020. 𝖬𝗂𝗌𝗌𝗂𝗈𝗇
°⠄🌈☁️ꦿ CHAPTER TWENTY:
i had a puppy called abraham ❞
㍍⠄𝄒‧ꦿ🌤️チ↻°.
― SOLO TIENES QUE CREER PARA LUCHAR ― volvió a decir Marlene a Tara quien aún mantenía la mirada baja.
Unos gruñidos acapararon la atención de los tres supervivientes, errantes, un pequeño grupo de errantes caminaba en dirección a ellos por la carretera.
― luchar ― murmuró la rubia tirando su mochila y sacando a Ryan, era hora de luchar.
Glenn quien sacó un cuchillo camino hasta el errante más cercano enterrandóselo en la cabeza sin embargo otro caminante lo agarro desprevenido por atrás, el coreano logro matarlo sin embargo cayó al piso inconciente.
Otro grupo de errantes se acercaba.
― Glenn ― Tara corrió hacia el asiático tocándole el pecho.
― ya se desmayo este inútil ― se burló la rubia ― no te preocupes, ya se había tardado.
Marlene camino hasta los cinco errantes que se acercaban a ellos, tomando impulso la rubia golpeó la cabeza de uno haciendo que cayera al piso muerto.
Otra vez.
Eso mientras que Tara intentaba reanimar a Glenn, aún no despertaba.
Por cada golpe que Marlene daba con el bate sentía como la sangre salpicaba su cara. Había extrañado aquella extraña adrenalina.
Pero aún no estaba bien, no debía forzarse mucho.
― estúpido ― murmuró la Greene antes de golpear al último errante en la cabeza.
Fue cuando el grito de Tara la hizo voltear.
Un caminante la había atacado por detrás.
Marlene corrió hasta la castaña golpeando primero las piernas y luego el torso del errante impidiéndole el caminar, tomando impulso la chica proporcionó el último golpe en la cabeza del caminante pero en el acto la chica también cayo al piso de rodillas.
― gracias ― la rubia asintió ― ¿Estás bien? ― Marlene negó.
En eso el sonido de un vehículo se acercó.
Un camioneta de militar estaba estacionada enfrente de ellos. Marlene veía nuevamente borroso, sentía como su vista daba vueltas y nuevamente el sentimiento de ahogamiento la invadió.
Cómo Hershel había dicho, aquella fiebre siempre iba a dejar residuos, y en el caso de Marlene eran aún más graves pues la rubia no había curado del todo, la noche anterior había estado apunto de morir.
Estar luchando con caminantes al día siguiente no ayudaba en nada.
― ojalá hayan disfrutado el espectáculo, idiotas ― grito Tara a la misteriosa camioneta que tenía enfrente.
Marlene desde el piso miro a la castaña con una ladeada sonrisa, Tara le agradaba.
Tres personas bajaron del trasporte, Marlene los observó con detenimiento.
Un pelirrojo algo fornido y alto, una mujer castaña algo bronceada y por último un hombre más bajo con un peinado algo ridículo y una mirada aterrada.
― tienes una boca muy sucia ¿Lo sabías? ― hablo el pelirrojo ― ¿Que más tienes rubia?.
Los tres nuevos habían visto todo el show de Marlene con el bat, había sido bastante impresionante a decir verdad.
Tenía agallas.
Y eso que se estaba casi muriendo.
La Greene quien se hallaba sentada en el piso tratando de recuperar aire entrecerró los ojos, quería dar un comentario icónico sin embargo al tratar de hablar sintió como la sangre venía nuevamente por su boca asi que corrió fuera de la carretera encorbandóse para tirar todo.
Tara siguió a la rubia bajo las interrogatívas miradas de los nuevo.
La castaña recogió el pelo de la Greene impidiendo que esté le estorbara, esos coágulos si que eran desagradables.
― puedes limpiarte con mi camiseta ― ofreció Tara ― ¿Tienes agua? Podemos buscar y- ― la rubia la corto tomándola del brazo gentilmente.
― estoy bien ― Marlene camino hasta los nuevos ― sangre, ¿Te sirve? ―– respondió por fin la Greene dibujando una sonrisa burlona en el pelirrojo.
Sería una larga aventura.
― me voy a morir ― alegaba Marlene recargada en las piernas de Tara acostaba boca arriba.
La rubia no entendía como, ni en qué momento, solo sabía que iban en la cajuela de carga de la camioneta militar, Glenn aún estaba inconsciente, sin el coreano no había mucho que hacer.
Para empeorar la situación Marlene había entrado en un especie de bloque negativo, triste y enojado.
― Marlene no digas eso ― dijo Tara ― estás viva.
Marlene bufo.
― ¿Y acaso puedo estar más jodida? ― interrogó la rubia, ahora ni siquiera tenía a Carl para que la corrigiera ― está estúpida enfermedad me está matando, Glenn parece muerto, perdí a mi padre ― la voz de Marlene salió con algunos gallos ― y a mi abuelo también, no tengo a mi hermano, mi madre probablemente esté muerta.
Tara escuchaba con atención el relato, realmente pensaba en como una niña podía ser tan fuerte.
Quizá no lo creía pues su sobrina no había sabido sobrevivir.
― mataron a mi mascota, venimos en la cajuela de un loco pelirrojo que ni siquiera conocemos ― continuo Marlene con su humor pesimista.
En el trascurso la rubia continuo así, seguía escupiendo cada cierto tiempo restos de sangre pero al menos ya no vomitaba la misma.
Se podía decir que había una mejoría en ella, solo faltaba que el virus saliera totalmente a través de la sangre que escupiera.
Por lo menos eso pensaban.
― ¡déjame bajar! ― grito la chica nuevamente golpeando la ventanilla con su mano ― ¡Pelirrojo!, Oye, tu el de ridículo peinado ¡¡Déjame bajar!! ― chillo la chica imitando una rabieta.
Tal vez no consiguió que pararan la camioneta pero al menos había conseguido que Glenn despertara.
― no te muevas, toma un poco de agua ― ofreció Tara al coreano quien se enderezaba, se veía asustado al igual que confundido.
No era para menos.
― ¿Dónde estamos? ― interrogó el coreano a la rubia.
― haber, peleamos en la prisión, nos desmayamos, luego encontramos a Tara y juntos salimos de ahí, en la carretera te desmayaste como inútil y luego de eso una zanahoria andante nos secuestro en su camioneta fin. ― resumió Marlene viendo la confusión del hombre.
― Mar, Mar ― Glenn tomo de los hombros a la rubia ― ¿pasamos el autobús?.
La rubia negó.
― bueno, no se, yo también me desmaye luego de que nos encontraron, desperté hace una hora tal vez ― contó.
― si lo pasamos ― contesto Tara por la niña haciendo que ahora la atención del coreano se desviará a ella.
― ¿Que viste? ― interrogó Glenn.
― estaban todos muertos ― confesó.
― ¿Hace cuanto lo pasamos? ― pregunto.
― tres horas.
El asiático empezó a golpear la ventanita del camión.
― ¡Detén el camión! ― lo único que consiguió fue que el pelirrojo le levantará el dedo del medio.
Tanto Tara como Glenn empezaron a golpear el camión con más fuerza sin embargo no paraba.
Marlene tenía una idea.
― quítense ― pidió Marlene a sus amigos quienes hicieron lo pedido, Marlene tomo a Ryan ― ¡Detén el camión zanahoria! ― la rubia golpeó con el bat la ventanilla ― ¡Detén el camión! ― volvió a golpearlo siendo ignorada nuevamente ― bien, tú lo pediste.
La rubia concentro toda su fuerza en el golpe que daría, Marlene golpe la ventanilla con Ryan logrando que está se rompiera por completo.
Ya no había vidrio.
Fue cuando el camión paro logrando que Marlene y Glenn tomarán sus mochilas seguidos de sus casos y armas.
Cuando el camión paro por completo los tres supervivientes bajaron de este seguidos de los extraños.
― ¿Adónde diablos vas? ― pregunto el hombre pelirrojo a la rubia quien iba más adelante seguida de Glenn y más atrás Tara ― ¿A dónde diablos va?.
Los tres lo ignoraron olímpicamente.
Tal vez todavía había una mínima esperanza, una mínima oportunidad de encontrar a su hermano, tal vez Meredith estaba con vida.
Marlene tendría esperanza, o por lo menos trataría de tenerla
― no se que les dijo su amiguita sobre lo especial que es la misión en la que estamos pero el tiempo es primordial y ya estamos retrasados ― el pelirrojo se paró enfrente de ambos ― así que necesito que den la vuelta y regresen al camión ― ordenó causando la risa de la rubia.
― no me importa tu misión ― confesó Marlene ― y tampoco me voy a subir a tu maldito camión así que hazte a un lado.
― debemos irnos ― continuo Glenn tratando de pasar al hombre sin embargo este se volvió a poner enfrente.
― parece que ninguno de los tres ha estado prestando atención al infierno en el que estamos viviendo ― comento el hombre ― así que déjenme decirles cómo no terminar como un idiota muerto viviente.
Glenn y Tara guardaron silencio, Marlene no.
― estoy viviendo en el mismo mundo que tú, soy consiente de las cosas porque hasta donde yo he vivido perdí a muchas personas ― Marlene levantó la voz hablando más rápido mientras movia sus manos ― ¡así que hazme un maldito favor y déjame ir a buscar a los míos! ― grito la rubia con desesperación sintiendo un buen nudo en la garganta.
El pelirrojo miro atentamente a la curiosa rubia que tenía enfrente.
― necesitamos gente ― dijo ― te vi pelear, te necesito en este grupo ― comento el hombre ― a los tres ― prosiguió viendo atentamente a los tres chicos ― aún con todo ese equipo no durarían una noche, nos necesitan, están solos.
― voy a arriesgarme ― hablo Glenn pasando del hombre.
El pelirrojo poso su vista en la rubia.
― yo voy a dónde el valla, el va con quienes busco, yo voy con el ― explico la Greene con simpleza dando la media vuelta.
Ambos caminaron algunos pasos antes de volver a oír la voz del pelirrojo.
― Aunque no lo crean el destino de la maldita raza humana puede depender de nosotros ― hablo.
Marlene y Glenn pararon en seco volteando a ver al hombre de orbes azules.
― ¿De que diablos estás hablando? ― interrogó Glenn ― ¿Quién es este tipo?.
― soy el sargento Abraham Ford― se presentó ― y estos son mis compañeros, Rosita Espinosa y el Dr. Eugene Porter ― presento señalando a cada uno ― vamos a llevar a Eugene a Washington, D.C, Eugene es un científico y sabe exactamente que es lo que causó este desastre.
Probablemente Marlene no había escuchado ni media palabra de lo dicho pues se había estancado con el nombre, Abraham.
No podía quedarse callada.
― si, aja, todo muy cool lo que dijiste pero, yo tenia un perrito llamado Abraham ― contó ― ¿Cómo me confirmas que el no reencarno en ti?.
Con Tara y Rosita tratando de ahogar la amenazadora risa que luchaba por salir, Abraham mirando a la rubia con los ojos entrecerrados y Glenn dándole la cara al pelirrojo, una cosa estaba clara.
Se aproximaba una muy buena aventura.
Author's note 📝
Emocionada ando, ya namas nos quedan 4 capitulos más y terminamos con el acto tres omgggg jsksks.
Os juro que esto me tiene jodidamente emocionada, necesito empezar el acto cuatro.
Ya necesito escribir escenas con mi diosa Enid 🛐✨.
En fin, I love them ❤️
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