Padre soltero✨
Y será la primera cita de Park Yejun.
Apretó la tijera metálica en su mano, haciendo presión hasta que escuchó el crujido de la rama al ser cortada, sonriendo ante la satisfacción de cómo estaba recortando el pequeño arbusto.
El día estaba soleado y cálido, no hacía un calor exagerado, pero tampoco debían colocarse algo abrigado para poder mantenerse fuera de casa. Un clima excelente para hacer algo de jardinería. Bueno, podía catalogarse como jardinería, porque estaban cuidando y dando mantenimiento a las plantas, aunque no tuvieran realmente un jardín.
El pequeño Park Yejun se mantenía al lado de su padre, levantando con sus pequeñas manos una regadera de plástico, la cual tenía muy poca agua, ya que la mayoría se la había colocado de forma descuidada a las flores.
Jimin mantenía un ojo sobre su hijo siempre, sabiendo que estaba muy pequeño como para mantenerse sin cuidados durante un largo tiempo, por lo que no se confiaba en dejarle solo.
Comenzó a tomar todas las hojitas que había cortado del pequeño arbusto que mantenía en su área de jardinería, la cual era un pasillo con amplias ventanas que permitía al sol entrar casi por competo. Esa área había sido un capricho suyo, ya que no podía tener jardín.
―Yejunie, no muerdas la regadera―le habló con voz dulce a su bebé, quien mantenía la boquilla del objeto en su boca, mordiéndola con sus rosadas encías. ― ¿Ya tienes hambre? Papá terminará pronto, no te preocupes.
El bebé puchereó cuando le quitaron suavemente el objeto, sus encías picaban y él quería morderla hasta que dejara de molestar, pero ahora no podía. Sus redondos ojitos comenzaron a llenarse de lágrimas y sus labios se apachurraron, acomodándose en el suelo para poder gatear hacia su padre.
El pequeño sombrero de jardinero que el bebé mantenía en su cabeza comenzaba a caerse, al estar de costado por los movimientos del infante.
A Jimin le gustaba vestirlo con un adorable overol, botitas y un sombrero jardinero a su pequeño cuando hacían jardinería. Le parecía demasiado adorable y no podía resistirse a tomarle fotos con ese trajecito mientras estaba cerca de las flores.
―Ven, pequeño mimoso―tomó al pequeño del torso y lo sentó en sus piernas, acomodándole el sombrero. ―Tu juguete para morder se quedó en el estudio de Yoongi hyung, le pediré que lo traiga antes de que venga.
Yoongi era un amigo relativamente reciente de Jimin, lo había conocido en el trabajo que aplicó hace más de un año, pero lleva siete meses de conocer a Yoongi, quien era uno de los escritores de canciones para los Idols de la empresa.
Jimin era uno de los coreógrafos principales de la empresa, encargándose mayormente de las coreografías de un grupo llamado TXT, el cual había debutado pocos meses atrás. Se encargaba de otros grupos más, pero se mantenía mayormente con los chicos del reciente grupo.
Se habían conocido de pura casualidad en una de las fiestas de la empresa, ambos habían ido al baño al mismo tiempo y se conocieron en los lavabos.
Un lugar interesante para conocer personas.
Ambos hablaron un poco, pero no fue una conversación tan profunda tampoco, ya que no lo veían algo necesario ante las circunstancias y el lugar. Todo hasta que volvieron a encontrarse en la empresa una semana después, en donde el estudio de Yoongi había sido cambiado de piso ante un ascenso.
―Vamos a comer un poco, preparé una buena papilla de arroz y zanahoria que va a encantarte―tomó nuevamente a su hijo del torso y le dio vuelta, apegándolo a su pecho para poder levantarse cómodamente.
Ambos adultos jóvenes, Jimin de 23 años y Yoongi de 26, se habían atraído físicamente entre ellos cuando se conocieron en los baños, pero pensaron que no se verían nuevamente, porque no lo habían hecho anteriormente.
Sorpresa cuando ambos estuvieron en el mismo piso de la empresa, aunque Jimin solía variar de vez en cuando.
Lo que Jimin tenía planeado desde antes de conocer a Yoongi, era el tener un hijo. Él siempre había anhelado tener un bebé y cuidarle con todo el amor que tenía para dar, pero cuando descubrió su orientación sexual las cosas se torcieron un poco, ya que no podría tener una familia con la facilidad que había pensado.
Comenzó a indagar sobre métodos, además de la adopción, para tener un bebé y conoció los vientres de alquiler. A sus 22 años, Jimin decidió que iniciaría un proceso con un vientre de alquiler.
Su economía se lo permitía y le gustaba el hecho de poder mantener a su bebé solo, sin tener que estar con una chica para poder hacerlo, así que pensó que era la mejor opción.
Su bebé nació un hermoso veinte de febrero, estando a un día de cumplir sus cinco meses de vida.
―No llores ¿Sí? Solo iré por la comida―Jimin colocó la pequeña silla de goma sobre el sofá, silla utilizaba para que Yejun pudiera comer cómodamente y no se deslizara de costado a cada momento por no poder mantenerse sentado él solito.
El sofá era ancho, por lo que no había peligro de dejar al bebé sobre la silla de goma, además que tenía una mesita delante, que no le permitiría bajarse por su cuenta de ninguna forma. Su cuerpo siendo demasiado débil como para si quiera intentarlo.
Aseguró la mesita y corrió hasta la isla de la cocina, en donde había dejado la papilla y la cuchara, acercándose también a la mesa del comedor, donde había dejado el babero.
En poco tiempo regresó y su hijo comenzó a mover la boquita cuando vio la comida frente a él, abriendo sus redondos ojitos para poder observar mejor el plato.
―Uh, aún está un poco caliente―sacó una cucharada y la probó, sintiendo el pequeño calor de la comida en su boca, pero no siendo demasiado.
― ¡Mh! ―el balbuceo de su hijo llamó su atención, quien seguía viendo el plato de comida con un ligero puchero.
―Tranquilo amor, no me comeré todo―rio y sacó otra cucharada, soplando un poco y acercándola a la boca del bebé, quien aceptó gustoso.
Antes de que se le olvidara, sacó su celular del bolsillo de su pantalón de pijama, comenzando a llamarle a Yoongi para recordarle del juguete de su hijo, antes de que llegara a su departamento. Colocó el altavoz y siguió dándole de comer al hambriento ser que le observaba con detenimiento, listo para pucherear ante nulo movimiento para alimentarle.
― ¿Jiminie?
―Hola Yoongi hyung ¿Ya saliste de la empresa? ―Yejun comenzó a observar el celular con atención, reconociendo la voz de la persona que estaba hablando, pero no comprendía en dónde estaba.
―No, aún no ¿Ya me extrañan? ―Jimin rio mientras se mordía el labio, claro que lo extrañaba, pero no se lo diría, sino se pondría presumido después.
―Mi hijo extraña su juguete, el cual se quedó en tu estudio la última vez que fuimos a visitarte―Yoongi chasqueó la lengua ante el cambio de tema de Jimin, haciendo que el rubio riera. ―También te extrañamos a ti, tus quejas hacen falta y mi hijo quiere morderte las mejillas.
Park Yejun era un bebé con mejillas grandes por naturaleza, al igual que Jimin, pero tenía una manía por morder las mejillas de las personas con las que se sentía cómodo. El padre debía tomar el cargo de culpabilidad, porque él lo hace con su bebé a diario y al parecer el menor ahora le imitaba.
Siempre lo ha hecho con Jimin, pero desde que Yoongi subió un poco de peso, algo que aliviaba enormemente a Jimin, porque antes estaba muy delgado, Yejun ha elegido el par de mejillas favoritas para morder.
―Cuando le crezcan los dientes va a arrancarme las mejillas, te pondré una demanda, Park Jimin― Yoongi rio mientras comenzaba a guardar las cosas en su maleta, no olvidando el preciado juguete del bebé. ―Por cierto, quiero que se arreglen ambos para salir.
Jimin frunció el ceño con una sonrisa, dándole otra cucharada de comida a su hijo.
― ¿Se puede saber el motivo? ―Jimin solía salir a comer con Yoongi de vez en cuando, pero cuando Yejun se encontraba, era un poco más complicado. En los restaurantes no había sillas para su tamaño y debía mantenerlo en su regazo.
―Sí, vamos a tener una cita.
El plato con la papilla se deslizó entre sus dedos ante el poco agarre que Jimin había mantenido sobre él al escuchar la palabra "cita"
― ¿U-una cita? ¿Una cita conmigo y mi bebé? ―escuchó la risa de Yoongi al otro lado, sabiendo que se estaba burlando de él por su tartamudeo y la misma pregunta que había hecho.
―Sí, quiero tener una cita contigo, sabes lo que siento por ti―tuvo que dejar el plato sobre la mesita de Yejun para no derramar la poca papilla que quedaba, tomando el celular entre sus manos para ver si era en verdad y no solo algo de su mente. ―Y será la primera cita de Park Yejun.
Ellos no se habían dicho directamente que se gustaban, no era realmente necesario el hacerlo, porque las acciones siempre demostraban más que las palabras. Además, siempre que sus amigos les insinuaban algo entre ellos, ninguno negó nada.
Jimin siempre tuvo temor de cómo Yoongi se tomaría la noticia de que alquilaría un vientre, para tener a su hijo. Para su grata sorpresa, le apoyó en todo momento e incluso le acompañó el día en que recibió a su bebé en el hospital.
Sabía que no cualquiera aceptaría rápidamente el tener una relación con alguien que tiene hijos, pero estaba demasiado feliz de que Yoongi fuera diferente y que le quiere con bebé incluido.
―Mh, bueno, e-está bien―Jimin abrió los ojos como platos cuando vio que Yejun estaba todo embarrado de papilla, había volcado el plato y ahora sus manos y rostro estaban llenas de comida ante el descuido. ―Quizá tengas que esperarnos un poco, alguien es demasiado impaciente con la comida y acaba de hacer un desastre en su rostro.
―A este punto no sé si hablas de Yejunie o de ti.
― ¡Yoongi hyung!
El pelinegro comenzó a reír mientras salía de la oficina, imaginándose a la perfección el puchero que estaría adornando el rostro de Jimin mientras limpiaba el desastre del bebé.
―Bien, llego en unos minutos y esperaré a que estén listos. Los quiero―Jimin se levantó y le quitó la mesita de la silla a Yejun.
― ¡También te queremos!
Finalizó la llamada mientras tomaba al bebé en brazos y se movilizaba por la cocina, dejando el plato sucio en el lavabo, lo lavaría cuando regresaran de la salida. Activó la máquina que desinfectaba los biberones, para que cuando tuvieran que salir estuvieran listos.
―Bien cariño, ambos tomaremos un rápido baño, porque papá tampoco se ha bañado―habló con el bebé con algo de vergüenza, pensando en Yoongi viéndole todo fachoso y sin bañarse, le daba entre gracia y vergüenza.
Yoongi se sabía la clave de la puerta, por lo que no tendría que abrirle y podría darse un baño decente. Ahora que su hijo tenía papilla en toda la cara y el pelo, tendría que darle un baño también.
Preparó la pequeña bañera del bebé dentro de la ducha y ambos entraron desnudos, Jimin siendo el primero y el bebé después, todo siendo más rápido de lo que sería normalmente.
Se colocó la bata de baño y sus sandalias de goma, envolviendo a Yejun como un burrito con una acolchada toalla naranja, la cual había sido regalo de Taehyung.
Salió del baño y escuchó el código de la puerta ser introducido, sabiendo que Yoongi había llegado.
― ¿Hola? ―la voz grave del mayor se escuchó, Jimin saliendo a la sala aún en bata.
―Hyung, aún nos falta un poco, pero puedes ver algo en la televisión, sabes que es tu hogar también―era más sentimental que literal, pero Yoongi entendía por completo.
Dejó su maletín sobre el sofá y se acercó a Jimin, tendiéndole los brazos para que le diera al infante.
―Yo voy a vestirlo, puedes arreglarte tranquilamente―el rubio apreció mucho el gesto, sabiendo que Yoongi era ese tipo de hombre, uno que le hacía quererlo cada día más. ―Ve, que vamos a perder la reservación si seguimos aquí parados.
El pelinegro le dejó un beso en la frente ante de irse al cuarto en donde tenía toda la ropa de Yejun, dejando a un confundido y emocionado Jimin en el pasillo.
¿Reservación? Sabía que no podían ir a un lugar lujoso, porque iban acompañados de un bebé, por lo que no sabía a qué tipo de lugar se refería.
― ¿Sigues ahí parado en el pasillo? ―preguntó con tono de burla Yoongi, quien se mantenía en la habitación, sin siquiera ver al menor.
Se sonrojó y corrió a su habitación.
🐥❤😸❤🍼
Jimin se miró en el espejo por tercera vez desde que se había colocado su ropa, pensando en que podía verse muy exagerado si iban a un parque o un lugar similar. No le molestaba el salir a lugares así con Yoongi, en realidad le encantaba el que siempre pensara en las comodidades para él y su hijo.
―Bueno, que sea lo que tenga que ser―dijo mientras despegaba la vista del espejo, tomando una pequeña mochila negra para poder guardar algunas cosas que llevaría para el bebé, aunque la mayoría estaban afuera.
Tenía que separar la fórmula en el pote indicado, debía guardar el agua caliente en el termo y sacar los biberones de la máquina. También debía meter los pañales y algunas mantitas por si babeaba o simplemente hacía frío. Debía meter también las toallitas húmedas y un poco de crema para evitar las rozaduras en sus pompitas.
Jadeó y tomó la que mochila negra que usaba como pañalera, saliendo de la habitación para decirle a Yoongi que en poco tiempo estaría listo para salir.
―Hyung, disculpa la demora, solo tengo que ordenar las...―se quedó callado cuando caminó a la sala y vio todas las cosas necesarias en la isla de la cocina, incluso los biberones estaban guardados en la bolsa de tela correspondiente y la leche estaba dividida.
Yejun estaba listo con una sudadera negra, unos jeans y las botitas que le había puesto para la jardinería. Como accesorio Yoongi le había puesto una gorra café.
―Ya saqué lo que recordaba necesario, no sé si algo se me olvidó―dijo el pelinegro mientras caminaba hasta la isla, mostrándole a Jimin las cosas, mientras Yejun intentaba morderle la mejilla. ―Pienso que sería buena idea llevarle más ropa, me gustaría que fuéramos a mi departamento después de comer. Hay alguien a quien quiero presentarte.
Jimin seguía aturdido por los actos tan lindos de Yoongi y ahora se le sumaba la curiosidad sobre a quién quería presentarle.
―Uh, me parece bien, podemos ponerle el pijama que le regalaste antes de irnos del departamento. Le encanta―Yoongi sonrió ante la mención del adorable pijama de Kumamon que le había regalado en sus primeros días de nacimiento. Procuró comprárselo grande, para que le durara mucho tiempo.
―Me alegra que le guste, aunque le quede algo grande aún―Yoongi vio al bebé entre sus brazos y le sonrió, ganándose un feliz balbuceo y que el pequeño pegara su cabeza sobre su hombro, desacomodándose la gorra.
Jimin comenzó a guardar las cosas que llevaría en la mochila, siempre guardando las cosas por prioridad, dejando la ropa de cambio hasta el fondo.
―Si vamos a ir a un restaurante creo que sería buena idea llevar el asiento de goma, así no debo tener a Yejunie en mis piernas siempre―Yoongi miró el asiento, el cual seguía en el sofá, negando con la cabeza.
―No es necesario, el lugar al que vamos tiene sus propias sillitas para bebés―Jimin le miró confundido, ya que a todos los restaurantes que había ido en su vida, jamás había conocido uno que tuviera sillas para bebés muy pequeños. ―Si voy a llevarlos a una cita, ambos deben tener las mejores comodidades ¿No crees?
Jimin quería demandar a Min Yoongi por hacer que su corazón se agitara de esa forma, no podía ser posible que, con tan solo unas palabras, todos sus pensamientos se centraran en el pelinegro y su corazón amenazara con salirse de su pecho.
Amaba que Yoongi le quisiera tanto y que profesara ese amor sobre su hijo también.
―S-sí, creo que sí―Yoongi asintió con una sonrisa y tomó la maleta de Yejun colgándosela en su hombro.
El bebé fue a los brazos de Jimin mientras Yoongi aseguraba la puerta del departamento, también asegurándose que nada se les olvidaba o alguna de las luces quedara encendida. El rubio mientras tanto, apretaba entre sus brazos a su bebé mientras chillaba internamente, sintiéndose demasiado emocionado por el avance que tenía en su relación con el más alto.
Bajaron al estacionamiento del edificio mientras hablaban brevemente sobre las nuevas canciones que el grupo sacaría, dándose entre ambos detalles sobre su parte en el trabajo. Jimin diciéndole el tipo de movimientos que quería integrar dependiendo al ritmo y letra de la canción, sabiendo que su compañero y amigo Hoseok estaría de acuerdo con poner movimientos más atrevidos.
A Yoongi le gustaba escuchar a Jimin hablar, fuera de lo que fuera. Le fascinaba cuando le contaba sobre su día y el del bebé, todo lo que habían hecho y lo nuevo que habían aprendido.
Yoongi tenía su celular lleno con tres carpetas llenas de videos y fotos de Jimin y su bebé, ya sea del pequeño Yejun balbuceando mientas jugaba con el cubo de figuras geométricas o cuando le daba a probar nuevas papillas, siendo resultados tanto buenos como malos.
Sabía que, si quería ganarse el corazón de Jimin, tenía que hacerlo también de su bebé. Aunque eso jamás fue una dificultad, ya que tanto el mayor como el bebé habían conectado desde el primer momento.
― ¿Es un restaurante nuevo? Jamás he conocido uno con asientos de goma para bebés―Yoongi encendió el motor y se aseguró que Yejun fuera seguro en la sillita de atrás.
Porque sí, había comprado una sillita para su auto solo por Yejun, aún cuando Jimin tenía una.
―No es nuevo, pero jamás lo había visto hasta que me hablaron del lugar e investigué por internet―Jimin apretó la mochila entre sus brazos, observando que el camino que estaban recorriendo era el mismo que tomaba cuando iba a la empresa, pero sabía que no iban a ella. ―De hecho, me lo recomendó la esposa de uno de mis compañeros, dice que ella fue con su bebé y quedó totalmente satisfecha.
El quejido de Yejun se escuchó desde atrás, haciendo que Jimin sacara el juguete mordedor recién lavado que Yoongi había llevado, extendiéndoselo para que pudiera morderlo y quitar el picor de sus rosadas encías.
―Bueno, creo que a Yejun le encantará.
El viaje no fue demasiado largo, pasaron frente a la empresa, pero siguieron el camino recto. No quedaba demasiado alejado, pero sí recorrieron por veinte minutos más después de la empresa. Si a Jimin realmente le gustaba el lugar, iría más seguido.
Admiró con una sonrisa el establecimiento, viéndose que era un restaurante entre casual e infantil, pero no perdiendo el detalle que vendían comida para adultos también. Pequeños elefantes grises decoraban las ventanas del lugar, siendo un toque minimalista para un lugar infantil.
―Llegamos, realmente espero que les guste el lugar―Jimin asintió y se bajó del auto, sonriendo cuando Yoongi fue el encargado de bajar a Yejun.
Aunque sonara un poco extraño, Jimin veía a Yoongi como el segundo padre de su bebé, aunque no estuvieran en una relación amorosa en ese momento. Siempre se había comportado como uno y si no vivieran separados, juraría que parecerían una pareja casada con su hijo.
― ¿Vamos? ―salió de sus pensamientos ante la voz de Yoongi, asintiendo mientras ambos caminaban a la entrada del restaurante.
El ambiente era muy cómodo, no era todo lleno de colores como si fuera una fiesta infantil, pero pequeños detalles en colores neutros hacían notar que la presencia de bebés tenía un impacto en el lugar.
Cuando Jimin dio una vista a las mesas, vio que la mayoría de las personas iban con bebés y no con niños más grandes.
― ¿Qué tipo de asiento sería el más cómodo para el bebé? ―preguntó una de las meseras, mirando a Jimin con una sonrisa.
Fijó su vista en los asientos de muestra que estaban debajo del mostrador, viendo el asiento de goma que era similar al que usaba Yejun en casa.
―Ese―lo señaló y la mesera asintió con una sonrisa.
Todos los asientos para niños eran del mismo color crema, el cual quedaba muy bien con la ambientación del restaurante. Estaba gratamente sorprendido, jamás había visto un lugar así.
―Bien, tenemos el menú para los bebés también. Entendemos que no todos los padres desean darles comida de restaurante a los bebés, pero usamos ingredientes naturales y los mejores―la mesera comenzó a hablar mientras caminaban a una de las mesas, la cual daba vista al exterior por el ventanal. ―Igualmente les dejamos el menú, en donde detallamos todos los ingredientes que usamos para la comida de los más pequeños y si tienen alguna especificación con la comida, pueden decirnos con total confianza.
Jimin se preguntaba cuántos millones de wons costaría un almuerzo en ese lugar, ya que toda la atención que le estaban dando, no era algo que podría ser económico.
―Muchas gracias―dijo Yoongi.
En la mesa estaban los asientos normales, para los adultos. Pero había un espacio en donde podía adaptar el asiento del bebé, el cual los padres hayan elegido. Quedaba junto a la pared, pero no demasiado pegada a esta, para que ambos padres pudieran tener mejor control del bebé y no dejarlo a la orilla de la mesa.
Yoongi sentó a Yejun, quien se veía completamente cómodo en el asiento.
―Les dejo los menús, cuando tengan listo su pedido pueden tocar al botón que está en la pared―Jimin pasó su mano por su cabello mientras se sentaba, pensando en que todo el sueldo de Yoongi podría estarse gastando en un almuerzo.
Cuando ambos se sentaron, Jimin tomó ambas manos de Yoongi con un puchero.
―Hyung, dime que este almuerzo no hará que te gastes todo un pago mensual―Yoongi sonrió y apretó las manos de Jimin entre las suyas, sintiéndose muy cómodo con el calorcito que estas le daban.
―No es costoso, Jiminie. Realmente es un gran servicio para el costo de la comida, mira los precios por ti mismo―el rubio separó una de sus manos de Yoongi, tomando el menú de la comida para adultos.
No era la comida más económica, pero no era cara. Se pasó al menú de la comida para bebés, viendo que todo estaba separado por la edad de estos. Especificaban exactamente qué y cuántos ingredientes usaban para cada plato.
La comida para ellos tampoco era barata, pero no podía quejarse para un gustito de vez en cuando.
―Además, te dije que iba a consentirlos hoy, así que no me importa realmente gastar un poco más―Yoongi desvió la mirada a Yejun, quien se mantenía demasiado entretenido viendo su juguete como para darse cuenta de que ambos adultos le miraban. ―Yejunie se ve muy cómodo también.
Jimin asintió y dejó un pequeño apretón en la mano de Yoongi, antes de soltarse y ver con detenimiento el menú.
Sabía que su hijo tenía un amplio gusto por la comida, por lo que no fue demasiado difícil el elegir. Además, que había comido un poco antes de salir de casa.
La comida fue realmente cómoda, Jimin intercalaba de su comida a la de Yejun y el bebé aceptaba gustoso las cucharadas de su papilla. Esta vez tuvo que mantener alejado el plato del menor, para que no ocurriera otro desastre como el de la mañana.
Yoongi le hacía reír en todo momento, incluso sacó risas de Yejun, quien terminó escupiendo un poco de su papilla por soltar una carcajada suelta ante las caras del pelinegro.
Recibían algunas miradas extrañadas de las otras madres del lugar, ya que no era común ver a dos hombres con un bebé en ese lugar, pero Jimin no pudo importarle menos, demasiado enfrascado en el enorme amor que Yoongi les dedicaba a ambos.
― ¡Ay! ―chilló Yoongi cuando Yejun apretó sus encías sobre su dedo. ― ¿Por qué siempre me muerde a mí? ¿Tan delicioso soy?
Jimin comenzó a reír y se acercó al menor para poder liberar el dedo de Yoongi. Separó las encías de Yejun e hizo que abriera la boca, así el pelinegro pudo sacar su dedo, el cual estaba rojo por la presión ejercida.
―Es que eres como un malvavisco, blanquito y esponjoso―Yoongi sonrió y tomó el babero del bebé que Jimin le extendía, para que pudiera limpiarse la baba que había quedado en su dedo.
Un olor feo comenzó a expandirse por el aire, haciendo que Yoongi aturrara la nariz, dirigiendo su vista al bebé. Yejun tenía ambos ojos bien abiertos, su rostro un poco rojo por el esfuerzo que estaba haciendo.
―Creo que alguien está en medio de una expulsión―el bebé gruñó mientras respiraba con más fuerza, siendo señal de que había terminado.
Jimin rio con ternura y sacó al bebé del asiento antes de que se ensuciara más, tomando en su mano la maleta en donde tenía todo.
―Iré a cambiarlo ¿Nos esperas aquí? ―Yoongi se levantó también.
―Iré a pagar y los esperaré afuera―Jimin asintió y cargó al menor, ambos dirigiéndose a la entrada del restaurante, ya que allá se encontraban los baños también.
Pagó el almuerzo y agradeció el servicio, sentándose en la banca para poder esperar a ambos chicos. Observó la foto de la criatura que les esperaba en el departamento y sonrió, sabía que a ambos les encantaría conocerlo.
Minutos después, Jimin salió con un Yejun limpio y perfumado.
Jimin sabía que era probable que Yejun tuviera sueño y se durmiera en el camino, por lo que lo acomodo correctamente en la sillita y le colocó una manta.
Cuando llegaron, vio que su predicción había sido acertada, el bebé manteniendo una de sus mejillas aplastada contra la almohada que Jimin le había colocado al costado.
Yoongi solo esperaba que Yejun no se asustara cuando conociera a su nuevo cachorrito, ya que estaba dormido.
― ¿A quién querías presentarnos? ―preguntó Jimin mientras Yoongi colocaba la clave de la puerta. Unos ladridos se escucharon segundos después.
Un cachorrito café los recibió cuando llegaron, comenzando a saltar alrededor de los humanos, agitado su pequeña cola, feliz.
―Se llama Holly, lo adopté ayer.
Jimin se mordió el labio con una sonrisa, queriendo acariciar a la bolita de pelos que saltaba a su lado.
Yejun se despertó por los ladridos y comenzó a restregarse los ojos mientras sollozaba.
―Mira Yejun, un cachorrito―Jimin se sentó en el sofá y acomodó a su hijo sobre sus piernas, de forma que pudiera ver al frente, en donde Holly intentaba subirse al sofá.
El bebé miró con atención la cosa peluda que se agitaba, viéndose asustado ante la nueva criatura. Cuando Holly pudo subir, se acercó lentamente al bebé, dejando que lo olfateara.
Segundos después, Yejun comenzó a soltar carcajadas por los movimientos del cachorro, intentando atraparle mientras gateaba por la alfombra.
―Bueno, se hicieron buenos amigos―dijo Yoongi con una sonrisa, viendo todo desde el comedor. ―Pensé que lloraría al verlo, Holly es como un saco de azúcar y energizantes.
Jimin sonrió y se acercó a Yoongi, dándole un abrazo por la linda salida que habían tenido.
Apreciaba tanto el hecho de que Yoongi se esfuerce por hacerle ver que lo quiere a él y a su hijo, que está dispuesto a mantener una relación con él, aún cuando se ataría a una responsabilidad tan grande como lo es la paternidad.
―Muchas gracias por aceptar a mi bebé, desde el inicio―Yoongi sabía a lo que Jimin se refería, ya que ambos se habían atraído desde un inicio y la presencia del bebé fue en medio de todo el proceso de conocerse mejor y gustarse aún más.
―No tienes que agradecerme nada, sabes el aprecio que te tengo y también a tu hijo―pasó ambos brazos por la cintura de Jimin, apretando el abrazo.
Se mantuvo pendiente de Yejun y Holly.
―Sabes que yo también te aprecio muchísimo.
Puede que no lleven años de conocerse, pero en ese tiempo que habían convivido, Yoongi había hecho por él lo que jamás pensó que haría. Ayudándole en todo lo que necesitara sin siquiera pedírselo.
A Yoongi no le importaba quedarse en el estudio con su bebé en brazos cuando le llamaban de improviso para hablar de las coreografías.
Jamás le molestó el cambiarle un pañal o limpiar el vómito cuando Yejun se enfermó.
Tampoco se quejó cuando se quedó en su departamento una semana, porque había caído enfermo y su bebé tenía un mes de nacido.
Siempre había estado para él y le hacía saber que se mantendría a su lado.
Apretó los ojos mientras escuchaba las carcajadas de Yejun y los pequeños ladridos de Holly, separándose ligeramente del abrazo para poder quedar frente a frente con Yoongi.
―Nunca te vayas de mi lado.
Yoongi sintió sus mejillas enrojecerse ante el suave murmuro de Jimin, apretando el agarre en su cintura.
Los pomposos labios del más pequeños se juntaron con los más delgados, no dándole tiempo al pálido si quiera de decir algo ante sus palabras. Suspiró cuando supo que era verdad, en verdad le estaba besando.
Cerró los ojos y correspondió el beso, apegando a Jimin lo mejor posible. El rubio enroscó sus brazos en torno al cuello del mayor, dándole a entender que no quería que se separara en un buen tiempo.
Hasta que un balbuceo se escuchó.
―Ap-apa.
Ambos se separaron con los ojos abiertos, mirándose entre sí antes de dirigir su vista al bebé, quien los miraba atentos.
―Apa...papá―Jimin chilló en su lugar y corrió para tomar al menor entre sus brazos, apegándolo a su pecho con una enorme sonrisa.
―Dilo de nuevo ¿Quién soy yo? ―Yejun le vio con ojos redondos, comenzando a mover la boca, pero sin soltar palabras.
―Papá.
Yoongi rio ante el nuevo chillido de Jimin, acercándose a Yejun.
― ¿Y yo quién soy? Yoooongi―dijo su nombre, haciendo mayor fuerza en la "O"
Yejun negó con la cabeza.
―Papá.
Y aunque sabían que el bebé no comprendía lo que había hecho, ambos habían tomado ese papá como algo realmente significativo.
―Sí bebé, es papá.
Y Yoongi supo ese día que la mejor decisión que había tomado en su vida había sido tomarse un litro de agua antes de la fiesta, porque conocería a ese hermoso rubio en los baños del hotel y jamás se arrepentiría de ello.
mxyoongx
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top