Seok Woo intentaba mirar a sus hijos a los ojos, pero no podía hacerlo, habían pasado tantos años que hace mucho tiempo dejó de pensar en que este momento podría pasar. La habitación estaba silenciosa, las miradas confusas y disgustadas de sus hijos lo estaban matando en vida —¿Qué es lo que saben? —preguntó mirando hacia Jung Kook.

—¡Tú lo sabes! —exclamó Tae Min—. Qué uno de nosotros es medio hermano de Yoon Gi y que Jung Kook no es hijo de Hye Rin —Seok Woo miró a su hijo mayor con sorpresa.

—¿Quién te ha dicho eso, Jung Kook?

—Ella misma me lo dijo, pero en realidad como lo sé no es lo que importa. Hoy vamos a aclarar todo, papá —vieron al mayor llevarse la mano hasta la cabeza—. Y por lo que veo es verdad... mierda, ¿quién se supone que es mi madre?, ¿al menos soy tu hijo?

—Lo eres... Jung Kook... tú eres mi hijo.

—Papá... ¿soy hijo de Yoo Na? —preguntó Tae Min con sus ojos cristalizados. Seok Woo estaba abrumado, tantos secretos que estuvo callando, y debía decirlos uno por uno—. ¡Responde, mierda! —gritó con rabia—. ¡Follé con Yoon Gi!, maldita sea... si lo hubiera sabido, él tampoco lo sabía... Jung Kook le hizo creer que su hermano era Se Hun, porque él creyó que así era, pero, ¿es así? —limpió sus lágrimas con fuerza—. ¡¿Por qué nunca tuviste los huevos para decirnos la verdad?!

—¡Lo hice para protegerlos! —gritó herido, sus lágrimas comenzaron a salir delicadas, pero dolorosas como quemarse vivo—. ¿Cómo iba a saber que te acostabas con él? ¡Es el medio hermano de Se Hun! —gritó sin pensar, aunque al darse cuenta de sus palabras fue demasiado tarde para intervenir. Jung Kook y Tae Min miraron a su hermano. Su mirada cambió de estar dolida a sorprendida, sus ojos se cristalizaron a los segundos y su respiración se volvió agitada junto a su llanto que aumentaba.

—Se Hun, cariño —dijo Jung Kook al tomarlo entre sus brazos—. Respira, despacio —Tae Min dejó salir sus lágrimas sin detenerlas. Él no era hijo de Yoo Na, no es el medio hermano de Yoon Gi, podía quitarse ese sentimiento de culpa y asco.

—Mierda Seok Woo... —gruñó Jung Kook abrazando a su hermano que lloraba desconsolado. Ahora para él nada tenía sentido. Todos los recuerdos de su madre eran mayormente felices, era consciente que la mujer que creía su madre, Hye Rin, lo consentía más que a sus hermanos, por ello mismo Jung Kook había relacionado que quizá Tae Min era el hijo de Yoo Na—. ¡¿Soy hijo de Yoo Na también?!, ¡¿también arruinarás mi vida?! —Seok Woo apartó su mirada—. ¡Vete a la mierda! —gritó acercándose a su padre quién no se movió cuando su hijo lo tomó de los brazos con fuerza—. ¡Arruinaste mi vida!, ¡si soy hijo de esa mujer significa que soy medio hermano de Tae Hyung! —lo zarandeaba con fuerza, sus lágrimas bajaban calientes, dolorosas, no estaban sus sentidos conectados—. ¡Es hijo de Dong Hae!, maldita sea... —Seok Woo lo tomó con fuerza hasta pegarlo a su cuerpo, su agarré nunca se soltó, quería matarlo ahí mismo, fueron demasiados años en silencio, no podía salir con algo como eso.

—Todo lo que hice contigo fue para protegerte Jung Kook... para mí fuiste todo... todo lo que necesité... por ti sacrifiqué mi vida... tan solo para sentir que ella aún estaba conmigo, verte me hacía sentir que todavía estaba aquí... te necesitaba conmigo... —Jung Kook lo miró a los ojos—. Hablo de Yu Ji... —Jung Kook lo empujó, pero Se Hun se había metido entre ellos tomando a su hermano del brazo.

—¡Jung Kook! —insistió al tomarlo con fuerza para separarlos.

—Mierda... —balbuceó Tae Min. Recordaba el día que Jackson apareció en sus vidas, su padre les había dicho que ese muchacho era hijo de la hermana de Hye Rin, Yu Ji, pero nunca quiso hablar de ella con detalle—. ¿Es tu maldito fetiche meterte en relaciones?, mierda, él nació después de Jackson, ¿o ahora nos dirás que Jackson no es hijo de Jian y Yu Ji...?

—Yo... estuve con ella mientras estaba casada y ya tenían a Jackson... ¡por eso mismo me llevé a Jung Kook y a Hye Rin!, él podía matarlos...

—No confío en nada de lo que dices... —mencionó Jung Kook—. Suéltame —Se Hun se había rehusado, pero Jung Kook se soltó del débil agarre del menor—. No puedo decir que me decepcionas... toda la vida lo has hecho, desde ese jodido día que los encontré juntos... desde el maldito segundo que me tuve que hacer cargo de mis hermanos... porque siempre has sido un maldito cobarde... Espero y te vayas al infierno —Se Hun y Tae Min se miraron cuando Jung Kook dejó la habitación. Tae Min quiso seguirlo, pero la voz de su padre lo detuvo.

—No hemos terminado, Tae Min...

—¿A qué te refieres...? —preguntó alterado—. Ya terminamos... Jackson y Jung Kook son medios hermanos, Se Hun y Yoon Gi también, ¿yo qué?, ¡¿qué mierda me tienes que decir ahora?!

—Hye Rin es tu madre, pero... yo... yo no soy tu papá... —Se Hun lo miró con sorpresa.

—¿Cómo que no eres mi padre?, ¡¿Entonces qué mierda soy de ustedes?! —gritó—. ¿Eres solo mi maldito tío?, ¿Ellos no son mis hermanos, solo mis primos? —Tae Min se había balanceado contra Seok Woo, lo cual Se Hun actuó rápido para detenerlo. Jung Kook tenía más autocontrol que el menor—. ¡Toda mi vida ha sido una mentira de mierda! —gritaba entre lágrimas, lo había zarandeado suficiente antes de que Se Hun los separaba, Seok Woo se había caído ante la fuerza del menor, sin embargo nunca lo golpeó—. ¡Suéltame! —Se Hun lo abrazó fuerte para no dejarlo ir, Seok Woo se trataba de levantar, pero ninguno de ellos le ayudó—. ¡Quiero irme, suéltame!

—¡No puedes irte tan alterado!

—¡Está afuera esperándome...! —Se Hun lo soltó y no tardó un segundo en salir corriendo.

—Hijo... —Se Hun le ayudó a levantarse al darse cuenta del estado de su padre—. Lo siento mucho.

—Yo... puedo perdonarte... pero... no es ahora... tienes que entenderme... —se alejó despacio, su cuerpo temblaba como para reaccionar, solo quería irse de ahí. Seok Woo se miró solo en la habitación, ahora estaba solo.

Shin Han miró a su hijo entrar al dormitorio. Sabía perfecto lo que había pasado, los gritos habían llegado hasta su habitación, pero no iba a meterse, no esta vez, eran asuntos que ya no le correspondía, sin embargo, no dejaba de doler —Te tomó más de cuarenta años esta mentira —mencionó con su mirada fija en él—. Un golpe no es suficiente para el dolor que les causaste con tus malas decisiones, nunca has hecho nada bien por ellos.

—Todo lo que tienen es gracias a mí.

—A un costo que valió más que todo lo que tienen. Nunca lo entendiste Seok Woo, pero destruiste todo el mundo que ellos conocían. Acepte que fue lo mejor que te quedaras con Jung Kook, pero el resto fueron errores corregibles, nunca debiste aceptar un hijo que uno era tuyo y tampoco tenías que volver a cometer el error de embarazar a la mujer de otro. Han sido criados como hermanos, pero esa no es la realidad... ahora deberán lidiar con eso... —Seok Woo mantuvo silencio, no importaba, para él los tres son sus hijos y nadie iba a quitar eso aunque no fuese la realidad.

Jung Kook se había llevado la copa a los labios, mientras que miraba como Jackson no dejaba de verlo con una singular sonrisa en su rostro. Estaba destrozado, aún no podía creerlo y seguiría sin hacerlo, ni siquiera cuando su primo se lo hubiera dicho en un pasado. Fue al único lugar donde encontraría más respuestas —Te lo he dicho antes, pero no quisiste creerme, no entiendo el desconcierto y la sorpresa.

—¿Y cómo mierda iba a creerme eso? —gruñó—. ¿Qué por mi culpa... tu madre mató a tu a padre?

—Es nuestra madre —corrigió—. Y fue muy lista de su parte, porque gracias a eso, hoy estoy al mando, si ella no lo hubiera matado posiblemente Dong Hae lo hubiera matado primero, y luego me hubiera matado a mí para quedarse con todo.

—¿Por qué sacas esa conclusión?, no entiendo, porque lo tienes aquí en un jodido primer lugar.

—Por muchas cosas que sabe, Jung Kook, si lo acepté de regreso es porque es una pieza muy importante en mi ajedrez. Si tú tienes problemas con él no me interesa, no es mi problema y que seamos medios hermanos no significa nada.

—Quiere hacerle daño a Tae Hyung...

—Tu sentimentalismo es patético, ¿qué quieres decirme con eso?, ¿qué lo desaparezca?, es tu enemigo, no mío o no por ahora, no ha hecho nada para que merezca la muerte por mi mano.

—¿Entonces quieres negociar?

—No hay nada en este mundo que yo quiera que me puedas dar —Jung Kook mantuvo silencio por un momento, porque sí había algo que Jackson podría querer de él.

—¿Y qué es? —preguntó Jackson un poco curioso—. Quisiera saber si vale la pena.

—Nam Joon, vale la pena y siempre te lo he dicho, cuando su padre se entere... estoy seguro que no va a tener piedad. Puedo convencerlo en que se quede conmigo... mientras terminas la segunda parte del trabajo, sabes perfecto a que me refiero, jamás permitiría lo que ustedes tienen y solo es cuestión de tiempo para que se entere —su silencio fue la prueba para saber que a Jackson le interesaba esa conversación—. Entonces, debes acabarlo antes de que él lo haga. Sé que sabes que no puedes confiar en Dong Hae... y si lo que sabes es tan importante, también debe ser silenciado.

—No puedo matarlo, no todavía, a ninguno de los dos.

—Entonces esperaré ese momento.

—Es más pronto de lo que crees.

Tae Hyung escuchó pisadas en el pasillo, no había podido dormir en toda la noche porque su novio no había vuelto. La puerta abrió con fuerza dando con Jung Kook tambaleándose en su andar. Sus miradas se encontraron —Jung Kook —murmuró al verlo acercarse—. ¿Estás bien? —asintió al quitarse los zapatos hasta ocupar un lugar en la cama, el calor de los brazos de su novio lo cobijó y fue suficiente para dejar salir todo lo que su pecho estaba oprimiendo.

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