Día 2

Viernes 6 de Febrero, 1987

Casi ni durmió la noche pasada. Aparte de sólo conversar y reírse con Agatha en la heladería, también intercambiaron sus números de teléfono. Hablaron cerca de dos horas y terminaron de hablar cerca de las dos de la madrugada. Mientras conversaron, descubrieron que tenían muchas cosas en común. Matemáticas era su materia favorita, tienen una afición por lo animales y sus "visiones" del futuro eran casi completamente iguales.

Además de eso, se despertó cerca de las 5:00 am. por la emoción de la salida al centro comercial en la tarde.

Iba camino a la escuela, hace unos minutos había comenzado a llover y eso lo hacía mucho mas romántico según él.

Divagaba en sus pensamientos llenos de besos bajo la lluvia. Llenos de caminatas de la mano. Definitivamente estaba enamorado de Agatha.

¿Cuál sería su futuro con ella?

¿Acaso terminarían juntos, tal cual película romántica?

No sabía que pasaría, pero daría todo por conseguir el amor de aquella joven.

Al entrar en el recinto, la chica se le acercó de forma amigable y lo saludó con un beso en la mejilla, cosa que al chico, casi lo hace derretirse ahí mismo por tal muestra de cariño.

—¿qué tal todo Charlie? ¿preparado para salir hoy?—preguntó la chica con un brillo singular en sus ojos.

—Hola... Agatha, si, em, todo bien—dijo con un tono igual o más nervioso que el día anterior, cuando le había hablado más a fondo— ¿tú, qué tal?

—Todo bien —sonrió— ya deseo salir contigo.

El chico sonrió, quizás de la forma más sincera que pudiera haberlo hecho.

Las clases pasaron, por lo tanto, también las horas y cada vez faltaba menos para que Charlie y Agatha "salieran" por segunda vez.

Durante la clase de Historia, la última hora del día, el chico observó en todo momento a Agatha mientras exponía su punto de vista a la clase, de un tema que por ahora no importa.

Charlie se percató de que la mirada de Agatha se concentraba en el fondo de la clase, quizás no lo veía a él, pero el chico se imaginaba como que si lo estuviera haciendo. Y al pensar esto, sus ojos brillaban.

La chica hizo una pausa, sonrió y luego siguió hablando con esa forma de ser tan impresionante, tan demostrativa de no temerle a nada.

Era una de las cosas que mas le gustaban de Agatha a Charlie.

Cuando terminaron las clases, ambos chicos sabían que tenían que ir fuera del establecimiento, al lugar donde se habían juntado el día anterior. A ese lugar que los había llevado a ser amigos, como si siempre lo hubiesen sido.

Esta vez si tomaron un bus, puesto que el centro comercial quedaba un poco más alejado pero sin lugar a duda fue uno de los mejores viajes del chico.

Quizás no hablaron mucho porque Charlie era tímido a tal punto, que le molestaba que gente ajena escuchara sus conversaciones con los demás. Pero aún así al llegar al centro comercial, intentó sacar cualquier tema posible para que la chica no se aburriera, y para buscar más temas en común entre ellos.

Pasaron por varias tiendas, pero se detuvieron en una en dónde vendían ropa juvenil, y en la vitrina se destacaba un hermoso vestido blanco con flores de color calipso.

Entraron a la tienda y el chico le propuso que se probaría cualquier cosa por verla a ella ocupando ese bello vestido, a lo cuál la chica aceptó.

Entró al probador, se colocó el vestido y al salir, Charlie estaba más que asombrado. La verdad el vestido estaba hecho casi a la medida de la chica, y gracias a su forma de ser, lo lucía de maravilla

—Aún así prefiero los pantalones —dijo la chica.

—Con ambos vestuarios te ves hermosa —dijo el chico casi en un susurro inaudible.

—¿Qué?

La chica no había escuchado del todo bien, por lo que Charlie aún tenía una oportunidad de modificar lo que había dicho para aún pasar desapercibido.

—Que... te ves muy linda con este vestido, pero igual te quedan bien los pantalones.

—Gracias Charlie —ella detuvo el habla y mostró su cálida sonrisa— y ahora me toca a mí.

La chica eligió un conjunto que singularmente era muy distinto a la ropa de Charlie, pero de todas maneras el chico accedió ya que lo había prometido.

Después de estar cerca de 3 horas en el centro comercial, decidieron irse, ya que lamentablemente tenían deberes. Pero aún así, Charlie estaba extremadamente feliz. Quizás no se habían llevado nada del centro comercial, pero había pasado más tiempo con la chica que lo tenía completamente loco.

Mañana saldrían otra vez.

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