✨Capítulo Trece

Desesperación. Era la perfecta definición para lo que estaba sintiendo en ese momento. Era viernes, dos semanas habían pasado desde que firmaron el contrato de su relación. Ahora se hallaba trabajando, pero con la mente en su propio mundo. Hace tres horas Jung Kook había salido del edificio y antes de irse le dijo; «Regresaré pronto, te traeré un obsequio». Estaba ansioso por que regresara.

Los resultados de los exámenes clínicos ya estaban adjuntados en el contrato, justo ahora no había nada que pudiera detenerlos. Ese día pasaría la noche con papi y no faltaba demasiado para la finalización de su propio dormitorio.

Habían hecho un acuerdo firmado sobre que Tae Hyung seguiría pagando el alquiler de su departamento mientras vivía con Jung Kook hasta la fase Mandarina. Era muy arriesgado que se desentendiera de la vida si lo suyo con Jung Kook no funcionaba, debía tener un lugar donde ir y ese sería su departamento. Los contratos tienen validez por veintisiete días para recurrir a cambios o avances en las fases.

—¡Tae! —el muchachito se había asustado mirando a Yong Sun que apareció de repente—. ¿Vas a tomar tu descanso, o esperas algún encargo? —él sonrió negando. Estaría desocupado en menos de un minuto.

Habían llegado al piso del comedor donde se reunían los empleados de ambas empresas para la hora del desayuno, almuerzo y descanso. Por lo general, las amistades con las que se reunía en esos momentos eran colaboradores de la desarrolladora Kore Play —¡Hola! —había sonreído Wendy, una de sus amigas al verlos tomar asiento junto a ellos.

Él estuvo conversando con sus amigos, pero algo había llamado su atención poco después, Wendy lo estaba mirando un poco sospechoso y parecía secretear mucho con Min Ho, otro de sus amigos. Después de un par de minutos la muchacha consiguió dejarlos a solas en la mesa ya que le había pedido a Yong Sun que la acompañara al baño, pero después de un tiempo no parecían regresar pronto.

—Tae —había dicho Min Ho un poco apenado—, ¿te gustaría... ir conmigo a ver el partido de The Bulletproof del siguiente sábado? —el menor estaba por decir que sí, pero algo le hizo detenerse, en su posición como Osito ¿Debía pedirle permiso a papi o avisarle?, imaginaba que sí, era parte del rol, aunque ellos no acordaron hablar por ese tipo de permisos.

—Ohh, me encantaría ir, pero... ¿puedes darme tiempo para darte una respuesta?

—¡Sí, por supuesto! —Tae Hyung sonrió.

—Bien, gracias por invitarme Minnie. Volveré a arriba. Nos vemos —el muchacho sonrió despidiéndose. Min Ho era su amigo, no lo consideraría como un compañero de trabajo así sin más, salir con él no podía significar algo más que una salida de amigos.

Esperó a que el ascensor abriera su puerta y cuando lo hizo, sonrió al mirar que Jeon estaba dentro —Buenas tardes señor Kim —saludó Jung Kook cuando lo vio pasar y quedarse frente a él en el cubículo cerrado.

—Buenas tardes —mencionó rodeándolo entre sus brazos—. ¿Te fue bien? —lo abrazó fuerte buscando sus mejillas y siendo besadas con cariño.

—Sí cariño. Intenté regresar antes, pero fue imposible, Ji Min habla demasiado —sonrió y Tae Hyung también lo hizo—. Vamos a mi oficina —le dijo al soltarlo cuando las puertas del elevador abrieron al piso siguiente. Él asintió caminando junto al mayor. Papi no parecía sospechoso, traía un maletín grande en su mano, quizá ahí estaba su regalo.

La puerta de la oficina se cerró a sus espaldas y solo eso bastó para que Jung Kook no tuviera control tomando sus labios con posesividad —Papi, te extrañé —Jung Kook jadeó contra sus labios dejando su maleta sobre la superficie más cercana para poder tocar su cuerpo, lo que era suyo.

—Yo también, cariño —Tae Hyung sonrió un poco egocéntrico. Jung Kook parecía estar perdido y muy ocupado en él como para molestarse en trabajar y ya eso era de mucho crédito para el hombre más ocupado del mundo—. Esta noche tengo algo preparado para ti —murmuró chupando la tersa piel de su cuello—. ¿Quieres ir a mi casa a comer ramen? —preguntó con la voz baja mientras besaba su mentón. Tae Hyung gimió riendo, pero asintió entre quejidos—. Buen chico —sonrió tomando sus labios en un beso caprichoso—, no esperaba un no por respuesta.

—Entonces si me negara... ¿Habría consecuencias? —desafió con una sonrisa.

—Por supuesto. Voy a castigarte y no seré indulgente.

—¿Y cuál de los castigos obtendré? —murmuró con un puchero—, ¿no me darás mi regalo?

—Dije indulgente, no malvado.

—Ohh, en ese caso... oblígame. No pienso ir contigo esta noche —Jung Kook sonrió mirando sus ojos lujuriosos, adoraba a Tae Hyung de formas que no era capaz de explicar.

—Ve por tus cosas, nos iremos ahora mismo. Es una orden —Tae Hyung sonrió sin moverse, pero el mayor le había tomado su mentón con delicadeza ejerciendo apenas fuerza, la lengua del menor se asomó por sus labios de corazón incrédulo de que lo estaba sucediendo—. Tienes un minuto. Sabrás que es conveniente para ti —se acercó más a él tomando su cintura, fue una jodida explosión cuando sus pollas se rozaron fuerte y cerró todo el espacio que existía entre ambos—. Tienes treinta segundos. Mue.Ve.Te —puntualizó haciéndolo jadear y salir de inmediato de la oficina.

Sus piernas y manos estaban temblorosas, su corazón martillaba como loco, estaba seguro que su rostro estaba colorado. Sentía una excitación que no era capaz de comprender, pero estaba temblando de la emoción.

Guardó todos los archivos antes de apagar el ordenador, aún faltaban dos horas para terminar su turno, pero Jung Kook es su jefe y si él dice ahora, significa que debía hacerlo para ayer. Cogió su mochila y cuando estaba por regresar a la oficina de Jeon, el mayor estaba llegando a su escritorio.

—Camina —ordenó al seguir su camino hasta el ascensor. Tae Hyung había obedecido como si estuviera poseído. Se habían quedado frente a las puertas del ascensor mientras el mayor había tocado el botón—. Te subirás al auto y te quedarás ahí sin moverte. Si cuando llego no has hecho lo que te he pedido, será peor para ti —Tae Hyung asintió cogiendo el maletín de Jeon y las llaves de su deportivo—. Si abres mi maletín mientras no estoy, seré malvado y no habrá nada para ti, ¿lo has entendido? —preguntó con su mirada firme y la voz recta mientras ponía su mano sobre la apertura del elevador para que no cerrará. El menor asintió—. Hice una pregunta.

—Sí papi —había titubeado mirándolo a sus ojos verdes llenos de frialdad. Sentía que iba a desmayarse por la emoción.

—Bien. Obedece —dijo antes de besar sus labios con cariño en pequeño beso—. Iré a ver a Se Hun. Mi auto está estacionado donde siempre —asintió lamiendo sus labios ante la lejanía de su boca y entró al elevador con los sentidos perdidos. «Los mensajes por siete meses están muy alejados de la realidad». Estaba caliente, sonrojado y muy duro, sin duda no sería un Good Boy.

Jung Kook le sonrió a Yong Sun cuando ella le dijo que Se Hun podía atenderlo. Su hermano estaba como todos estos últimos días, bastante ocupado y concentrado en lo que tenía frente a la pantalla —Se Hunnie ¿Cómo te sientes? —el muchacho hizo una mueca al levantar sus hombros—. No sé lo que significa eso.

—Sana me ha dicho que dejó la casa... está con sus padres. Dice que pronto tendré noticias de su abogado —mencionó rodando los ojos—. Necesitamos hablar —Jung Kook cambió su expresión ante la dura mirada de su dulce y alegre hermano—. Renunciaré a Kore Play —el mayor levantó sus cejas sorprendido—. No quiero que Sana tenga poder sobre la desarrolladora. Pensaba en venderla y tiene que ser antes del divorcio, así podré negociar con ella dinero y no acciones.

—Se Hun... bueno no esperaba esto ¿Estás completamente seguro de que esto es lo que quieres?

—Lo estoy... no quiero venderla a cualquiera, no te haría eso, es tuya. Solo la tengo porque nuestra madre así lo quiso, pero te pertenece, y tienes razón con lo que me dijiste, creo que por primera vez en mi vida haré algo que quiero. No te voy a pedir demasiado por Kore Play.

—No, voy a pagarte lo que vale, es la ley, haremos esto como se debe, ¿bien?, no voy a dejarte desamparado, esto es lo único que tienes. No me tocaba decírtelo, pero... hablé con el abuelo y me ha dicho que tienen planeado sacar a Tae Min y... a ti de SL Group —Se Hun le dio una pequeña risa.

—Ya eso dejó de importarme. Mierda. Con mucha más razón, no quiero tener nada que ver con eso. Haré lo que quiera y viviré de lo que me guste.

—Si ese es tu deseo lo respeto. Hoy mismo hablaré con mi abogado para que acordemos todo —el menor asintió—. Tengo que irme, nos vemos después —Se Hun le sonrió, no necesitaba más información cuando hace horas recibió un mensaje de su hermano pidiendo cubrir su puesto por dos días. Que Jeon Jung Kook saliera antes del horario de trabajo solo tenía un nombre y apellido.

Tae Hyung quién se había relajado en el asiento sintió que todo su cuerpo se derretía en el jodido instante que vio a Jung Kook caminar hacia el auto. Debía agradecer que él no podía verlo por el blindado de las ventanas, le daría tiempo de mirar a un lado para que no mirara su descarado sonrojo y sus ojos desesperados.

—¿Has obedecido? —preguntó cuando estuvo dentro del auto, pero el silencio por su parte se presentó—. Hice una pregunta, quiero una respuesta, Tae Hyung.

—Sí papi. El maletín está atrás, y si ves, estoy aquí quieto.

—Bien. No quiero que hables, estoy molesto contigo.

—No ha sido mi intención —murmuró con una sonrisa. Sonaba sufrido, eso debía aparentar desde que el mayor subió al auto, pero su mirada hacia la ventana, donde no podía mirar su ladina sonrisa—. Lo siento, dijiste que no quieres que hable —Jung Kook volteó a mirarlo mientras encendía el auto.

—No hay arrepentimiento en tu voz —mencionó mirándolo. El muchacho levantó sus hombros mientras sacaba de su mochila un brillo labial.

—Quizá no lo tenga —mencionó abriendo el envase y pasando la plumilla por sus suave labios para luego aplastarlos entre sí esparciendo el color sobre ellos—. ¿Quieres probar, papi?

—Quisiera —dijo con una mirada fuerte, pero con una leve sonrisa, su voz había regresado a ser oscura y Tae Hyung no podía estar más que fascinado—. Te verías lindo con mi polla en tu insolente boca, ¿sabes? —sonrió, aunque cambió su expresión, porque él no debía aparentar estar disfrutando tanto como lo hacía.

—Lo sé, pero has lastimado mis sentimientos, sabes lo que significa —dijo un poco inocente cuando el auto por fin aceleró.

—No quieras jugar a eso cariño, no vas a ganar.

—Desde aquí puedo oler tu desesperación —Jung Kook sonrió. Era verdad.

Hola!! Estoy segura que no es necesario aclararlo, pero igual lo haré.

Si TH no hubiera querido "ir a comer ramen" o no se sintiera cómodo con algo diría su palabra de seguridad ¿de acuerdo?, su personaje está acostumbrado a ese tipo de situaciones, porque recordemos que estuvo siete meses chateando de esa forma con él. Lo cual es diferente en persona como lo dijo, pero los dos personajes están bien porque no es un juego nuevo entre ellos y es consensuado.

JK no está enojado con TH en realidad, es parte de su papel como papi más o menos paciente, así como TH tiene el papel de no ser un good boy como él menciona y es evidente que espera que papi sea un poco o mucho rudo con él, lo cuál, repito, no habrá ningún tipo de abuso aquí, porque por obvias razones hay límites.

Lo aclaro por cualquier cosa c;💜

Si les incomoda la situación, lo más recomendable es que no sigan leyendo, porque así irá la temática de la historia 😌

Dejado todo claro. Buenas noches 💜Muchas gracias por leer🌈⭐Cuídense mucho💐
-: ✧ :-゜・.FairyWin

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