Capítulo: 12

Lavo mi mano ensangrentada.

Tomo un pañuelo que siempre tengo en el bolsillo trasero de mi pantalón y envuelvo mi mano en este haciendo un nudo al final para que cese la sangre.

Salgo del bar lo más rápido que puedo para no ser visto por Melani y que me arrebate a preguntas de que me pasó o que haga alguna escenita.
<<Una escenita es lo último que me apetece en estos momentos>>.
Por razones obvias no puedo ir en la moto así que tomo un taxi y mando a la grúa a que la vaya a buscar.

Abro la puerta de casa y corro con la suerte de que no hay nadie en la sala, me escabullo por el pasillo hasta llegar a mi habitación, solo que allí no tengo la misma.
—¡Abuela!— me pongo la mano en el pecho—que susto me haz dado— suspiro.

Sus ojos grises están fijos en mi mano y en el pañuelo que traigo envuelto.
—¿Jonathan, que te pasó?— dice alarmada, con sus ojos llenos de preocupación, toma mi mano entre las suyas. Con extrema delicadeza comienza a desatar el nudo final para desenvolver el pañuelo de mi muñeca.

—No es nada abuela, fue un accidente que tuve en un bar.
—¿Te has peleado con alguien?
—No, ya he dicho que ha sido accidente, abuela, estoy bien— digo para que no se preocupe.

—Traeré el kit de emergencias para curarte, pichón, se te puede infectar, son heridas profundas— va hacia el pomo de la puerta, lo gira y sale.

Unos minutos después entra de nuevo con su kit en mano.

Me siento en la cama y extiendo la mano para que la tome y comience a expandir un pedazo de algodón con mercurio por las profundas heridas del cristal.

—Hijo, está de visita en casa la nieta de una de mis amigas de la infancia— hace una pausa como preparándome o pensando en como lo dirá— estaba pensando en que pueden salir un rato a conocerse.

Suspiro en frustración.
—¡Joder Jonathan, ni siquiera la has visto!—exclama.
Suelto una sonora carcajada al oírla soltar una palabrota.
—Ya muchacho insolente, ¿lo harás por mí, sí o no?— pregunta.
<<¿Qué remedio me queda?>>.
—Sí.
Sonríe con aires de grandeza.

—Solo una pregunta— digo.
—¿Sí?— dice con la vista fija en el vendaje en mi mano, terminando.
—¿Es la monja? , o sea, ¿la chica de la iglesia?—pregunto con interés.
<<No se porque presiento que conozco a esa chica>>.
_Ah, no, ya te la presentaré a ella un día de estos— dice y sonríe satisfecha.

—Jonathan, ella es Bianca, Bianca, él es mi nieto Jonathan— nos presenta.
Nos saludamos con un beso en la mejilla.

—¿Por qué no salen un rato esta noche?—pregunta mi abuela llevándose a los labios un sorbo de su taza de té.
—¿Para qué?— la pincho.
Me da un pisotón en el dedo gordo de el pie por debajo de la mesa.
Intento esconder la sonrisa que se forma en mis labios.

—Por mí bien— exclama Bianca.
—Está bien— concuerdo.
—¡Perfecto, conozco el lugar perfecto!—exclama mi abuela.

4:35 pm.
Decido entrar un rato a la piscina antes de ir a bañarme.
<<Uno de mis pasatiempos favoritos>>.

Bianca se une a mí unos minutos después y conversamos un rato.
Ella es de pelo cobrizo, ojos color miel y un cuerpo despampanante.
<<Lo acepto, es guapa>>.

Quedamos en encontrarnos en la sala a las 6:30 pm para ir a comer al restaurante que nos recomendó mi abuela.

6:30 pm.
Voy camino a la sala, me he puesto unos baqueros blancos, camisa negra y una chaqueta de cuero negra.

Unos minutos después llega Bianca a la sala, se ve bien. Típico de la que quiere llamar la atención: vestido corto con escote pronunciado, maquillada, perfectamente peinada.
<<Está guapa, pero no me impacta. Me van más las chicas sencillas>>.

Unos minutos después hemos llegado a la dirección que me dio mi abuela, el lugar parece bastante sencillo pero acogedor:
Paredes teñidas de un color rosa pastel, algunas paredes son con el fondo en blanco y tapiz de flores, puertas de madera y las sillas igual.
<<El aroma que llega desde la cocina te deja babeando y eso que ni hemos entrado>>.

El mesero nos lleva hacia nuestra mesa que queda al lado derecho de la que está en el medio, cerca de la cocina.
Nos entregan el menú y dejo que Bianca elija que vamos a cenar.

Mi corazón se acelera repentinamente, mi respiración se vuelve pesada y errática al sentir una conexión inexplicable que guía mi vista hasta la mesa de al lado.
<<Es Emma>>.
Nuestras miradas no tardan en encontrarse.
<<Está preciosa>>.

Entreabre los labios y se muerde el labio inferior.
<<Tengo ganas de morderlo, mis sentimientos por esta chica son insaciables, no importa cuantas veces la bese, siempre voy a querer más>>.

Pero no está sola, está con ese farsas de Carlos.
Aparta la vista de mí y no puedo evitar sentir una punzada de rabia en mi pecho.
<<¿Cuándo va a terminar con ese idiota?, no lo quiere>>.
Le hago señas por debajo de la mesa para que valla hacia el baño.

—¿Estudias?— pregunta Bianca intentando sacar tema.
—Ya he terminado la universidad— respondo sin mirarla.

Emma me mira con los ojos entrecerrados.
<<Se resiste, lo sé, le gusto aunque sea un poquito, sino ni me mirara>>.

—¿Qué edad tienes?— sigue Bianca con su interrogatorio.
—22, ¿y tú?.
—23, no es tanta la diferencia.
Le doy una sonrisa en respuesta y busco mi móvil por mi bolsillo derecho.

Llamo a Emma.
<<Necesito hablar con ella. Además, sé que se va a poner incómoda y se va a cabrear y me encanta cuando se pone así>>.
Me mira con los ojos entrecerrados nuevamente.
<<Ya casi>>.

Le paso un mensaje:
Jonathan: Si no vas a hablar conmigo ahora mismo, al baño, voy a ir a tu mesa y le voy a contar yo a tu noviecito "lo que le hicimos, que está mal", según tú.

La observo teclear una respuesta, le tiemblan las manos y se muerde el labio inferior mientras lo hace.
Me responde:

Emma: Tú vez primero, yo después, para no levantar sospechas.
<<Lo sabía, quiere hablar conmigo>>.
Pd: Ash, no sabes cuánto te odio Jonathan.
Río al leer su posdata.

Meto el móvil en mi bolsillo derecho.
—Voy al baño, espérame aquí, no tardo— le aviso y asiente con la cabeza mientras toma de su bebida.

Unos minutos después ya estoy en el baño y le mando un mensaje a Emma:
Jonathan: Ven ya, o te iré a buscar yo.

Unos segundos después estamos los dos en el baño en el sitio en donde acaban generalmente "mal" todas nuestras conversaciones cuando estamos en el mismo lugar.

—¿Qué quieres pedazo de capullo?— dice con el ceño fruncido e intenta empujarme.
—¿Me puedes escuchar?— me acerco a ella.
—No, no quiero escucharte— me empuja de nuevo, esta vez tomo sus manos y la jalo contra mi cuerpo.

—¿Así que me odias?— no puedo evitar sonreír.
—Con toda mi alma— dice muy despacio, en un susurro casi inaudible.

Roso mis labios con los de ella, necesito sentirla.
En un descuido aflojo mi fuerza en sus muñecas y se aleja.

Mira el vendaje en mi mano, la
toma entre las suyas con extrema cautela de no lastimarme.
—¿Qué te pasó?— me pregunta y puedo ver la preocupación reflejada en sus brillantes ojos azules.
—Necesitamos hablar— susurro.
—No, no hay nada que hablar, lo que tenía que hablar ya te lo he dicho esta mañana.
<<Esta mañana me has dejado que me llevara una de tus primeras experiencias, no es posible que quieras dejarlo así, Emma>>.

—¡Joder Emma!— exclamo frustrado.
<<Esta chica me pone de los nervios>>.

Se acerca a la puerta y toma el pomo entre sus diminutas manos.
—Tienes novia y yo tengo novio dejémoslo así—dice y se va.
<<¡Joder que no tengo novia!, ¿cuándo lo va a entender?>>.

Para cuando salgo del baño miro hacia su mesa y ya no está, ni el idiota de su "novio".

Terminamos de comer y pago la cuenta.
La llevo a casa.
—¿No vienes?— me pregunta al ver que no bajo de mi moto.
—No, aún tengo algo importante que hacer antes— digo y me voy sin más.

Unos minutos después estoy en frente de la ventana del cuarto de Emma.
Tiro 3 piedritas en su ventana para ver si se asoma y nada.
Sé que está ahí, he visto su largo cabello rubio.

Pasados 2 o 3 minutos de tirar piedritas por la ventana veo una escalera recostada a un árbol en lo que parece ser el jardín de su casa.

La tomo y es lo suficientemente grande y fuerte como para subir en ella hasta su habitación.
<<Si esta es la única manera que tengo para que me escuche, así será>>.

Subo escalón tras escalón hasta llegar a la ventana de su habitación.
No la veo por ningún lado, echo un vistazo a su habitación y es tal y como me la imaginaba:
Paredes color crema, cortinas blancas, cama grande, un montón de peluches y almohadas encima de ella.

Sale de lo que parece ser el baño y parece que la he pillado en mal momento.
Grita al verme y la toalla que la envolvía resbala de su cuerpo hasta caer en el suelo.

Tiene los pechos voluptuosos, redondos, se me hace la boca agua nada más de imaginar todas las cosas que podría hacer con ellos, piernas largas y hermosas..
—¡Uau!— exclamo.
Para mi mala suerte logra recuperar su toalla del suelo demasiado pronto.

—¿Pasa algo Emma?— pregunta el idiota de Carlos desde el otro lado de la puerta.
<<Me saca de quicio este idiota>>.
—Pasa que..— intento hablar y Emma me tapa la boca con su suave mano.

—¿Hay alguien ahí?— pregunta.
—No, ya casi bajo, ve a cenar— responde Emma.

Carlos parece que se ha ido, le quito la mano de mi boca y me acuesto encima de su cama, esta suave y huele a Emma.
<<A manzanas y a Emma>>.
—Bien, de aquí no me voy hasta que me escuches— le aviso, cruzo los pies y tomo uno de sus peluches.

Es un gato y tiene una cola enorme y peluda.
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Nota de la autora📖:
Holaaa, ¿todo bien?, espero que sí❤️.

Espero que el capítulo haya sido de su agrado☺️.
Si fue así me ayudarías mucho dejando ⭐️ y si gustas comentar tus partes favoritas sería de gran ayuda e inspiración para mí.

También recuerden que los estaré leyendo y dándole ❤️ a sus comentarios. Los amo muaaa💋⭐️❤️un beso enorme.

❤️Recuerden que hay actualizaciones todos los fines de semanas❤️.

Si encuentran algún error o falta de ortografía a lo largo de el capítulo, favor de hacérmelo saber lo mismo al privado o en este hilo de comentarios📖.

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