✨Capítulo Quince

Sus ojos chispeantes no apartaban su mirada de él, no ahora que lo único que traía sobre su hermoso cuerpo era un anillo de propiedad, pendientes lujosos y un fabuloso collar de mascota con su nombre digitado en piedras preciosas.

Jung Kook estaba maravillado por las hermosas vistas que ofrecía. Todo su cuerpo se complacía por el deseo de consumir lo que le pertenecía. Tae Hyung estaba decidido en poner a prueba los sentidos de su papi y como única meta romper cada uno de ellos.

El mayor se desnudaba como si el tiempo lo tuviera para siempre y aunque desesperado por joderlo debía demostrar su autocontrol, sabía perfecto que Tae Hyung estaba deseando corromperlo como el ángel caído que era.

El cinturón cayó por fin junto con las demás prendas inferiores, aún mantenía su camisa puesta. Sentía como hormigueaba su cuerpo por tocar y para ese punto no le interesaba cuanta ropa traía el mayor encima.

—Ten paciencia —dijo al soltar los botones de su camisa mientras su inquietante Osito tocaba su cuerpo sin permiso y se sonrojaba a su paso como si estuviera cometiendo una ilegalidad—. No te he dado permiso, déjalo.

—No me importa.

—No me hagas recoger el cinturón —vaciló con una sonrisa cuando se miraron a los ojos, Tae Hyung había reído emocionado mirando como todavía el de ojos verdes se mostraba sereno y autoritario. Dejó caer su camisa a un lado mientras se acercaba a su deseoso muchacho que aún con sus piernas abiertas lo recibió en un hambriento beso que no fue capaz de sobrellevar con los segundos, era tan intenso, tan duro, tan sucio, que solo podía regalarle pequeños gemidos entre sus bocas deseando que nunca se alejara.

—Detente —se las arregló para decir entre jadeos ahogados, todos los sentidos de Jung Kook chocaron entre sí ante la temblorosa voz de Tae Hyung, no era su palabra de seguridad y en ese momento una palabra como esa solo podría tener dos probabilidades. Jung Kook se había detenido aún agitado y sin apartar sus ojos de él, ¿había sido demasiado?—. Papi —murmuró con los ojos lloros—, detente —dijo más claro, pero esperaba una reacción que por su parte no llegó. Se mantuvo en silencio incluso cuando Tae Hyung lo acercó hasta besarlo con fuerza, aturdido siguió con el beso cogiéndolo fuerte de los costados hasta consumirlo—, papi... detente —gimió mientras su cuerpo se sacudía de placer bajo el fuerte cuerpo de Jung Kook que se presionaba contra el suyo mientras sus pollas estaban atrapadas entre ambos.

—¿Detenerme? —respondió sobre su cuello, su piel estaba caliente, quemaba, era una fascinación y ni siquiera habían comenzado—. ¿Eso es lo que quieres?, solo hay una palabra que puede hacer que me detenga y no la has dicho.

—Hum... —le oyó, y en ese momento levantó su mirada a él, estaba tan caliente y sonrojado que pudo entender por fin que Tae Hyung solo estaba jugando—, papi... —Jung Kook arqueó la ceja mientras lo miraba—, quiero que... —mantuvo silencio.

—¿Qué es lo que quieres? —preguntó más relajado al dejar besos sobre todo su pecho.

—Que... —cubrió un poco su rostro con la mano—, que seas duro... conmigo... —mencionó pausado sin usar las palabras que en realidad quería decir. Jung Kook sonrió un poco tratando de no parecer desesperado, pero estaba entendiendo que era lo que buscaba y deseaba cumplirlo.

—Lo que quieres es que te obligue, ¿es eso? —sus mejillas estallaron en calor cuando los posesivos ojos verdes se enfocaron sobre él—, ¿eso es lo que quieres? —Tae Hyung asintió perdido en su mirada sin poder distinguir la realidad de la fantasía que estaba viviendo—. Dilo, quiero oírlo ¿Quieres qué? —retó pellizcando uno de sus pezones mientras observaba la pasiva mirada de su novio que poco a poco se perdía en excitación.

—Que papi me obligue —mencionó cepillando su lengua por sus rosados labios aun sosteniendo la mirada a pesar estar avergonzado, pero lo deseaba como jamás había querido algo.

—Eso es cariño, cumpliré cada uno de tus jodidos caprichos —todo su cuerpo vibró, él retomó el beso con energía, Jung Kook trató de seguirlo, pero su Osito estaba dominando por completo toda su cordura. Sus manos lo tomaron fuerte para darse la vuelta sobre la cama cayendo a espaldas al colchón con Tae Hyung encima, fue como una explosión, el beso seguía intenso, fuerte, rudo y tan obsceno que su mente comenzó a nublarse.

Sujetó ambos miembros en sus manos mientras los acariciaba fuerte, dejando caer saliva entre ellos y tratando de respirar menos tosco como lo estaba haciendo. Jung Kook ocupó sus manos para explorar los duros muslos del muchacho hasta llegar a lo suave de sus nalgas, dándoles una pequeña palmada fuerte que lo hizo gemir. Ambos se miraron a los ojos entre jadeos, se habían dicho todo.

Se acercó una vez más a Jung Kook y en silencio le regaló un beso más calmado, un beso que llevó a los dos a solo acariciarse por un momento. Su mirada pasiva le estaba gritando que lo quería, que lo necesitaba, que lo anhelaba, como si lo amara.

¿Amarse?, siete meses sosteniendo un romance quizá lo hizo posible, y Jung Kook no era consciente hasta ahora que lo sentía, hasta ahora que lo tenía frente a él y sus ojitos celestes brillaban con algo especial en ellos.

Sus manos tomaron de su bello rostro antes de separarse en un beso que los unía apenas un transparente hilo de saliva. De su boca apetecible se había asomado la lengua que hizo romper lo que estaba uniéndose —Fóllame —dijo al humedecerse los labios, Jung Kook trató de regular su respiración, pero era imposible, Tae Hyung consumía todo de él, era como si capturase de su energía para sí mismo, ¿dominar?, lo haría, pero cumplir los caprichos de su Osito era una fantasía.

—Sobre tus rodillas —Tae Hyung no hizo nada por moverse, tan solo estaba ahí mirándolo con ese deseo desenfrenado con el que nadie lo había visto jamás—. Obedece —gruñó palmeando su trasero fuerte hasta que consiguió lo que quería. Dejando besos por la curva de su espada baja hasta llegar a sus hombros había sido un largo recorrido, pero cuando por fin sus dientes se clavaron en uno de ellos, la espera terminó.

Tirando de sus cabellos rizados logró hacerlo jadear con una fuerza que fue abrumadoramente caliente —Estoy siendo muy permisivo —utilizó una voz más profunda y relajada causada por la tormenta de placer que estaba sintiendo. Soltando su cabello y dejando caer su mano al cuello donde las piedras preciosas del collar se clavaron en su palma al apretar un poco fuerte para sí obligarlo a mirar hacia él—, he dejado que me uses, pero se acabó por ahora. No quiero jugar más —todo su cuerpo se contrajo de placer con tan solo una maldita oración. Sus nalgas se presionaron sin querer contra el miembro duro del mayor—. Serás una buena mascota, ¿entendido? —Tae Hyung asintió tratando de aguantar las ganas de correrse.

—Candy —murmuró sin aliento. Su cuerpo se estaba erizando en el jodido momento que Jung Kook beso su mejilla y se alejó. Ambas manos grandes empujaron con suavidad su espalda para dejar caer su cuerpo contra las sábanas y lo único que quedó en alto fue su trasero.

—No te muevas —advirtió antes de levantarse de la cama y buscar en la mesita de noche una caja con preservativos. Tae Hyung parecía que iba a desafiarlo moviéndose apenas de la cama, pero fue atrapado en el intento—. Desobedece ¡Vamos! —su cuerpo se tensó, pero regresó a su lugar—. ¿Quieres hacerme enojar?, hazlo. Veamos de lo que ser capaz —su voz sonaba oscura y eso lo hizo erizar de placer mientras se mantenía en su lugar—, ¿tienes miedo? Estoy esperando —Tae Hyung se había reído para sí mismo incapaz de poder hacerlo, quería, pero algo más fuerte lo hacía mantenerse inmóvil—. Cielos, eres muy malcriado, eso no está bien, quieres hacerme enojar, ¿y para qué?, ¿qué ganas tú? —lamió sus labios sonrojándose al sentir a Jung Kook casi sobre él de nuevo. Sus nalgas resonaron antes los dos azotes que se ganó, gimió desvergonzado al apretar las sábanas de la cama.

—Detente.

—No, ¿es lo que querías?, hacerme enojar, ahí lo tienes —volvió azotar su apenas rojiza nalga—. No quiero reclamos, ¿bien cariño?, sé un buen chico para mí ¿Puedes hacerlo? —asintió—. Dilo Tae Hyung —un fuerte choque eléctrico burbujeó en sus testículos.

—Seré un buen chico...

—Eso es —jadeó lamiéndose los labios antes de tomar ambas mejillas traseras y separarlas—. Repítelo hasta que te lo creas. Quiero oírte.

—Seré un buen... —gimió apretando las sábanas más fuertes—, voy a ser un buen chico... mierda... —gimoteó empujándose contra la lengua que jugaba en su apretado nudo. Repitiendo una y otra vez la frase más falsa que había dicho jamás se retorcía por mantenerse.

Sus dedos habían ocupado el mando ahora, apenas buscando ese punto dulce hasta encontrarlo. Su excitación se elevó hasta las nubes. Un enorme calor abrumó todo su cuerpo hasta correrse, tan solo eran dedos, pero su estabilidad estaba vagando entre su mente, no cuando Jung Kook lo preparaba de esa forma tan mortificante.

—No te di permiso de correrte —jadeó el mayor torciendo sus dedos y tratando de no perder la razón ante el abrumador placer que sentía de ver a su Osito sin control ninguno sobre su propio cuerpo—, te has comportado tan mal hoy.

—No puedo más... —jadeó arqueándose—, te necesito ahora.

—¿Y crees ser merecedor? No después de como me has hecho enojar.

—Te lo suplico... papi, por favor.

—¿Ya no quieres ser obligado? —preguntó con una pizca de burla en su voz, su maldito ego estaba en las nubes, iba a consumirlo como lo merecía.

—No... sí... no lo sé —sus fosas nasales se ensancharon. Liberó sus dedos dejándolo respirar un par de segundos—. Quiero montarte.

—Úsame —sonrió antes de besar una de sus mejillas rojas por los azotes—, pero debes ganarlo, y eso no lo has hecho —se dejó caer de espaldas al colchón recibiendo al mayor entre sus piernas. Besando sus labios, jugando por su cuello y lamiendo su pecho hizo que su miembro comenzará a endurecerse otra vez.

—Seré bueno, lo prometo.

—Demuéstralo —se recostó a su lado y como si existiera la jodida telepatía Tae Hyung supo qué hacer. Metió el miembro del mayor a su suave boca como si fuera la mejor de las delicias. Jung Kook jadeó, su cuerpo se tensó fuerte ante la cálida sensación de esa hermosa boca caprichosa cubriéndolo—. Cariño —gimió acariciándole los cabellos, pero con los minutos se volvió más duro e insistente, intentó no follar esa atrevida boca, que le hacía vibrar con cada gemido del muchacho sobre su miembro—. Es suficiente, red —Tae Hyung se apartó tratando de recuperar el aliento, pero Jung Kook lo atacó en un beso fuerte mientras lo atraía a su cuerpo—. Es tuyo, encárgate —jadeó al entregarle el paquetito del preservativo.

Con sus dedos temblorosos por la excitación abrió el envoltorio colocando el preservativo sobre el hambriento miembro del mayor. Le ayudó a sostenerlo para que pudiera ocupar un lugar y cada jodido segundo que se ajustaba a su cuerpo se sentía de maravilla —Papi... —había gemido al quedarse quieto esperando una respuesta.

—Candy, cariño —mencionó acariciando sus muslos. Tae Hyung comenzó a follarse con el miembro de su novio. Ambos maldecían ante su intensidad, las traviesas manos del mayor apretaron las erectas protuberancias que se formaban en su pecho mientras lo sentía empujar duro una y otra vez sin descanso, pero con el tiempo sus lágrimas comenzaron a salir y su energía a reducirse.

—Papi por favor —gimió sonrojado al detenerse. Jung Kook lo atrajo a su cuerpo y sin separarse Tae Hyung logró acostarse en el colchón con Jung Kook empujando fuerte sobre él, trató de sostenerse a los barrotes de la cama, pero no fue necesario, el mayor había tomado con su mano ambas manos del menor mientras empujaba más rápido. Sus gemidos se tornaban salvajes, más fuertes y desesperantes, poseyendo con cada perforación en su interior.

Sus lágrimas no dejaban de salir, estaba tan mojado en todos los sitios correctos y el corazón apunto de estallar. Arqueó la espalda entre lloros de placer, Jung Kook sostenía sus manos fuertes mientras su mente se nublaba al recibir su orgasmo. Los ojos de Tae Hyung se tornaron en blanco casi gritando en placer, el vientre de Jung Kook se llenó de gotas igual que una flor recién rociada.

Jung Kook se había corrido minutos después apreciando el desastre sexual que había debajo suyo. El muchacho lo abrazó con cariño cuando sus manos fueron liberadas y besándose cariñosamente antes de recuperar el aliento, sus corazones latían veloces compitiendo incluso por cual estaba más enloquecido por el otro.

Muchas gracias por leer ❤❤
-: ✧ :-゜・.FairyWin

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