Beomgyu se encontraba en el regazo del más alto. Ambos dándose cariños tiernos, más risas cómplices porque ambos habían dejado en claro sus sentimientos.

Yeonjun le apretó sus cachetes para darle un leve beso en sus labios, que se habían abultado a tal acción.

—No me quejo, pero... ¿Por qué llegaste de la nada a declararte?

Beomgyu río. 

—Ordenaba mi pieza cuando encontré esto —Beomgyu le entregó el papel que había dejado en su bolsillo trasero.

Yeonjun abrió el papel, abriendo su boca cuando recordó que era. Sus ojos se iluminaron y Beomgyu besó su mejilla.

—¡Es! —no podía hablar por la emoción, Beomgyu asintió riendo bajito— ¡Es la lista! Dios, la había olvidado por completo.

Suspiro incrédulo. La sonrisa no se borraba del rostro de ambos.

—Cumplimos cada punto. Creo que si funciona —Beomgyu río otra vez.

Yeonjun le miró, observando cada mínima parte del rostro del más bajo. Era precioso, realmente precioso.

—Faltó algo en esa lista —Beomgyu, que tenía sus ojos cerrados, los abrió para mirarle con una expresión de curiosidad que causó ternura en el más alto— ¿Quieres ser mi novio?

Beomgyu boqueo en el aire. Sus ojos brillaban y sus mejillas se encontraban rojas. Yeonjun juró que era la imagen más hermosa que podía haber en el mundo.

El más bajo escondió su rostro en el cuello del más alto, escuchando como este reía.

—¡No puedes preguntarme eso de la nada! ¡Me tomaste desprevenido! —Yeonjun seguía riendo encantado, y Beomgyu hizo un puchero, que a pesar que Yeonjun no lo podía ver, lo sintió.

Beomgyu le miró por unos segundos para decir: —Si, soy tu novio —y volver a esconder su rostro en la curvatura del cuello del más alto.

El resto de la tarde fue así. Lleno de momentos dulces, besos inocentes y caricias que llenaban el corazón del otro.

Tal parece que esos 10 pasos, servían perfectamente. ¿No es así, Yeonjun y Beomgyu?