32 - Pijamada en familia

—¡Él tiene su propia familia! ¡El pequeño se sentirá cómo un estorbó ahí!—gritó la abuela de Dustin.

—Si Dustin queda conmigo será como Sol y cómo Matías, no tengo preferencia en nada tratándose del hijo de mi hermana—respondió Matteo.

—¡Si vos no tuvieses hijos, yo no tuviese problema en qué mi nieto quedará con vos y la modelo!

¿Modelo? La señora loca gritona, ¿me dijo modelo?

—¡Basta, por favor! ¡No he terminado de leer esto!

Todos se callaron y yo jale a Matteo para que estuviese sentado y callado.

Se que justo ahora, están discutiendo, también piensan que escribí esto sin pensar. Matteo tiene una familia, y tal vez mi hijo no cuadre ahí, es por eso mismo que para evitar problemas; si a Matteo se le complican las cosas por cualquier factor, ahí estás tu Flor, conoces demasiado al niño y serás buena madre para él. Pero os pido que si vos quedas con él, no lo alejéis de Matteo, estate lo más cerca de él. El en tí encontrará el amor de madre que yo ya no pude darle, y en Matteo el amor de padre, y quiero que eso lo sienta con ustedes, mis hermanos.

Flor sonrió, creó que se olvidó de cualquier dolor y la sonrisa que tenía en su rostro era inigualable y tan nostálgica. Pero por otra parte Matteo estaba ilusionado con tener al niño con nosotros.

—Marina no tuvo pensamiento a la hora de escribir eso—respingó Samantha y se largó de ahí.

—¡Mi nieto no puede quedar con vos!—gritó la señora, no sé cual es su nombre.

Lucifer tal vez.

—Claro que puede, lo hará, y usted no esta en ese testamento así que se puede largar por la misma puerta que su hija ahora mismo—gritó Flor.

En ese momento Matteo giró a verme.

Con las palabras que recientemente Flor dijo no solamente dio a entender que quería a doña Lucifer fiera de acá, sino que en definitiva Dustin se quedaba con ella.

—¿Hablarás con ella?—pregunté.

El negó.

—Hablo por si sola, con el tiempo todo tomará forma y Dustin no se alejará de nosotros.

Agarre fuerte su agarré y salimos de ahí, en la tarde el Jet nos esperaba, y Dustin ahora venía con nosotros; con Flor.

Sol estaba más flexible con sus hermanos, y los niños estaban encantados con Dustin.

—¿Entonces él con quién se queda?—preguntó Sol.

—Con tía Fl...

—Con los dos—Flor interrumpió a Matteo—. Dustin verá la misma cantidad de tiempo que me verá a mí a tu padre.

—¿Vivirás en Buenos Aires?

Flor asintió.

—¿En dónde?

—Sol, demasiadas preguntas—dije, pero como un cero a la izquierda; me ignoró.

—No sé, un departamento tal vez.

—¿Por qué no vivis con nosotros en la mansión? Así Dustin estará con vos y con papá.

«Sol, Sol, Sol».

—No sabía que ya vivís en la mansión Benson—musitó Flor para Matteo.

—Ni siquiera yo lo sabía—respondió Matteo.

—Te ví salir de la habitación de Mamá—¿Qué?—. Y con la camisa desbotonada.

—¡Sol!—la regañe.

Matteo se echo a reír.

—¡Papá, por favor!—apareció Matías.

Sol rodó los ojos pero para sorpresa ella ya no se alejó.

—Lo pensaré ¿okay?

Ellos asintieron.

Llegamos a Buenos Aires ya en la noche, y los niños tenian y hambre. Al parecer, la propuesta que le hice a Flor de quedar en la mansión pareció agradarle, sobre todo porqué Dustin estaría cerca de Matteo también, pero Matteo aún no decía nada.

—¿Qué te impide quedar acá? Acá están tus hijos, acá estaré yo posiblemente. Yo sé que vos queres estar con nosotros.

Matteo no respondió, solamente sonrió.

—Esta casa es muy... grande.

Hablo Dustin.

—La habitación de Alex ¡esta muy cool!

Matías arrugó la cara.

—Mi habitación estaría así, si no fuese porqué duermo con mi hermana.

—¿Crees que a mí también me gusta?—se defendió Sol—. Espero que llegue pronto el día en el que tengas que largarte de mi habitación.

—Es mi habitación—respondió Matías.

—Me vale.

—¡A vos te vale todo!

—Que me valgas vos no quiere decir que me valga todo, hermanito.

—Niños basta—dijo Matteo y jalo a Sol hasta él y la sentó en su regazo—. Estaban demasiado bien sin pelear.

—Al parecer quién le agradó mucho Dustin, es a ni hijo—dijo Ámbar.

—Pero nada más mencionen el nombre de Leandro—dijo Simón y empecé a reír—. No lo puede ver cerca de su hermanita—Simón le guiñó un ojo a Sol y ella sonrió.

«Gracias al cielo el efecto Norma ya estaba pasando».

—¿Les parece sí pedimos pizza y cenamos en el jardín?

—¡Mejor vamos!—gritó Sol—. ¡Ahí hay juegos!

—Yo no tengo ánimos de salir—dijo Matías.

Sol rodó los ojos. Ya estaba acostumbrada a que Matías siempre conseguía lo suyo.

—Tengo que estar pendiente de Andy, en cualquier momento despertará y tía Sharon está afuera con sus jóvenes amigas.

—¿Cuándo vienen los abuelos?—preguntó Sol.

—Mañana, cariño—respondí.

—¿Entonces?

—Pidamos la pizza, estoy muerta de cansancio lo juro—dije.

—Yo las pido, y todos vayan por las pijamas.

—¿Y si hacemos una pijamada en el jardín?—gritaron al unísono Matías, Sol y Alex—. ¡Para dar la bienvenida a Duss!

—Buena idea—dice Ámbar—. ¡A bajar la tienda de campaña Alexis! Vamos, acompáñame.

Ellos subieron y yo subí a mis hijos junto a Matteo quién pasaría la noche acá. Flor fue con Duss–cómo ahora lo llamaban–y cuando salí al jardín junto a Matteo, estaba casi todo listo, inclusive una mini fogata.

¡Ámbar me tenía sorprendi.... rayos, todo lo hizo Rose y Freddy.

Decepción.

No tardarían en aparecer los demás y junto a Alexis, Rex que también traía su ropa de dormir. Perro condenado, es el más consentido incluso supera a Andy y a Sol.

Andy por ser el bebé.

Y Sol por ser la niña.

—¡Pijamada en familia!—grita Simón y toman asiento, la pizza no tardo en llegar y afortunadamente el verano traía consigo calor. 

Todo eran risas, hasta que poco a poco las historías de terror fueron apareciendo, miles de cuentos se escuchaban. Flor moría de miedo, al igual que Sol.

—¡AAH!—gritó Sol cuándo Matteo termino de contar la historia.

—¡Matteo, después no dormirá!

—Lo lamento cariño—dijo entre risas—. ¡Dios tu rostro!

Entonces una sombra en la entrada del portón, era un hombre, me llama la atención. Pues no se movía, ni nada. Llevaba un abrigo largo y un sombrerito muy raro, demasiado raro y jamás lo había visto en alguien. Cuándo se dió cuenta que yo lo había visto se ocultó más.

—Mamá—dijo Sol, al parecer no solamente yo lo había visto—. ¡Mamá!

—¿Que sucede?—giré a ver a mi hija y su rostro con horror observando el portón—. ¡Sol, no es nada de las historias! ¡Tranquila!—dije, pero pareció alterarla más—. ¡Ves lo que provocas!—le dije a Matteo.

—¡Pequeña! Ey, ven ¿que sucede?—pregunta él.

—¡Él es, es él!—dijo y empezó a entrar en pánico.

En eso, Rex se da cuenta y sale disparado de ahí a ladrar hasta donde estaba el, un poco alejado de nosotros.

—Simón, dile a seguridad que revisen las cámaras—dijo Ámbar.

—¡Es él mamá, es él!—Sol ya estaba llorando.

—¿Quién es? ¡Sol! Me asustas ¿quién es él? 

Preguntaba pero Sol no dejaba de llorar, Alex y Matías la tenían abrazada. La cara de Dustin tenía horror.

No es una buena bienvenida, y me siento mal por eso.

—¡Es él! ¡Yo lo sé! Es él, su abrigo ¡Es él!—decía Sol.

—¿Él es quién?

—Él que me quiso llevar con él, el día que me fui de casa—dijo Sol—. El que me jaloneo y me soltó hasta que... hasta que Rex le mordió la mano, ¡Él es! ¡Me quiere llevar! ¡Vino por mi!

¡Que carajos me estaba diciendo mi hija!

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¿Que quieren que suceda?

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