0.34 self help

  °⠄🌈☁️ꦿ CHAPTER THIRTY
FOUR: I left my brother for your
stupid lies ❞




















㍍⠄’ꦿ🌤️チ↻°.

— ¿LE PEGASTE A LEXIE?. — grito el niño con enojo llegando a donde su amiga quien lo miro como si fuera un bicho.

— ¡ay cállate!, ni me reclames, ¡TE BESO!. — recalcó la rubia haciendo énfasis en las últimas palabras — y a ti te gusta, se lo merecía.

Ron rodó los ojos suspirando pesadamente antes de volver a hablar.

— estás celosa, estás completamente celosa. — indico señalandola.

— si. Y no me importa, no eres el único niño bonito con ojos de rana. —  dicho aquello, Marlene dió media vuelta y se fue moviendo su cabello de un lado a otro.

Ron, se quedó solo en medio del parque viendo cómo su mejor amiga se iba sin decirle más, había sido directa, pero, considerando sus conflictos infantiles, aquello era algo inocente.

O eso pensaba pues sin contar los personajes de Harry Potter, el era el primer crush de su amiga y el ni siquiera sabía.

La mañana siguiente había sido extremadamente rara para la Dixon, le era raro no estar hablando con la única persona que hablaba en su escuela, Ron, tal vez estaba siendo muy mala, o, dramática, con su amigo. Tal vez la indirectas que ella utilizaba no le eran tan claras al Anderson.

Posiblemente pegarle a un niño a diario, no era el mejor método de coqueteo, a decir verdad, Marlene no trataba muy bien a Ron, le daba sobre nombres como: ardilla, gusano, ojos de rana. Realmente debía de trabajar en aquello.

Su boca se abrió en dos al ver entrar al aula, a nada más y nada menos que a su mejor amigo tomado de la mano de la niña que ella tanto "odiaba". En realidad nunca le había hablado antes de haberle pegado, pero según Marlene, ella le caía mal, ¡Muy mal!.

Si las miradas matarán, probablemente Lexie ya estaría hasta tirada en un barranco hecha pedacitos. Cortesía de Marlene Dixon.

Cuando la campana que indicaba el receso sonó, los niños salieron disparados hacia el patio escolar en dónde como no, les esperaba una tarde de juegos. Al menos hasta que comenzarán nuevamente las clases.

Probablemente no era lo mejor, pero la rubia se encontraba de acosadora espiando cada acción de su mejor amigo con la "bruja", no era por desconfiada, simplemente cuidaba que no lo estuviera envenenando.

Fue cuando se llevó una grande sorpresa al ver a ambos niños riendo y jugando en los columpios alegremente. Por una parte se sintió mal, no tenía el derecho de enojarse.

En realidad la pequeña ni siquiera estaba segura de que le gustase. Probablemente eran más celos de amigos que otra cosa, así que lo dejo pasar.

El invierno paso como barco a toda prisa, las vacaciones habían llegado juntando nuevamente a la amistad mas extraña del pueblo.

— tu cabello, es como el dulce chocolate de la casa de Hansel y Grettel. — recito el niño con inspiración en cada una de sus palabras, sin embargo, Marlene lo miro con rareza moviendo la cabeza.

— Me estás diciendo que ella lleva dos meses contigo, ¿Y no te a golpeado?. — el castaño la miro mal frunciendo las cejas

Marlene se puso de pie con una hoja en sus manos, carraspeo y recitó:

— tu pelo es fuego en invierno, en enero brazas, mi corazón también late por ti. — se notaba la inspiración en sus palabras, lastima que el poema era basado en una película del años de los viejos. It.

— no le voy a regalar un poema totalmente copiado de una película de terror, ¡Ni siquiera es pelirroja! — frustrado, Ron se tumbó en la cama viendo hacia el techo de la habitación.

Que difícil es ser un niño de siete años. Pensó.

— ella es linda, tiene dos ojos, una boca, su cara es simétrica, sus lentes la hacen ver intelectual, y cuando sonríe, se ven sus dientes. — su voz soñadora le hizo preguntarse a la rubia, ¿No le habrá dado Amortentia?.

Eso basto lo suficiente para que Marlene se sentará en la cama y diera un digno suspiro.

— escucha inútil, has dicho muchos poemas confusos esta noche, pero vas a tener que decir poemas más confusos debido a los poemas  confusos que ya has dicho ¿Entiendes?. — Ron se enderezó teniendo una postura más cómoda en la cama viendo confuso a su amiga.

— no en realidad. — comento perdido.

— solo, se tu mismo y ¡Por favor!, No hagas que tenga que grabar lo ridículo que te viste obligándome a subirlo a las noticias para que todo mundo se ría de ti. — y esa noche, ambos amigos no durmieron hasta que el poema quedó listo.

Un amor inocente e infantil no se le negaba a nadie, menos si el Anderson se encontraba perdidamente flechado por la bonita niña que le había llamado la atención.








































— tiene dos ojos, como los de una salamandra, las proporciones de su cara son correctas y desvía la mirada cada que miente. — Tara palmeó el hombro de la rubia sin saber que decirle, estaba perdida si quería decirle al chico Grimes que le gustaba.

El grupo llevaba menos de veinte minutos caminando por la carretera, ya no había vehículo y ni siquiera tenían agua.

Pero si confianza, al menos Abraham que seguía más testarudo que una cabra.

— por cierto, ¿mencioné que ya te amo?, ¿No?, Pues ya lo sabes. — su mirada se poso a un lado de sus pies en dónde el pequeño cachorro le seguía el paso totalmente pegado a ella — al menos tu si me escuchas. ¡Oh mierda!, ¿Ven eso?.

Bueno, hasta aquí llegamos, es nuestro fin, pensó Marlene tras ver a una extensa población de errantes un poco más lejos de ellos obstruyendo el camino y más de el.

Era imposible pasar por ahí, o más bien, era imposible pasar por aquel lugar a pie y vivir para contarlo.

— hoy no es tu día, ¿verdad?. — molesto la chica al pelirrojo que ni siquiera la miro a la cara.

Glenn, dio media vuelta y camino de regreso, pues el era inteligente, no había manera de pasar por ahí. El grupo intento seguir a Glenn pero al ver qué Abraham no se movía, pararon.

— Esperen. — paro el hombre viendo la vista.

— debemos irnos, no podemos pasar por ahí. — ante las palabras de Maggie, los demás asintieron.

— no, no es cierto. No nos oyen ni nos ven. Estamos bien. — excuso aún con la mirada al frente, no había opción, ni siquiera debían de estarlo considerando.

Debían buscar otra ruta, menos el pasar por ahí. Era un suicidio.

— debemos irnos, no vamos a pasar por ahí, es peligroso, no tenemos comida, no tenemos agua, no tenemos vehículo. No vamos a atravesar eso. — aviso Meredith dando dos pasos al frente con la mirada alta.

— no puedo seguir con ese juego, fueron rodeos y rodeos desde Houston hasta Georgia. No puedo seguir con eso. — aclaró Abraham caminando entre la autopista.

— no decimos que debamos volver, solo retrocedemos, unos kilómetros hacia el Sur. — se unió Glenn a la discusión caminando tras el hombre.

— Ya nos detuvimos por un filtro de aire lleno de vísceras, eso volverá a pasar. — recordó Eugene más atrás de la escena.

Mientras tanto, Marlene jugaba con su nuevo amigo arrojándole una rama lejos para que así, este la trajera de vuelta. La rubia quería perderse en la conversación, sin embargo seguía escuchando.

Ella ya estaba harta de aquella excursión imposible, y si se lo preguntaban, lo único que quería era volver con su grupo, con su verdadera familia pues habían muchas cosas que necesitaba procesar.

Cómo el simple hecho de que minutos antes, su pelirrojo amigo haya tenido una autoridad paternal sobre ella, pues es que casi el mismo se auto nombró como aquella figura. No le molestaba, pero no solo le traía un dejá vu, si no que también le traía nostalgia.

Hace más de año y medio que no escuchaba ese sobre nombre hacia ella, soy su papá. No solo eso, ella también extrañaba decir la palabra mágica. Papá.

Más le dolía el hecho de que su hermano, probablemente jamás diría aquella palabra.

— ¡Podemos cruzar!. — la rubia dio un salto en su lugar al escuchar el voraz grito del único pelirrojo — ¡Eso significa que no iremos al sur! ¡Ni daremos un rodeo ni retrocederemos!.

— ya me harte. — musitó Marlene alzando la voz ——ellos tienen razón, y miren que es raro que lo diga — murmuró lo último antes de aclararse la voz — lo que digo es, ¡No hay manera de pasar eso, grandote!, Si quieres ir y matarte con esas cosas ¡Bien!, Pero no voy a dejar que nos mates a todos por tu terquedad.

Y dicho aquello, la Dixon tomo la mano de su madre para comenzar a caminar hacia el lado "seguro", seguidas del nuevo cachorro.

Por detrás, Abraham asentía frenéticamente con la cabeza viendo a las dos mujeres volver, por lo tanto, el hombre camino de igual forma seguido de los demás, pero para su mal trato, tuvo que tomar agresivamente a Eugene del brazo obligándolo a caminar bruscamente.

— Hey, suéltalo. — ordenó Glenn llamando la atención de ambas Greene que ya iban más adelante.

— no dejaré que hagas esto. — peleó Rosita intentando detener al militar.

La gota que derramó el vaso fue el ver cómo el hombre empujaba a Tara lejos de el. Meredith camino furiosa hasta este llamándolo por su nombre.

— ¡Ya basta!, ¡Se acabó, se acabó! ¿Me oíste?. — grito la castaña siendo ignorada, Glenn de igual forma le gritó al hombre que parara, fue tanto el punto que tuvo que tomarlo del brazo, fue cuando todo se descontroló.

— ¡Suéltame!, ¡Te dije que no me tocarás! ¡No me toquen!. — Abraham empujó a Glenn haciendo que Rosita terminará en el suelo, Tara y Maggie tomaron a Abraham por los brazos mientras que Glenn peleaba con el hombre a palabras.

Marlene cargo al cachorro en sus brazos y corrió hacia donde Rosita se había caído para ayudarla a levantarse.

Y justo en eso un grito llegó a sus oídos.

— ¡No soy científico!. — confesó Eugene con la mirada perdida — mentí. Fue un engaño. No se cómo detener esto, no tengo la cura.

El lugar se quedó en silencio, las miradas iban dirigidas hacia Eugene, todas parecían perdidas, desconcertantes. El hombre había mentido, para vivir.

Marlene miro al piso y luego observo como el cachorro gruñía en dirección al mentiroso, esto la hizo sonreír fugazmente.

— eso, más fuerte, ¿Puedes morderlo? — le susurro la rubia al canino que seguía en su tarea.

Meredith río amargamente en su lugar jugando con las puntas de su cabello. Eugene era un perfecto mentiroso, había montado toda una farsa. Les había dado en qué creer y luego, solamente arrebato la esperanza.

Probablemente lo único que quería hacer era sobrevivir, tal como todos, pero mentir de esa forma, brindar esperanza y luego arrebatarla, eso era algo demasiado. Todos estaban dispuestos a pelear por el hombre, estaban dispuestos a hacer lo que sea con tal de llevarlo con vida a Washington.

Y ya no quedaba nada sobre eso.

— si eres científico, vi las cosas que sabes hacer. — dijo Rosita segura de sus palabras intentando no caer en la realidad de la situación.

— sé cosas. — respondió Eugene fugazmente.

— ¿Tu solo... sabes cosas?. — repitió Glenn sin poder creer lo que escuchaba.

— soy más inteligente que la mayoría. Se que soy buen mentiroso y que tengo que llegar a Washington. — respondió mirando a los ojos a todos los presentes.

Y la poca paciencia que le quedaba a Marlene se rompió. La rubia gruño por lo bajo mientras que bajaba sutilmente al canino poniéndolo en el piso.

— ¡eres un maldito idiota!. — grito la rubia intentando acercase hasta el científico mentiroso, Meredith alcanzó a tomarla de la cintura acercándola a ella lo más posible. Pero Marlene si que tenía fuerza — ¡Deje a mi hermano por tus estúpidas mentiras!, ¡consideraré muerto! ¡Muerto!.

La rubia forcejeaba con su madre, Maggie llegó seguida de Rosita, las tres mujeres sujetaron fuertemente a la chica que aún peleaba para correr y abalanzarse sobre el mentiroso.

Los ojos de Meredith se abrieron exageradamente al ver cómo Marlene soltaba patadas en el aire al igual que arañazos. Estaba sacando su parte Dixon bien a flote.

— Marlene ya, ¡ya para niña! — regaño su madre apretando el agarre.

La chica parecía estar en modo asesino. Y si que lo estaba pues la rubia mordió la mano de su madre la cuál estaba cerca de su boca con la intención de hacerla callar, esto logro que la mujer soltara a la chica.

Rosita y Maggie perdieron la fuerza en el agarre siendo tiradas al piso. La bestia se había desatado, Marlene corrió hasta el mentiroso que en todo ese tiempo la veía atemorizado.

Si Daryl estuviera ahí, probablemente gritaría, ¡Eso!, ¡Justo como te enseñe!, ¡En los huevos!. no iba a desaprovechar la oportunidad de su vida— Marlene se abalanzó sobre el hombre tirándolo al piso.

La Dixon comenzó a arañar la cara de este, escuchando sus súplicas de que parara, y lo único que pasó por la cabeza de Meredith fue: si, si es una Dixon.














































— Abraham se descompuso — informó Marlene elevando la voz para que el grupo la escuchara — pico, pico,  pico-ton.  — decía la rubia picando al pelirrojo del brazo con una rama de árbol que había encontrado.

— ¡Marlene Dixon, ven aquí!. — grito Meredith llamando a la rubia quien corrió rápido hacia ella — Deja de hacerle bullying a Abraham, por poco matas a Eugene, me mordiste, ya basta ¿Quieres?.

— lo que tú digas mamá. — acepto Marlene con un tono de voz cansino, yendo a dónde Glenn estaba.

Luego de la tremenda confesión del falso científico, Marlene había armado un round de boxeo en medio de la carretera, si no hubiera sido por Glenn, la rubia lo hubiera matado.

Lo que había ocasionado dos cosas, Eugene estaba tirado bajo el sol, aparentemente inconciente, y bueno, Abraham estaba del otro lado de la carretera, de rodillas y mirando a la nada. Estaba en un tranze.

— ¿Porque no aprendes a convivir?. — interrogó Glenn dudoso mirando a la rubia.

— ¡No!, A mí ni me veas chinito, ¡Tu me noqueaste con tu arma!. — culpo, el asiático desvió la mirada balbuceando.

— ¡eran otras circunstancias!. — se justifico tal cual niño chiquito — Solo, por favor, promete ya no morder a nadie, ni golpear, ni pelear durante este trayecto ¿Si?.

Marlene dudosa acepto con la cabeza.

— bien. — aclaró — oye Glenn, te quiero mucho. — el asiático se sorprendió, sin embargo atrajo a la rubia hacia el brindándole un abrazo.

— yo también te quiero, salvaje. — dijo el coreano terminando el abrazo — oye, ¿el perro ya tiene nombre?.

Marlene pensó, con todo lo que había pasado, no había tenido creatividad para buscarle un nombre a su nuevo amigo, pero entonces recordó.

Una persona especial para ella, tenía un cómic favorito, un supervillano favorito del que tanto hablaba, el nombre siempre se le había hecho muy peculiar. Pero le gustaba.

— saluda a, Deadpool —.



































Author's note 📝

Lexie el personaje interpretado
por -citygirlk

Chicos, nunca prometan cosas que no saben si van a cumplir Bkabak, básicamente perdí en una apuesta y bueno, eh aquí LEXIE EL PERSONAJE. !!

Hasta aquí mi reporte BKABAK.

¿Quien entró al grupo de WhatsApp?

Lo sé, lo se, el nombre del perro es superior, SUPREMACY, si pensé en ponerle Canuto o Sirius, ME TENTE, peeeerooo, el nombre tendrá significado más adelante.

SoooOOOo, los amo, y nada, a esperar el siguiente cap, BKAB, (en mil años, okno) ARIOS.

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