Capítulo 7: Can't take my eyes off you

Revisa su celular con un graznido malhumorado, verificando nuevamente que los mensajes no fueron respondidos y que continúa eliminado de las redes sociales de la Neoyorkina.

 El día anterior no logró nada, tuvo que aceptar la absurda idea de los amigos de gran ingenio para intentar tener resultados; Babineaux se ofreció como mediador con la pintora, los observan desde las bancas mientras intercambia palabras con una notoriamente obstinada rubia.

–¿Qué le hiciste?

–Nada, no hice nada – repite con un quejido. La verdad es que no desea tocar el tema de lo que ocurrió el sábado por la noche, ni él mismo se lograba comprender; si la quería besar igualmente, si se suponía que era su misión, ¿Por qué demonios no lo hizo? La pregunta le jodió el reciente fin de semana y el inicio de esta. Pasea una mano por su cabello en un gesto ansioso –. Una diferencia de opiniones, algo de suponerse con una chica tan dura.

–Pero el plan estaba funcionando – lloriquea –. Debe ser malo como para que aceptaras nuestra ayuda.

–Da igual, ¿Qué te importa? Dijiste que te rendías con Matthews.

–Pues, cambié de opinión – alarga las palabras con una sonrisa tonta que no pasa desapercibida por el mayor –. Hasta que ella me besó y se disculpó. Dijo que quiere intentarlo conmigo, ¿Lo puedes creer?

–Vaya, al menos uno de los dos terminó bien la noche – Lucas sonríe divertido por lo emocionado que estaba el más pálido –. ¿Dónde te besó?

–En el carro.

 Se abstiene de decirle que le preguntaba sobre otra clase de detalles, cerrando su boca, porque en ese instante se acerca el moreno, al cual le prestan total atención.

–¿Qué dijo?

–Ok, así que, hable con ella, y textualmente me dijo – pausa dramáticamente, aclarando su garganta – "Dile a ese idiota que lo odio con la fuerza de mil soles". ¡Ah! Igual dijo: "Y que se vaya al demonio"

–Ja, muchas gracias por considerar aprenderte cada diálogo, Isaiah – adula con frialdad y una falsa sonrisa –. Es bastante alentador, que amable.

Zay aparta la cara, intimidado por el claro mal genio que se carga el de cabellos arena. 

Ante el silencio tenso, Farkle decide animar un poco:

–Está bien, tal vez necesite un día para enfriarse un poco, amigo. 

Iba a opinar, hasta que un balón vuela en su dirección, y por sus veloces reflejos logra esquivarlo. Voltea hacia el campo deportivo con enojo y capta a la más baja de la clase fingiendo indiferencia, cuando obviamente fue quien les aventó el balón de basketball. 

Todos intercambian miradas, y el mayor bufa con resignación:

–Quizás necesita dos días.

Maya a lo lejos le dirige un par de insultos al blanco de su lanzamiento, recibiendo un llamado de su mejor amiga, misma que viene junto a una botella de agua recién comprada para dársela.

–Sé que estás a punto de cometer un homicidio, pero si alguien como Friar mandó a un tonto chico del club de cocina para pedirte que le dirijas la palabra, es porque en serio debe estar enloqueciendo por tu indiferencia. 

–Que se pudra, es un cobarde – gruñe arrebatándole ligeramente la botella y abriéndola para beber. Su amargura proseguía, sobretodo cuando se lo topaba, y aumentó cuando mandó a alguien más para hablarle; Maya quería en el fondo que fuera Lucas quien le buscara en persona. Después de lo que hizo necesitaría demasiado para que lo perdone, si es que lo hacía –. ¿Quién demonios manda a un mensajero que recita la letra de una canción anticuada para convencerme?

–Tiene cierto significado poético – bromea, recibiendo una mala mirada de la otra que le hace reír –. ¿Qué? Ese chico te enfrentó aún teniendo cara de perra rabiosa.

–Tuvo más valor que Lucas.

–Lucas te ha llamado y escrito desde el domingo y no dejas ni que se te acerque en persona, May.

–¿Estás de qué lado, Isadora?

–Del tuyo.

–Entonces deja de pensar que todo tiene un trasfondo romántico. No le gusté lo suficiente, le aburrí, tal vez se abrumó cuando mencioné cosas privadas y no me lancé directo a acostarme con él – concluye con cansancio, y por más que oculta bien sus verdaderas emociones, su amiga percibe cierto apiz triste y decepcionado en sus ojos –. No todo es una novela de Shakespeare, ningún chico cae del cielo cantándote y dispuesto a envenenarse por ti, Smarcks.

Isadora da un puchero y se abstiene de opinar algo, liberando un suspiro bajito en lo que volvía a sentarse y a leer el libreto de su siguiente obra teatral de fin de curso. Maya continuaría su clase de deportes, así que se concentra en sus cosas, mientras la primera intenta ignorar la presencia del Texano en las bancas.

---


–¿Estás segura de que nadie va a venir a esta hora?

–Ya te lo repetí cientos de veces, bribón.  Ahora, sigue besándome.

Corey suelta una risilla traviesa en lo que vuelve a los labios de la directora, olvidando que se encuentran a escondidas en la oficina de la escuela, a donde se presentó con una falsa excusa de chequear que Riley tuviese su medicamento para las alergias; ambos se mensajearon y tuvieron tantas ganas de verse entre la jornada laboral, que no se resistieron. Ahora los dos estaban en el sofá de cuero, siendo vistos exclusivamente por las estatuas, los trofeos y los cuadros decorativos de sujetos que ni conocían y pertenecían a las clases de historia.

Al menos de tal manera fue, hasta que alguien abre la puerta y les interrumpió abruptamente, haciendo que el hombre empuje por reflejo a la de ojos claros, causando que esta cayera y se levantara de prisa, arreglando su peinado y su ropa.

–Oh, vaya. Lamento no haber tocado – el tono indiferente acompaña a la expresión nada asombrada del profesor de literatura mientras extiende una carpeta –. Olvidaron poner el seguro de la puerta, calenturientos.

–Es la segunda vez que haces esto, Shawn – reprocha con un gruñido la mujer, arrancándole de malas la carpeta –. Se supone que estás en clase con los de segundo.

–Y se supone que estás en una junta con la editorial de tu libro, pero no todo es lo que parece, Topy – se encoge, ignorando a la pareja para sentarse despreocupado en una de las sillas –. ¿Qué tal, Corey?

–Que fuéramos amigos en la universidad no te da derecho a sabotear mi tiempo libre, Hunter – masculla con una mueca –. ¿No tienes una novia a la cual molestar?

–Mi cita de esta noche está ocupada con un caso de la policía. Y antes de que los dos me fulminen con preguntas, ella es detective, no la criminal.

 –Como sea, largo de mi oficina.

–Acabo de llegar, espérense un poco para recuperar la pasión. 

–Eres insoportable, ¿Por qué tienes que ser mi vecino y compañero de trabajo?

–Porque la vida debe ser divertida, directora Lawrence.

Los otros dos suspiran, desesperanzados de proseguir lo suyo, detallando al que tan cómodo jugaba con su celular a algún juego de disparos con muchos sonidos.

–De acuerdo, ¿Maya te ha dado muchos dolores de cabeza esta semana?

–Ahora que lo mencionan, me parece extraño que esté aceptando mi tarea para final de curso. Ni siquiera peleó conmigo, aunque les di la tarea por adelantado y fuera un poema de una obra romántica – reflexiona con interés, deteniéndo su partida –. Charlaba con ella ayer sobre ello, pero realmente se porta bien, con todo y que luce más obstinada de lo normal. ¿Sucedió algo el fin de semana?

El doctor resopla con recelo:

–¿No y que ella te cuenta todo a ti? 

Hunter sonríe con burla.

–Lo hace, sólo que esta vez quise restregar en tu cara que tu hija mayor me quiere más a mí que a ti, Matthews.

–Bien, bien, no empiecen con esto ahora – interviene la de lentes, con todo y que estaba interesada en la conversación de los inmaduros adultos –. Dejen de pelearse como perros y salgan de mi oficina, tengo trabajo por hacer.

–¡Pero estábamos pasándola bien hasta que Shawnie interrumpió!

–Amo oír que les jodí la tarde, así que me marcho – exclama levantándose de su asiento para ir a la puerta –. Agradezcan que mantengo su secretito alejado de Maya, aunque deberían de confiar más en ella y Riley.

Al quedar solos, hay cierto silencio pesado, que rompe con suavidad la mujer:

–Prometo verte al salir. Ve a tu trabajo.

Asiente con desgano, dándole un último beso antes de salir con sigilo de la oficina.

---


Bien, no esperaba que literalmente la salvaje artista le pisara tan fuerte como le advirtió un segundo antes de intentar frenar su paseo en la librería. Ahora lamentaba no haber predicho la posibilidad y haberla subestimado. 

–¡Carajo, eso dolió! – exclama entre dientes. Cuestiona si era mejor cuando la estaba viendo entre los libros y estantes, serena antes de que se cruzase con él, ahora no parece la misma chica pacífica que entró a la tienda; admite que la estuvo observando por muchos minutos antes de decidirse a accionar. Pero ahora tiene un pie punzante  –. ¿Puedes oírme al menos?

–¿Eres masoquista o sordo? – usa su sarcasmo filosamente –. Pisarte con mis botas fue suficiente indicativo para que captes que no quiero hablar contigo. 

–Vine a buscar el libro de Feminismo místico y te encontré – obviamente la excusa es tan absurda que la otra bufa –. ¿No me crees?

–Eres tan...

–¿Encantador? ¿Saludable? 

–Insoportable, idiota y sin sentido de la horientación, porque claramente no logras descifrar que no quiero verte – espeta con frialdad, yendo a otro de los estantes para evadirlo.– Enviar a tu amiguito fue lo más patético del mundo, tarado.

Sisea con una mueca, caminando más cerca.

–¿Sabes? No eres tan odiosa como quieres hacerle a todos creer.

Lo escanea con irritación.

–Y tú no eres tan rudo como quieres que todos crean.

–¡Oh, vaya! Pero admites que tengo un efecto en tus hormonas.

–Ni por un segundo creas que tienes un efecto en mis panties, idiota.

Friar intenta coquetear por inercia:

–¿En dónde tengo efecto entonces?

–En mi bilis, me das ganas de vomitar. Ah, y no creo que quieras saber el resto – sonríe con falsedad, estampandole el libro de Feminismo místico que supuestamente buscaba cuando la vino a importunar con su indeseable presencia; lo que más le estaba enfadando es que volviera con los detestables coqueteos como si nada.–. Puedes irte a la mierda, sino lo hago yo. 

 Adelantándose a que la otra volviera a marcharse, impide su andar, colocando su cuerpo al frente del suyo. Esos ojos le escanean con furia, una advertencia en lo que les entrecierra, pero lo descarta para tomar el riesgo:

–Te gusto, estás enojada por eso.

Maya estaba a punto de echar chispas. Aprieta su mandíbula y tensa sus músculos.

–Te estás sacando un ticket directo a la sala de emergencias, Vaquero.

La chica le pasa de largo, andando firme hasta el auto de su mejor amiga una vez sale de la librería. Él deja el libro de lado, persiguiéndola de nuevo, agotado y consiente de que ahora mismo no logrará nada. Aún así, pregunta en alto:

–¿Estás enfadada porque fui caballeroso?

Detiene sus pies para inhalar un poco de autocontrol, su pulso elevado le obstina, porque el idiota le ocasiona cosas que odia admitir. 

–Estoy furiosa porque me hiciste pensar que te gustaba para después evitarme, imbécil.

No tuvo tiempo de ser escuchado, o siquiera modular más, porque la adolescente se metió al auto y se marchó sin más. Sintió una punzada de culpa en lo que observa el carro alejarse, no tiene idea de qué le ocurre, y está comenzando a exasperarse con el asunto. 

Recuerda a quien le metió en todo este problema, el mismo que le estaba suplicando proseguir con el plan, y le marca a para ir directo al grano:

–Necesito ideas, ya.

–¿Qué tan dispuesto estás a ayudarme?

–Vete a la mierda, Minkus. Dime tus ideas antes de que me arrepienta de continuar ayudándote con Matthews.

–No te mataría ser más amigable... Veme en la cafetería para intercambiar ideas.

Cuelga con un bufido, masajeando sus cienes.

–Esto me gano por andar de cupido de dos tarados.

---


–Papi, te preparé una tarta de arandanos, tu favorita – canturrea una animada castaña, depositando el platillo en la encimera –. No te preocupes por el jardín, ya lo regué antes de que llegaras del hospital.

Corey enarca una ceja en lo que prueba con un dedo el merengue del pie con cierto deje de desconfianza.

–¿Qué quieres?

–¡Me ofendes! Yo no soy Maya, ¿Sabes? – dramatiza con una mano en su pecho como señal de indignación –. Quise ser una buena hija contigo.

–Te creería de no ser porque aún no olvido lo que tu hermana y tú hicieron en la fiesta. Eran responsables de la otra y una terminó borracha y tú llegando tarde en un auto desconocido. 

–Pasaron tres días, superalo.

–Supera que no saldrás con ningún chico por más que me hagas pies de arándanos y mantengas el jardín vivo.

Riley cierra la boca con un gesto enojado, levantandose de su silla para ir a las escaleras con protesta. Su plan sí era ganar puntos para tratar de salir con Farkle el viernes, ¡Pero no porque tuviese razón significa que cuestione su pie y buenas intenciones! 

Para colmo, cuando va a su cuarto, se topa con su hermana con una mueca de gracia.

–Wow, ¿Qué te ocurre, chimenea? 

–¿No hay posibilidad de que perdones a Lucas de lo que sea que hizo para que yo pueda salir este viernes con Farkle?

–Primero, gracias por arruinarme la noche con su nombre – rueda los ojos con pesadez –. Segundo, ¿Quién es Farkle y por qué le odian sus padres como para ponerle ese nombre?

–No te burles, es mi casi novio y el chico más dulce de la escuela – defiende con orgullo –. Sé que pedirte detalles será una perdida de tiempo, por eso te pregunto si tú y Lucas...

–Alto, ¿Por qué tienes tanta confianza como para llamarle "Lucas"? – cuestiona con brazos cruzados –. ¿Lo conoces?

–Fuimos a clases por un tiempo, es todo. Ni siquiera nos dirigimos la palabra o algo, no seas celosa.

–¿Quién diablos está celosa, dramática?

–¿Por qué estás a la defensiva?

–¿Por qué eres tan molesta?

El grito desde la planta baja se oye a pesar de que la boca del hombre está llena de tarta:

–¿Por qué no se callan? ¡Siguen castigadas!

Las hermanas mascullan entre dientes y se marchan a sus habitaciones, porque no toleran no poder charlar sin terminar discutiendo. 

La mayor se acuesta en su cama, chequeando su celular, y da una mueca cuando por primera vez desde el domingo no hay rastro de nuevos mensajes o llamadas de parte de Friar. La punzada de decepción le hace sentir una tonta. 

Era obvio que cuando se pusieran las cosas serias el tipo huiría, ¿Verdad? Ella lo predijo, es igual siempre con todos...

–¿Entonces por qué carajos me importa? – farfulla, arrojando el celular a un lado –. Idiota...

–Si quieres un resultado, debes detener esos coqueteos de chico malo y el actuar confiado, amigo – aconseja el moreno con la boca llena de papitas –. Amor puro, dale romance dulce y un espectaculo de anhelo que...

–Oye, oye, no digas cosas como esas en voz alta – le calla con un gesto severo, examinando que nadie los estuviese espiando – ¿Acaso dices que no ama mi personalidad?

El menor debe arriesgarse a decirle:

–Vamos, no es esa tu personalidad. Estás intentando gustarle con trucos.

–Zay tiene razón aquí. La humillaste, la hiciste sentir que no valía, Lucas – aporta el castaño antes de que su amigo fuera aplastado por el -notoriamente- temperamental Texano que les examina con mandíbula tensa –. Sacrifíca tu dignidad si quieres recuperar los puntos que anotaste... Hazlo al menos hasta el baile, por favor.

Lucas se obstina porque en este caso, no puede refutarlos; tienen toda la perra razón, él mismo sabe que sus tácticas eran forzadas con toda la artillería de coqueto que posee, pero eso no funcionaba con la artista.

Hart quiere honestidad, no a un machito más del montón, así que, por más que no le guste la idea de continuar mostrándose como es, y el mal presentimiento que ha jodido su mente desde la noche del domingo -cuando la rechazó sin comprenderse a sí mismo-, debe actuar...

–Más te vale que valga la pena, Minkus.

.

.

.

Estaba demente, lo admite para sí mismo en lo que medita su plan desde la parte alta de la caceta de sonido, sin duda. Se pregunta cómo se involucró a tal punto de hacer de todo por ayudar a un chico obsesionado con la astronomía y con una castaña algo distraída, o de cometer tal ridicules frente a todos por algo de dinero. 

Porque, es por el dinero y por Farkle Minkus que lo hace todo, ¿No? No tiene más explicación para el estar arreglando el panel de sonidos en lo que agarra el micrófono y toma aliento para lo que viene.

Desde abajo en el campo, los estudiantes lucen confundidos cuando de pronto los altavoces suenan con un pitido, y todos posan su vista en el joven que desde la caceta comienza a cantar una canción tan vieja como desconocida para muchos, quizás algunos la conocen por sus padres.

Pero, particularmente, cierta muchacha de ojos azules es bastante consiente del tema musical que entona quien la deja completamente muda, perpleja a lo que presencia:

You're just too good to be true. Can't take my eyes off of you...

–¿No es ese Friar el criminal?

–No puede ser...– Maya escapa el aire, ignorando al resto a su alrededor –. No estás...

You'd be like Heaven to touch. I wanna hold you so much. At long last, love has arrived, and I thank God I'm alive – desciende por el tubo de los altavoces, caminando más al borde desde lo alto, entrando en la vista más clara desde el inicio de las gradas. Es ahí que conecta miradas con Maya, sonríendole encantador en lo que la señala en el siguiente verso:– You're just too good to be true. Can't take my eyes off of you.

La banda da un gesto coordinado y comienza a tocar al ritmo de la canción de Frankie Valli, haciendo que Hart ría en asombro, volviendo a fijarse en el de ojos verdes que va descendiendo por las gradas con una absurda coreografía que le altera el pulso tanto como la letra que entona:

I love you, baby, and if it's quite alright, I need you, baby. To warm the lonely night, I love you, baby. Trust in me when I say – toma aire en esa parte, sentándose un segundo antes de seguir, gustandole la atención completa que recibe de la bajita rubia: –. Oh, pretty baby, don't bring me down, I pray. Oh, pretty baby. Now that I've found you, stay and let me love you, baby. Let me love you...

Maya sonreía un par de veces, con el rostro acalorado, igual que reía junto al resto -no con sorna o burla-, simplemente porque no lograba procesar el hecho de que Lucas le estaba cantando en medio de todos de esa forma, bailando ridiculamente y entonando un clásico del Jazz que le estaba generando un montón de emociones, a tal punto de evadir la mirada del interprete varias veces. Se divierte aún más a la vez que se preocupa al notar que los guardias escolares vienen corriendo a intentar sacar al chico que causa disturbios en la práctica.

Lucas olvida el bochorno en lo que los tipos le intentan sacar del campo, porque la sonrisa de la adolescente y los aplausos que ella misma imita, le dan incentivo para zafarse.

Sencillamente, porque le gustó verla sonreír por su culpa.

–¡Alto ahí, bándalo!

–¡Atrápame, Scooby! – se mofa correteando, la banda sigue la canción, y la adrenalina del momento hace que continue en plena persecusión:– ¡Maya, habla conmigo despues de esto!

Todos ya sospechaban en que la alocada presentación iba para la mencionada, pero aquello lo reafirma, y la misma estaba casi como un tomate.

Cubre su boca con una carcajada al ver como el cantante le propina una nalgada a uno de los guardias y corre como un payaso al par de la música. Nega y le grita:

–¡Logra primero que no te atrapen, Huckleberry!

Ante el apodo y la esperanza de una posible reconciliación, el bronceado sonríe y se distrae, siendo atrapado y sacado sin refutar más. Estaba agotado de tanto esfuerzo cuando las notas finales son tocadas por la banda, a la que ahora le debe una.

–Estás en serios problemas, muchacho – escapa con jadeos uno de los sujetos –. A detención.

Mientras, una pelinegra corre hasta su amiga con una risa, recuperando el aire en lo que todos se dispersan y lanzan sus murmullos chismosos alrededor.

–¿No y que ningún chico vendría cantando desde el cielo? ¡Está loco por ti, Maya!

–Smarckle...

–Al menos escuchalo, se lo merece. ¿No te das cuenta de que acaba de hacer el ridículo y expuso su imagen de rudo por tí? ¡Lo grabaron y seguro estará en Youtube! 

–No lo van a poner en... – la notificación los interrumpe al mismo tiempo, y chequeando sus celulares se fijaron en que, efectivamente, postearon el video recientemente en Youtube y difundieron en el canal de la escuela. Se siente un poco mal por ello, guarda su celular y musita:–. Lo voy a denunciar, no te alarmes.

 –Te encantó, aceptalo –suplica con más insistencia –. Fue bastante ingenioso.

–Ok, fue bastante divertido, sí – se rinde, tratando de mantener al margen la sonrisa involuntaria que lucha por surgirle y poniéndose seria–. Si le gusto y está dispuesto a todo esto, ¿Por qué se apartó?

–Sí, no te besó, pero tal vez quiso ser caballeroso porque te vió ebria, May. Sólo sabras hablando con él.

Muerde su labio con indecisión.

Nadie hizo algo como eso por ella, jamás, y por más que lo niegue, fue bastante lindo...

–Hablaré con él, pero no te ilusiones, Julieta.

Los grititos de su amiga la distraen unos segundos del mar de gusanos en su estómago y los elefantes en su pecho, pero no evitan que una nueva sonrisa se le escape.


---

–¡¿Que cantó qué?!

–Can't take my...

–Sí, sí, eso ya lo escuché, Farkle – le corta con rapidez, aún con ojos abiertos –. ¿Tú le diste la idea?

–Bueno, le sugerí sacrificarse, pero a él se le ocurrió – hace una pausa pensativa –. ¿Piensas que fue demasiado?

–Seguramente todos estarán haciendolo viral ahora mismo – sonríe ligeramente ante la idea, nunca vió esa faceta de Friar; desde que lo conoce era alguien que claramenr¡te odiaba llamar la atención o salir de esa imagen "Ruda", como su hermana  –. A él en serio le gusta Maya, ¿No? 

 –Supongo...– murmura nervioso. De verdad esperaba que el chico no le golpeara por impulsarlo a cometer un suicidio social como aquel, y según escuchó, estaba ahora en detención. Observa a la linda ojos cafés y suspira bajito –. Haría cualquier cosa por tí.

–¿Disculpa? No te oí.

–Nada, sólo que es una linda canción... Me recuerda a tí.

Riley se sonroja y sonríe por inercia. Sostiene su mano y confiesa:

–Es una canción importante para nosotras... Papá se la cantaba a mamá porque así se conocieron en una fiesta...

Farkle quería ahora lanzarse de un edificio, pero eligió compensar sus mentiras con un abrazo que apacigua la expresión melancólica de la estudiante.


---


–Permitanme decirles que son unos futuros bándalos de la nación. En serio, apuesto a que la mayoría de ustedes no se va a graduar y terminarán bajo un puente, muchachos.

Lucas iba a morir de aburrimiento e incertidumbre si pasaba otra hora más encerrado en el aula de detención con el señor Harley y los demás adolescentes con cara de trastornos mentales y problemas familiares, sin ofender. Su libreta estaba repleta de garabatos y su paquete de metas se acabó, es lo único que lo ha mantenido sin fumar por la ansiedad desde que inició el plan de conquista con Maya Hart; que por cierto, su nombre, por alguna indescifrable, le estaba bailando demasiado por la mente, porque lo anotó muchas veces en la hoja que usa, ¿Por qué también boceteó su sonrisa?. Agh, le estaba jodiendo la mente estar tanto tiempo encerrado ahí con los perdedores.

Entonces, la puerta se abre y una voz lo hace voltear de inmediato, levantando su cabeza de la mesa.

–Hola, señor Harley, ¿Qué tal? – Maya trataba de sonar lo más amigable posible, con una sonrisa convincente en lo que se abre camino por el salón en dirección al amargado profesor –. Pasaba por aquí de casualidad y quise plantearle un proyecto que me asignaron para mi clase de, eh, educación vial.

–Señorita Hart, estoy algo ocupado aquí, por si no lo ha notado – responde con automático desinteres –. Si es tan considerada, puede...

–Espere, permitame al menos plantearle la idea. ¿Usted tiene redes sociales en su celular? – improvisa velozmente, obteniendo una expresión confusa del mayor –. Ya sabe, no solamente el celular sirve para jugar, sacar calculos, o recibir llamadas de su esposa.

–Gracias por la introducción de mi escasa vida social, pero no...

–Con las redes sociales puede contactar con cientos de personas y tener más amistades, señor Harley – aprovecha la distracción del hombre para girarse a ver a cierto chico alto, sorprendiendose al toparse con sus ojos sobre ella, intrigados en lo que le sonríe. Aparta sus emociones y le hace señas para que capte su mensaje: "Ventana" modula con los labios y apunta con la cabeza. El profesor vuelve a encararla, a lo que ríe nervioso y bajo –. Postear fotos igual le ayuda a mejorar la autoestima. Usted es bastante apuesto, uselo para captar público.

–¿Para...?

–Para ser popular, ¡Incluso puede hacerse influencer y subir videos! – toma su rostro para que no  atrape al adolescente que trata de abrirse camino a la ventana para huir. El docente la mira mal, así que libera su cara con nerviosismo –. L-las redes son muy importantes, si los alumnos necesitan comunicarse con usted, lo hallarían ahí.

–¿Por qué quisiera yo tener que involucrarme más con las personas que menos tolero? Para eso está mi jornada laboral, jovencita.

–Sí, s-sí, pero tendría acceso a muchísimas cosas.

–Señorita Hart, ¿Qué tiene que ver esto con tu clase de educación vial?

Al sentirse sumamente atrapada y a punto de fallar, pues el hombre va a girar en dirección a Lucas, vuelve a hacer que la encare, y toma una medida desesperada...

–¡Puede ver esto! – levanta su blusa, mostrando su torso y obteniendo una mirada perpleja del cuarenton, una exclamación general, flash de cámaras a sus espaldas y una risa que se pierde por la ventana entre la bulla. Sonríe para el mayor, esperando unos breves segundos para bajar su blusa de nuevo –. Ups, me he emocionado mucho, pero es para mostrarle mi punto de vista, señor Harley. Soy una alumna apasionada por las causas que cree.

El hombre apenas logra cerrar su boca y modular palabra alguna:

–Usted...

–Se me hizo tarde, lo dejaré con estos perdedores y me marcharé a hacer el reporte – comienza a alejarse con su mochila, evadiendo al resto – . ¡Descargue redes sociales!

Cierra la puerta con una exhalación, insultándose mentalmente en lo que ríe andando hasta la salida. Consigue al ojos verdes cruzado de brazos y sonriendole divertido, a lo que resopla.

–No te puedo agradecer lo suficiente por sacarme de ese infierno – comienza con sinceridad –. Vaya espectaculo te inventaste. No alcancé a ver con qué los distrajiste, ¿Qué hiciste?

–Digamos que tuve que mostrarle un poco lo que las porristas postean en sus perfiles – explica con lentitud, obteniendo de pronto una cara seria de parte del otro, quien se acomoda en su sitio. Aparta la vista y agrega: –. Por suerte no viste nada, estaba de espalda a las cámaras y tenía un brasier... Aunque lamento que el de hoy fuera algo transparente.

–¿Hiciste eso por mí? – inquiere con remordimiento; no le gustaba la idea de que el sujeto la viera de tal manera y que el resto lo presenciara –. Van a hablar de eso en los pasillos.

–Como hablarán de tí. Hiciste el rídiculo por mí también – se encoge con un tono más relajado –. Nunca imaginé que pondrías tu imagen en riesgo de tal forma. Pensé que era lo que te impotaba más, apartarlos y que pensaran que eres rudo.

–Es cierto, supongo que tenemos eso en común – medita tras un ligero silencio. Ambos comparten una mirada antes de escapar una tenue risita –. Vaya día de locos... ¿Te arrepientes?

–Fue el mejor plan que se me ocurrió para distraerlo... Y me gustó tu sorpresa – admite  con gracia, apunténdole de inmediato –. Aún no te ilusiones. Estás a prueba de mi perdón, Huckleberry.

–Acepto el reto, fierecillo – sonríe por reflejo, feliz de haber logrado algo bueno  finalmente –. Ya que me liberaste de las horas de detención y las clases acabaron ¿Qué tal si aprovechamos el resto de la tarde para tomar el helado que me debes desde el primer día?

Maya escapa otra risa y termina asintiendo tras meditarlo unos instantes.

–Es un trato, pero no es una cita.

Lucas le da un guiño.

–Claro que no, porque hubiese pedido prestado un auto o mejor una moto para impresionarte.

Los dos comparten una ultima risa antes de irse caminando juntos a la salida, teniendo sin darse cuenta aún una conexón cada vez más fuerte que la anterior, y que no tenía nada que ver con el plan...

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Holiis, ¿Qué les pareció el capítulo? uwu

A partir de aquí añadiré muchas cosas que no están en la película (De por sí he hecho bastantes cambios para adaptar la historia, así que espero les esté gustando ;u;)

La escena de la peli original es la que coloqué arriba, imaginense a Lucas haciendo eso asjkams

Les dejo aquí un edit que hice de un fanart original.

Original:

Edit:


¿Les gusta la interacción de Corey, Topanga y Shawn? No podía faltar

¡Voten y comenten! <3

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