60 - ¿Niña o Niño?
5 meses después...
La luz del ventanal entró y eso provocó que yo me levantase, giro para encontrar a Matteo pero no estaba. Bufo mientras estiro la mano para tomar mi celular, son las ocho de la mañana y es sábado.
Me pongo de pie y me veo en el espejo, yo y mi bendita panza de embarazada de tres meses, ni pareciese que en un mes el bebé va a salir.
Mi celular suena y pienso dos veces si respondo o no.
—¿Tan temprano empiezas a molestar?—digo adormitada.
—Muy graciosa, Valente—responde Ámbar—. ¿Piensas levantarte? O al menos venir a almorzar.
—Lo haré después, me daré un baño—dije.
—¿Has visto el jardín?—dice y me muevo hasta el balcón.
Ahí estaba ella, me dice hola con la mano y observo que todo esta quedando... lindo.
—Elegí el rosa neutro, y el celeste. Matteo insistía que rosa tropical y azul pero...
—Se ve mejor así, ¿debo agradecerte o matarte por hacerme el centro de atención una vez más?
Ámbar empezó a reir y me sacó el dedo de en medio.
—Cómo si no te gustara, colgaré, con eso de que Andy está empezando a caminar.
—Ve, de paso dejas de molestar.
—Jodete.
—Gracias, yo también te estimo.
Entre a la ducha con un baño cálido, cierto es que mis días no son nada tranquilos; me preocupo por mis hijos, tengo a la empresa a mi manejo, estoy en la oficina la mayor parte del tiempo, tengo que ir al colegio por los niños de vez en cuando, ir a revisión con el doctor por el bebé y cosas aleatorias que surgen.
Me pongo el vestido blanco suelto de tela blanca, un diseño muy primaveral junto a unas sandalias sin tacón mientras me amarro el cabello en una coleta alta, el maquillaje se hace notar pero no tanto. No podría quejarme al decir que la panza me estorba cuando la verdad es que ni siquiera aparece tanto.
—¿Nerviosa?—me pregunta Jazmín cuando llego al living—. ¡Porque yo si lo estoy!
Le sonrió mientras le respondo que tal vez un poco, es cierto que el team de la mansión necesita más niñas que niños, en realidad ya no necesita niños, mi pobre Sol incluso estaría tomando la forma de caminar de los hombres e incluso sus modales.
—Será una niña—asegura la madre de Matteo entrando al living—. Casi puedo sentirlo.
—¿Has pensando en algún nombre?—pregunta Flor—. ¿Piensas dejar a esa niña fuera de tu sistema solar?
Yo me echo a reír mientras me llevan el desayuno.
—En realidad he tomado algún tiempo en tratar de encontrar un nombre galáctico—no puedo evitar reír—. ¿Ideas?
—Nina no hables, no cuando le pusiste Georgia a la pobre niña—dice Delfi.
—¡Oye! El nombre es lindo—Nina sonríe—. Mejor que un delfín forzándolo a ser niña sí, Delfina.
Delfi rodó los ojos.
—¿Y Elle?—pregunta Jaz—. ¡Delfina sos una mala madre!
—Esta en el jardín con Pedro, tonta.
—¿Ya se ha acostumbrado?—pregunto mientras me llevo a la boca un pedazo de tocino.
—Demasiado, es una niña chiquita. Mejor que dónde estaba, sí lo esta.
Delfi y Pedro, recién adoptaron a una pequeña del orfanato. Tal vez sea una de las mejores decisiones de sus vida.
Sol, Matías y Alex aparecen, Jazmín los llama de inmediato.
—Vos Solesita, ¿preferís un nene o una nena?—pregunta.
Sol parece pensarlo un poco.
—Necesito a alguien que juegue conmigo a las muñecas, creo que una nena—dice.
—¿Matías?
—Yo necesito a quien enseñarle como ser un galán, niño tiene que ser.
¿Hijo de Matteo Balsano? ¿Dónde?
—¿Alex?
—Niña o niño, ambos es cool.
Las personas empezaron a llegar, esto no era algo tan grande. No no, mi boda tenía cinco meses y aún sonaba de vez en cuando en la televisión. ¿En que estaba pensando?
—¿El team de Sol crecerá?—me pregunta Ana cuando llega.
—Sería algo justo, son cinco y ella sola—sonreí.
—¿Niña o niño? Hagan sus apuestas—llega Simón gritando.
Todos responden, unos con niño y otros con niña. Ni siquiera logro identificar quién dice qué.
—Mi amor—dice Matteo detrás mío.
—¿Dónde estabas?—pregunté mientras se acercó para darme un beso.
—Con Simón, ¿nerviosa?
—Un poco. ¿Niña o niño?—preguntó.
—Niño—dice él.
—Perderás—digo—. Mi instinto de madre dice que niña.
—Amor, te estás olvidando de algo—me da otro beso—. Matteo Balsano nunca pierde.
Ámbar hace el espacio y el momento ha llegado, –eso sonó con mucho suspenso –y todos rodean la enorme caja metálica que ha sido acomodada.
Matteo toma mi mano y sonrió.
—¿Niña o niño?—pregunta Simon.
—¡Niña!—grita Sol.
—¡Niño!—le grita Matías de vuelta.
Mi madre me sonríe desde lejos y mi padre hace lo mismo.
—Será un niño—me repite Matteo.
—Una niña—digo—. Matteo, soy Luna, siempre gano.
—¿Siempre?
—Bueno casí.
Aprieto su mano cuando la cuenta regresiva inicia.
—3...
—2...
—1...
La caja se abre y muchísimos globos salen de ahí, demasiados, creo que jamás vi tantos.
Matteo pega un brinco, mientras muchos más aplauden.
Globos celestes y azules se dejan ver subiendo por el aire.
Es un niño.
Matteo me abraza.
—Te dije que nunca pierdo, preciosa.
Yo sonrió y me siento tan feliz.
Sol, Sol ha de estar triste... ¿Dónde esta S...
—¡Siempre seré la más consentida! ¡Siiiii!—gritaba mientras brincaba.
—¿Que no quería niña?—me pregunta Matteo.
—¡Soy la única niña, seré la única niña!—dice Sol en un bailecito.
—También creí eso.
Matteo me abrazó nuevamente y esta escena me recordó justamente a mi cumpleaños dieciocho, aquel vestido púrpura, la música... ¿Cómo sabría que después de tanto terminaría así? Tan feliz.
Después de la tormenta, después de los errores y las malas decisiones. ¿Cómo la vida te da felicidad sin siquiera buscarla? Los mejores momentos no son planeados, la felicidad llega sola si tienes a los que quieres.
Y yo tengo a las personas correctas.
Hay momentos en los que queremos salir corriendo y olvidarnos de todo el mundo, en los que pensamos que no somos importantes para nadie, o simplemente los problemas nos cegan.
¿Que habría sido de mí sí Matías y Sol no hubiesen aparecido? Demasiadas teorías se unen, y la más probable; tal vez no estaría ahora tomada de Matteo, festejando la llegada de un nuevo miembro en la familia, en nuestra familia.
Se veía tan lejos que aquella chica despistada pudiese llegar a tener con el chico más popular del colegio y del Jam and Roller, que personas completamente distintas resultaran ser completamente idénticas, que lo que era un noviazgo de jóvenes, terminase siendo una familia feliz.
—¿Tienes idea de lo feliz que soy desde que te conocí, desde que te volví a tener?—me pregunta Matteo.
—Me imagino que lo mismo que siento yo.
—Eso elevado al mil, me volviste loco en todos los sentidos Luna—yo sonreí—. Y esos dos, bueno tres, terminarán mandándome al manicomio.
—Te amo, te amo, no te imaginas cuanto.
—Y tú no te imaginas cuan feliz me hiciste, y me harás con solo estar a mi lado.
Matteo se acercó a mí en un beso tierno.
Este era mi destino, lo fue desde aquel "lo siento, dije cuidado". Con él había pasado los mejores momentos de mi vida, los más tristes también, los triunfos y todo lo hermoso de la vida, pero la mejor historia, aún esta por escribirse.
F I N
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