°⠄🌈☁️ꦿ CHAPTER SIXTEEN:
we won the war ❞

㍍⠄𝄒‧ꦿ🌤️チ↻°.

― ¿SEGURA QUE ESTAS BIEN? ― volvió a preguntar Roxane por quinta vez en la tarde ― hey, no me veas así jovencita, solo quiero saber que estés bien.

Marlene suspiro, ella realmente no diría que no se encontraba bien.

― lo estoy capitana ― comento la chica con una voz ligeramente cansada ― pero no quiero que te acerques a mi, Ricky lo dijo ― sin embargo la pelirroja atrajo a la Dixon a ella envolviendóla en un cálido abrazo — hey.

― sh ― calló la mujer dándole un golpe en la cabeza a la niña ― a mí no me importa eso, solamente no quiero dejarte sola.

Marlene sonrió aún en el abrazo, era reconfortante.

― ¡Marlene! ― el grito de Rick llamo la atención de ambas chicas quienes vieron al hombre en el primer alambrado.

Los errantes estaban por tirarlo, Shasha y Tyrese con ayuda de otros miembros trataban de impedirlo sin embargo parecía una tarea nada sencilla.

La rubia corrio hacia Rick pues aunque no se sintiera bien aun intentaba convencerse de que solo estaba cansada.

― escucha Mar ― Glenn impidió el paso de la Dixon ― ven ― el coreano tomo la mano de la niña quien siguió al chico aún en el disturbio que se generaba con los errantes del alambrado.

Marlene poso su vista en dónde Glenn apuntaba, el piso, en la tierra yacían cinco cuerpos de ratas sin vida, algunos se encontraban sin cabeza, otros sin la mitad de cuerpo, u otros simplemente deformados.

Esas ratas habían sido alimento para los caminantes.

Sin embargo en aquella escena un cadáver resaltaba más que el resto, un terso pelaje blanco se hallaba ahí, el fiel amigo y compañero de Marlene había sido alimento para errantes.

Chispita estaba muerto, el cadáver no contaba con la mitad de su cuerpo, solo su cabeza y parte de su torso se hallaba ahí, el tierno pelaje blanco ahora se hallaba a cubierto de sangre y aquellos ojos tan tiernos y característicos del animal en aquel momento se encontraban perdidos en el abismo.

― Daryl ve por la camioneta, tengo una idea ― el mencionado asintio ante la orden de Rick.

La prisión no caería por simples errantes.

― lo busque toda la mañana ― murmuró Marlene quien había entrado en un especie de tranzé ― el ayer estaba bien, el, el tenía mucha vida aún ¿Cómo?-

Glenn abrazo a la rubia quien murmuraba todas aquellas cosas esperando que le hicieran razón.

Chispita era el único ser vivo que nunca la había dejado sola.

Ahora el tampoco estaba.

Las perdidas de humanos dolían, siempre lo hacían siempre y cuando fuera alguien que quisiste, las de una mascota son todavía más profundas pues esos seres están contigo hasta el último minuto, te hacen sentir amado y te sacan de tus peores momentos.

Chispita se llevaba otro granito de el corazón de Marlene Dixon.

Marlene había contraído la gripe, aún nadie lo notaba y tampoco se lo habían dicho pero ella lo sabía.

Había pasado un día de la perdida de su amigo y aunque trataba de sobrellevarlo, no era lo mismo.

La Dixon estaba acostumbrada a ser seguida por su mascota a todas partes,  se había acostumbrado a sobrevivir a aquel apocalipsis con el.

Debido a la distancia Marlene se había mudado de celda llevando todas sus cosas con ella, la rubia no quería contagiar a Carl, no quería lastimarlo.

Era lo que menos quería.

El grupo había tenido una junta de consejo luego de los últimos acontecimientos y por ende habían tomado una decisión, Meredith ayudaría con los analgésicos y curaciones pero tenía prohibido acercarse a los contagiados o a los que estuvieron expuestos.

Esto con el fin de evitar que ella tambien enfermara pues en aquellos días tener a una doctora valía oro.

Hershel y el Doctos .S. se harían cargo de los enfermos.

Eso era lo planeado.

― ¿Karen y David están muertos? ― pregunto Carl desde el otro lado de la pared.

Antes de contestar Marlene tosió un par de veces.

― así es Carlitos, esta semana es la semana de la muerte  comento la chica con algo de burla ― ¿Cómo está Judith? ¿Polo me extraña?.

Marlene escucho a Carl suspirar.

― Judith está bien aunque creo que extraña a papá, Polo te extraña luz, ni siquiera quiere comer ― aunque Carl no pudiera verla el sabía que Marlene había sonreído seguramente con tristeza ― yo también te extraño.

Al tratar de reír la rubia solo consiguió toser aún más.

― me viste ayer niño ― Carl río  ― tengo que irme, ayudaré a Glenn con un par de cosas.

― Luz, te contagiaste ¿cierto? ― Marlene cerró los ojos maldiciendo.

Tan solo con la voz la chica se había delatado pues regularmente su tono era demasiado energético y alegre, sin embargo ahora solo quedaban restos pues su voz era más cansada y tardadá.

La Dixon apenas hablaba por hilos de voz.

Sin siquiera contestar, Marlene se separó de la pared que separaba a ambos niños para poder salir al patio.

Ella sabía que si le decía a Carl el Grimes no la dejaría sola, incluso se pegaría más a ella y eso no era posible, Rick había puesto a todos los sanos "indefensos" en cuarentena, no podían salir de las oficinas de la prisión.

Incluso Meredith estaba ahí, ella era la encargada de cuidar a los del lugar pues es que la mayoría eran niños.

Sin tener a su hermano o madre cerca Marlene sentía que las fuerzas se le iban cada vez más y más.

Estaba sola y contagiada.

― ¿Cómo terminamos aqui? ― interrgó Marlene sintiendo como Hershel pasaba un trapo fresco por su frente.

― estando afuera somos un peligro ― contesto Glenn quien estaba en las mismas condiciones que la rubia, ambos estaban bastante mal.

― déjense eso en la frente, órdenes del veterinario ― ambos contagiados hicieron caso al pedido.

Era irónico, Marlene había pasado por muchas cosas, el apocalipsis había empezado cuando ella era una niña, había perdido a muchos en el camino.

Había sufrido, había llorado, había sentido aquel dolor, había pasado por tantas cosas que un simple resfriado no podía matarla.

Por lo menos ella no lo permitiría.

Viviría mientras pudiera.

― ¿Esto es peor que ir a la guerra? ― interrogó Marlene a Hershel quien la vio con media sonrisa.

― salgamos juntos de esta guerra ― Glenn tomo la mano de la rubia ― ¿Vencemos la guerra?.

Hershel sonrió.

― venzamos la guerra ― concordó Marlene.

Probablemente el mundo ya estaba en la mismísima mierda, la prisión se estaba volviendo un infierno, la gripe se estaba llevando todo lo que tocaba.

Tal vez si, todo iba mal, pero en una guerra los soldados se ayudan entre otros.

En las guerras perdían personas, sentían miedo, tenían valientía, la esperanza es lo que los mantenía en batalla.

Probablemente eso era el apocalipsis, una guerra, una manera de probar a las personas y ver hasta donde eran capaces de llegar los verdaderos supervivientes.

Marlene era una superviviente, algo loca y carismática pero lo era, ella ahora estaba en una guerra.

Y saldría victoriosa en la batalla.

Author's note 📝

Habrá un capítulo más hoy yeyy!

Debo confesar que tengo diez borradores ya que son exactamente los últimos capítulos del tercer acto. OH POR DIOS.

ayer me dio la fiebre de la escritura y pues bueno, salió lo que salió kskaja, en fin.