048. It's the end of something

CHAPTER FORTY EIGHT
es el fin de algo. . .

"tengo miedo"


























MEREDITH GREENE OBSERVABA desde el cristal de la camioneta a un grupo de motociclistas que tenían en frente, eran al rededor de 8 tipos los que tenían enfrente. La doctora, quien iba sentada en medio de Daryl y Abraham, volteó a ver a ambos.

—¿Por qué no bajan y se acercan un poco?. — pidió el hombre que parecía ser el líder de ese grupo, sin pensarlo tanto los de la camioneta bajaron lentamente sin despegar la mirada de los hombres.

Meredith estaba asustada, realmente los motociclistas si imponían bastante y la Greene pensó que a lo mejor era su fin. Abraham al notar la expresión de la castaña, le dio una pequeña mirada intentado tranquilizarla, sabía que por su cabeza solo estaba pasando llegar bien con sus hijos.

El también quería lo mismo.

—El segundo paso: entreguen sus armas.

—¿Por qué haríamos eso? — preguntó Daryl rápidamente bajo la atenta mirada de los demás.

—No son suyas. — comentó el hombre que tenía unos guantes negros de piel.

La única mujer en el lugar se había limitado a observar a todos los motociclistas, por un momento había pensado en acabar con todos pero era una idea demasiado tonta, eran demasiados, no podrían.

—¿De quién son entonces?. — rompió Meredith su silencio acercándose al líder.

El hombre se acercó aún más a ella observándola de pies a cabeza, Daryl le dio rápidamente una mirada de advertencia a Abraham pues el pelirrojo realmente estaba enojado de ver la manera en la que estaban observando a la mujer Greene.

El líder quien ya estaba frente a frente con Meredith tomó un mechón de su cabello acomodándolo tras de su ojera para después responder.

—Su propiedad ahora le pertenece al ojo en el cielo. — respondió el hombre viendo como la mujer lo miraba con duda —Y a Negan, por supuesto.

Al escuchar aquel nombre el alma de la mujer se heló por completo, retrocedió unos cuantos pasos hacia atrás y con todas sus fuerzas intentó no caer al piso de la impresión. Tenía muchos años que no escuchaba aquel nombre que, por un momento ella había olvidado.

Demasiados recuerdos, demasiados sentimientos, demasiados errores habían regresado a la cabeza de Meredith Greene dejándola con un mal sabor de boca. Pero claro, ella misma intentó tranquilizarse, podían existir demasiadas personas con ese nombre, no podía tratarse del mismo.

Negan — murmuró la mujer en un hilo de voz escuchando todos sus pensamientos hablando al mismo tiempo.

































Las cosas no podían ponerse peor en la casa de los Anderson, luego de una inesperada pelea entre Carl y Ron, los caminantes habían podido entrar gracias a que los adolescentes habían roto la puerta de cristal del garaje.

Si antes tenían los días contados, ahora tenían las horas contadas. Debían salir de esa casa lo más rápido posible si no querían ser comida de caminante.

Fue entonces cuando Rick ideó el plan más asqueroso y repugnante según Marlene. La idea era cubrirse de viceras y restos de caminantes para poder ocultar su olor y de este modo poder desplazarse camuflajeandose entre los muertos vivientes

—¿Estás lista?. — preguntó Carl llegando hasta Marlene quien aún no se ponía aquella sábana asquerosa.

Al Grimes se le hizo algo divertido ver la expresión de asco que Marlene tenía aún viendo esa manta ensangrentada y vieja, realmente no sabía cómo lograría que la rubia se la pusiera.

—Es un hecho, si me la pongo, vomitaré — dijo con asco llevando una mano a su boca —esto es totalmente asqueroso.

Carl dejó la manta que había tomado para él en el piso y se acercó a la rubia tomándola con ambas manos de la cara. Ambos se miraron fijamente un par de segundos mezclando los azules de sus ojos.

—Conmigo no tienes que fingir, luz. — la rubia lo miró un par de segundos con un pequeño puchero en sus labios.

—Tengo miedo. — admitió en un susurro a lo cual Carl la vio comprensivamente, él también tenía mucho miedo, por su hermana y por su padre pero sobre todo por Marlene.

Sin pensarlo mucho pues sentía bastantes nervios, Carl aún con las manos acunando el rostro de Marlene se acercó a ella dejando un sincero beso en sus labios, lento, tierno pero sobre todo puro y honesto. Al separarse ambos con los ojos cerrados unieron sus frentes, fue entonces cuando Marlene suspiró tranquilamente.

La rubia durante esos días no le habia dado el tiempo a su corazón de amar a Carl Grimes, sin embargo no importaba el poco tiempo que le diera a ese sentimiento, simplemente se quedaba ahí el amor y era obvio que cada vez crecía más hacia el.

Marlene aunque no lo había dicho como tal, lo amaba con todo su ser, ambos se acompañaron desde que todo comenzó y día con día se vieron crecer al igual que su amor por el otro.

Te amo, Marlene. — dijo por primera vez Carl Grimes dejando a su corazón liberarse, liberar aquel sentimiento de una magnitud inmensa.

Marlene abrió los ojos separándose lentamente del castaño quien la miraba algo asustado pero decidido de sus palabras. Realmente el alma de Marlene había brillado por completo al escuchar esas palabras por primera vez.

Antes de que la rubia pudiera contestar, Rick entró al cuarto, el hombre ya se encontraba con la sábana de viceras puesta y en su cara podía verse una expresión de temor.

—Es hora. — aviso el mayor antes de irse nuevamente de la habitación.

Ambos adolescentes voltearon a verse sabiendo que había llegado la hora temida, debían salir, debían sobrevivir.




























—Yo puedo llevarme a Apolo y a Judith a mi iglesia. — dijo el padre Gabriel haciendo que Marlene volteara a verlo con algo de desconfianza, realmente en esa situación no quería despegarse de su hermano —Confíen en mí.

—¿Podrás hacerlo? — interrogó Michonne con la misma desconfianza que todos tenían.

—Debo hacerlo. Tengo que hacerlo. — dijo el de tes morena algo dudoso pero cuando su mirada cayó en Marlene la cual lo miraba totalmente seria tuvo que decirlo con firmeza —Lo haré.

Entonces Carl fue el primero que le pasó a Judith lentamente, tenían que ser silenciosos pues estaban rodeados de todos aquellos caminantes que ya los hubieran comido de no ser por su asqueroso camuflaje que llevaban puesto.

Luego fue el turno de Marlene quien dudó en acercarse, Rick miró a la rubia haciéndole una seña de que no había otra opción y no le quedaba más que confiar.

—Tienes mi vida en tus manos, Gabriel. — dijo Marlene duramente antes de obligarse a darle al bebé de ojos claros.

Cuando Gabriel tuvo a los dos bebés , Jessie se apresuró en tomar la mano de Sam acercándolo a ella.

—Lleva a Sam. — pidió la de cabello corto —Será más seguro para el.

—No, mamá. No voy a separarme de ti. — dijo el rubio rápidamente mirándola con súplica.

–Sam...

—Mamá, no. Puedo hacerlo, puedo acompañarlos.

Ambos Anderson se miraron un par de segundos, Marlene entendía la preocupación de Jessie, Sam era un niño asustadizo que desgraciadamente había sido traumado aún más por los relatos de Carol.

También Marlene tenía miedo de que algo le pasara.

Luego de que Jessie accediera, todos volvieron a tomarse de las manos, Carl tomó la de Marlene y la rubia volteó a ver a Ron antes de ofrecerle su mano.

Ron Anderson miró a Marlene un par de segundos, el también tenía miedo tanto por su familia como por ella, no quería perder a nadie más luego de lo de su padre. Ron tomó la mano de Marlene regalándole una mirada que la Greene entendió como un confío en ti.

Fue entonces como el grupo comenzó a caminar por las calles de Alexandria sutilmente, intentaban no hacer ruido, ir despacio y pasar desapercibidos.

...

Después de por lo menos una hora de estar caminando entre los caminantes, la noche había caído, las calles estaban completamente oscuras y el miedo cada vez se hacía más fuerte.

—Mar — llamó Ron en un susurro aún caminando.

La mencionada volteó a verlo con una expresión de angustia, veía al castaño demasiado asustado.

—Tranquilo Ronchis, saldremos de esto. — calmó en voz baja la de rubio cabello regalándole una tierna sonrisa a su amigo que la respondió de igual forma.

Fue como si Marlene hubiera atraído los males, pues justo después de eso, Sam soltó la mano de Rick mientras se alejaba lentamente del grupo llorando.

El niño estaba entrando en un ataque de pánico, probablemente había recordado todos esos pensamientos que lo habían atormentado por días respecto a los monstruos.

¿Sam?. Vamos, por favor. — suplicó la madre del menor con miedo en su voz, el niño simplemente lloraba y negaba repetidas veces con la cabeza —tu puedes Sam.

El ya no quería seguir. Estaba aterrado.

—Puedes hacerlo Sam, mira a mamá. — pidió Ron mirando a su hermano en un hilo de voz aterrado, sentía muy cerca la pérdida de su hermano.

Marlene por primera vez pudo separar el temor del terror y esa vez, aquella escena fue terrorífica para sus ojos, el sentimiento que abarcó el corazón de la de ojos color mar fue indescriptible.

Marlene miró como Jessie le suplicaba a su hijo casi llorando, el menor al llorar no puedo controlar su tono de voz y fue entonces como llamó la atención de los caminantes trayendo la desgracia de los Anderson.

En un momento Sam Anderson estaba siendo vilmente devorado por cuatro caminantes haciendo que la escena se volviera traumática y sangrienta, Jessie gritó como una madre lo haría al ver la vida de un hijo perderse, seguía sin soltar su mano.

Marlene se quedó sin aliento separando sus labios, quería decir algo, quería moverse pero no podía, se había quedado paralizada viendo como la vida de un niño había sido tomada de la peor manera.

El grito de Jessie Anderson resonó y resonó por la cabeza de Marlene Dixon de la manera más martirizante posible, ese grito había llegado hasta su corazón paralizándola por completo.

Otra punzada más llegó a su corazón cuando vio a los caminantes sobre Jessie, el grito de ella los había atraído viéndola a ella como el blanco. Las piernas de Marlene se debilitaron sintiendo su cuerpo tan liviano que podía caerse en cualquier momento viendo la escena tan desgarradora para sus ojos.

—Mamá... — llamó Ron en un hilo de voz sintiendo sus lágrimas caer, se sintió vacío en un par de segundos pues la vida le había arrebatado a toda su familia en una noche.

El Anderson soltó la mano de Marlene quien seguía inmóvil sin decir una sola palabra sumergiéndose en su dolor. Ron solo pudo mirar como Rick cortaba la mano de su madre pues no soltaba a Carl y los caminantes se acercaban.

Marlene se había soltado tanto de su mejor amigo como de Carl, ella había quedado en medio de los caminantes en un estado de trance, aunque su mente quería volver a la realidad para poder sobrevivir, su corazón estaba frágil en ese momento.

El sonido de un arma cargarse la hizo volver a la realidad, volteando hacia atrás se encontró con Ron apuntándole a Rick, el chico realmente estaba destruido al haber presenciado esas perdidas de una manera tan abrupta y desgarradora.

Marlene dio dos pasos hacia enfrente queriendo acercarse mientras que con una de sus manos hacía una seña de alto a Rick y Carl. No quería que le hicieran nada a su mejor amigo.

—Ron... — susurró la Dixon logrando llamar su atención, este simplemente giró la cabeza hacia su dirección, ambas miradas estaban llenas de lágrimas y dolor al haber acabado en esa triste situación.

Carl quiso acercarse a la rubia pero su padre lo impidió, no era buen momento pues Rick sabía lo que pasaría, lo supo desde que intercambió una mirada con Michonne segundos atrás.

—Tengo miedo — murmuró Ron en dirección a quien considero el amor de su vida durante toda su niñez y adolescencia, Marlene.

Ambos intercambiaron una mirada llena de dolor, la mirada de Marlene se ablandó y antes de poder acercarse a abrazarlo pasó lo que más temió desde que volvió a reencontrarse con el.

Michonne llegó por atrás del muchacho enterrando su espada justo en el pecho del Anderson logrando que como reflejo disparara la pistola que llevaba en manos.

Las lágrimas de Marlene salieron automáticamente sintiendo su corazón ahogarse dentro de ella, la rubia ahogó un grito sintiendo por fin el dolor quemarla por dentro, quería gritar, quería morir en ese momento.

Al ver como el cuerpo de su mejor amigo iba cayendo, la rubia se apresuró en correr hacia el cuerpo sosteniéndolo torpemente, no quería que lo devoraran.

Tanta fue la impresión de aquella perdida que Marlene no prestó atención al ver como Carl también había caído pues la bala perdida la había recibido él dándole en el ojo. Rick llegó a su hijo completamente aterrorizado cargándolo y junto a Michonne salieron de la escena para poder salvar a Carl, dejando a Marlene sola en el lugar rodeada.

En aquel momento Marlene no pudo pensar en que estaba en peligro, no pensó en Carl ni pensó en que si se quedaba ahí probablemente no sobreviviría.

Lo único que hizo la adolescente fue caer al piso junto a Ron sobre ella abrazándolo con todas sus fuerzas mientras lloraba desconsoladamente. En ese momento Marlene quería acabar con todo, jamás imaginó el dolor tan grande que sentiría su corazón al perder a Ron Anderson frente a sus ojos.

Ni en sus peores sueños, pero en ese momento ahí estaba, tenia el cuerpo de su mejor amigo en su regazo completamente ensangrentado y sin vida. Y ahí estaba ella, muerta en vida llorando cada vez más fuerte sintiendo que le faltaba el aire.

Marlene realmente abrazaba a ese cuerpo como si la fuerza se lo fuera a regresar, quería que todo aquello fuera un sueño, un terrible sueño.

Entonces múltiples disparos comenzaron a matar a los caminantes a su al rededor que ya iban a ella. Meredith Greene y Abraham Ford dispararon protegiendo a su hija desde un mirador donde tenían vista perfecta a la zona.

Marlene ni siquiera miró a su al rededor, simplemente enterró su cara en el rostro de quien la salvó durante toda su niñez.

Y sin poder evitarlo, Marlene tuvo que liberarse gritando el nombre de su mejor amigo con todas sus fuerzas dejando muerto a su corazón.

—¡RON! . — dejando toda su alma en ese grito, Marlene siguió llorando desconsoladamente ahora viendo el rostro del mencionado, pasaba sus dedos por la cara del contrario esperando que por un milagro pudiera abrir los ojos.

Ron Anderson había sido el protector de Marlene toda su niñez, fue el compañero de todas sus aventuras y ahora le sería imposible recordar su vida de niña ya que en cada recuerdo estaba el castaño de mirada tierna.

Esa noche fue el fin de algo.













































AUTHOR'S NOTE

NO ME HABLEN, QUIERO ESTAR SOLA 😭

Este capítulo lleva en mi mente 3 años desde que empecé este fanfic y créanme cuando les digo que haber escrito esto hoy fue de las cosas más difíciles en mi vida de escritura.

Se los juro que tuve que pausar como 6 veces de escribir este capítulo porque me agarraba a llorar, recuerdo mucho que al construir el lazo de Ron y Marlene tiempo atrás me encariñe demasiado con esa relación que tenían y todo regreso a mi mente justo hoy.

Marlene y Ron se llevaron mi corazón y es triste saber que ya no los escribiré juntos 😭

En fin, dos capítulos más y My only shine por fin llegará a su fin para empezar el segundo libro.

Los estoy leyendo, LOS QUIERO.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top