6 ࿐

CAPÍTULO 6: PRIMERAS REGLAS Y PLANES.

—No lo hagas.

—Quiero hacerlo.

—Por favor no.—Supliqué con lágrimas en mis ojos y un fuerte temblor.

—Voy a hacerlo.

—Te lo ruego, no lo soportaré otra vez.

Noah dudó, por un segundo creí que tendría piedad sobre mí, pero cuando abrió la boca supe que no era tan inocente y bueno como creía.

—Un niño le pregunta a su padre si puede ayudarle con la tarea.—Comenzó a decir con una mirada cruel fija en mí y una sonrisa maliciosa.—El papá aceptó, entonces el niño le pidió nombrar cinco animales que viviesen en el polo norte.

—Noah...

—Y el padre le dijo...—Hizo un carraspeo de garganta junto con una breve pausa.

Arrugué la cara, preparándome para reír por otro de los tantos chistes increíblemente buenos que estuvo contándome durante el tiempo libre que dio el profesor a toda la clase por habernos portado excelentemente.

No podía verme a mí misma, pero apostaba a que mis ojos estaban cristalinos por las tantas carcajadas que solté anteriormente, que mi cuerpo temblaba con notoriedad intentando contenerme y que mi cara se contrayó a tal punto de verme como una pasa de uva.

—Tres osos y dos focas.—Declaró.—El niño le dio las gracias y ahí acabó.

Y entonces todo mi esfuerzo por prevenir una risa alocada cesó. Literalmente suavicé mi cara, mi cuerpo dejó de moverse y bueno, las lágrimas de la pre-risa que creí que se avecinaba rodaron igualmente por mis mejillas, pero eso fue por dejar de intentar retenerlas.

Miré a Noah desconcertada y él dejó de sonreír, ambos nos quedamos viendo sin saber lo que acababa de pasar, casi pude imaginarnos con esas caras que estaban dibujadas con una línea horizontal como boca y dos puntitos como ojos. Esos éramos él y yo en aquel instante.

—Ibas haciendo los mejores chistes que oí en mi vida... hasta que llegaste a ese.—Declaré con decepción.—Podría decir que es tan malo que es bueno, pero ni así Noah, ni así.

—Bueno... estaba siendo demasiado buen comediante ya.—Intentó justificarse.—Y como con todo, lo que sube tiene que bajar en algún momento.

—Pues tu bajaste hasta atravesar el suelo y llegar a China.—Recalqué negando con la cabeza.

—Vaya, ¿fue tan malo?

Coloqué una mano sobre su hombro y le di palmaditas de consolación.—Terrible, espantoso, horroroso.

—Jim Carrey estaría decepcionado de mí.

—Seguramente.—Acepté directamente y él me miró ofendido.

—¡Oye!, que tampoco necesitaba tanta rectidad, me lastimas.

—Solo soy sincera por tu bien, no te dediques a comediante.—Sugerí y él soltó un suspiro cansado.

Le sonreí gentilmente para que no siguiese decayendo y él me devolvió el gesto luego de unos segundos más fingiendo molestia, mi corazón ya estaba latiendo a mil por minuto, pero tras haber estado toda la hora sentada en un banco con él, aprendí a ocultar esas sensaciones para que no fuesen tan evidentes de manera física.

—Bueno alumnos, es tiempo de su primer descanso.—Avisó el profesor levantándose y abriendo la puerta para nosotros.—Los veo en quince minutos.

Todos empezaron a salir de manera más o menos ordenada, Liv y Micah pasaron a mi lado para saludarme, bueno, solo Micah, Liv más bien le avisó a Noah, y entre comillas a mí, que la veamos en la cafetería con los otros chicos y chicas. Kris y su hermano, junto con Dean y Tate se fueron luego de decirle alguna que otra cosa a Zane, quien estuvo hablando durante toda la clase con Hailey.

Y no fue broma, literalmente estuvo con esa cara de tonto enamorado la hora entera.

Noah y yo nos levantamos y dispusimos a irnos cuando casi no quedaba nadie, pero una voz nos frenó antes de atravesar la puerta.

—Hey, Melissa, Noah, hola.—Saludó Hailey, acercándose con Zane hasta nosotros. Una de las sonrisas que ponen bobo a mi amigo llenaba sus labios mientras me veía gentil.—Lamento no haberte saludado más temprano, quise hacerlo, pero no te encontré por ninguna parte y cuando entraste vi que venías acompañada, me pareció lo mejor no interrumpir su momento.

—¿Nuestro momento?—Pregunté curiosa.

Hailey pareció querer asentir pero hizo una breve pausa, acordándose de algo y luego negó con la cabeza avergonzada.

—Oh, cierto que no eran novios, lo había olvidado, disculpa otra vez.—Dijo torciendo sus labios.

Noah y yo nos dimos un vistazo instintivo antes de apartar la vista, igual de avergonzados que Hailey por su error.

Por suerte para los tres, Zane estaba ahí para romper el momento incómodo.

—¿Vamos a por el almuerzo o qué?, siento como mi estómago llora del hambre.—Se quejó torciendo sus labios y cerrando los ojos, como si de un niño se tratase.

Todos asentimos y salimos del salón. Caminamos en silencio hasta que Zane, por alguna torpe razón, me chocó de tal manera que se cayó y por poco yo también.

—Oh Dios, ¿están bien?—Preguntó Hailey mirándonos con preocupación, pero sobre todo observaba a Zane sentado en el suelo.

A mí no me habia pasado nada, así que verifiqué que mi mejor amigo estuviese bien, y así parecía ser hasta que él hizo una mueca de dolor extraña.

—Sí, solo necesito un momento.—Se quejó acariciando la parte baja de su espalda. Me miró de reojo y enseguida entendí que estaba fingiendo, por lo que fruncí el ceño preparada para delatarlo pero él tiró de mi mano para callarme mientras les sonrió a Noah y Hailey.—Ustedes adelantense, Missy me echará una mano.

—¿No prefieres que yo te ayude a pararte?—Le preguntó Noah, sonando más cortés que preocupado.

Zane presionó sus labios y lo miró fijamente.—No.

—¿Seguro?, Noah tiene más fuerza, él podría sostenerte mientras caminas hasta la cafetería si te duele algo.—Sugirió Hailey mirándome a mí también.

—Descuida, ella podrá.—Me señaló mi mejor amigo.—Tiene un Hulk interior aunque no lo parezca, ¿verdad, Missy?—Presionó mi mano, mirándome suplicante.

Lo fulminé con la mirada mientras apretaba su mano el doble de fuerte que él, causando una verdadera mueca de dolor en él que soportó. Sonreí y miré a Noah y Hailey.

—Así es.—Accedí sin remedio a lo que fuera que estaba planeando.

—Ustedes vayan y guarden lugares para nosotros, en el primer receso siempre se llena todo.—Agregó Zane mientras yo lo ayudaba a levantarse.

Noah y Hailey dudaron pero acabaron adelantándose, dejándonos solos.

Dejé de sonreír cuando desaparecieron por la esquina del pasillo y quité con brusquedad el brazo de mi mejor amigo de mis hombros.

—¿Qué fue eso?—Pregunté molesta.

—Una gran actuación.—Respondió orgulloso, incorporando una postura sana y relajada.—Al fin tenemos tiempo para hablar.

—¿Sobre qué?

—¡Sobre los planes para cumplir todo lo de la lista!, ¿o creíste que solo ibas a darme las reglas y yo haría todo el trabajo?

—Exactamente fue eso lo que creí.

—¡Error!—Exclamó cruzándose de brazos.—Necesito más ayuda que eso, no sé cómo hacer nada para empezar, ¡sé mi gurú de las reglas!

—Tiene que ser una broma...

Zane me miró con ojitos de perrito triste, pero aún así seguí dudando, así que soltó un suspiro y me miró serio.

—Tendré que usar la estrategia alfa otra vez.—Gruñó.—¿Qué quieres?

—Ya estas hablando en mi idioma.—Dije con una sonrisa y él esperó a que contestara.—Tres libros.

—Solo uno.

—Dos.

—Uno y te prestaré mi Netflix premium por una semana, es mi última oferta.

—Un mes.

—Semana y media.—Pujó.

Lo pensé por un momento, pero no me bastó.

—Que sea por dos semanas y hay trato.—Insistí con mis ojos entrecerrados, él me observó de igual manera y sostuvimos nuestras miradas por casi un minuto hasta que Zane no pudo más y cerró los ojos por lo húmedos que se estaban poniendo de no pestañear.

—De acuerdo, hay trato.—Aceptó derrotado, refregando sus ojos.

—¡Bien!—Celebré moviendo mis brazos y mi cabeza a modo de baile.

—Ahora dime.—Me pidió y yo arquee la ceja, haciéndole un gesto de págame con la mano.—Oh vamos, sabes que lo haré.

—Más te vale.—Lo amenacé y el rodó sus ojos.—¿Tienes la lista contigo?

Asintió y la sacó del bolsillo de su pantalón, la desdobló con cuidado y me la entregó.

—Regla número uno.—Comencé a decir.—Sentir cosas que desconocerás al principio, pero que aún así te resultarán maravillosas.—Hice una pausa y me crucé de brazos.—No importa si te parecen raras o nuevas, si las sientes, debes decirlo en alto, así que no quieras negarlo o–

—Hailey me gusta.—Admitió directo, sorprendiéndome.

—Para mí es muy obvio, pero aún así debes saberlo perfectamente, ¿así que estás seguro?—Pregunté, a pesar de que tanto él como yo lo teníamos claro.

Tampoco estaba de más asegurarse el doble.

—Nunca antes me había sentido de esta manera, Missy.—Dijo mirando al suelo.—Y así empezó a ser desde que Hailey apareció. Además, estuve hablando con ella toda la primera hora, fue suficiente tiempo para comprobar lo que me sucede.

—¿Entonces si?

—Eso supongo.

—No debes suponer, debes estar totalmente seguro de que ella te gusta.

Zane alzó la vista y me miró con fijación.—Estoy totalmente seguro de que ella me gusta.

El hecho de no haber visto nada vacilante en su expresión, la cual permaneció puramente seria, fue suficientemente para saber que ya cumplía con la primera regla.

—Regla número dos.—Continué con una sonrisa.—Estar al tanto de que la otra persona siente lo mismo.

—Le encanto.—Dijo él con aire arrogante, cruzándose de brazos y sonriendo de costado.

Lo observé con una ceja enarcada.—¿Seguro?

Mi mirada pareció ponerlo nervioso, porque su sonrisa torcida desapareció y dejó caer sus brazos a los costados de su cuerpo. No respondió, pero no fue necesario.

—Eso creí.—Afirmé y él frunció el ceño, por lo que puse una mano en su hombro a manera de consuelo.—Tranquilo, amigo mío. Si no sabes lo que ella siente, entonces ya tenemos una misión.

—¿Cuál?

—Averiguarlo.—Exclamé con la cabeza en alto.

—¿Cómo haremos eso?

—Dos palabras.—Dije alzando dos dedos.—Baile de bienvenida.

Zane rió.—Esas fueron tres.

Me quedé en silencio por unos segundos, pensando en qué responder.

—Cállate.—Fue lo único que me salió.—Volviendo al tema, tienes que invitarla a ir.

—Wow, despacio.—Alzó sus manos a modo de freno.—Apenas es el primer día, ¿no pensará que estoy siendo... no lo sé, muy molesto?

—Siempre lo eres.—Inquirí riendo.

—Sabes a lo que me refiero.—Gruñó.—Desde la fiesta que paso tiempo con ella, jamás he estado tanto tiempo charlando con una chica. Normalmente solo dura una noche y luego no volvemos a cruzar palabras, pero con Hailey hoy solo habló conmigo y yo solo hablé con ella. No sé mucho del tema, ¿pero no me veo muy pegajoso siendo así?

Me encogí de hombros.—A mí me parece tierno.

—Pero tú no eres ella.

Torcí mis labios, por alguna razón eso me había dolido, pero no se lo demostré y disfracé mi expresión rápidamente.

—Ya quisieras.—Dije haciendo mueca de asco.—Además, no importa si lo soy o no, tú quieres mi asesoría y te la estoy dando. Tómala o déjala.—Agregué encogiéndome de hombros.

Zane se me quedó mirando, lamió su labio inferior, jugando con su piercing y frunciendo el ceño. Esta expresión no fue nueva para mí, ya que siempre que se ponía a considerar mucho algo la hacía. Y eso significaba que estaba tomando la situación muy en serio.

—Si tú...—Empezó a decir, pero no continúo.

—¿Si yo qué?

Mi mejor amigo metió las manos en sus bolsillos y desvío la mirada al no lograr sostener la mía.

—Si tú fueras Hailey...—Hizo una pausa, tragó grueso y se atrevió a verme fijamente, la seguridad de sus ojos cafés me produjo escalofríos en la espalda.—¿Irías al baile conmigo si te lo pidiera ahora?

—Pero yo no soy ella.—Repetí sus propias palabras.

Él dio un paso hacia mi, causando que alzara mi cabeza.

—Entonces respóndeme siendo tú.—Ladeó su cabeza y me miró como nunca antes lo había hecho, causando que me falte el aire.—¿Querrías ir al baile de bienvenida conmigo, Melissa?

Me quedé paralizada al verlo frente a mí, con esa expresión neutra pero relajada, esa mirada intensa pero tranquila. Su rostro no estaba tenso, y por alguna razón, eso lo volvía imponente. El no poder descifrar sus gestos me puso nerviosa, por lo que apreté los puños a mis costados y fue mi turno de desviar la mirada al suelo.

—Hey, mírame.—Lo oí decir y al instante sus dedos atraparon mi mentón para obligarme a levantar la cabeza y observalo fijamente.—¿Irías conmigo?

El tono de su voz junto con el resto de sus actitudes me hicieron olvidar por completo que el tema central de todo esto era la chica nueva, y que lo que me estaba preguntando no era para mí, pero por un momento creí que sí.

Y por alguna razón, la respuesta salió automáticamente de mi boca.

—Claro... claro que sí.

Zane sonrió alegre.

—Awww, te has puesto roja y todo, que bien que actúas Missy.—Exclamó y apretó mi mejilla derecha enternecido, sacándome de mi shock inexplicable y devolviéndome a la realidad. Zane me envolvió en sus brazos y me apretujó feliz.—Ojalá que así también reaccione Hailey cuando se lo pregunte, pero como sea, muchas gracias por haberme dado la seguridad que necesitaba, estoy listo para pedirle ir al baile de bienvenida. ¡Eres la mejor amiga del mundo, gracias gracias gracias!

—No es... n-nada...—Tartamudee sintiéndome demasiado tonta por no saber lo que me acababa de pasar hace cinco segundos.

Mi mejor amigo se apartó y me hizo una señal para que lo siguiera.

—Vamos a la cafetería, voy a buscar un momento adecuado para decirle.—Informó guiñandome un ojo y empezó a caminar lejos, por lo que no me quedó otra que seguirlo, aún sintiéndome algo anonadada.

Cuando entramos, vi las mesas redondas blancas rodeadas por bancas que vienen unidas a las mismas. Casi todas estaban ocupadas por grupos de estudiantes mientras que la fila para comprar comida en bandeja era muy larga, pero transcurría con rapidez ya que la que servía era una mujer que trabajaba aquí desde hacia años, como el conserje Bob.

—Mira, allá están.—Me señaló Zane y vi en la dirección que me indicó, encontrando una mesa donde yacían nuestros amigos, Hailey y Noah.

Me fijé en este último con más atención cuando me di cuenta de que Liv estaba a su lado, hablándole sin parar mientras que él solo la oía.

Me mordí el labio inferior al ver como Noah dijo algo que la hizo reír, y a su vez, ella aprovechó para colocar la mano sobre el brazo de él. Esa imagen me hizo fruncir el ceño involuntariamente y no me di cuenta hasta que Zane me habló.

—¡Missy, ven a hacer la fila que sabes que no se pueden guardar lugares!—Me llamó y yo lo alcancé, tomando una bandeja con algo de mal humor, emoción que mi mejor amigo pareció notar.—¿Estás bien?

—¿Por qué lo preguntas?—Inquirí haciéndome la tonta.

—Tienes el gesto tan fruncido que parece que llevas uniceja.—Bromeó señalando el espacio entre mis cejas.

—No es nada.—Le contesté presionando mis labios, acto que acabó siendo un error.

—¿Eres consciente de que sé que cuando haces eso con la boca significa que mientes, no?

Dejé de presionar mis labios.

—Demonios.

Zane sonrió.

—Lo sé, soy tan observador.—Comentó orgulloso y se movió hacia adelante cuando la fila avanzaba, yo lo imité.—Ya, ¿qué es lo que te molesta?

—¿Quién dice que algo me molesta?

—Porque tenías cara de enojada.

—Hey, tener el ceño arrugado no significa que esté enojada solamente, puedo estar concentrada pensando en algo.

—Te equivocas, porque tu cara de concentración es algo así.—Aflojó la mandíbula y entreabrió sus labios, tirando el inferior un poco más adelante que el inferior y cerró levemente sus ojos, logrando una expresión muy tonta.

—¡Oye!—Me quejé, aunque lamentablemente en el fondo sabía que tenía razón.

—Cuéntale a papi Zane, vamos.—Insistió, como si fuera que agregarse ese apodo aportara en algo, sin embargo, suspiré derrotada y accedí a decirle por miedo a que se pusiera sobrenombres peores que papi.

—Creo que... me molestó algo que vi.—Empecé a decir con duda.

—¿Qué fue?

No me atreví a decirlo, así que en lugar de eso miré nuevamente en la dirección donde estaban Liv y Noah, hablando y riendo de igual forma que hace un par de minutos. Algo en mi pecho ardió y me hizo sentir bastante disgustada cuando vi que mi amiga apoyó su cabeza sobre el hombro de Noah y lo vio directamente, él también a ella y se quedaron manteniendo sus miradas por varios segundos.

No pude con esa escena, así que simplemente desvié la mirada.

¿Qué rayos me estaba pasando?, ¿por qué me sentía tan insegura de repente?, ¿cómo es que me enojaba tanto verlos así?

Como si hubiese dicho mis pensamientos en alto, Zane habló.

—Detesto decir esto porque te lo provocará alguien que me cae terriblemente mal.—Hizo una pausa, esperando a que lo viera.—Pero creo que sientes celos por Noah.

No se lo negué, y aunque tampoco lo afirmé, Zane me miró preocupado.

—Oh, Missy, no me digas que...—Le echó un vistazo al chico de cabello negro y luego volvió a mí.—¿Te gusta él?

Dudé en contestar y no porque no supiera responderle, sabía perfectamente que me gustaba, no era tan tonta como para no hacerlo, pero la expresión de Zane parecía que ya desaprobaba mis sentimientos por Noah.

Aún así, decidí que debía decirle. Él era mi mejor amigo y esta era la primera vez que me gustaba alguien, por ende, Zane debía saberlo y yo necesitaba saber que estaría ahí para apoyarme, incluso si Noah le caía mal o no.

Estuve a punto de responderle que sí cuando la mujer que servía la comida nos llamó la atención.

—Oh, sí, lo siento.—Se disculpó Zane y llegó hasta la mujer de cincuenta años que tenía el cabello dentro de una redecilla. Ella le sirvió la comida en la bandeja y mi mejor amigo le sonrió.—Gracias Dolores.

Ella le devolvió el gesto.—Por nada Zane.

—Ten un buen día eh.

—Tú también niño lindo.—Le dijo con dulzura.

Zane le guiñó un ojo y yo me le quedé mirando extraño a la señora, cuyo nombre era Dolores. Ella no lo notó, solo me sirvió la comida y me indicó que avanzara.

Primero fue Bob, ahora Dolores, ¿será que mi mejor amigo también conocía a la madre del director?, porque no me sorprendería.

Ignoré completamente eso cuando llegamos a la mesa y todos los que estaban fijaron su atención en nosotros. Sentí la mirada cálida de Noah sobre mí, pero no tuve ganas de sostenerla, así que simplemente me senté al lado de Zane mientras que él saludaba a todos.

—¿Estás bien amigo?—Le preguntó Jackson a mi mejor amigo y Zane lo miró sin entender.—Hailey y Noah nos dijeron que te caíste en el pasillo, y por eso tú y Melissa no llegaron con ellos.

—Ah...—Comprendió finalmente y compartió una mirada conmigo antes de hacer una mueca de dolor mientras se acariciaba la parte baja de su espalda.—Oh, sí, ya estoy mejor, no fue tan grave, ay...

—Eres un tonto.—Le insultó Kristen comiendo de su puré.—¿Por qué no quisiste que Noah te ayudara a venir aquí en lugar de arrastrar contigo a esa pobre chica?—Me señaló con su tenedor de plástico e hizo puchero.—Mi linda Mel, te doy mi pésame por tener a Zane como carga desde que naciste prácticamente, tenlo en cuenta.

—¡Oye!—Gruñó él a modo de protesta.

—¿De verdad son amigos desde que nacieron?—Preguntó Hailey curiosa, entrando en la conversación.

Zane asintió orgulloso y yo lo imité pero haciendo un gesto cansado. Hailey abrió la boca asombrada, dándole pie a mi amigo para empezar a relatar la historia de nuestra amistad.

—Todo comenzó una fresca tarde de otoño...

—Aquí vamos.—Susurré sintiendo como mi tolerancia ya se perdía por completo al saber que Zane estaría por contar nuestra historia de la misma forma que lo ha hecho cientos de veces a lo largo de nuestras vidas: con un relato de dos horas.

—Pues hazle un resúmen tú, señorita quejona.—Dijo frunciendo el ceño tras haberme oído.

Arquee una ceja, me crucé de brazos y miré a Hailey con una sonrisa.

—Su padre y mi madre fueron amigos durante su juventud, mi madre y la esposa del padre de Zane, o sea su madre, se quedaron embarazadas a la vez, por lo que ambos nacimos en el mismo hospital, y como era de esperarse por la relación de nuestros padres, prácticamente nos hicimos amigos luego de aprender a respirar.

Todos se quedaron callados por un momento hasta que Jackson se echó a reír mientras le tiró un frijol de su almuerzo a Zane en la frente.

—¡Te cerró la boca!—Exclamó entre carcajadas y aplaudiendome, causando que el resto de los presentes soltaran risas también.

Miré a Zane victoriosa y él me sonrió levemente, aceptando justamente su derrota.

—De acuerdo.—Dijo cuando Jackson dejó de parecer una foca ahogada y pasó su brazo por encima de mis hombros para abrazarme.—Pero sí, básicamente esa es nuestra increíble historia.

—Que suertudos, ojalá yo pudiera tener una amistad así.—Musitó Hailey con expresión triste.—Pero me he mudado tantas veces a lo largo de mi vida que tristemente los amigos no me duran como quisiera.

La miré fijamente pensando en que acababa de enterarme de que no solo era nueva en la escuela, sino en la ciudad.

Zane dejó de sonreír y me soltó para enfocarse en la chica de mirada triste.

—¿Cada cuánto te has mudado?—La preocupación de su voz al haber hecho la pregunta me hizo entender lo que había pensado.

—Cada seis meses.

Zane palideció notablemente, pero para su suerte, Hailey siguió.

—Pero mis padres me prometieron que estaría todo el año en esta ciudad por ser este mi última etapa de preparatoria.—Dijo con alegría, logrando que mi mejor amigo soltara un suspiro de alivio.—¿Por qué lo preguntas?

—¿Huh?—Se hizo el tonto y desvió la vista.—Por simple curiosidad.

—Pfff, si claro.—Solté inconscientemente ante la absurda respuesta de él y todos me miraron confundidos, menos Zane, que frunció el ceño.—Quiero decir...—Busqué algún otro tema del que hablar.—¡Vaya, la semana que viene es el baile de bienvenida!

Kristen, Micah y Liv abrieron la boca sorprendidas, y Jackson, Tate y Dean me miraron sorprendidos. Al parecer todos lo habían olvidado.

—¿Baile de bienvenida?—Preguntó entonces Noah, hablando por primera vez desde que llegué.

Y por primera vez desde que me senté lo vi directamente, conectando con sus ojos celestes, mi torpe corazón no tardó en empezar a latir como loco por esa simple pero brillante mirada.

—Sí, será la semana que viene.—Dije nerviosa.—Ya sabes, es una fiesta donde bailas con una pareja que invitas dentro del gimnasio decorado de la escuela. Como siempre, se hace por ser un nuevo año y para los alumnos nuevos.

Noah me sonrió, asintiendo agradecido por la información y las mariposas comenzaron su guerra en mi estómago.

—¡Que emoción!—Chilló Liv entonces, interrumpiendo el momento y miró al pelinegro coqueta.—Bueno, quizás esto sea muy precipitado.—Hizo una pausa, causando que Noah la mirara confuso, y de mientras yo sabía perfectamente lo que iba a decirle.—Pero creo que sería grandioso... si tú y yo... ya sabes.

—¿Qué?—Le preguntó él con ingenuidad, por lo que Liv soltó una risita mientras se prendió de su brazo.

—Eres tan inocente que das ternura.

Apreté los puños por debajo de la mesa, otra vez me estaba sintiendo terriblemente mal mientras veía a Liv exageradamente cerca de Noah.

Entonces pensé en lo que me dijo Zane.

No quise admitirlo en su momento ni negarlo tampoco por el shock de siquiera considerarlo, pero el ardor de mi pecho confirmaba que él tenía la razón.

—Pero volviendo al tema.—La voz de Liv me hizo enfocarme en ella y Noah otra vez, de mala gana.—Me preguntaba si... tal vez tú... no querrías–¡Ah!—No acabó la frase ya que le cayó algo de puré en la mejilla.

—¡Oh mi Dios!—Chillo Kristen asombrada con su tenedor de plástico en una mano.—Acabo de tener un tic nervioso en la mano y se me escapó la comida.—Me echó un vistazo rápido y casi pude apreciar un guiño por su parte antes de volver a enfocarse en Liv.—¡Lo siento mucho!, ¿estás bien cariño?

—Sí.. sí, no te preocupes.—Dijo con una mueca de asco mientras intentaba limpiarse la cara, pero enseguida se quedó sin servilletas.

—Ven, vamos a limpiarte al baño.—Le sugirió Kristen levantándose y tomándola por los hombros para que haga lo mismo.

Liv sede luego de dudar un poco y ambas rodean la mesa.

—Yo hice lo que debía hacer, ahora te toca a ti.—Me susurró Kris en el oído de manera que nadie más que yo la escuchó.

Luego sonrió a todos y se fue con nuestra amiga y su rostro lleno de comida, obteniendo miradas de los otros grupos de alumnos a medida que pasaban por sus mesas.

Entonces entendí que me había dado la oportunidad de preguntarle a Noah si quería ir al baile conmigo.

Lo miré y casualmente él me miró también, me regaló una de sus cálidas sonrisas y las emociones horripilantes de recién fueron reemplazadas por sensaciones increíblemente placenteras.

Una emoción gigante nació en mí y supe que, como sea, tenía que invitar al chico de ojos lindos y sonrisas amables a ir al baile de bienvenida antes de que alguien más lo hiciera.

Y al comprobar que eso podía haber sucedido, tenía en claro que debía hacerlo hoy.

———

Nota de Autora: ¡Felices pascuas!, súper tarde pero es que no habían actualizaciones en las que pudiera decírselos, así que como recompensa les hice huevos, diganme su país y yo los envío. ;)

¿Qué les pareció el cap?, ¿fue divertido?, ¿pasaron muchas cosas?, ¿qué piensan acerca de los momentos entre Zane y Melissa?, ¿Y Noah y Melissa?, ¿Qué les parece Hailey?, ¿Y las primeras reglas?, ¡muchas preguntas fiu fiu!

Agradezco el apoyo que me dan como siempre y pido perdón por no estar tan activa, pero les explico que mi tiempo es limitado ahora que estoy estudiando en la facultad y haciendo un trabajo independiente, espero que entiendan. :( ♡

Nos vemos, aún así, el sábado que viene con una nueva actualización de Malas Decisiones (Otra historia que les puede interesar por la cierta tensión que hay, guiño guiño)

¡Que pasen lindo día mis queridísimos/as!

Los y las quiere, Cami. ❤

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top