Epílogo:

–Si no te controlas ahora mismo vas a acabar con mis mentas, Maya. 

–Y tú con tu cabello, Riles.

Tanto la alta como la más bajita ignoran las sugerencias de los chicos, concentradas en las puertas que no terminaban de abrirse, acumulando un montón de nervios en su interior que les hacían explotar su ansiedad de tal forma; Riley muerde su cabello o juguetea con este entre sus dedos -ahora más corto que cuando lo usaba por la mitad de su espalda en preparatoria-, mientras que Maya devora todas las mentas que su novio le ofreció mediante la espera, obsesión que generó con el tiempo por culpa de este, posiblemente porque le recordaban a los labios de Lucas.

Dos años transcurrieron en un abrir y cerrar, muchas anécdotas y cosas sucedieron para los jovencitos de aquel grupo de preparatoria. Ahora en California, los cuatro residen en lo que culminan sus estudios. Las Hart-Matthews viven en un departamento modesto, tal como los otros dos que comparten uno en el mismo edificio; con todo y que Cory puso rotunda oposición a la idea, sólo cediendo porque su ya esposa, Topanga, estaba de su lado.

De vez en cuando iban a New York a visitar a sus amigos y familias, mantenían mismo contacto y una excelente relación. 

–¿Llegué a tiempo? – Shawn irrumpe en la delegación con prisa, casi tropezando con uno de los guardias –. Perdón, parece a veces que hay peor tráfico que en New York. 

–Todavía no ha salido, pero debe de estar por hacerlo – Lucas le tranquiliza con un saludo de manos –. Las chicas están bastante ansiosas.

–Es que ya debería de haber salido. 

–No seas desesperada, Penelope.

 –Realmente echo de menos que no vivas en el mismo estado que yo, Hunter.

–Te recuerdo que me retiré de la escuela por tu propia oferta. Vamos, me querías en la universidad porque me adoras.

Las discusiones típicas del profesor y la universitaria se detienen al segundo que las puertas se mueven y muestran al abogado de las Matthews junto a una rubia sonriente, sin esposas en sus muñecas y vistiendo con ropa casual y sencilla, que observa a sus hijas con un brillo afectuoso que se iguala al que estas le regresan.

–¡Mamá!

–¡Mis dos arándanos! – recibe el abrazo con emotividad, las tres no se abstienen de liberar risas y lágrimas de emoción sincera en plena recepción, siendo apreciadas por los acompañantes que sonríen conmovidos por la linda escena. Katie se separa dándole un beso a cada una, limpiando sus rostros con cariño –. Se sintió una eternidad sin ustedes a mi lado. Lucen tan preciosas ahora, ¡Aw, vengan aquí!

Comparten un nuevo abrazo, parloteando entre ellas, nadie las interrumpe por unos minutos, y es el hombre de barba quien se encarga de conversar con el abogado y los oficiales. Los dos más jóvenes se acercan a sus novias con una sonrisa amable para la madre de las mismas, pues es la primera vez que la conocen en persona.

–Con que ustedes dos son los que soportan a estas ternuritas – juguetea un poco, viendo particularmente al más fornido –. Apuesto a que tú eres quien resuelve las cosas comprando instrumentos. 

–Veo que es tal como su hija, señora Hart – confirma con una sonrisa apenada en lo que rasca su nuca y da una inclinación corta –. Lucas Friar, es un placer.

–De alguien sacó ese encanto que te atrapó – con un guiño, después dirigiéndose al de cabellos oscuros que está a la izquierda, riendo bajito –. Tú debes ser el del alto intelecto del cual Riley me conversó. 

Es el turno de Farkle para avergonzarse y sonreírle con nerviosismo en lo que los contrarios se ríen.

 –U-un honor conocerla al fin, señora Hart.

–¡Oh, vamos! Pueden llamarme Katie, no soy mi madre – se carcajea por su formalidad, abriendo sus brazos más cerca de ellos –. Vengan aquí y denme un abrazo, jovencitos apuestos.

Ambas hermanas observan alegres la presentación. Extrañaron en demasía a su madre, y verla socializando tan bien con sus novios -quienes eran tan especiales en sus vidas-, era suficiente para que estuvieran contentas. Ahora se les une cierto fotógrafo, quien concluyendo su charla con las autoridades se acerca a ellos con una sonrisa tímida y una especial luz en sus pares.

–Luces tan radiante como siempre. Ni siquiera la cárcel puede apagarte, Katie. 

La aludida centra su atención en el hombre con inmediatez, sonriendo con un tenue sonrojo ante él una vez están frente al otro.

–Y tú eres como el vino, Shawn. Me alegro de verte.

Con cierto titubeo, se funden en un abrazo que particularmente las jovencitas detallan con complicidad e interés. Sabían que entre esos dos había una vieja historia, y aunque de niñas por supuesto que no lo supieron ni se fijaban de tal cosa, ahora pueden presenciar de primera vista que la química y el afecto estaba presente con ambos adultos.

Esperaban que su madre lograra alcanzar la felicidad de la cual fue privada durante esos largos ocho años que pagó por errores del pasado. Merecía amor, y era más que notable que era capaz de conseguirlo rodeada de las personas correctas, y todos los que estaban ahora en aquella recepción, lo eran.

.

.

Más tarde, tras salir del edificio judicial, decidieron celebrar en la casa de Hunter, donde precisamente se unen Cory y Topanga, pues llegaron de visita para la liberación de Katie. Todos se saludan amenamente, y cuando la rubia se cruza con su ex esposo, los dos comparten sonrisas cargadas de emociones.

Perdón, aprecio, nostalgia, gratitud. 

–Katie...

–Cory...

–Te extrañé.

–Y yo a ti.

Todo se complementa con un abrazo que los dos necesitaban compartir hace tiempo, dejando atrás todo lo que les separó y lastimó, otorgándole al contrario palabras bajas que siguen de lágrimas emotivas, desplazando los viejos rencores producto de malas decisiones pasadas.

Topanga se presentó una vez el momento acabó, y para sorpresa de todos, ambas mujeres se llevaron de maravilla en un minuto, como si fuesen dos viejas mejores amigas y divirtiéndose a costa de Cory.

Cada quien se mantuvo en su espacio, compartiendo de la calidez hogareña que invade el sitio, charlando y degustando. Los más jóvenes comentan cómo les marcha en su vida universitaria desde los últimos dos años, charlan levemente de sus relaciones y detalles triviales que le sirven a Katie para conocer mejor sus vidas.

–No ha sido fácil tolerar a su hija todo este tiempo, es una fiera.

–Me amas, cállate, Vaquero. 

–Ustedes son en exceso divertidos, ¡Que pareja!

–Debes ver como son Riley y Farkle cuando están en modo matrimonial.

Cory refunfuña en lo que las mujeres parlotean, es una imagen bastante hilarante para todos los presentes, en definitiva.

Dejando aquello atrás minutos después, la pareja de cabellos más claros se marcha a la terraza con risitas traviesas, escapando del resto para pasar un rato a solas

–Tu madre es tal como tú. Comprendo por qué hizo babear a tu padre como para llevarlo al altar. 

–Saqué su encanto.

–Lo hiciste – acepta sin ninguna broma de trasfondo, simplemente con una sonrisa genuina que le contagia a la más bajita –. Por eso no me atrevo a irme de tu lado en un buen tiempo, Hart. Eres muy graciosa y tienes una sonrisa bastante cautivadora.

–No seas cursi – sisea apenada –. Hablas como Farkle, ustedes pasan demasiado tiempo juntos.

–Es la verdad, me encanta verte feliz – se defiende con una risotada por lo tierna que se mira la contraria. La acerca por la cintura y aparta con su mano libre los mechones rubios de su lindo rostro, viéndola con todo el cariño del mundo, como si fuese su salvadora; en cierta parte, la siente como tal –. Lo hago.

Maya ladea la cabeza, reprimiendo un escalofrío por su tacto.

 –¿Qué cosa? 

Lucas aclara con sencillez:

Amarte.

Con una sonrisa, termina por cerrar sus ojos y unir sus frentes, disfrutando su cercanía y su aliento cálido con leve olor a mentas, le daba calor en medio de la fría noche. Era bastante feliz teniéndolo con ella, hallando paz en su familia, ahora con su madre junto a ellas, y estudiando lo que tanto amaba. Además, la vida de Lucas mejoró considerablemente después de que Cory le ofreciera un mejor trabajo a su padre, y el que ella lo ayudara con el ingreso universitario al haberlo orientado con los exámenes, lo que fue una gran oportunidad.

Lo que la hace recordar de pronto algo que pocas veces le ha dicho, y siente la necesidad de susurrarle:

–Lucas, también te amo.

El corazón del Texano se llena con oírla, sintiéndose como un tarado enamorado, tal como la primera vez que la escuchó, que la vio con ojos distintos. 

Cada día se enamora más de Maya Hart, y no se arrepiente de nada.

–Vas a tener que escribirme una lista para confiar en lo que dices.

–Puedo pagarte para que me creas.

–Siempre que la recompensa seas tú, acepto. 

Ríen por sus chistes personales, compartiendo una última mirada.

–Idiota.

–Ya bésame, rubia.

Y lo hace, con todo sentimiento que el ojos verdes le causa, siendo correspondida sin titubeo. 

Porque hay más de 10 razones por las que se detestan con todo el amor posible, y cada vez la lista crece y crece. Sin embargo, la razón que encabeza la lista es simple y sencillamente:

Por quedarse y ser quienes son, sin fingir más ni usar estrategias.


Les agradezco inmensamente si llegaron hasta el final y compartieron conmigo en este proyecto. Ha sido oficialmente mi primera historia "larga" concluida, mi primera adaptación terminada, y mi primer fanfic Lucaya escrito. Le tengo inmenso amor a esta historia, y espero que haya sido de su total agrado. <3

No creo realizar segunda temporada porque se ha dado cierre a la historia, sin embargo, puede que si ustedes gustan, haga alguno que otro Especial/Extra uwu Cabe destacar nuevamente que la idea principal, el título, partes de la historia y diálogos (como igual la personalidad de la mayoría de los personajes) son de la película original, pero más de un 60% de la historia fue de mi autoría, inspirado en esta. Les vuelvo a recomendar la película si no la han visto, así encuentran las diferencias asjaksps

Me esmeré en los medios audiovisuales del fic completamente, y me divertí un mundo haciéndolos TuT

¿Qué les pareció este final?

¡Nos vemos pronto en otros proyectos Lucaya y generales!

¡Voten y comenten! <3

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