✨Capítulo Dos
Su reflejo en el espejo se veía asustado —¡Cálmate ya! —se dijo a sí mismo. Lunes por la mañana y necesitaba regresar a su escritorio, pero sus piernas no querían moverse de ahí—. No podré hacer esto —inhaló y exhaló—. Todo está bien, solo es el señor Jeon, puedo con esto —tomó un respiro antes de salir del baño para caballeros, pero cuando cruzó mirada con su jefe en el pasillo supo que no, que nada estaba bien—. Buen día señor Jeon—dijo con prisa antes de huir.
—Tae, espera por favor —el nombrado se quedó estático aún de espaldas, ¿era buena idea mirarlo? No era capaz de sacar de su cabeza todo lo que conversaron por siete meses, él incluso mantuvo conversaciones calientes mientras estaba trabajando, y la oficina de Jeon Jung Kook estaba a nada de su escritorio ¿Cómo vivir con ello?—. Hablemos.
—Señor Jeon... —balbuceó al darse la vuelta y encontrar al mayor a tan solo centímetros suyo. Su corazón se aceleró tanto que creyó que estaba por morir en ese jodido instante. Jadeó con vergüenza por la radiante cercanía de sus cuerpos en un prohibido pasillo. Jung Kook era todo lo que fantaseaba, todo lo que quería y necesitaba.
—Por favor —extendió su mano deseando tocarlo, y Tae Hyung quería tomarla, pero no pudo—, Tae —insistió con la mirada triste y sabiendo que él menor no estaba seguro de lo que debía hacer, pero él sintió al tomar la mano del mayor. Sus miradas se hallaron cálidas y en silencio caminaron hasta la oficina de Jeon. Sería valiente, pero aceptar que su asistente podía rechazarlo era doloroso, no quería perder a Tae Hyung en ningún sentido.
Cuando entró a trabajar para él sin duda lo sacaba de sus casillas, los primeros meses fueron difíciles e incluso consideró despedirlo en su segundo día de trabajo, pero Se Hun, su perfecto hermano menor le había dicho algo sabio:
"Kook, el muchacho tiene buenas referencias, es decir, viene de parte de Min Yoon Gi, ¿crees que el señor Min acepta perfiles mediocres? Además, no me hagas hablar de que te tomó casi un jodido año aceptar a un asistente. Has dicho que no a todos los candidatos que envió recursos humanos, si despides a Tae Hyung, nadie soportará tu culo y te llevará otro maldito año el proceso de contratación, por el bien de todos. Dale una jodida oportunidad".
Jung Kook cerró las puertas a sus espaldas. Un leve brinco de susto afectó a Tae Hyung que estaba tan alerta que podía verse exagerado, pero su cuerpo temblaba. Estaban a solas, nadie vería lo jodido que estaba por el mayor, nadie vería el jodido hecho de que deseaba arrancarle su traje costoso y besarlo tan profundo como pudiese.
Sus ojos se encontraron melancólicos y hubo un cálido silencio que hizo a Tae Hyung cerrar los ojos necesitando el toque que llegó después. Las manos de Jung Kook estaban calientes, eran pesadas y grandes, había tomado su rostro con un amor profundo y sentía la cercanía de su cuerpo con el suyo de segundo a segundo.
—No he dejado de pensar en ti —había confesado en un susurro coqueto que había hecho a su corazón emocionarse, el solo hecho de saber que se había desvelado por pensar en él era jodidamente caliente—. Necesito que arreglemos esto, no puedo seguir con el hecho de que quiero tenerte contra mi escritorio justo ahora —Tae Hyung jadeó borracho de lujuria. Sus ojos se miraban celosos, pero sabía que decir para obtener toda su atención—. Te quiero aquí, conmigo —murmuró acariciando su rostro cada vez más cerca logrando que Tae Hyung se embriagara más de su cálido aliento y la sensación placentera de ser lo que papi quería—. No puedes renunciar, me voy a volver loco si te vas.
—Tampoco quiero irme, pero no estoy... seguro de que sea mejor, aunque lo desee —su piel hormigueaba con las caricias que bajan a su espalda baja. Su concentración había cogido maletas, solo podía pensar en el hombre que deseaba tenerlo contra el escritorio.
—Solo dime por qué no quieres intentarlo —su aliento acarició su terso cuello, la respiración era tranquila, no como el corazón de Tae Hyung que se mantenía luchando para seguir latiendo. El silenció volvió a jugar un papel importante, así que aprovechó para decir lo que estaba guardando—. ¿Sabes por qué instalé Pied Piper? —negó aún entre sus brazos, sonrojado y anhelando que jamás lo suelte—, porque no dejaba de pensar en ti, porque sabía que no podía arriesgar mi profesionalismo con lo que verdaderamente siento cada vez que te veo. Porque no quiero casarme con Jennie ni con ninguna otra persona —había reído despacio al rozar su nariz en la tersa piel de su cuello—, y por un momento creí que lo había conseguido, te había sacado de mi cabeza por Osito Tae Tae, ahora estaba listo para darme una oportunidad —el menor apretó con sus puños el traje del mayor al jadear, un pequeño beso lo había sorprendido cerca de su mentón—, pero el destino sigue empujándome a ti, ya no puede ser coincidencia —sus labios lo habían encontrado primero fuerte y decidido, su cuerpo y el suyo encontraron química al instante que se rozaron, las caricias le habían susurrado que era solo suyo.
Los siete meses pasaron en su mente como un largometraje que sin duda quería seguir repitiendo, pero estaba seguro que sería un enorme problema. Jung Kook tenía planes de casarse, no estaba prometido, pero sabía que el padre quería a la señorita Jennie como su esposa, no a él.
—No podemos hacer esto —jadeó al romper el beso, Jung Kook lo tomó por las mejillas volviéndolo a besar con suavidad.
—Aún no me has dicho el motivo por el cual no puede ser, todo lo que he recibido de ti es que me deseas —había acercado su rostro volviendolo a besar y Tae Hyung no quería que dejara de hacerlo, no quería decir todos los motivos por los cuales no era buena idea. El golpeteo de la puerta hizo a Tae Hyung romper el beso que lo estaba llevando agitado y sonrojado, se apartó del mayor—. Estoy ocupado —gruñó al ignorar el hecho de que estaba trabajando, pero el menor se apresuró y abrió la puerta encontrándose con el perfecto rostro de Jeon Se Hun.
—¡Buenos días! —sonrió entrando a la oficina—. No te veo haciendo nada, dudo que estés ocupado. He traído esto y es importante revisarlo —mencionó entregandole una carpeta que traía en sus manos.
—Señor Jeon, iré a traer su café —Jung Kook se le había quedado mirando con extrañeza, ¿en serio había sido rechazado?, pero la voz de su hermano lo distrajo, aunque él tampoco estaba muy concentrado, estaba tratando de entender que Tae Hyung estaba fingiendo frente a Se Hun que no había sucedido nada entre ellos.
El muchacho había salido de la oficina. Necesitaba huir, porque no podía encontrar su equilibrio después de probar los labios del señor Jeon, estaba tan jodido, ¿cómo iba aceptar esa locura?, era imposible, el pronóstico estaba en su contra.
Había regresado a la oficina tiempo después, Jung Kook estaba en su escritorio con la misma carpeta que Se Hun le dio y con varias hojas escritas de su propia letra.
—Su café señor —Jung Kook asintió sin mirarlo, no iba hacerlo, eso dolía más. Estaba apunto de irse, pero las cejas de su jefe se hicieron notar.
—Tae Hyung-ah, ¿qué es este café?, no está descafeinado.
—Señor, lo siento...
—No eres nuevo, sabes hacer tu trabajo —Tae Hyung tragó fuerte, ¿quién era el mandón, su padre?, bueno, no estaba muy lejos, era Daddy RJ—. Continúa trabajando, por favor —asintió antes de irse de la oficina hasta su escritorio que se ubicaba a unos pasos de la puerta. Resopló tomando asiento frente al monitor. Trabajar con Jeon Jung Kook era muy complicado, pero ahora era quince mil veces más difícil ¿Se había dado cuenta de su obvio rechazo?, ahora estaba claro.
—Tae-ah —levantó su mirada, ni siquiera escuchó los pasos—. Dile a mi hermano que lo estoy esperando, por favor.
—Señor Se Hun... págueme la terapia —el hombre se había reído como todo un seductor y le sonrió ¿Quién iba a conocer mejor el dolor de culo que era su hermano mayor?, entendía al pobre muchacho, aunque estaba lejos de sospechar la verdad que había entre ellos.
Sabía que todo era más difícil desde que se estaban llevando el nuevo proyecto entre Epiphany Paradise y Kore Play, eso mantenía a Jeon como un verdadero demonio, Jung Kook odiaba fracasar.
Tae Hyung caminó por el pasillo hasta la puerta de la oficina, podría haber utilizado el teléfono, por supuesto, pero el señor prefería que fuera personalmente, o eso fue lo que dijo hace meses. Todo era tan confuso ahora que habían confesado sus sentimientos. Esperó que el mayor diera orden para entrar.
—Señor Jeon, el señor Se Hun espera por usted —Jung Kook levantó su mirada y esa mirada singular no era algo bueno.
—Dile que pase, necesito hablar con él antes de ir a la reunión —asintió antes de regresar con Se Hun y tuvo que jadear otra vez cuando el hombre lo dejó solo.
¿Cómo le explicaría a su corazón que debía fingir que su papi nunca existió?, la barrera estaba entre papi y su jefe, dos hombres que tenía que ver distinto, aprender a diferenciarlos, porque lo único que saldría de todo eso si no lo conseguía era un corazón roto.
El día había sido tan pesado que sentía haber trabajado toda una semana. El nuevo proyecto tenía a todos muy ocupados y su trabajo era quizá el más complejo, aguantar a su jefe todo el día.
Jung Kook había salido desde hace tres horas con Se Hun a una reunión, pero Tae Hyung debía quedarse en la oficina a causa de que su jefe esperaba una llamada importante y debía resumir todo para Jeon. Por lo general como su asistente debía viajar con Jeon a todas las reuniones o eventos.
—¡Hola Tae! —exclamó una bonita muchacha rubia—. ¿Por qué estás aquí en la hora de almuerzo? —Tae Hyung sonrió.
—Espero una llamada importante para el señor Kim. Me ha tocado almorzar en el escritorio —ella ladeó su cabeza con una media sonrisa.
—Pobre de ti, el señor Kim te explota todo el tiempo y siempre te dejas —vaciló, pero nunca había conocido a una persona tan dedicada a lo suyo como él.
—¿Qué puedo decir?, él me da de comer —vaciló.
En realidad estaba ahí porque quería. No ir a la reunión con Kim por esperar una llamada no significaba almorzar en su escritorio por hacerlo, fue su completa decisión almorzar en su cubículo para estar atento a la llamada.
—Comeré aquí contigo —sonrió—, para ser honesta eres al único que le hablo, aún no me acostumbro al movimiento de la empresa.
—Te entiendo, llevo tres años aquí y de los mil quinientos empleados que hay solo conozco a diez —dijo al sonreír.
La señorita Kim Yong Sun se había sentado en la silla frente al escritorio del menor para comer juntos. La mujer es la nueva asistente ejecutiva de Jeon Se Hun. Había una parte exclusiva del edificio para los cabecillas de la empresa y sus asistentes, por lo tanto, la señorita Sun era su única compañera del departamento además de los hermanos Jeon. En realidad faltaría contar al vicepresidente de Kore Play, Jeon Tae Min, pero el muchacho dejó su cargo para enfocarse en su carrera musical hace muchos años.
El proyecto del cual están trabajando era muy importante, por primera vez en la historia de ambas compañías era una colaboración entre ellas. Después del último fracaso de la cadena de Hoteles, Jung Kook se había levantado del fango con inspiración y había comenzado un plan de negocios donde incluyera a las dos empresas.
La desarrolladora Kore Play siempre había sido dirigida por Jung Kook, es el vicepresidente, incluso cuando Se Hun tomó el cargo de director porque le pertenecía por derechos, siguió con el manejo, pero para el menor estaba lejos de ser lo que quería para su vida.
Jung Kook había regresado al edificio después de dos horas. Aunque no quisiera, lo primero que vio al llegar fue al menor, el ascensor quedaba en dirección a su escritorio en una considerable distancia, a la derecha de los baños y a la izquierda la oficina de Se Hun y Tae Min.
—Señor Jeon —le detuvo con su dulce voz—, el señor Davis ya se comunicó, le he enviado a su correo el resúmen de la conversación, por favor revíselo pronto, desea que se comunique con él lo antes posible y que sea usted quién atienda está vez —asintió antes de seguir su camino ¿Estaba comportándose como el auténtico señor Jeon Jung Kook?, Tae Hyung lo siguió y de eso se dio cuenta.
—¿Necesitas decirme algo más Tae-ah?
—Era... era lo mejor... no voy a renunciar si mantenemos todo como... olvidado.
—Lo entiendo. Regresa a tu puesto —asintió. Había regresado a su escritorio con el corazón hecho pedacitos.
Jung Kook había jadeado al encontrarse solo en su oficina, pero era un adulto, tenía que pensar en lo que era conveniente y sin duda necesitaba a Tae Hyung como su asistente. Sabía todo lo necesario para equilibrarse con él, lo adoraba como trabajador, ¿dónde encontraría alguien tan eficiente como él en un momento tan crítico como el que se enfrentaba?, podría soportarlo ¿cierto?
Había eliminado su perfil de Pied Piper. Se sentía como una ruptura. Había estado tan relajado y alegre desde que su sugar baby había aparecido en su vida, estaba acostumbrado a conversar con Osito Tae Tae día y noche, ¿a quién le diría que se cuidara?, ¿a quién le diría buenas noches y buenos días?, ¿a quién iba a consentir ahora?
Había esperado tono con bastante calma, tenía mil llamadas perdidas de Hye Jin y Ji Min, sus mejores amigos, pero no había querido hablar con ninguno de ellos sobre todo lo que había pasado.
—¡Imbécil! —vociferó Hye Jin una vez que respondió—, ¿Por qué me ignoraste?, ¿cómo te fue con el chico?
—Llamaré a Ji Min también, dame un segundo —buscó el contacto de su mejor amigo para poderlo incluir a la llamada.
—¡Kook! —exclamó Ji Min cuando contestó.
—Sí también los quiero.
—Kook, ¿qué carajo?, ¿por qué no nos has dicho nada? —se había quejado Hye Jin. Contar lo que había sucedido era un poco dramático, pero ellos lo entenderían, sus jodidas vidas eran un drama.
—Tienes que estar jugando... —mencionó Ji Min, él había escogido una vestimenta azul chispeante junto a sus mejores joyas, incluso le había peinado, estaba seguro que le quitó al menos cuatro años de encima, porque era obvio que Jung Kook no tenía gusto por la moda como él o Hye, quería hacer lucir increíble a su amigo.
—¡Estabas tan ilusionado con el chico! —gruñó Hye Jin.
Había sido todo por el momento. Su proyecto debía ser su prioridad ahora.
Muchas gracias por leer.
Confíen en mí 🥰❤
-: ✧ :-゜・.FairyWin
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