013. 𝖪𝗂𝗅𝗅 𝗈𝗋 𝗅𝗂𝗏𝖾

❝  °⠄🌈☁️ꦿ CHAPTER THIRTEEN:
goodbye dad























㍍⠄𝄒‧ꦿ🌤️チ↻°.

― ¡YA ESTÁN AQUÍ! ― informo Rick desde lo alto de una de las torres de vigilancia.

Glenn abrió la puerta viendo cómo Daryl entraba al sector limpio de la prisión, solo.

El cazador tenía los ojos rojos, estaba manchado de sangre y se veía sumamente cansado.

Todo el grupo salió al sector limpio viendo con interés al Dixon menor quien aún no hablaba.

― ¿Donde esta Merle? ― pregunto Rick llegando atrás del hombre ― ¿Y Ryan?.

El hombre bajo la mirada.

― Merle está muerto ― hablo Daryl con un evidente nudo en la garganta ― y el gobernador tiene a Ryan.

Rick aventó una piedra la cual choco contra el alambrado causando un raro sonido, el grupo intercambio miradas.

Las manos de Marlene comenzaron a cerrarse hasta solo quedar sus puños, el Gobernador tenía a otra persona de su grupo, y no una cualquiera, tenía a su padre. El gobernador había matado a Merle cosa que Marlene aún no procesaba como para sentir todo ese dolor que comenzaba a acumularse.

La guerra había comenzado.



































Todo el grupo guardaba sus cosas, cada uno se limitaba a pensar en las posibilidades de sobrevivir.

En una de las celdas se encontraba una cabellera rubia abrazando un curioso sombrero el cual fue de un viejo amigo, el sombrero de Dale.

La Dixon sentía como unas cuantas lágrimas se deslizaban por sus frías mejillas mientras trataba de ahogar varios sollozos que amenazaban por salir.

No solo ya no tenía a Merle, el Gobernador ahora tenía a su padre y una nueva guerra se avecinaba, algo le decía que al final del día algo saldría mal.

Muy mal.

Marlene limpio todo rastro de lágrimas de su cara con la misma manga de su abrigadora chamarra, la rubia introdujo el gorro de Dale a su mochila no sin antes darle un beso a la prenda.

― ¿Estás listo para una nueva aventura Chispita? ― pregunto Marlene con una voz cortada hacia su hurón quien se encontraba envuelto en la bufanda de la chica sobre la cama de abajo de la litera ― a veces siento que eres más valiente que yo, vamos.

La rubia abrió su mochila nuevamente logrando que su amigo entrará por su cuenta a esta acogiendóse en lo más cálido del lugar.

Marlene cerró su mochila poniendósela por los hombros dando un largo suspiro antes de salir de la celda.

Al salir la rubia vio el bloque con detenimiento, si todo salía mal probablemente sería la última vez que vería aquel lugar al que llegó considerar un hogar.

― ¿Estás lista? ― pregunto Carl extendiendóle su mano a la niña quien con una media sonrisa la tomo entrelazando sus dedos con los del castaño quien igualmente devolvió la sonrisa ― vamos.

Ambos niños salieron del bloque de celdas hasta llegar al post-patio el cual estaba limpio.

Ahí se encontraban todos guardando las mochilas, municiones e incluso recursos médicos, todo lo que tenían en la prisión.

Las cosas se pondrían feas.


































En el sendero el cual dirigía a la prisión los sonidos de unos motores comenzaron a oírse.

El show había comenzado.

― más vale que no disparen si no quieren que uno de los suyos muera ― el gobernador hablo a través de un altavoz, este se mantenía de pie en la cajuela de una de las camionetas.

Los autos entraron al patio de la prisión hasta posicionarse en medio de este, todos en una fila mirando hacia el frente de los edificios.

Rick salió de uno de los edificios caminando todo recto hasta salir justamente al patio.

El gobernador también bajo de la camioneta solo que este llevaba a alguien con el, la persona no reconocida llevaba una bolsa de tela café cubriéndole el rostro a demás que estaba muy bien amarrado de las manos.

De una cosa Rick estaba seguro, no era Ryan, y comenzaba a cuestionarse quien era aquella persona pues la ropa la había reconocido.

― ¿Sabes Rick?, Me puse a pensar en la mejor manera para acabar esto, y que crees, ¡No la hay!, Por eso no voy a descansar hasta verlos a todos muertos, nadie se mete conmigo, ni con Woodbury ― el hombre de solo un ojo quitó la bolsa de tela de la persona dejando ver a si a Marlene.

― ¡Marlene! ― Meredith corrió tratando de llegar a la rubia sin embargo fue retenida por Michonne quien la detuvo de la cintura impidiendo que está corriera.

La Dixon había salido de la prisión al pequeño lago que estaba enfrente para poder recolectar algo de agua más sin embargo las cosas habían salido mal pues ahora ella se encontraba bajo el mando del Gobernador.

El grupo apuntaba través del alambrado que separaba el patio y el post-patio dónde había sido la redada de errantes el día que había muerto Lori.

― ¿Saben algo?, Es curioso porque había escuchado tanto sobre la pequeña sobrina del viejo Merle, y miren, aquí la tengo ― comento el hombre con evidente burla tanto en sus palabras como es su rostro.

― yo me metí con tu pueblo, no me metí con tus niños ― vociferó Rick acercándose un poco más, aún así la rubia estaba casi que al otro extremo del lugar ― suéltala.

Marlene se mantenía en silencio mirando para todos lados, todos los de su grupo apuntaban a pesar de que los de Woodbury fueran muchos más.

― oye tú, mejor cierra la boca y dime algo, ¿Donde esta mi papá? ― pregunto Marlene mientras peleaba con el hombre que la tenía agarrada del cuello con su brazo.

Phillip sonrió descaradamente.

El grupo se comunicaba a través de las miradas, tenían un plan.

― Allen, ¿Quieres hacernos los honores? ― el nombrado asintio caminando hasta una curiosa caja negra del tamaño de una persona.

Mientras tanto Marlene trataba de quitar el nudo que tenía en sus manos, casi lo lograba.

Phillip tomo bruscamente del brazo a la rubia quien camino hasta donde el la guiaba, enfrente de aquella curiosa caja.

― sorpresa ― la caja se había abierto.

Todo había pasado muy rápido pues antes de que la caja se abriera por completo Marlene había logrado quitarse el nudo de sus manos podiendó así darle un golpe bajo al líder de Woodbury sin embargo este la había empujado hacia el hombre que había salido de aquella misteriosa caja negra.

En eso Rick comenzó a disparar al igual que todo el grupo comenzando así un tiroteo.

Marlene quien intentaba recuperarse del golpe que se había dado con la caja no se había percatado de quién gruñía en su dirección.

Cuando lo hizo la rubia se había quedado sin aliento.

Era Ryan, convertido en errante.

Nadie del grupo había visto quien había salido de la caja pues todos estaban realmente ocupados disparando en dirección a los hombres de Woodbury.

El ahora errante Ryan había comenzado a caminar a pasos lentos a la rubia quien solo se había hecho para atrás, la Dixon solo escuchaba los gruñidos de su padre quien ya no era para nada el.

El hombre estaba pálido y sucio, sus ojos tenían un extraño color azul amarillento pero esto solo se alcanzaba a ver si ponías toda tu atención pues al rededor de estos la piel del hombre estaba podrida.

El hombre contaba con un disparo en el pecho el cual era de suponerse que había sido la razón de su muerte y posteriormente su transformación.

Por los ojos de Marlene caían grandes y abundantes lágrimas que se extendían cada vez más, la Dixon simplemente lograba hacerse para atrás tratando de esquivar lo que tenía que hacer.

El ceño y barbilla de la chica estaban fruncidos en una expresión de tristeza real, miedo real. Tantos pensamientos comenzaron a pasar por la cabeza de la Dixon pero solo uno logro que su corazón cayera en un hoyo negro.

Ya no volvería a ver a su papá, jamás.

Marlene sollozo forcejeando con el errante que alguna vez fue su padre, el errante soltaba mordidas y gruñidos mientras que Marlene intentaba alejarlo de ella.

La rubia empujo al errante el cual cayo a piso pero este no tardó mucho en volver a ponerse de pie, Marlene tomo una piedra la cual se encontraba en la tierra y antes de hacer cualquier otro movimiento se abalanzo contra el errante comenzando a aplastar la cabeza de este sintiendo como la sangre salpicaba en su rostro.

Los golpes con la piedra eran fuertes y bastante rápidos, las lágrimas caían en gotas al cadáver del errante quien ya no tenía su "segunda vida" más sin embargo la rubia aún seguía aplastado la cabeza mientras que lloraba o simplemente gruñía con frustración.

El cadáver ya no tenía cabeza pues la niña la había aplastado por completo con aquella piedra.

― adiós papá ― murmuró la rubia con la voz rota abrazando el cuerpo de su padre en el piso.

Tanto había sido el bloqueo de su mente en aquel momento que no se dió cuenta cuando el tiroteo con los de Woodbury había acabado, los de la prisión los habían hechado.

― ¿Te vas a ir? ― pregunto Marlene viendo cómo Ryan se ponía el arco encima.

El Dixon camino hasta donde la rubia se encontraba agachándose un poco para estar totalmente a su altura.

Daryl y yo vamos a ir a buscar a Merle, pero volveré, voy a hacerlo por ti ― comento el hombre regalándole una cálida sonrisa a la rubia de ojos mar ― ven aquí linda.

Ambos Dixon se unieron en un fuerte y amoroso abrazo que ambos hubieran querido que durará para siempre.

oye, tu y Carl ― Ryan hizo una mueca algo divertida ― los quiero a dos metros de distancia ¿Claro?.

Marlene río.

te amo papá ― dijo la rubia.

también te amo linda ― respondió el hombre con ternura ― nunca olvides eso.

Marlene volteo agresivamente encontrándose con una parte del grupo.

Daryl estaba ahí, el cazador lloraba, claro que lo hacía pues un día atrás había perdido a un hermano, ahora había perdido al otro.

Meredith también veía al cuerpo de su esposo, la castaña no reaccionaba, en sus ojos las lágrimas se acumulaban más sin embargo está no hacía o decía nada, solo veía al cadáver del Dixon.

Glenn y Maggie también estaban alrededor del cuerpo y a decir verdad también se encontraban bastante mal.

Ryan había sido alguien muy querido por el grupo.

― hay que ir por ellos ― hablo Rick con un evidente dolor y enojo en su voz.

― si, aún podemos alcanzarlos ― concordó Daryl acomodándose la ballesta.

La cara de Marlene estaba bañada en sangre al igual que su ropa, se veía bastante mal.

Cómo no estarlo.

― Ven aquí amor ― llamo Maggie con dulzura arrodillándose junto a Marlene ― vamos.

La rubia abrazo a la castaña hundiendo su rostro en el cuello de la mujer quien la abrazo brindándole todo el amor que ahora ella necesitaba.

― hay que ir adentro, vamos ― hablo Maggie nuevamente sintiendo como Marlene comenzaba a pararse seguida de la de pelo corto.

Daryl y Rick ya se habían ido tras en gobernador seguidos de Michonne quien también decidió acompañarlos, Glenn y Maggie se habían llevado a Marlene al bloque dejando sola a Meredith con el cuerpo de su esposo.

Ella también necesitaba despedirse.

Las castaña por fin se permitió llorar libremente ocultando su rostro en el torso del cadáver.

No iba a ser fácil superar aquella muerte que nadie se espero.


































La noche había caído, Rick, Michonne y Daryl aún no habían regresado y lo más probable era que no volvieran hasta la mañana siguiente.

Durante toda la tarde la rubia no había hecho más que llorar, Marlene se había metido a su celda y no había querido salir y mucho menos hablar con alguien, estaba desecha.

Incluso Meredith había intentado hablar con su hija pero está la había corrido de la celda pues simplemente no quería ver ni hablar con alguien.

Pero había alguien que no se movería hasta que la rubia decidiera por fin hablar con él. Carl.

― Luz quiero ayudarte, déjame hablar contigo ― pidió el Grimes al otro lado de la celda pues los barrotes de está le impedían el paso, Marlene se había encerrado literalmente en su celda.

― ¡Me llamo Marlene, no Luz! , Vete Carl no quiero hablar contigo, no quiero hablar con nadie ― gruño Marlene metiéndose aún más en la manta que tenía encima de todo su cuerpo.

El Grimes no se iba a rendir, Carl se sentó en el piso al otro lado de la celda.

― se cómo te sientes, yo también perdí a mi mamá lo recuerdas, pero al mismo tiempo no se cómo te sientes, las emociones de las personas son diferentes ― dijo el chico con un tono de voz tenue ― el te amaba tanto Mar, siempre ibas a ser tu la persona por la que el luchara, solo tu.

Abajo de la manta Marlene escuchaba atentamente el relato del chico.

― yo le prometí que te cuidaría, que nunca te dejaría sola, ¿Sabes?, No lo hago solo por esa promesa, lo hago por ti ― tal vez la rubia no lo veía pero el castaño sonreía a la nada ― creo que te he dicho mucha veces Luz pero, nunca te dije el porque»»

»»va a sonar muy, muy cursi para tu gusto pero, no me importa, eres mi Luz porque cada que te veo me iluminas, me haces sonreír y me haces sentir que verdaderamente vale la pena sobrevivir día a día ― el Grimes jugaba con sus dedos ― eres mi Luz y nadie te va a quitar el derecho de serlo.

De pronto el sonido de la puerta de la celda se escuchó, Marlene había abierto la puerta logrando que el Grimes cayera de espalda al piso chocando su cabeza con los pies de la rubia pues el castaño se había recargado justamente en la puerta.

― Auch ― musitó el Grimes aún en el piso.

― vamos entra ya ― cedió la rubia ayudando al castaño a levantarse, cuando Carl estuvo dentro la rubia volvió a cerrar la celda viendo al chico a los ojos ― perdí a dos personas importantes en dos días ― la voz de la niña se volvió a cortar ― ¿Cómo soporto el dolor que estoy sintiendo?.

El Grimes tiro de la rubia abrazándola con cariño, el castaño acariciaba la cabeza de Marlene quien había acomodado su rostro en el hombro del chico.

― no lo soportes ― murmuró Carl ― liberaló, pero no sola, aquí estoy yo.

Ambos niños querían quedarse así por siempre, cada día de cada semana así deseaban estar, juntos.

Por más que Marlene sintiera dolor de alguna manera Carl le ayudaba a aliviarlo.

― no te vayas a ir nunca ― pidió la rubia ― tu no.

― es una promesa que no puedo romper porque yo tampoco quiero dejarte sola ― dijo el Grimes abrazando aún más a la chica quien correspondió con el mismo cariño ― eres mi luz, es todo lo que se.

Ambos esa noche habían hecho una promesa que ninguno de los dos estaba dispuesto a romper, nunca.







































El sol había salido nuevamente alumbrando los sutiles caireles dorados de Marlene Dixon quien había salido de la prisión a muy temprana hora.

Quería estar sola un rato, poder asimilar y recordar bien los eventos del dia anterior.

La rubia caminaba alrededor de la prisión con ambas manos dentro de las bolsas de la abrigadora chamarra que portaba.

Eso hasta que la rubia tropezó con algo que parecía estar enterrado en la tierra, la niña no había caído sin embargo si que había avanzado unos cuantos pasos.

― y aquí es donde me encuentro un fósil ― murmuró la Dixon observando el pequeño bulto que había en la tierra.

Marlene se arrodilló enfrente de aquel pequeño remolino que había, la curiosidad le llega a las personas pues la rubia comenzó a escabar con sus propias manos.

Algo comenzaba a notarse, parecía un mango de algo, este era de madera y se veía algo liso.

Luego de unos cuantos minutos de quitar la tierra descubrió lo que era, un bat de béisbol.

La rubia saco el bate de la tierra poniéndose nuevamente de pie, este se entraba casi como nuevo a excepción de unas cuantas machas de sangre que llevaba este.

Fue cuando en la cara de la Dixon se dibujo una pequeña sonrisa, ese bate sería su nuevo mejor amigo.

A lo lejos la rubia pudo ver cómo Daryl había llegado en su motocicleta, atrás de él venía una camioneta y un bus escolar.

Todos habían vuelto sanos y salvos, también habían traído nueva compañía.

Tal vez no todo estaba perdido, si, el corazón de Marlene Dixon estaba destrozado pero volvería a sanar.

Ya no tenía a su protector consigo, no tenía a su mejor amigo cuidándola de todo mal, ya no tenía a su superhéroe.

Pero siempre lo recordaría como ella siempre lo vio, un héroe.

Ahora Marlene Dixon viviría por
quién fue para ella, la persona más valiente en el mundo.

FIN DEL SEGUNDO ACTO












































Author's note 📝

¿A caso no lo viste venir?, Yo tampoco, jsks, esto era muy necesario, no me maten.

Se los juro que yo también llore al escribir esto.

Es que yo estoy loca, ahora es la 1:45 de la madrugada acá en México y que va, TENGO SUEÑO JSKS.

En fin, los ama su escritora.

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