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| La corte Auroriana |

Audrey podría decir que su historia comenzó cuando su relación con Ben terminó y su vida se vino abajo, pero sería una completa mentira, su historia inició ese primero de noviembre del 2009 que fue llevaba por sus padres a La Ciudad de Auradon, casi no conocía la capital, ella solo visitaba Cinderelle Burg porque ahí estaban sus mejores amigos; Chad y Jane. 

Su mamá le había dicho que conocería al príncipe Ben, quien en unos seis años sería su rey, que debía ser respetuosa y amable, también le dijo que cuando bebés ocasionalmente se juntaban para jugar, pero nunca habían compartido muchas palabras desde que dejaron de tener dos, pues la princesa cuyo colo favorito era el rosa era demasiado tímida.

Decir que se encontraba emocionada sería la palabra correcta, había oído de Lonnie y Doug lo bien portado y solidario que era el príncipe Ben, hasta donde sabía las personas buenas eran quienes hacían el mundo un lugar mejor y si Ben era una de esas personas entonces merecía el cielo y la tierra, sin embargo antes debía asegurarse de que el príncipe merecía la lealtad.

Muy contrario a los que las chicas de su escuela pensaban, ella no era una mocosa mimada y engreída, solo sabía lo que tenía y lo usaba a su favor, incluso su imagen de niña tontuela, si la veían como alguien tan poco inteligente no esperarían nada de ella bueno, les demostraría lo que la cabeza hueca de la clase tenía para dar.

—Muy buenos días, sus majestades —a Audrey le sorprendió que Ben reverenciara a sus padres, por lo que sabía el príncipe un día sería más importante que sus padres, esto le hizo pensar que tal vez el príncipe era humilde —. Princesa Audrey, es bueno tenerla nuevamente —cuando la imagen del galante Ben tomando la mano derecha de la niña castaña y besando delicadamente sus nudillos llegó a los ojos de los mayores, se sintieron enternecidos ante tan dulces interacciones.

—También es un placer, príncipe Benjamín —se inclino ante él y sonrió dulcemente, a Ben le pareció una sonrisa muy linda, que le hacía honor a su portador.

—Dime Ben, mis amigos me dicen Ben —fue en ese momento en que Audrey decidió que seguiría a ese niño hasta que ambos portaran coronas.

Con el paso del tiempo se hizo costumbre ver al príncipe Benjamín acompañado de la princesa Audrey, quien muy a pesar de las palabras de Ben, nunca pudo dejar de llamarlo Benjamín cuando estaban acompañados.

A veces hasta corregía a los demás recordándoles que era el príncipe Benjamín, para cualquiera que no los conociera creería que era una acción elitista poco digna, pero los que conocían la amistad entre los niños sabían que Audrey solo les recordaba el respeto que debían tenerle a Ben, no por ser príncipe, sino por ser de esas personitas que hacen el mundo un lugar mejor.

Audrey le brindó más que su eterna lealtad a Ben ese día, le entregó su corazón, un amor que en ese momento pensó que él atesoraría tanto como ella lo hacía con su amistad.

Una mano en el hombro sacó a Audrey de sus divagaciones, el rostro fruncido y preocupado de Jane la recibió de vuelta en la realidad. La miró confundida unos segundos antes de que su amiga hablara.

—Evie me llamó hace un rato, Halley y las animadoras ganaron las nacionales —no se sorprendió por la palabras dichas, siempre supo que Halley lo lograría, sonrió orgullosa de su hija.

No era ciega. Claro que conocía a su hija, su hija y su inexplicable amor hacia Apolo Beast, no sabia como sentirse al respecto y no era como si pudiera hacer algo al respecto, no puede borrar el echo de que gracias a ella Halley conoció a Apolo, que sin duda era lo mejor de Ben, él único además de Ben que valía la pena en esa familia maldita.

—Me alegra por ella.

—No te ves tan feliz, ¿Quieres hablar acerca de eso?

—Hace tiempo que no he podido comunicarme con Halley correctamente, temo que si no hago algo pronto la perderé para siempre, Jane —el miedo en la voz de Audrey le hizo saber a la nombrada la realidad de sus sentimientos, ella también estaba preocupada por esto, su mejor amiga se sacrificaba por ellos a diario pero Halley recibía todo el cumulo de estrés y ansiedad en Audrey.

ɴᴏ ᴘᴜᴇᴅᴏ ᴄʀᴇᴇʀ ϙᴜᴇ sᴇᴀ ᴅɪғɪ́ᴄɪʟ sᴏʟᴏ ʜᴀʙʟᴀʀᴛᴇ

Hace dos años le había sugerido que fueran a verla a terapia familiar, aún así ella se había negado, lo entendió aunque hoy se decía que debió haber insistido. Si estuviera en el lugar de Audrey y sintiera el rencor de su pequeña Jessica, no podría soportarlo.

—Halley ya es casi mayor de edad, Audrey, no quiero asustarte ni nada por el estilo pero si no te la ganas pronto ella tendrá que decidir entre su familia y su sueño, sabes que en los adolescentes funciona así, si les dices que no con más ganas querrán hacerlo —informó conociendo de memoria la mirada desolada de Audrey, era la misma que ponía cada vez que hablaban en videollamada y hablaban de Halley.

—No será feliz si continúa con ese absurdo pensamiento, la música es un pasatiempo divertido pero nunca una carrera —repitió la frase que Jane había grabado en su memoria hace años.

ᴘᴇʀᴏ ɴᴏ ʟᴏ ᴇɴᴛɪᴇɴᴅᴇs

—Audrey, ¿Acaso no recuerdas cuando nosotras eramos adolescentes? —preguntó la mujer que vestía de traje celeste, Audrey se le quedó viendo —Nos creíamos el centro del mundo, como si Dios hubiera creado el mundo solo para nosotros, así es la adolescencia, Auds, te sientes especial, quieres sobresalir y que los demás te noten. —la reina de Auroria se preguntó cuando la tímida Jane se volvió tan sabia —Yo recuerdo a una joven Audrey que se sentía la razón de que el mundo girara, a eso me refiero, Halley tiene un don que la hace sentir especial y diferente a todos que quiere mostrarle al mundo, tal vez no te guste pero es lo que ella quiere, Audrey —espetó con firmeza, mirándola, esperando que dijera algo.

—¿Pero que pasará con su futuro? Ser artista es un trabajo muy voluble, cambia de acuerdo al gusto publico, no hay seguro ahí, Jane —dijo en voz baja Audrey, sin querer imaginarse la vida que le esperaba a su hija si seguía ese camino.

—No te gustará oír esto, Audrey, Halley es joven, tiene sueños y metas que quiere cumplir, es rebelde y completamente idealista, le gusta expresarse y la música es un gran medio para eso, ¿Y sabes qué? Adivina, tiene talento, es ambiciosa y adolescente, claro que quiere seguir ese rumbo, pero si tu sigues deteniéndola y prohibiéndole hacerlo solo consigues que se cierre a tus palabras y a ti —se explayo Jane, deteniéndose para volver a refutar ante lo que pensara Audrey.

—Es mi hija, Jane, yo sé lo que es mejor para ella, si no me escucha se arrepentirá el resto de su vida, no quiero que sufra, Jane.

ᴘᴏʀϙᴜᴇ ʟᴏ ᴘᴇʀᴅɪᴍᴏs ᴛᴏᴅᴏ

Y fue en ese momento en que Jane por fin comprendió de que se trataba todo. Audrey tenía miedo, mucho miedo.

—Esta generación es diferente, particularmente débil comparada a las anteriores, pueden llegar a ser más frágiles, inestables o inseguros, tienen poca tolerancia a la crítica, al rechazo y la frustración —le informó de forma totalmente profesional, recordando cuando su mentora le dio exactamente esas palabras —. No se conforman con seguir los parámetros establecidos y no tienen miedo a hablar ante las injusticias, siempre buscan expresarse, tienen el reto de cuestionar lo que por años ha sido incuestionable, esa misma sensibilidad que los caracteriza hace visible los problemas sociales y ambientales, su poca tolerancia a la frustración es lo que los motiva a generar cambios sociales —Audrey seguía sorprendiéndose de Jane, cuando se enteró que estudiaría esa carrera pensó que era adorable, ahora comprendía que Jane era completamente profesional.

—No quiero que sufra, Jane...

—Audrey... piensan que esta generación es frágil porque tienen facilidad de demostrar sus emociones y la sobreprotección de los padres, han crecido en un contexto en el que está bien demostrar que ser vulnerable está bien porque los padres de dicha generación les expresan el afecto de forma más abierta, con palabras de amor y aprobación —explicó Jane de forma más tranquila, viendo los cambios en el perfil de Audrey.

—No quiero que se exponga.

—No puedo ayudarte si no estás dispuesta a dejar crecer a tu hija, —murmuró la de ojos claros cerrando los ojos, dándose por fin por vencida—lo siento, Audrey, pero Halley no es como tú y definitivamente no se limitará.

ɴᴀᴅᴀ ᴅᴜʀᴀ ᴘᴀʀᴀ sɪᴇᴍᴘʀᴇ

—Adiós, Jane —se despidió levantándose de la silla en la que había descansado la última media hora.

—Algún día, Audrey, desearás no haber sido tan terca —se dijo Jane apretándose el puente de la nariz y suspirando rendida.

Para Jane fue difícil estar en medio de esa disputa familiar dos años enteros, le había ofrecido sus servicios a Audrey para Halley hace tiempo pero fue Audrey quien decidió que sería ella la tratada. Jane le había hablado a Audrey de todas las formas posibles para que entendiera que mientras más se negara Halley lo querría con más ahínco, y ella seguía negándose a entender que ceder un poco sería positivo en este caso. Se había pasado noches en vela escuchando a Audrey llorar, no importaba cuanto tuviera que pasar ella no cedía. Jane no tenía voluntad de acero, no era inmune a la empatía, le había echo prometer a Audrey que si no accedía esta se convertiría en su última sesión, y si, fue su última sesión.

Se despidió de Harry y empezó su camino a su auto, donde encendió su celular y busco el video de las animadoras de Auradon Prep, la rutina que las llevó a la victoria. Copio el link y se lo envió a Audrey, también adjunto el de la entrevista que le hicieron a Halley después de haber ganado. Configuro la radio de su auto y cuando escucho Journey, comenzó su camino de vuelta a La Ciudad de Auradon.

Audrey observó por la ventana de su oficina como el auto de Jane desaparecía en la autopista, se sintió mal por haber rechazado tantas veces su ayuda, aun así sentía que estaba haciendo lo correcto, amaba con todo su corazón a Halley pero ella debía entender que ese sueño suyo no valía la pena, tenía que.












━━━━━━ ⸙ PERFECT ⸙ ━━━━━━

No puedo creer que estemos a punto de terminar el songfic, estoy que me muero de los nervios, es como una de esas veces en que sabes que algo bueno pasará pero como no quieres arruinarlo vas con cuidado, así estoy.

terminado: 25/10/21

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