hace un año atrás-, por lo que se perdió muchos detalles del cómo Soo y Yeon terminaron juntos. Esos dos al principio se detestaban, la familia del más alto era religiosa y clasista, tuvo entendido que de ahí partieron muchos problemas. Sin embargo, verlos ahora bien, valiéndoles poco la opinión del resto y estando muy juntos, debe admitir que eran de admirar, de las pocas parejas genuinas y reales en las que podía poner sus esperanzas. No todos los que tienen relaciones en su juventud suelen durar, no hoy en día, pero Yeonjun y Soobin inspiran hasta una envidia sana con tan sólo mirarlos tan felices y enamorados.
No imagina lo que es experimentar esa clase de amor por alguien, tampoco es su meta por ahora, pero no tiene nada en contra de ello.
–Si tú lo dices.
El de cabello teñido estaba por contestar, siendo interrumpido cuando su novio se les unió con entusiasmo, saludando a Jungkook junto a los otros dos.
–¿Yeon te cobró por el trago?
–Nah, sabes que me adora.
–Debió hacerlo – Soobin aseveró, pero manteniendo la jovialidad en sus ojos –, te nos perdiste un buen tiempo y te metiste en problemas por aquí.
Kook sonríe apenado, no es mentira que lamenta no haber mantenido más contacto con ellos desde hace unos meses.
–No le des ideas, hace lo que le pides.
–Te cobraré doble para que dejes de hablar – el barman es quien se queja ahora con el tatuado, viendo luego a su novio con un mohín –. Y tú no le des ideas, cariño.
El Choi más alto sonrió divertido y besó al pelirosa en ese tierno piquito de pato que solía hacer al enojarse, Yeonjun posee expresiones faciales muy demostrativas que le fascinan. Ante esto, los otros tres hacen sonidos de burla y asco.
–No empiecen ustedes dos – pide Beom, a pesar de que él era igual con Taehyun.
Fue un intercambio breve entre los cinco, pero uno agradable, quedaron en ponerse al día en otro momento y los tres que se le unieron antes, volvieron a partir a la pista por el concierto, despidiéndose de Jungkook y con sus bebidas recargadas.
Yeonjun tenía bastante trabajo en la barra ese día, pero por ahora todos se concentraban en la banda que tocaba, muy pocos clientes se acercaban, lo que le da un ratito más con el castaño.
–Por cierto, ¿Tú estás todavía en el juego o ya te tomaron? Se me hace raro no verte fumando como chimenea, y eso sólo significa que fuiste obligado. ¿Fue tu hermana o...?
–Debiste ser detective o agente de la policía en lugar de inscribirte en baile – bromea ligeramente, tamborileando sus dedos en la superficie en lo que el otro ríe secando unos vasos. La mención del cigarro le puso inquieto, no era adicto, pero en momentos en los que se siente presionado -como ahora que no sabe cómo acercarse directamente a Yoongi sin ganarse una patada por interrumpir su concierto-, era difícil controlar el impulso de fumar –. En realidad, dejé de centrarme en salir con chicas desde hace casi un año, mi cabeza estaba en otras cosas.
–¿La preparatoria? – cuestiona escéptico, no es que considere a su amigo un descerebrado, pero conoce que sus notas no son las mejores producto de su flojera. Muchas veces Soobin regañó a Kook por su falta de incentivo en los estudios.
–Mi trabajo y la casa, básicamente, eso y "el futuro" – indica con comillas de sus dedos, sin muchas ganas. El mayor asiente comprensivo por lo que se refería y espera paciente por si quiere continuar, él vacila un poco si agregar lo siguiente, hasta que se rinde: –. Pero ahorita estoy detrás de un chico bastante complicado, va en mi clase.
No le sorprende la noticia del todo, al menos no la parte de la bisexualidad del menor. En ocasiones pasadas Jungkook se relacionó con dos chicos, él mismo se lo confesó, y no es que el tatuado fuese el típico mujeriego promiscuo que dormía con cientos de chicas tampoco, así como que ellos no eran amigos tan cercanos como para conocer todos los detalles de la vida personal del otro, fueron simples datos que llegaron a sus oídos. Por lo que intuye de su dongsaeng, era un chico solitario y honesto, era directo, de ahí radicó el problema con la última chica con la que se relacionó en el bar; ella quería más, él no; ella tenía poder con el dueño, él prefirió no frecuentar más el local.
Eso le hace deducir que, si se arriesgó a volver, se debe a alguien en particular.
–¿Detrás como algo serio por primera vez o como algo temporal? – cuestiona, mas tuvo que hacerle un gesto a su amigo para que esperase en lo que atiende al de ojos gatunos que se acerca a la barra – ¿Qué trago ahora, Yoon-ah?
Ante el apodo, Jungkook de inmediato capta quien estaba a su costado, a un metro de distancia. Da un sorbo de su vaso ya casi vacío y hace su mejor actuación despreocupada y ajena al azabache.
–Dos botellas de agua, hyung, gracias – Yoongi eleva la voz para hacerse oír, obteniendo un guiño de su amigo pelirosa tras la barra. Tararea la melodía de fondo, deteniéndose al girar su vista y hallar al sujeto a su derecha, su ceño se contrae automáticamente por la mala racha. Toma las botellas cuando le son entregada y, con la mandíbula apretada, se sienta junto al pesado menor, depositando en seco las botellas en la superficie marmolada –. ¿Tendré que poner una orden de alejamiento en tu contra para que dejes de perseguirme a todos lados, mocoso?
–Hey, ¿Quieres dejar de gritar? Estoy tratando de disfrutar la música, gracias – pide el más alto con la vista en la tarima, bebiendo su último trago y moviendo su pie al ritmo de la música, complementando su imagen desinteresada. De reojo capta la expresión recelosa del pelinegro, casi quiere reírse porque consiguió generarle cierta intriga –. No todo es sobre ti, vine por el concierto.
–¿Te gusta The Rose?
–Ujum, aunque en mi opinión, no hay nada comparado con Coldplay y Eminem... Hmm, igual Ryūichi Sakamoto y IU son geniales – Jungkook da un encogimiento de hombros, incorporándose de su asiento para irse más cerca del escenario –. Ya sabes, una mezcla de todo es siempre bueno.
La creciente sorpresa e intriga en Yoongi le hacen ir detrás del menor, porque es el primer chico con el que concuerda en varios gustos musicales.
En la barra, Yeonjun observa todo con ojos entrecerrados en confusión, lo poco que escuchó del intercambio le dejó extrañado, sobre todo por el cambio de conducta de Jungkook. Dejó de distraerse con divagaciones para atender a otro sujeto que llegó junto a su novia.
–¿Conoces a Sakamoto? Pensé que serías de esos chicos que prefería escuchar bandas de metal absurdas que hablan de matarse, drogas, sexo y de rituales diabólicos.
– Tengo géneros variados. Y sí me gusta el metal, pero el que tiene sentido. No me gusta que me sangren los oídos con tantos gritos y maldiciones – defiende con una leve risa por las ocurrencias del mayor –. En este sitio sirven las mejores banderillas también.
–Digo lo mismo... ¿Conoces la letra? – no termina la primera impresión cuando otra surge, esto porque, con un parpadeo perplejo, observa la forma en la que Jungkook cantaba por moderadamente junto al resto la canción que era tocada por el grupo, una de sus favoritas personalmente; a decir verdad, no detallaba mucho por el ruido, pero la voz del chico sonaba bastante bien.
–Obvio, ¿Tú no? – la naturalidad de su respuesta logra dejar sin palabras al de camisa blanca con estampado de una rosa negra en medio, lo que le da al fin un punto a favor en su tablero. Estaba tan orgulloso de tener una victoria, que no se percata que los aplausos dejaban de sonar, así como la música, cuando expresa en voz alta: – Kim Woosung luce muy sexy con esos pantalones.
Min abre la boca y la cierra de inmediato, las carcajadas de los expectantes más cercanos a ellos resuenan y el mismísimo Woosung sonríe con una reverencia en lo que bebe agua y seca su sudor, ya el concierto estaba a nada de finalizar. A él le es imposible no unirse a las risas ante la pena que ambos acaban de experimentar, porque claro que se involucra por estar junto al de chaqueta conversando.
Jeon se contagia de las mismas, igual de avergonzado al estar atrapado, detallando con interés al bajito cuando capta, por primera vez, una sonrisa honesta de su parte, una que él generó.
–¿De qué película saliste, bad boy?
–De cualquiera en la que seas protagonista, bad kitty.
Aprieta sus labios para no soltar otra risa por los coqueteos tan peculiares e hilarantes del otro, realmente no se cansaba. Aparta la mirada unos segundos, Jin estaba tardando en el baño, pero ni siquiera se inmutó de ello, más bien se fija de un dato muy peculiar:
–No estás fumando.
–Ah, sí. Lo dejé.
–¿En serio?
–No miento, es malo para mí – alega ante la cara desconfiada del chico, no lo culpa, ni él mismo se cree. Por suerte estaba actuando mejor de lo esperado, debe desviar la atención antes de meter la pata –. Prefiero ahogar la ansiedad con gomitas de cola y jugar Resident evil en modo difícil, sin guías bobas. Es terapéutico maldecir a Umbrella.
Definitivamente el más pálido estaba perplejo por lo que estaba descubriendo sobre el adolescente que, aparentemente, no es nada de lo que imaginó. Incluso en su atuendo de chico rudo había cierto parecido con el protagonista del diario de un rebelde -película que le fascina tanto como Leonardo Dicaprio-.
Lo gracioso, es que este último hecho no fue a propósito de parte de Kook, a diferencia de lo demás.
Sí, él decidió estudiar unos pocos datos de la jodida lista de gustos del apuesto hyung gruñón, la misma que Taehyung le entregó. Puede que ciertas cosas que ha dicho no fueron más que para atraer y complacer a Yoongi, sin embargo, en verdad sí tenían gustos en común, más de lo que imaginó cuando leyó un poquito de la dichosa lista.
Por ejemplo, la banda que tocaba esa noche en Eclipse, le empezó a gustar tras oír algunas de sus canciones por YouTube durante el día anterior, todo para prepararse ante el concierto de ahora. Inició como obligación y ahora hasta unas canciones se le pegaron en la mente, al punto de haber cantado una que reconoció minutos antes. Era algo que agradecer a Min, seguro si chequea más de sus gustos, se sorprendería de compartirlos.
–Concuerdo en todo, sobre todo en que el cigarro hace daño a largo plazo –comenta con una afirmación – Jieun debe estar muy feliz.
Los dos conectan miradas por unos segundos, el grupo tocaría la última canción en unos segundos, a lo que el de orbes café aprovecha:
–Este sábado hay una fiesta en la casa de Jong-in.
La simple mención rompe la atmosfera y ensombrece el rostro del mayor, quien gruñe con sorna.
–¿Te juntas con él?
–Por supuesto que no, es un idiota, pero no voy a desperdiciar las botanas y el alcohol gratis – admite con tanta gracia que casi contagia al contrario. Era bueno saber que no sólo a él le cae de la mierda ese chico ricachón –. Todos van a ir, o eso escuché, ¿Quieres que pase por ti a las ocho?
–¿Se supone que es una invitación?
–¿Prefieres que no te pregunte y sólo pase por ti?
–No te das por vencido nunca, ¿Verdad? – ríe ligeramente con una negativa, menos tenso –. Disfruta la última canción del concierto, mocoso.
Yoongi le da la espalda, empezando a buscar un pase entre la multitud, ya había divisado a Jin buscándole.
Jungkook en su puesto estaba desconcertado, alzó su voz para llegar al azabache:
–¿Eso es un sí?
–No.
–¿Entonces es un no?
–No.
El compositor sonríe para sí mismo, siguiendo su caminata tras haber lanzado aquello en voz igual de elevada, más que seguro de que el mocoso acosador estaba estúpidamente contento.
En efecto, todavía estando en su posición, el de chaqueta negra también eleva sus comisuras, experimentando la primera real victoria en la partida con el rebelde hyung de jeans rasgados y ojos negros.
Al regresar a la barra con una muy notoria cara de suficiencia, Yeonjun le examina con detenimiento.
–Min Yoongi, ¿A él te referías? – cuestiona en lo que le sirve un nuevo trago al castaño –. Cuando dijiste "un complicado chico" no creí que fuera para tanto. Creo que "Indomable" es la mejor palabra para describirlo.
–Lo conoces – adivina.
–Como cliente es un tanto habitual, más desde que cumplió su mayoría, y me cae bastante bien. Lo conocí entre exposiciones de fotografía de Soobin, también se llevan, aunque Taehyun es quien chatea más con él.
–¿Qué puedo decirte? Para ti Soobin también fue complicado, y ya conoces el desenlace de su historia.
–Esto es totalmente distinto. Además, yo buscaba algo estable y longevo porque me enamoré de Soobin – de pronto se pone algo serio, no quería sonar a regaño o poner poca confianza en el dongsaeng, pero debe al menos darle consejo como su mayor –. Ve con cuidado, Jungkook. Él es especial, es un gran chico cuando la conoces.
Jeon traga en seco de su bebida, apartando la vista, no prestando atención a las palabras que el universitario le ofrece. Estaba más ocupado en celebrar que al fin le dieron un "sí", a medias.
–Gracias por el dato, Yeonjun hyung.
✩✩✩
Editado: 04-02-24.
La fiesta va a ser un desastre, asies JAJAJAJAJAJA
¿Se dieron cuenta de la aparición especial? Amo el Yeonbin (se mega nota por todos lados, como que Yeonjun es mi bias xd). Lo gracioso es que en el fic que adapté primero sobre esta temática (El que dice Lucaya y está en mi perfil), el ship especial fue precisamente el Yoonkook. Ahora aquí son los principales lol
Notifíquenme cualquier error siempre uwu
La canción del inicio es por el Vmin :( La que dejaré aquí es la que Yoon oía cuando Kook llegó al bar.
https://youtu.be/66FKUzNG5o4
¿Les gusta The Rose? Yo lo descubrí hace años por una amiga, amo sus canciones, cuando Yoongi colaboró con Woosung, MORÍ TuT
PLUS: Ryūichi Sakamoto fue el músico que colaboró junto con Yoongi y Woosung precisamente en Snooze, de D-Day (Mi canción y álbum) ♡
¡Voten y comenten! 🖤
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