011. 𝖠𝗍𝗍𝖺𝖼𝗄𝗌 𝖺𝗇𝖽 𝗋𝖾𝗎𝗇𝗂𝗈𝗇𝗌
❝ °⠄🌈☁️ꦿ CHAPTER ELEVEN:
thank you light ❞
㍍⠄𝄒‧ꦿ🌤️チ↻°.
LAS COSAS NO ANDABAN NADA BIEN, los Dixon no había vuelto a la prisión luego del rescate de Maggie y Glenn.
Eso no afecto a Marlene.
Rick le había contado a el grupo el motivo, Merle, por aquello a la rubia no le había molestado, Marlene sabía lo mucho que los hermanos se querían y se apoyan el uno al otro. Habían tenido una infancia difícil en la que solo se habían tenido a ellos.
Eso lo comprendía.
Mar también había logrado hacer entrar a su madre en razón quien en un principio había casi que invocado al mismísimo demonio con todas las groserías que había dicho.
Por otra parte Rick Grimes comenzaba a enloquecer, al menos así lo pensaba Marlene gracias a lo que ella misma había visto.
El líder había hechado al grupo de Tyrese, y a decir verdad, no lo hizo de una forma bonita, les gritó he incluso les había apuntado con un arma. Realmente dió miedo.
Luego de aquellos eventos había pasado un alarga semana, una larga semana en la que el líder no se molestaba a hablar con el grupo, se encontraba demasiado ocupado teniendo alucinaciones con su difunta esposa como para ver y cuidar del grupo.
Por eso ahora Glenn era quien se ocupaba del grupo, al menos hasta que Rick pusiera los pies sobre la tierra.
― de verdad crees que, bueno, ya sabes, ¿Crees que papá se esté volviendo loco? ― pregunto Carl caminando con la pistola en alto entre los túneles de la prisión.
El y Marlene habían sido enviados por Glenn a revisar por dónde había entrado el grupo de Tyrese.
― si ― contesto honestamente ― pero no es un maniático, eso sería mucho peor ― "ánimo" Marlene ― se le pasara, ya verás.
Marlene alumbraba con una curiosa linterna que había encontrado meses atrás.
― extraño a mi mamá ― confesó Grimes deteniendo el paso.
Cuando Marlene alumbró la cara del Grimes pudo notar como este tenía lágrimas en sus ojos. Era verdad, su madre había fallecido recientemente y Rick ni siquiera se había sentado a hablar con el pequeño quien necesitaba a su padre.
― Lori fue una persona muy valiente, quiso morir para salvar a Judith Carl, ella siempre va a estar ahí ― Marlene apunto al corazón del niño ― y ahí ― indico ahora con su dedo la mente ― por supuesto que también allá arriba cuidándote siempre de todas las idioteces que haces.
Finalmente ambos se unieron en un fuerte abrazo que ambos disfrutaron, fue en ese abrazo cuando Carl volvió a sonreír pues es que ese era el efecto que la rubia causaba en el.
Cuando Marlene y Carl se separaron, ambos se vieron a los ojos, ninguno decía nada, simplemente se concentraban en el rostro del otro grabándose fijamente cada facción del contrario.
Marlene nunca había sentido nada por ningún niño, es más, era ella la que siempre le aventaba piedras a los niños en la escuela. Claramente la rubia jamás había sentido aquel sentimiento que ahora estaba comenzando a sentir por el tierno niño de ojos celestes.
Era algo bonito.
Esta vez no había ninguna broma cómica, ningún comentario al estilo Marlene, no había nada que deseara matar aquel momento el cual ambos niños deseaban que jamás acabara.
Pero ahí es donde se aplicaba lo dicho, Marlene no sabía que hacer en aquellos temas.
― bien niño, muchas miraditas por hoy niño ― la rubia palmeó el hombro del Grimes ― sigamos buscando.
― gracias Luz ― murmuró él de pecas antes de retomar el camino.
―por ahí hay una campana ― Marlene aplaudió dos veces consecutivas ― el primero que la suene ― aplaudió dos veces llevando sus manos al lado contrario.
La rubia se encontraba en el patio de la prisión sentada en el pasto de este jugando a las palmas con su hermano.
O al menos eso intentaba pues el bebé elevaba sus manos torpemente.
Todo el grupo se encontraba afuera, algunos simplemente para tomar un poco de aire, y otros haciendo alguna actividad. Tal caso era el de Rick.
― oye, no hagas trampa ― señaló Marlene tocando la pequeña nariz de su hermano quien río, era un bebé bastante risueño.
Un disparo hizo saltar a Marlene, la rubia al igual que todo el grupo comenzó a voltear a todos lados, en su momento ella no había avistó a quien le habían disparado.
Pronto comenzó un tiroteo, los disparos llegaban a todas partes, Marlene se abalanzo sobre su hermano cubriéndolo con su cuerpo.
Estaban en campo libre por lo que en cualquier momento iban a salir lastimados.
La rubia se acostó en la tierra esperando a ser cubierta por la hierba crecida, no podía quedarse ahí, la chica empezó a arrastrarse por la tierra aún abrazando a su hermano lo más que podía.
Los disparos cada vez se volvían más fuertes y más cercanos.
Fue cuando un fuerte estruendo resonó, un pequeño camión pintado con blanco y naranja se había entrado a la prisión llevándose las puertas de entrada, el camión se estacionó a mitad del patio quedando en total silencio durante varios minutos.
Eso hasta que una especie de rampa cayó del camión dejando salir a todos los errantes que había en el. Eran demasiados.
― ¡Mar! ― el grito de Carl había logrado que Marlene decidiera ponerse de pie.
Los errantes parecían haberla visto desde que salieron del camión pues es que la mayoría de ellos iban en su dirección.
La rubia saco de la funda su arma la cual traía en la parte de enfrente del pantalón. Con Marlene cargando a su hermano con un brazo y disparando con el otro las cosas podían ponerse cada vez peor.
La primera que salió al patio fue Meredith quien comenzó a dispararle en la cabeza a todos los errantes que se ponían en su paso, de ahí Maggie y Beth también salieron a ayudar viendo cómo Michonne iba en dirección a Marlene rebanando la cabeza de los errantes.
― ¡Marlene! ― llamo Michonne atrayendo la atención de la rubia pues está estaba muy entretenida disparándole a los errantes.
Marlene corrió en dirección a la morena esquivando a los caminantes que se acercaban a ella.
Así fue como ella logró subir a la camioneta que manejaba Glenn dejando atrás a los errantes.
Los Dixon habían vuelto, llegaron justo a tiempo pues de no ser por ellos probablemente Rick ya no estaría ahí
Los mayores habían tenido una larga plática sobre que era lo que harían con el gobernador pues había dos opciones: esconderse, o luchar. Quizá era complicado, pero la mayor parte del grupo se inclinaba mas por la segunda ya que era más conveniente.
No dejarían todo tan fácil.
Finalmente habían decidido que Merle se quedaría, luego de lo anterior tenía algunos puntos ganados. Eso era bueno.
― pareces un trasformer ― comento Marlene con simpleza a Merle quien afilaba la cuchilla de su mano ― y ¿Corta corta? O solo corta.
― nunca me había preguntado eso, mm, ¿En quien lo probamos? ― ambos compartieron una mirada cómplice.
― no van a probar nada en nadie ― Ryan apareció con Apolo en brazos ― Merle baja ese cuchillo ― Ryan chasqueó los dedos indicando el piso tal cual señora ― abajo.
El mayor hizo lo pedido lentamente viendo al bebé con curiosidad.
― ¿Quien es ese engendro? ― se adelantó a preguntar el hombre de cuchilla.
― es mi hijo, tarado ― presento ― Apolo ― Ryan camino hasta estar enfrente de su hermano tratando de que esté lo cargará.
― oye no, yo, no, me va a pegar gérmenes, no ― trataba de convencer al hombre quien ponía al bebé en el brazo que si contaba con mano ― y ya lo hiciste.
― quien le pegaría los gérmenes serías tú, pero ignoraré eso ― comento la rubia observando como el mayor Dixon cargaba a su hermano.
― fuiste el único hermanito, el único que hizo una vida ― comento el Dixon a su hermano quien sonrió con nostalgia.
Era verdad, los hermanos Dixon habían sufrido más de la cuenta. Merle era el mayor, Ryan el de en medio y Daryl el menor, pero los tres siempre se cuidaron incondicionalmente.
El padre de los hermanos siempre fue un borracho drogadicto que nunca vio por sus hijos, su madre había muerto de una manera manera horrible a la corta edad de los Dixon.
Siempre se tuvieron a ellos, Merle fue el primero en tirar su vida a la basura para poder cuidar a sus hermanos, al poco tiempo Ryan también siguió los malos pasos para poder cuidar a Daryl quien en ese tiempo seguia siendo un niño.
Cuando el menor creció, Ryan decidió limpiar su vida, se entregó a la policía estando tres años en prisión, cuando salió el hombre estudio, consiguió graduarse y gracias a esto pudo obtener un buen trabajo curiosamente como policía en la gran ciudad.
Con el tiempo conoció a Meredith y bueno, ahí la historia se desenvolvió sola, fue el único que logró estabilizarse teniendo por fin una buena y plena vida. Consiguió una casa en un pueblo lejano para vivir junto a su familia, el hombre fue feliz, al menos hasta que el apocalipsis comenzó y todo se fue a la mierda.
Andrea había ido a la prisión, se había reencontrado con su grupo pero este no estaba nada feliz de verla teniendo en cuenta que ahora ella era integrante de Woodbury, al parecer también se entendía con el gobernador.
La mujer había conocido a Judith y a Apolo, había quedado fascinada con los chiquillos quienes no tenían idea de nada, Marlene había evitado la palabra de la mujer a toda costa pues nunca se llevó bien con ella.
En realidad ninguna de las dos nunca había intentado congeniar con la otra.
Había sido una visita inesperada, claro que después de un rato la mujer se fue tratando de darles a entender al grupo que todo acabaría.
― este silencio es demasiado incómodo ― Marlene rompió el silencio que se había generado en la camioneta.
Carl, Michonne, Rick y Marlene habían salido a buscar municiones pues si iban a pelear con el gobernador tenían que estar bien preparados.
― no, saben, en realidad no se que hago aquí, ¿Me explicas? ― pregunto Marlene en dirección al Grimes menor quien se hizo el desentendido viendo por la ventana de la camioneta.
En realidad el si sabía, Carl le había pedido a Ryan que dejara ir a Marlene con el a la expedición de Rick y dada varias súplicas el Dixon acepto.
― ¡Hey! ¡Hey! ¡Para! ¡Por favor, te lo ruego! ― un hombre quien caminaba por la carretera había corrido tras la camioneta buscando ayuda, sin embargo eso había sido en vano, lo habían ignorado.
El camino había surgido largo y silencioso pues se notaba la tención que había por parte del líder y la morena, aún no se terminaba de fiar en ella.
No se podía decir lo mismo de la morena y la rubia pues estás si que se habían vuelto amigas por más que la morena fuera cerrada.
― ¿Quién era su mascota maravilla favorita? ― cuestionó Marlene en alto pues la pregunta era para todos ― la mía era el pollito, aunque no se, Daryl me traumo una vez, el me dijo que las mascotas maravilla eran muy comibles, ya saben que podría cocinarlos a los tres.
La morena río un poco sin quitar la mirada del frente.
― mi hi-, conocía a alguien, su mascota maravilla favorita era la tortuga, la encontraba muy interesante ― Marlene sonrió en grande el escuchar el relato de la morena pues creía que nadie le contestaría.
Una de las llantas de la camioneta se había atorado en el lodo, a esto Rick junto con los niños habían bajado a sacarla del lodo para poder retomar el camino, aún faltaban algunos kilómetros.
Marlene lo sabía, Carl no confiaba en la morena, en realidad el niño hacia saber que no le caía bien, y no entendía el porque, Marlene conocía la historia de Michonne en Woodbury, al desconfiar del gobernador la morena se había ido.
No había porque desconfiar de ella, a demás, Marlene la encontraba cool.
Habían llegado al pueblo que anteriormente era el hogar de los Grimes, el lugar en donde ellos vivían.
En realidad ahora aquel pueblo parecía un campo de batalla, había picas por todos lados, palos filosos, trampas con animales dentro, parecía todo profesional, también habían varias trampas que regularmente eran peligrosas.
― parece que alguien ya estuvo aquí ― comento la morena viendo todo con detalle.
― no significa que hayan encontrado lo que buscaban ― respondió Rick cortante, típico si de dirigirse a la morena se trataba.
― ponte esto ― Carl le puso su sombrero a la rubia ― hay mucho sol no quiero que te haga daño ― la rubia negó con la cabeza divertida.
El Grimes era demasiado tierno. Incluso cuando no quería serlo.
Su atención se vio desviada a un caminante el cual se acercaba a ellos, sin embargo nunca llegó debido a un disparo el cual ocasionó la "muerte" de este.
― ¡Alto ahí! ― grito un hombre desde el techo de una casa ― ¡Ahora dejen todo lo que tienen y vallansé!.
Tanto los niños como los adultos tenían las manos en alto observando a aquel tipo quien llevaba un buen equipo de protección.
― las armas, los zapatos, esa espada, ¡Todo!, Diez segundos.
― corran atrás del auto ahora ― murmuró Rick aún con las manos en alto.
― necesitamos ese Rifle ― murmuró de vuelta Michonne ― distraélo y subiré.
― niños vallan ― Rick disparo ocasionando que el tipo comenzará a disparar de vuelta.
Carl tomo la mano de Marlene llevándola hasta atrás de un auto, tenía que mantenerla a salvo.
― dos tiros y te agachas ― dijo Marlene viendo al niño.
― ¿Que? ― la rubia sin previo aviso salio detrás de la camioneta tratando de dispararle al hombre más sin embargo este había desaparecido.
Nuevamente otros disparos comenzaron a escucharse, el hombre había bajado, ahora se mantenía en la calle disparando. Marlene se escondió atrás de un bote de basura esperando el momento preciso para disparar. Esta vez no había sido ella la que había disparado, si no Carl.
El niño le había dispararle al hombre logrando que esté cayera al suelo.
― creo que eso no estaba en los planes ― murmuró Marlene antes de correr a dónde estaba el hombre tirado.
― tiene chaleco antibalas ― dijo Rick desabrochando la camisa del hombre, efectivamente, el tipo contaba con un chaleco antibalas el cual le había salvado la vida.
Luego de revisar el cuerpo del hombre Rick procedió a quitarle la máscara, el Grimes mayor parecía conocer al hombre pues la cara le cambió totalmente.
El sujeto se llamaba Morgan, por lo que Rick había contado que el lo había ayudado a principios de todo, sin aquel hombre Rick probablemente no estaría vivo.
Lo habían subido a lo que parecía su casa, el lugar estaba lleno de trampas pero igual había valido la pena, había armas, demasiadas, había comida, eran demasiadas las cosas que el hombre tenía bajo su poder.
A petición de Rick, se quedarían hasta que el hombre despertara, al parecer realmente se encontraba agradecido con el hombre, o tal vez simplemente era culpa.
― tu casa está.. ― la rubia no sabía cómo terminar la frase.
― destruida ― concluyó Carl bajando la mirada.
― ¿Por eso querías venir? ― interrogó Rick atrás de los niños ― para ver la casa cierto.
― yo, yo solo quería venir ― dijo el chico aún sin despegar la vista del mapa que estaba dibujado en la pared.
― ¿Ahora robamos su comida? ― interrogó Rick escuchando a Michonne comer.
― uhh, ¡yo quiero! dame ― Marlene corrió a saltitos sentándose a lado de Michonne quien le extendió la bolsa de frituras.
Marlene seguía siendo una niña en muchos sentidos y por esa razón Michonne la familiarizabá con alguien, alguien a quien amo con todas sus fuerzas.
La morena con una mano le dio forma a los caireles de la niña pues estos los tenía muy despeinados. No era para menos.
― voy a salir ― aviso Carl hacia su padre.
― ¿A dónde? ― interrogó el Grimes.
― pensé, lo único que la gente no roba son cunas, y la amiga de mamá tenía una tienda para bebés a la vuelta de la esquina.
― Carl ― pidió Rick con voz cansina.
― papá es a la vuelta, a demás no iré solo, Luz va a venir conmigo ― la rubia quien miraba a la nada aún comiendo volteo a ver al castaño abriendo los ojos exageradamente.
― ¿Cómo? ― pregunto Marlene haciéndose la desentendida pero eso no le duró mucho pues Carl le lanzó una mirada de complicidad — rayos ― murmuró poniéndose de pie ― embarren a Marlene en sus porquerías, oh si que genial ― murmuraba la rubia.
― necesitaran ayuda con las cajas ― comento Michonne llegando a la conclusión de que llevarían dos ― son grandes, y pesadas, necesitaran ayuda con las cajas, más si son dos, ¿buscaran dos cunas no?.
Carl asintió con la cabeza.
― iré con ellos ― aviso Michonne a Rick.
― así si voy ― comento Marlene emocionada acercándose a Michonne.
― bien, este es el trato, si se meten en problemas griten, ¿Okey?, Desde aquí los oiré.
― bien
― entendido capitán ― dijo Marlene imitando un saludo de militar antes de jalar de la mano de Michonne.
En un principio Marlene no había pensado en una cuna para su hermano, no fue hasta cuándo Carl lo menciono y en realidad le había parecido buena idea.
Desde que el bebé había nacido Marlene había insistido en qué durmiera con ella pues así iba a poder cuidarlo todo el tiempo.
Marlene podía tener energía todo el tiempo pero hasta eso, ella no pateaba al dormir, eso sí, tenía el sueño más pesado del mundo pero no pateaba, eso era ganancia.
― no hace falta que vengas ― comento Carl con indiferencia manteniendo la caminata ― podemos solos.
― le dije a tu papá que te ayudaría ― comento la morena ― y Mar aún sigue siendo una niña de cinco años, necesita supervisión.
― ¡oye! ― peleó la chica frunciendo el seño ― ¡ah! ― un grito extremadamente afeminado salió de la aboca de la rubia al ver una rata pasar por sus pies.
A decir verdad el grito había sido demasiado cómico.
― tienes literalmente a una rata de mascota ― atacó Carl con burla a lo cual Marlene le dio un golpe en la cabeza.
— corrección listín, Chispita es un roedor, y te aseguro que tiene muchas más clase que tú en muchos sentidos ― Carl negó con la cabeza algo divertido pues Chispita siempre sería intocable.
― deberías encargarte de eso ― el castaño señaló a un errante pues esté se acercaba a las trampas, cuando la morena se alejo de los niños Carl tomo la mano de Marlene ― corre ― murmuró el chico.
Ambos niños corrieron hasta doblar la esquina, aunque la rubia no tuviera idea del porque corrían simplemente lo hizo.
Cuando doblaron la esquina ambos se detuvieron empezando a caminar a un paso más apresurado.
― ¿Que estás haciendo? ― interrogó la rubia.
― quiero buscar otra cosa antes ― informo el oji-azul.
― ¿Que diablos fue eso? ― Michonne tomo del hombro al Grimes obligándolo a detenerse.
― quiero hacer esto yo solo ― pidió el niño girandóse para volver a caminar.
― ya pasaste la tienda de bebés ― comento la morena, Marlene se había quedado parada, ni muy lejos de Carl, ni muy lejos de Michonne.
A veces la rubia prefería mantenerse al margen, más si Carl se mantenía de aquella manera tan tonta.
― antes buscaré algo para Judith bien ― dijo el castaño volviendo a caminar, Marlene se acercó a Michonne extendiendóle su mano tal cual niña pequeña para comenzar a caminar ellas dos.
Era claro que seguirían al Grimes, a veces era demasiado tonto para hacer algunas cosas.
La morena tomo de la mano a la rubia con ternura siguiendo al castaño de ojos cielo, tocaba ver qué se tenía entre manos.
"King County", ese era el nombre del restaurante en donde Carl se había parado.
El niño Grimes quería algo que se encontraba adentro del restaurante, sin embargo este se hallaba lleno de errantes quienes se veían bastante hambrientos, más de lo normal.
Luego de una pequeña discusión entre el castaño y la morena habían llegado a un acuerdo, habían elaborado un plan para poder entrar a aquel restaurante.
― bien pues, las damas primero ¿no? ― antes de que Marlene ingresara al lugar algo la tomo de la mano, Carl.
― no ― negó el castaño ― Luz quédate aquí por favor ― pidió el chico ― no quiero que te pase nada, no tardaré te lo prometo.
― tu no me lo vas a impedir ― el Grimes volvió a detenerla.
― Luz.
Pronto una idea paso por la cabeza de la rubia. Tomaría aquello a su favor.
― bien, esperaré justo aquí, pero tienes que prometerme que cuando salgas harás las paces con Michonne, ella es buena, ¿Trato señor? ― la Dixon extendió su puño a lo cual el Grimes lo choco.
― trato ― regalándole una pequeña sonrisa el de ojos cielo entro al restaurante acompañado de la morena de katana.
C
arl había conseguido una foto de su familia, en la foto se podía observar a el de más pequeño, Lori y Rick comiendo en el mismo restaurante.
Por eso el Grimes había insistido tanto en entrar en aquel lugar, quería una foto para que Judith pudiera saber cómo era su mamá.
Michonne también había conseguido algo, un gato extraño, parecía una decoración del mismo restaurante la cual era demasiado abstracta, demasiado.
― ¡Eso! Continúen, 1,2,3,1,2,3, ¡Vamos, no tenemos todo el día! ― la rubia alentaba a la morena y al castaño quienes cargaban las dos cunas, Marlene caminaba por la calle despreocupada de la vida, era simplemente tan ella.
― ¡Mar! ― reprimió Michonne con cansancio.
― bien, bien, no lo digan más, me necesitan ― la Dixon cargo de un lado las cunas así empezando a caminar junto con los otros.
Rick ya había salido de la "casa" de Morgan con bastantes bolsas repletas de armas.
― hey, Morgan ― llamo el castaño al hombre moreno ― tuve que dispararte, tenía que hacerlo ¿Sabes?, lo siento.
― oye hijo, no te disculpes nunca ― respondió el hombre con una extraña sombra en sus ojos.
Parecía haber perdido más de la cuenta. No era para más, había perdido a su hijo.
― cuídate Morgan, pareces un buen tipo ― comento Marlene regalándole una sonrisa al moreno.
Los Grimes junto con las chicas comenzaron a subir todo al auto, había sido un día bueno, habían conseguido muchas cosas.
Y no solo eso, Rick se había encontrado nuevamente con un amigo del pasado.
Marlene se encontraba ansiosa por regresar a la prisión, tenía muchas aventuras que contar, eso solo significaba una cosa.
No cerraría la boca por un buen
rato.
Author's note 📝
Dios, hasta el momento es el capítulo más largo que he escrito.
3765 palabras, que maldita locura.
En fin, los ama su escritora.
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