17. COUPLE WALK
🌙 CAPÍTULO 17:
PASEO DE PAREJA
Min-seong se encontraba perfeccionando los últimos detalles de su maquillaje antes de salir del baño definitivamente. Coco se mantiene observándola desde la puerta.
Puede que haya tenido muchos novios no oficiales pero no acostumbra a tener citas. Es lo último que una pareja hace en estos tiempos y si antes la hubiesen invitado a una, se habría negado de inmediato, pero es Bang Chan y con él la situación es demasiado diferente. Es alguien dulce y atento que de manera segura saldría con él sin dudas. És diferente a los demás. Se preocupa de verdad por ella y la trata como una reina. Sin contar que es muy atractivo físicamente ¿Qué más podría pedir?
El timbre suena en todo el apartamento y Min suelta su labial color rosa palo yendo a la entrada. Se asoma por la mirilla antes de abrir.
—Luces tan bonita —alaga sonriente Chan una vez que la tiene de frente.
— ¿Qué es todo eso? — cuestiona viéndolo con un montón de objetos encima.
— Ya verás — pasa al apartamento con rapidez dejando en la mesa lo que ha traído. Saca una caja y la abre — por lo que veo, tu problema de las encías es grave, por eso te he comprado un tratamiento increíble que te puede ayudar. Hablé con un doctor que conoce mi mamá y me ha mandado todo esto.
— Ah... Qué cool — sonríe angustiada.
— También te traje esto — saca un gigante ramo de flores — flor de loto azul, otra de tus favoritas.
— Gracias— las acepta feliz.
— ¿Y si antes de irnos hacemos los tratamientos? tengo las indicaciones y horarios de los analgésicos. Algunos pueden causarte efectos secundarios como sueño, cans... — mete su mano en el bolsillo de la chaqueta.
— ¡Ya van a ser las cinco! deberíamos irnos, se está haciendo tarde— interrumpe dejando las flores y tomándolo del brazo para irse.
— ¿Una bici doble o individual?
— Doble, por favor.
Bang Chan se encarga de pagar el alquiler mientras Min se pasea por la tienda quemando tiempo. La primera actividad será pasear en bicicleta, en la tarde es la mejor hora para hacerlo, en especial cuando está anocheciendo y el cielo se vuelve de color naranja.
— ¿Por qué compraste una doble? Habíamos quedado una para cada uno — reclama Min-seong cruzándose de brazos como un niña.
— Si te pierdes, no podré hallarte. Es mejor que estemos juntos. Así no te quitaré el ojo de encima — responde dándole un golpecito en la nariz. Ella esconde su sonrisa tierna y agarra su casco
— Voy adelante.
— Espera — la toma de la muñeca acomodándole el broche de seguridad.
Min sonríe al estar lista y se sube en su puesto. Chan hace lo mismo detrás de ella.
— Mis piernas son más largas que las tuyas, así que yo mandaré en la velo- MIN-SEONG NOS VAS A MATAR
La rubia ya había arrancado con rapidez el transporte sin esperar a que él lo hiciera. Tiene piernas cortas pero no lentas. Bang Chan gritaba asustado de atropellar a alguien o chocarse contra un pavimento mientras ella solo disfrutaba riéndose de sus gritos.
Pasaron por el rio Han con la suave brisa pegándoles en la cara y el sonido de los pájaros pasando cerca del agua. Era tan pacífico y tranquilizante. Son pequeños placeres de la vida que la gente adora, se siente como ver un helado bien proporcionado en el cono o un degradado perfecto. Simpleza placentera.
Chan no es una persona callejera, él prefiere quedarse en casa cocinando bocadillos o descansando, todo lo contrario a Min. A ella le encanta salir, si pudiera haría diferentes actividades todos los días pero sin duda ama ir a comer. La comida es su amante secreto. No le importa si es un puesto callejero o un restaurante de los más lujosos, lo que le interesa es comer bien y que sea, especialmente, delicioso.
— ¡Fue muy divertido! — exclama la chica contenta bajándose de la bici una vez que regresaron dos horas después a la tienda— Deberíamos hacerlo más seguido.
Se gira hacia Chan, quien trata de recuperar aire sentando en una mesa.
— Sí... Dame un segundo.
— ¿Te cansaste? Oh... Perdón, Chan, es que me emocioné— rasca su nuca.
— No te preocupes, Darling, también me divertí. Eres muy activa físicamente y no te puedo seguir el paso— estira sus brazos levantándose— bien ¿ahora qué quieres hacer?
— ¿Podemos ir a comer? a decir verdad, tengo mucha hambre.
— Bien.
— ¡Vamos!
— ¡Hey! espera ahí, baby— la detiene riéndose. Se inclina a ella quitándole el casco y pasa su mano por su pelo para alisarlo— listo, hermosa, andando.
Comer estofado en una cita no es lo más romántico del mundo, especialmente si tienes una plancha con vapor caliente al frente de tu cara y tienes que cocinar tu propia carne, pero a ellos les daba lo mismo. Un té frío era la mejor solución para refrescarse.
— Quiero ese — Min-seong señala el pedazo de carne a un lado de la parrilla, Chan lo agarra poniéndolo en su plato.
— ¿Te gusta mucho, eh? — la rubia asiente con una gigantesca sonrisa en su rostro— siempre me parecerá tierna la manera en que comes.
— ¿Cómo? — dice con las mejillas llenas de cerdo.
— Te vuelves más expresiva y te emocionas como si te hubiesen dado el regalo más caro del mundo— sonríe. Min-seong traga y se limpia con una servilleta, después se queda mirándole— ¿Qué sucede, babe?
— Mmmm... Chan, hay algo que me gustaría decirte — él alza sus cejas observándola con atención — Es sobre mis encías.
— ¿Qué...? — el teléfono del chico suena cortando la conversación. Él revisa — dame un momento, ahora seguimos charlando, cielo ¿vale?
Chan se levanta yendo a contestar. Min-seong suelta un suspiro y llena su boca de comida otra vez para callarse a sí misma. Quiere decirle que es mentira. Jamás ha sufrido con sus encías. Esa tonta excusa para no besarlo le está comiendo la cabeza. Lleva menos de un mes en ese lugar y no conoce tan bien ese mundo, sin embargo, ha pasado momentos muy bonitos con Bang Chan y le ha demostrado la increíble persona que es. Quizás debería besarlo y terminar con esa farsa tan estúpida.
— Bien, tienes mi atención otra vez, Minmin ¿Qué me decías? — él se vuelve a sentar sacándola de su trance.
— Eh... Mis encías me duelen, quería pedirte si podemos comer helado o algo frío. Creo que el doctor me recomendó comidas o snacks así — 《 ¡Min-seong, deja de mentirle, por favor! 》
— Por supuesto, sweetie, todo lo que quieras te lo daré — toma su mano sonriéndole con cariño. 《 Y tú deja de sonreírme así o me harás sentir más culpable. Me estoy volviendo loca contigo y no sé por qué 》
Chan compró paletas de fresa, el sabor favorito de Min. Se quedaron observando la ciudad desde las barandas del río Han.
— Mira la luna, está muy linda — el chico señala al cielo, observando al increíble satélite— tomemos una foto.
— Se cree que existe una conexión energética y de atracción que hace que la gente se sienta identificada con los enigmas de la luna y lo plasmen para representar sus sentimientos— cuenta la rubia, pero se detiene quedándose mirando el agua del río — Chan ¿por qué la vida es tan injusta?
— ¿Por qué preguntas eso, cielo?
— Es que es muy diferente. Vemos cosas bonitas y otras nos parecen feas ¿por qué simplemente no pensamos que todo es increíble y listo?
— Pero entonces no sería vida, amor, algunas veces perdemos y otras ganamos. No siempre todo está bien.
—¿Cómo lidias con algo cuando te sale mal? — Ambos se miran de frente.
— No lo lidio, sólo trato de arreglarlo. Es feo sentir que te equivocaste en una decisión y no haces nada al respecto— responde.
Min baja su mirada sin parar de pensar en toda su situación; cómo llegó a ese lugar, sus relaciones, su trabajo... Nada de eso era real y eso la empezaba a entristecer. Bang Chan toma su mentón subiendo su mirada. Los ojos oscuros de Chan brillaban como siempre al mirarla y una pequeña sonrisa se asoma en su rostro.
— Como solo tenemos una vida, la viviré al máximo mientras pienso en tí. Lo que significa que tienes que vivirla al máximo también por mí ¿me lo prometes? — acaricia su mejilla.
Min-seong se hubiese caído ante su toque pero se concentró más en lo cerca que estaba y en lo provocativos que se veían sus labios, imaginándolos encima de los suyos mientras su respiración chocaba contra su cara.
— Sí, lo prometo— jura a voz baja.
Posiciono su mano en su pecho para alejarlo, pero él la tomó deteniéndola. Chan agarró su cuello y dejó un beso en la comisura de sus labios.
— Chan...
— ¿Mmm? ¿quieres que te bese de otra forma? — cuestiona. Relame sus labios poniéndola nerviosa — qué pena, si no tuvieras las encías así... Créeme que te hubiese comido la boca cuando llegáramos al apartamento.
Se aleja de repente y sigue comiendo su paleta como si nada. Min se queda estática y se sonroja excesivamente ante su dualidad. Es increíble la manera en la que puede ser el chico más tierno del universo y al segundo se convierte en el más atrevido. El le mira de reojo y se ríe. Se siente orgulloso de hacerla sentir tan indefensa ante él.
Es algo que sólo Christopher Bang puede hacer.
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