Yoon Gi se cruzó de brazos mirando a Tae Hyung con los ojos llorosos y bastante molesto como para tranquilizarse —¿Ya vas a querer decirme? —lo vio asintiendo—. ¿Qué fue lo que pasó?

—Se lo conté... le dije que era huérfano. No le conté sobre nosotros... solo le dije esa parte de mí que no se la digo a nadie y él... ¡Carajo! Me tomó como su obra de caridad. Dijo frente a su familia —suspiró—. Que ha comprado Kore Play para mí, ¿puedes creer esa locura? —Min alzó las cejas al igual que se quedó boquiabierto—. Les ha dicho que me hará director ejecutivo, el señor Sin Han está en el hospital por un ataque al corazón después de las noticias, aunque ya está mejor... todo fue un caos... nunca voy a ser aceptado en su familia. Estoy tan enojado... ¿por qué no consultarlo conmigo antes?, ni siquiera estaba enterado de esto, nunca lo mencionó.

—Es muy apresurado... aunque creo que lo ha dicho porque eres su pareja, supongo que él se ve en una relación seria contigo en donde puede considerar lo suyo como tuyo —mantuvo silencio considerando las palabras del mayor, pero tan solo eso lo hicieron derramar un par de lágrimas, no lo había visualizado de esa manera—. Oh, ven aquí cariño —Tae Hyung se levantó de la silla para refugiarse entre sus brazos—. Creo que esa fue la intención. Tú bien sabes que tienes acciones de MYG Entertainment a tu poder... y no te lo di por obra de caridad, te las di para que estés protegido, porque te amo como un hijo ¿Te ha dado una explicación del por qué lo hizo?

—Quizá fui muy explosivo... y no me quedé a escucharlo. Igual no podía quedarme, no quería incomodar más...

—Habla con él, y toma una decisión madura, por favor —sus manos le acariciaban la espalda para regalarle consuelo—. No me gusta verte tan ofuscado, lloroso, triste... por favor, reconsidera todo y espera que te dé una explicación, ahí ya podrás hacer valoraciones.

—Supongo —bufó con un pequeño puchero. Min lo tomó del rostro dejando un besito sobre su frente, pero la puerta fue abierta de golpe.

—Cielos, no sabía que... —se detuvo de hablar cuando Tae Hyung se volteó a su dirección—. Tae... ¿Qué haces aquí? —cuestionó con el ceño fruncido y los brazos cruzados.

—Señor Min... una disculpa. No lo pude detener —mencionó Rose detrás de Park Ji Min.

—Yo... me tengo que ir —le dijo a Yoon Gi antes de huir. No le contestó a Ji Min y eso lo molestó. Iba a detenerlo, pero Min lo detuvo antes.

—Entra —mencionó tomando el brazo del rubio, miró a Rose que se hallaba confundida. Kim Tae Hyung frecuentaba la oficina de su jefe desde que trabajaba ahí, era normal para ella, pero la cara de Ji Min sin duda no lo era—. Está bien, Rose continúa trabajando —ella asintió mirando como cerraban la puerta—. No quiero que menciones nada de lo que crees que viste.

—Si crees que voy a cubrir sus mierdas te equivocaste, ¿no sabes que él tiene pareja?

—Por supuesto lo sé, y por eso tú no dirás nada de lo que crees que viste. Además, aquí no mandas tú, esta es mi oficina no puedes entrar cuando quieras y antes de interrumpir toca la jodida puerta.

—Fue mi error, pero no creí que... —sus ojos se quedaron fijos a Min—, que estabas con alguien... —su mirada bajó, pero la mano grande del mayor acarició su mejilla obligándolo a verlo a los ojos.

—Entre él y yo no hay absolutamente nada.

—No importa... nuestro contrato dice que cada uno puede estar con otras personas... no tengo derecho a molestarme, pero es el jodido novio de mi mejor amigo...

—Ji Min, hablo de verdad. Tae Hyung es más que mi amigo, lo quiero como a un hijo, lo conozco desde siempre —su mirada cambió ligeramente—. No tienes que preocuparte entre él y yo nunca existirá nada romántico, en cambio contigo —su pulgar acariciaba el regordete labio del rubio que cerraba los ojos antes las caricias que sentía con la mano suelta de Min—, contigo no puede ser otra cosa que esa.

—Yoon Gi... —murmuró mientras sus labios se tocaban despacio—. Confío en ti...

—No lo digas con duda, eso no es confiar —Ji Mi lo besó despacio mientras Yoon Gi subía ambas manos hasta su rostro—. Hay cosas que es mejor mantenerlas en secreto, cuando sea el momento voy a contártelo, serás el primero en saberlo, ¿bien?, por ahora no hagas preguntas que no puedo responder.

—¿Me quieres a mí...? —Min volvió a besarlo—. ¿Eso lo puedes responder?

—Por supuesto. Te quiero a ti —su cuerpo vibró ante los besos que bajaban por su cuello, ladeando la cabeza para permitir más intimidad, sus miembros rozándose, arqueando la espalda con cada movimiento. Gimiendo despacio—. Shh —mordió la tierna piel de su cuello.

—Papi... —Min sonrió—. No puedo evitarlo...

—Trata, porque me volveré loco si continúas así—sus brazos lo rodearon por el cuello cuando ambas bocas se volvieron a encontrar.

Min estaba convencido de una cosa, Park Ji Min era una preciosidad de persona, su forma de ser tan genuina, creativa, amable, dedicada, divertida e intensa fue lo que hizo fijarse en él en un primer lugar, pero su hermosa apariencia física era la cereza en el pastel. Lo había cautivado con su explosiva personalidad y dulce forma de ser, desde el inicio fue claro con sus gustos acerca del juego "Daddy", algo que había oído, pero nunca había intentado, pero por él lo hizo.

Tae Hyung había dado un par de vueltas antes de llegar a la casa de Jung Kook. Había recibido mensajes de Yoon Gi diciéndo que había convencido a Ji Min para no decir nada de lo que sucedió, aunque seguía sin entender qué estaba haciendo en la agencia, Min Yoon Gi siempre ocultaba cosas.

Cuando entró pudo notar que Jung Kook no estaba, imaginaba que aún estaba en el hospital o que había vuelto al trabajo, no había querido hablar con él y el mayor tampoco le había escrito. Se encerró en su dormitorio para poder trabajar desde su celular de la empresa, había muchos correos que revisar, mensajes que responder y llamadas que devolver, pero el sonido de la puerta lo distrajo. Abrió la puerta encontrándose con la señora Kimura del otro lado.

—Señor Tae Hyung, el señor Jeon lo solicita en la oficina —él asintió antes de salir del dormitorio. Llegando al lugar, tocó la puerta esperando la voz de Jung Kook, pero la puerta se abrió dando con él. Se hizo a un lado para que pasara.

—Necesitamos hablar.

—Te escucho...

—Puedes sentarte —dio media vuelta para ocupar un lugar sobre su silla, mientras Tae Hyung se sentó en la silla del frente—. No quiero que me desafíes así.

—No me dejaste alternativa, jugaste a mis espaldas...

—No ha sido lástima, mucho menos caridad. Él único motivo por el que quise regalarte Kore Play fue porque quería tenerte como socio, te lo había dicho, quizá no me expresé bien cuando te lo propuse, tal vez creí que lo consideraste por nuestra relación. Quiero que seas director para que puedas tomar pronto el cargo como CEO, si quieres comprarla bien, lo acepto... lamento no haberme explicado mejor.

—Yo debí dejar que te explicaras mejor. Lo siento.

—Bien, esto es un enorme progreso. Tienes tiempo para tomar una decisión.

—La he tomado. No quiero ser CEO de Kore Play, voy a cumplir mi cargo como director ejecutivo, voy a tomar las decisiones que crea correctas, pero no como dueño.

—Supongo que está bien por ahora. Estaré buscando compradores para Kore Play, porque tampoco quiero hacerme cargo directamente.

—Pero si haces eso...

—Lo sé, pero no voy a desgastarme, al menos no por eso, lo mío es Epiphany Paradise... pronto cumpliré cuarenta, simplemente no quiero responsabilizarme de ello.

—Entonces lo voy a reconsiderar... pero por ahora he tomado una decisión.

—Y yo la mía, si no aceptas el cargo, voy a vender Kore Play —Tae Hyung bajó su mirada aún pensando que debía hacer—. Eso es todo —volteó a mirar a Jung Kook, pero este estaba mirando el monitor sobre el escritorio.

—Papi... —el mayor apartó su mirada de la pantalla para mirarlo a él—. No tuvimos nuestra segunda cita...

—¿Quieres salir está noche? —Tae Hyung sonrió asintiendo al ver su mirada más relajada—. Terminaré con un asunto pendiente y después nos iremos —asintió levantándose de la silla mientras se acercaba al mayor, este palmeó su pierna para que tomara asiento sobre él—. Estamos bien, cariño —el menor lo abrazó por la nuca escondiendo su rostro entre la curva de su cuello—. Ve a cambiarte. Nos iremos dentro de dos horas —ambos se voltearon a mirar y sin decir nada más, sus labios se tocaron en un suave beso de reconciliación.

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