19. ESTUPIDEZ


—¿Qué haces ahí todavía?

—Vete.

—¿Qué pasó? —Luhan insistió, intentando deshacer a la oruga envuelta en cobijas en que su mejor amigo se había convertido. Minseok solo se enrollaba como taco y se negaba a presentarse a estudiar cuando algo muy malo pasaba... algo como un rompimiento.

—¿Qué pasó con Jongdae?

—No menciones a ese idiota.

—¿Qué hizo? —Luhan preguntó con cautela. El sábado habían estado a punto de tener sexo. ¿De qué demonios se había perdido?



—En conclusión, eres un imbécil —Baekhyun sintetizó.

—Eres el mejor de los amigos.

—Lo sé —Baekhyun respondió ignorando el sarcasmo—, pero sigo preguntándome qué haces aquí. ¿Por qué no estás recogiéndolo en su casa?

—No querrá verme y, honestamente, tampoco quiero que me vea.

Baekhyun intentó esconder su sonrisa.

—Casi no se nota —el heredero de los Byun había maquillado el pómulo amoratado de Jongdae.

De no ser porque tenían actividades importantes en la escuela, Jongdae hubiera preferido no asistir.

—Ambos firmaron un contrato, ¿lo olvidaste? Estás obligado a ir por él —Baekhyun le recordó con severidad.



Estúpida cama, estúpida mochila, estúpido mejor amigo.

Luhan regresó de la cocina con algo de comida, traía en la boca unos bocadillos para él mismo también y Minseok estaba empujando cosas bruscamente.

—Ey, ey, tranquilo. ¿Qué te pasa ahora?

Minseok lo miró a los ojos. Ups. se notaba que había estado llorando, tenía los ojos notoriamente hinchados.

—Me enoja mi estupidez y la estupidez del universo. ¿Por qué iba a quererme a mí? ¿Por qué?

Oh no, si Luhan no hacía algo, Minseok se quebraría otra vez. Alarmado, Luhan tragó el pan que traía en la boca y se acercó a Minseok.

Justo cuando iba a empezar a llorar de nuevo, Luhan presionó su boca contra la de Minseok, moviéndose con demasiada fuerza como para que fuera placentero.

—Idiota —Minseok lo empujó con suavidad—. ¿Quién te ha enseñado a consolar así a tus amigos?

Luhan rascó su nuca con una sonrisa boba.

—No le digas a Sehun.

Minseok lo miró sorprendido.

—¿Ustedes...?

—¡Somos novios! —Luhan exclamó, liberando la emoción que había estado conteniendo. Minseok alzó una ceja, intuyendo que no le estaba contando algo—. No nos hemos acostado.

—Te vi en mi sofá.

—Pero no hicimos nada. Era muy incómodo hacerlo en un sofá, en tu casa. Eso es raro, tu madre podría haber entrado.

Minseok sonrió solo de imaginarse a su madre encontrando al supuesto angelito Luhan siendo duramente follado en su sala.



—No quise decir eso —Jongdae intentó disculparse cuando Minseok y Luhan se subieron a su auto.

—Pero es cierto, ¿no? —pero Minseok no estaba para disculpas.

—No —el millonario murmuró, pero fue olímpicamente ignorado por Minseok, quien se limitó a resoplar un insulto.

Una pequeña parte de él le decía que estaba siendo infantil. Minseok sabía que él también le debía una disculpa. << Pero no hoy >>

Luhan iba sentado en la parte trasera del auto, ya que fue cordialmente invitado por Jongdae a ser el mal tercio en medio de una disputa marital. Estuvo muy tentado a hablar acerca de lo estúpidos que ambos estaban siendo, cuando era claro que se amaban, pero el pómulo levemente hinchado de Jongdae lo hizo replantearse su intromisión. Decidió que planeaba mantener su rostro bonito como siempre.



El ambiente tenso volvió a la mesa del SQUAD, con Jongdae y Minseok peleados, pero fue aplacado rápidamente. Kyungsoo y Jongin habían formalizado una relación y según Baekhyun era un hecho histórico que tenían que celebrar. Sehun señaló que tenía que ser una fiesta doble y procedió a tomar el rostro de Luhan para plantarle un sonoro beso en frente de todo el mundo. Baekhyun estaba tan feliz que lanzaba fuegos artificiales.

Literalmente.

La mansión Byun se convirtió en la sede de un show de luces en pleno lunes.

Al atardecer, justo después de que el sol se pusiera, Chanyeol, con ayuda de Kris, encendió la mitad de la pirotecnia que llenó el cielo de estrellas fugaces de colores. Jongin y Kyungsoo aprovechaban bien su tiempo, dándose muestras de amor en un rincón como si no existiera nadie más que ellos dos en el mundo. Sehun y Luhan también estaban en su mundo, compartiendo acalorados besos, jugando como niños y riendo de todo.

Chanyeol, quien aparentemente era el chef estrella, preparaba una barbacoa en la enorme terraza por la que habían lanzado ya la mitad de las luces, Baekhyun, a su lado, era su co-estrella.

Jongdae charlaba con Tao y Minseok con Kris, quien hacía de DJ. Pese a sus esfuerzos por disfrutar de la fiesta, los novios falsos se veían incómodos. Baekhyun cruzó una mirada con Jongdae y le hizo señas para que fuera y hablara con Minseok, Baekhyun era un experto con eso del lenguaje corporal.

Jongdae lo intentó, pero Minseok no dejaba de escabullirse, luego de un rato, el millonario se veía demasiado frustrado y molesto.

Baekhyun abrazó a Chanyeol, le dio un beso muy largo en la mejilla y se llevó a Jongdae a su habitación.



Jongdae observó desde el pequeño balcón en la habitación de su mejor amigo cómo todos disfrutaban de la fiesta en la terraza. Baekhyun le había dado una cerveza, como el buen camarada que era, y le pidió que lo esperara mientras traía más.

Jongdae notó a Minseok al lado de Kris en la terraza y sintió celos. El enorme rubio podía verlo sonreír cuando él solo obtenía gruñidos y miradas molestas. Mierda. ¿Por qué con Minseok todo era tan complicado? ¿Por qué las palabras correctas no le salían cuando estaba con él?

Jongdae vio a Baekhyun acercándose a Minseok y luego a ambos caminando hacia el interior de la casa.

Tardó un par de minutos en comprender.

Mierda, otra vez. En ese momento se dio cuenta de lo que Baekhyun pretendía y realmente no quería otro golpe. Corrió a la puerta y está se abrió de pronto dándole un golpe que lo dejó en el suelo.



Minseok no miraba a Jongdae por ningún lado y se preguntó si ya se habría marchado. Al notar a todas las parejas acarameladas a su alrededor, empezó a sentirse solo y bastante estúpido por extrañar a Jongdae. Pidió usar el sanitario, para poder escapar de todos por un rato, y Baekhyun, amablemente, se ofreció a llevarlo. El mayor agradeció el gesto, ya que la casa era enorme.

—Esa es —Baekhyun dijo, señalando la puerta frente a ellos, sonriendo inocentemente.

Minseok abrió la puerta y sintió que la madera golpeaba algo. Cuando vio un cuerpo en el suelo, inmediatamente reconoció a Jongdae. Estuvo a punto de huir como lo había estado haciendo toda la tarde, pero alguien lo empujó dentro de la habitación y cerró la puerta, encerrándolos en la habitación. Minseok respiró hondo y se volteó para ver a Jongdae, casi indivisible por la oscuridad.

Entre las sombras Minseok se veía extremadamente amenazador, especialmente cuando lo miraba así. Jongdae retrocedió un poco dentro de la habitación, tropezó con la cama de Baekhyun y cayó sentado sobre el colchón.

—¿Ha sido idea tuya? —Minseok preguntó, sonaba furioso.

—No, yo... te juro que no, yo no... —Jongdae intentaba explicarse, pero por alguna desconocida razón, siempre se ponía un poco idiota con Minseok.

—Claro que no, no soy Junmyeon, no tendría sentido —Minseok dijo y se cruzó de brazos.

—Estás siendo un completo idiota.

—Fuiste tú quien me contrató a mí —Minseok se sentía demasiado molesto, tenía que controlarse, se estaba comportando como un imbécil y lo sabía.

Jongdae suspiró con fuerza, se dejó caer de espaldas en la cama y cubrió sus ojos con su antebrazo. Pasados un par de minutos, sintió un peso hundir el colchón a su lado. Quitó su antebrazo de sus ojos e intentó distinguir algo en la oscuridad. Minseok estaba a su lado en la cama, en la misma posición que él.

—Lo siento. No quise decir lo que dije. Lo siento, de verdad —Jongdae se disculpó.

Minseok asintió y empezó a llorar sin poder evitarlo. Jongdae lo atrajo hacia su pecho y lo abrazó protectoramente.

Se sentía extremadamente estúpido por haber herido los sentimientos de Minseok de esa manera. Le acarició el cabello y le dio suaves palmaditas en la espalda.

Minseok se calmó después de unos minutos. La costosa camiseta verde de Jongdae estaba empapada de lágrimas. Minseok avanzó como un cachorro, deslizándose hasta llegar al cuello de Jongdae. Frotó la nariz contra la piel de su novio falso y este se estremeció.

—Yo tampoco debí golpearte, perdón —Minseok se disculpó con la voz quebrada por el llanto y distorsionada por chocar contra la piel de Jongdae, que se estremeció de nuevo.

—Me lo merecía —Jongdae murmuró.

Minseok negó con su cabeza. Tanteando en la oscuridad, llevó sus dedos al rostro de Jongdae con precaución y presionó suavemente.

Perdón —Minseok repitió y se levantó un poco para poner un beso en donde antes había puesto su puño—. Perdón —pidió otra vez, subiéndose a horcajadas sobre Jongdae—. Perdón dijo de nuevo y volvió a besarlo, esta vez en el cuello, entreteniéndose en él unos segundos—. Yo sí quería hacerlo contigo —besó la boca de Jongdae muy despacio—, solo contigo —le besó el pómulo hinchado otra vez—. Todavía quiero —confesó, atrapando los labios de Jongdae, buscando su lengua para acariciarla lentamente con la suya.

Jongdae quedó atrapado en las palabras de Minseok y en sus narcóticos besos. Tener ese maravilloso cuerpo sobre el suyo lo puso duro con facilidad. Sus manos tomaron las caderas de Minseok y lo empujaron hacia abajo, contra su cuerpo, justo sobre su erección. Minseok le mordió el labio superior con suavidad y gruñó excitado. Al renovar el beso, lo hizo con brusquedad, hundiendo la lengua dentro de su boca. Jongdae manoseó a manos llenas su trasero, aceptando feliz la invasión a su boca, y correspondió apasionadamente al beso, aunque su rostro dolía. No le importó, igual, valía la pena.

Minseok se quitó la camisa y la lanzó al suelo y permitió que Jongdae besara su pecho y sus pezones, antes de quitarle la camisa mojada que él llevaba puesta.

Los besos continuaron y la oscuridad pareció volverse más densa. Jongdae jadeó y cambió sus posiciones, dejando a Minseok tendido sobre la cama.

Las manos y los labios de Jongdae tenían un efecto eléctrico que tuvo a Minseok temblando de pies a cabeza con solo unos cuantos roces. La piel en el cuello de Minseok parecía ser especialmente cautivadora, porque a Jongdae le costaba alejarse de esa zona. El millonario soltó un suspiro cuando una mano traviesa de Minseok se coló por su pantalón y ropa interior para acariciar su erección. Sonrió un poco, en medio de un placentero beso, y se separó de su novio falso para deshacerse de las estorbosas prendas que aún vestían. Volvió a su cuerpo rápidamente y sus pieles desnudas se friccionaron entre acalorados besos que los ponían cada vez más duros. Jongdae tomó entre sus manos la dureza de Minseok y lo escuchó lloriquear.

Jongdae, hazme tuyo.

El cuerpo de Jongdae sobre el suyo se sentía correcto. Saberse atrapado entre sus fuertes brazos le gustaba demasiado. De pronto necesitaba la intromisión de Jongdae en su cuerpo, así que separó más sus piernas. Exponerse fue tan excitante como nunca hubiera imaginado. Alzó su pelvis y sus miembros se rozaron.

Jongdae gimió y aplastó los labios de Minseok, dándole un beso muy apasionado. Hundió su lengua en la boca ajena y acarició con ella sus dientes y su paladar. Ambos gemían ruidosamente, sus miembros se frotaban frenéticamente y Jongdae sintió nacer en su cuerpo el deseo por tomar el control. Mordió los labios del mayor y lo escuchó gemir de placer. Le gustó, le encantó, saberse dueño de sus gemidos. Se separó un poco, solo lo suficiente para bajar hasta su pecho y atrapar con sus dientes uno de sus pezones otra vez, le fascinaban, sabían tan bien, eran tan pequeños y se endurecían al más leve contacto.

Minseok gimió de nuevo, sin ningún pudor, y eso hizo a Jongdae sentirse poderoso. No podía, ni quería, retrasarlo más. Se arrodilló en la cama, separó un poco más las piernas de Minseok, humedeció un par de dedos con su propia saliva y presionó con ellos. Primero hundió uno lentamente, lo agitó para estirar sus paredes y luego metió el segundo también, para estirarlo un poco más.

Minseok respiró hondo, acostumbrándose a la intromisión. Era extraña, pero también era excitante. Esperó un poco más y luego empezó a empujarse contra los dedos de Jongdae, que ya eran tres. Gimió alto mientras tomaba el placer que le regalaban los dedos de su novio.

—Me gusta, sigue así —Minseok murmuró. Continuando con su divino y tortuoso vaivén. Jongdae sacó sus dedos y recibió una protesta.

Shhh... Voy a entrar —anunció, posicionando la punta de su pene en la entrada de Minseok.

Se introdujo lentamente, con cuidado, casi perdiendo la cordura en el proceso. Estar dentro de Minseok bien podría definirse como una experiencia religiosa. Su cuerpo tembló y el de su novio también.

Minseok fue el primero en moverse, lo hizo de forma circular, dudando al principio y pronto experimentando una gran satisfacción. Gimió de nuevo, no parecía importarle que alguien pudiera escucharlos. Jongdae sacó la mitad de su falo y volvió a entrar. Minseok lloriqueó y lo miró a los ojos.

—Otra vez —le suplicó sin aliento—. Hazlo otra vez.

Jongdae obedeció, salió y volvió a entrar con movimientos suaves, que fueron acelerándose a medida que Minseok exigía más y más.

Jongdae observó a Minseok. Deleitarlo era excitante. Le complacía —de formas que no sabría explicar, pero que probablemente definían al amor— estar de esa forma tan íntima con él. No solo quería tener sexo una vez; quería repetirlo hasta el cansancio y hacerlo plenamente feliz en el proceso, quería darle lo mejor de sí, lo más honesto, lo más apasionado, lo más cariñoso y lo más hermoso que Minseok pudiera recibir. Susurró el nombre de quien amaba, sobre la piel que besaba y acarició a su antojo cada rincón inexplorado en el cuerpo de Minseok.

En medio de caricias y respiraciones entrecortadas, a Minseok le pareció escuchar uno o varios "te quiero". También escuchó su nombre, repetidas veces, como si Jongdae le confirmara que estaba con él en cuerpo y alma. De su propia boca también se escapó el nombre de Jongdae, dicho suavemente, en un susurro sin aliento, como si se tratara de un secreto.

De pronto las palabras se volvieron solo gruñidos y las respiraciones de ambos un completo desastre. La humedad cubría sus cuerpos y creaba sonidos obscenos y a la vez estimulantes. Las penetraciones de Jongdae se habían vuelto rápidas e implacables. Minseok hundió sus dedos entre la cabellera de su novio, al que sentía más irreal en ese momento de éxtasis en el que no pensaba bien.

Cuando Jongdae y el mundo se detuvieron para darle paso a una explosión de infinito placer, que manchó de blanco el interior de uno y el abdomen de ambos, y que por el bien de su salud mental solo duraba unos segundos, Minseok atrajo el rostro de su novio falso con rudeza y lo besó con toda la fuerza que le quedaba después de su más placentera experiencia. Fue suficiente para volver los labios de ambos de un tono delicioso y pecaminosamente más oscuro. En su mente las palabras gritaban, luchaban por salir de su boca y Minseok puso mucho empeño en cerrar cualquier espacio entre sus labios y los de Jongdae para evitar que estas escaparan. 


⚡❄️⚡

Gracias por leer!

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