4 - Necesito a papá
Creó que sentía arder mis mejillas y no sé si es porque tuve un presentimiento que todo lo que acabó de escuchar de los labios de Matteo Balsano fue para mí.
«Oh sí, claro. Tiene mil mujeres estrellas de Hollywood y precisamente va a regresar con la ex».
Me puse de pie al escuchar que tocaban la puerta, camine hasta ella y cuando la abrí quise cerrarla en ese mismo instante.
—Michel—dije, ¿Nerviosa? No sé—. ¿Qué haces acá? No avisaste que venías...
—Quise darte una sorpresa—dijo con una sonrisa amplia.
«Y me la diste, cabrón».
—Ah—dije—. Te parece si hablamos en unos segundos, espérame en la cafetería ya baj...
—¿Estás ocupada?—preguntó—. ¿Con quién estás?
Ví como su mirada ya no estaba en mí sino observando algo que había detrás, algo que cambió su rostro; Matteo.
—Ya veo...—dijo él—. Después hablam...
—No—dijo Matteo—. Yo ya me iba.
«Mentiroso».
Michel alzó las cejas.
—Hablamos luego, Luna—dijo, se acercó a mí, se despidió plantando un beso en mi mejilla para después darle una última mirada a Michel, y salir de ahí.
Cuando desapareció de mi campo de vista, observé a Michel; estaba recargado en el marco de la puerta con la mirada fija en mí, y no era una mirada buena. «¡Oh, vamos! No somos nada».
—Veo que ya... se reencontraron—dijo él.
—Solamente vino a firmar el contrato...
—¿Enserio?—preguntó con sarcasmo.
—Enserio—respondí.
—Entonces—«¡Entonces qué!»—. ¿Por qué no querías que pasará? ¿Por qué me mandaste abajó en la cafetería? ¿Acaso había algo que no debía saber?
Yo calle, mientras un poco de rabia pasaba por mis venas.
—¿Que insinúas, Michel?
—No estoy insinuando nada...—dijo, y se acercó, se tapo su rostro con ambas manos y suspiró—. Solamente estoy muerto del miedo, del estar pendiente que vos y él regresen ¿Sabes lo importante que es para mí tenerte conmigo? Me a estado costando trabajo para que vos aún aceptes estar conmigo y el en un tronar de dedos... Te tendrá—gritó.
—Entre Matteo y yo ¡No va a pasar nada!—grité—. ¿No te lo dije hace rato? Matteo es parte de mi pasado, ¡De mi pasado!—dije—. Mi presente ahora son mis hijos, mi familia.
El me vió confundido.
—Ya veo...—él sonrió falsamente—. ¡Claro! Ya entiendo... yo no estoy en "tu presente" ¡Entendí todo!
—Michel—le apreté él brazo—. Tú estás ahí porqué estás aquí, conmigo.
—¿Como familia? ¿No me ves como algo más que familia, cierto?
Baje la mirada, tal vez era el mejor momento de hablar con la verdad y sincerarme con él de una buena vez.
Y estuve por hablar cuando sentí como puso su mano en mi cintura y me pego a su pecho, tarde en asimilar cuando sus labios ya tenían los míos.
Trate dé sentirme bien con ese beso, le seguí. Pero no había placer alguno.
Yo no quiero a Michel Cabos.
Sentí como su lengua invadió mi boca, pero no había sensación linda, nada.
—Lamentó interrumpir, pero tengo que pasar por mí folder—me despegué inmediatamente de Michel—. Lo olvide—dijo Matteo.
Él pasó y como dijo, recogió su folder y no dejo ver su rostro.
—Hablamos luego—dijo sin verme a la cara, y cerro la puerta.
No respondí, mucho menos vi a Michel.
Me dirigí a la puerta y la abrí, me quedé parada a un lado, y señale a Michel para que se fuera.
—Luna...
—Por favor—dije.
Y se fue.
Camine hasta mi mesa, y tomé la foto de Matías y Sol.
Como había cambiado mi vida desde que ellos llegaron, ellos son lo mejor de mi vida.
Y en ese momento lo recordé.
Ellos venían hoy a la empresa.
Y Matteo estaba acá.
Tome rápido el celular y llame a la recepción principal. Ellos sabrían si los niños ya estaban acá y si Matteo ya había bajado.
—Andrea, ¿Mis hijos ya están en la empresa?—pregunté al teléfono.
—Así es señorita, los pequeños exactamente bajan del auto en estos instantes.
«Mierda».
—¿Quién los acompaña?
—La señora Benson viene con ellos.
—Muchas gracias Andy, ¡Espera!—dije—. El señor Matteo Balsano, ¿Ya se fue?
—No señorita, justo ahora acaba de entrar a la cafetería junto a el joven Perida y el joven Alvarez.
«Perfecto, con Simon y Gaston cerca de él, todo esta bien».
—Gracias Andy—dije—. Cualquier cosa que suceda, si alguien detiene a mi madre con mis hijos, avísame.
—Claro que sí, señorita.
—Gracias Andre.
Suspiré.
—¡Mami!—escuché gritar a ambos.
—¡Ey!—dije y los abrace.
—¿Hoy comerás en casa?—preguntó Matías.
—Sí, hoy sí... nos iremos juntos corazón.
—¡Genial!—gritó Sol.
—¡Oigan!—los llame—. Vean que hay en aquel cuarto, les compre algo...
Matías arrugó la cara.
—Mejor di que hablaras algo con la abuela y no podemos escuchar—dijo pero aún así se fue corriendo.
—Es demasiado astuto—dije.
—Pues tiene razón—dijo mi mamá—. ¿Por qué rayos no me dijiste que Matteo estaba abajo? Casi se me salía el corazón cuando lo ví.
—Ya se, lo olvide... cuando marqué a recepción ustedes ya estaban acá...
—Que sea la última vez.
—Sí sí, mamá.
—¡Sábado es el cumpleaños de Georgia!—gritó Sol saliendo de allí con una tarjeta en las manos—. ¿Vamos a ir mamá? ¡Por favor di que sí!
—Claro que iremos, Sol. Es Georgia, hija de mi mejor amiga—«y también hija del mejor amigo de tu padre».
¡OH, NO!
—Luna...—mi madre me observó—. Estará ahí.
Y lo pensé.
Matteo estaría ahí, con Emilia, y su hijo o hija. No podía darme el lujo de llegar con ambos. Algo se me tenía que ocurrir, en fin, apenas es lunes.
—Oye ma, ¿A donde iremos de vacaciones?—preguntó Matt.
Y era cierto, no sabía a donde ir.
—¿Donde quieren ir?—pregunté.
—¡Bahamas!—grito Sol.
—¡No!—dijo Matías—. Ya fuimos ahí muchas veces, ¡También Paris! Ya conozco demasiado ahí.
—¿Cual es tu plan, eh?—pregunté.
Él sonrió y me dijo;—¡Disneyland!
—¡Cierto!—gritó Sol—. ¡Disneyland!
—¿Seguros?
—Sí—gritaron ambos.
—Disneyland será.
Ellos gritaron, y yo sonreí.
—Iré abajo por un café, ¿Me acompañas Matí?
—Sí abuela.
Y salieron de ahí.
—Mami—Sol se acercó a mi—. ¿Papá pronto regresará?
«Padre mío».
—¿Por qué, pequeña?—pregunté.
Y es qué ambos sabían la verdad de las cosas, como sucedió todo. Saben que su padre lo deje ir, que él no sabe de su existencia por qué me compadecí de la otra. Pero jamás mencione nombre, saben todo pero no el nombre de su padre; Matteo.
Y aunque ellos jamás preguntan nada de él ni comentan nada con otras personas, ¿Por qué lo preguntan ahora?
¿Acaso alguien les hablo de Matteo?
—No sé, solamente me gustaría ir con él a Disneyland—dijo ella, y sí me sentí un poco mal.
—No sé cuándo volverá, Sol—dije—. Pero ojalá y pronto.
—Mami—dijo ella.
—Dime—le respondí y la senté en mis piernas.
—Quiero conocerlo—dijo—. Quiero sentir que se siente tener a tú verdadero papá contigo, que juegue conmigo y con Matías, que nos lleve al colegió.
—¿Ya no quieres a Bernie?—dije.
—Mamá, lo quiero mucho pero él es mi abuelito. Yo quiero conocer a mi papá, es feo que tu abuelo llegue en los festivales del día del papá, y no es que desprecie al abuelo, lo quiero mucho, pero...—dijo ella.
—Lo sé.
—Mami—dijo ella—. Me prometes que harás todo lo posible porque papá regrese.
Yo callé, no dije nada.
—Necesito a papá, ¿Me lo prometes?
Yo seguía viendo a la nada.
No sabía que decir ahora.
—¡Mamá!—dijo Sol—. ¡Mami!
Reaccione.
—Dime.
—Me prometes que llamarás a papá—dijo—. ¿Me lo prometes?
Yo sonreí.
—Te lo prometo, Sol. Te lo prometo.
Y lo que prometo, lo cumplo.
————————
¡HOLA! ¿Cómo andan? Espero que bien.
Admito que me duele hacer que Luna desprecie a Michel (porque la verdad el tipo me cayó super bien, me encantó el venezolano, lo amó, esta hermoso, su sonrisa, todoo) Pero la historia es así. Pero TE AMO MICHEL😭 sorry please.
¡POR FAVOR VOTEN!
Les mano un beso; Khia💗
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