029. the lord is in heaven
❝ °⠄🌈☁️ꦿ CHAPTER TWENTY NINE:
The lord's house ❜
㍍⠄𝄒‧ꦿ🌤️チ↻°.
EL TIMBRE DE LA RECEPCIÓN sonó, esto indico que una nueva persona estaba tras el escritorio, probablemente con el propósito de una consulta.
De pronto, una cabellera lacia y rubia se asomo del lado apuesto mostrando solo su frente y parte de sus ojos curiosos.
― ¿Hola? ― pregunto con ternura una hermosa mujer rubia de enormes ojos verdes, la pequeña escondió su mirada un poco más detrás del escritorio ― ¿Cómo te llamas linda?.
La pequeña rubia parecía dudar en responder ya que, sus padres siempre le habían dicho que no hablara con extraños, claro, era una de las tantas cosas que no seguía. Podía hablar hasta con un bote de basura.
Escuchando el sonido de alrededor puesto que, era un hospital, la niña dijo en un pequeño pero muy claro hilo de voz:
― soy Marlene ― se presentó la chiquilla estirando su pequeña mano para tomar un dulce del tazón que se encontraba en el escritorio ― ¿Quieres un dulce? ― acercando el tazón a ella, le pequeña pregunto con ternura e inocencia, como si los dulces fueran de ella.
― gracias Marlene, yo me llamo Jessie ― tomando un dulce del tazón dándole una sonrisa cómplice a la rubia menor, la mayor se presentó intentando visualizar mejor la cara de la niña quien aún seguía escondida a través del escritorio.
Cómo si todo rastro de pena y miedo se hubiera ido, la pequeña Marlene salió de detrás del escritorio caminando hasta la mujer tomándola de la mano para guiarla atrás de este.
― ¡Mira!, Estaba viendo las mascotas maravilla, ¿A ti te gustan? ― niños, pensó Jessie formando una mueca de ternura en su rostro.
― a mis hijos les gustan, incluso la favorita de mi hijo, el más grande, es el pollito ― la mini rubia salto en su lugar mientras chillaba un tanto de emoción logrando que la mayor riera ante los movimientos.
― ¡También es la mía!, Es la mejor, aparte es amarilla como los Simpson ― Jessie volvió a reír sin recordar el porque había llegado al hospital, tal vez era el efecto que causaba Marlene en las personas ― ¿Cómo se llaman tus hijos? ― interrogó la rubia rascándose la mejilla izquierda.
― el más grande se llama Ron, debe tener tu edad ― la mayor sonrió al recordar al más inquieto de sus hijos ― el más pequeño es Sam, tiene tres años. ― Marlene sonrió con ternura imaginando al bebito que se le había relatado.
Fue entonces cuando unas voces se escucharon a lo lejos de uno de los pasillos, aquella voz Marlene la conocía muy bien, la voz de su madre. Aquello indicaba que la mujer se aproximaba a la recepción seguramente para observar como la llevaba su pequeña.
Un carraspeo hizo que la rubia mayor que acompañaba a Marlene, se diera la vuelta encontrándose con quién justamente buscaba.
Meredith, la castaña de ojos verde pantano se hallaba ahí parada portando un uniforme azul y una bata blanca, en su cara resaltaba una curiosa mascarilla azul, en sus manos la mujer llevaba una pequeña pizarra del tamaño de una libreta en donde seguramente hacia sus anotaciones sobre sus pacientes.
Inesperadamente una gran sonrisa adorno el rostro de las dos adultas quienes se abrazaron con cariño murmurando sus nombres mutuamente.
"Junta de señoras", pensó Marlene haciendo una mueca de asco, se aproximaba una plática de muchas horas, o al menos, eso pensaba ella.
― ¡Cuánto tiempo mujer! ― exclamó Meredith golpeando levemente el hombro de la rubia quien río empujándola de igual manera ― ¿Cómo está Pete?, ¿Los niños?, Dios, seguramente ya deben estar enormes.
Jessie asintió ante todo lo dicho por la castaña quien parecía no querer dejar de hablar, igual a la hija.
― mamá, ¿Ya viene papá? ― pregunto Marlene con pesadez estirándose en la silla del mismo escritorio.
Antes de que la mujer pudiera responder, la rubia mayor se adelantó a hablar notoriamente sorprendida.
― alto, alto, ¿Ella es Marlene? ― Meredith asintio con entusiasmo ― ¿Tu Marlene? ― la castaña volvió a asentir igual de feliz logrando ver el rostro sorprendido de la mujer contraria ― ¡No se parece a ti!, Es la copia de Ryan, bueno, por lo menos de la última vez que lo ví.
La menor se desconecto de la conversación al divisar entrar a una cara conocida. Su papá. El rubio entro por la puerta principal del hospital observando de primera mano como su esposa hablaba animadamente con una mujer a la que el reconoció muy bien, eso lo hizo saber algo, ella no se iría pronto.
Ante eso, Ryan le hizo una seña a su hija la cual indicaba que tomara todas sus cosas para irse, la menor entusiasmada tomo su pequeña mochila guardando sus libros de colorear al mismo tiempo que sus colores.
Una vez que cerró la mochila e ignorando la plática de las adultas, corrió hasta donde su padre abalanzandóse sobre el para que esté la cargará.
Teniendo seis años su peso era igual al de una pluma.
― dile, adiós mamá ― Ryan alzo la voz saludando a las dos mujeres de lejos quienes voltearon a verlo con una sonrisa ― Mar, va a pensar que te secuestraron, coopera ― reprochó el hombre.
― ¡Adiós mami! ― la rubia revoloteo su mano en el aire despidiéndose de su progenitora quien le respondió de la misma forma ― ¡Adiós Jessie! ― la rubia mayor movió su mano despidiéndose de la pequeña antes de volver a su plática con Meredith.
Ryan, cargando a la rubia con uno de sus brazos, se dió la vuelta empezando a caminar hacia el estacionamiento.
― ¿Quien era ella? ― interrogó la menor con curiosidad jugando con el cabello de su papá.
― Jessie Anderson, vieja amiga de tu madre, pero, por lo que veo, ¡Vuelven las amigas! ― exclamó en un tono algo raro a lo que Marlene soltó una carcajada contagiando al mayor ― ¿Casa o parque?.
― ¡Parque! ― exclamó la niña con entusiasmo mientras que aplaudía.
― bien, pero no le digas a tu madre ― dicho esto, ambos entraron a la camioneta y con esto, Marlene aprovecho para adueñarse de la radio.
― ¿Que hay del párroco? ― ignorando los llamados en susurro de Carl, Marlene tomo la perilla de la puerta dudando en girarla ― si nos ayuda, puede que usted salgo con vida de aquí ― de hecho, ¿Sabes Marlene?, Te voy a dejar ir, ¡Si!, Eso haré, abre la puerta y lárgate, llévate a los bebés, no voy a hacerles daño.
Aunque las palabras sonarán ciertas, Marlene no se fiaba de aquel tipo, y a demás, jamás dejaría a su grupo solo, nunca.
― ¿Que dices? ― Marlene salto en su lugar a causa de la inesperada voz de Gareth nuevamente ― ¿padre?.
Las respiraciones de Carl comenzaron a hacerse más pesadas logrando que incluso Marlene pudiera oírlas.
Justo cuando se pensó que tal vez no iba a ser necesario el plan que había armado Marlene en su cabeza, Judith comenzó a llorar logrando que la rubia cerrara los ojos con fuerza tomando el manubrio de la puerta con más fuerza.
Escuchando a Carl tratando de consolar a su hermana, Marlene tiró de la perilla abriendo lentamente la puerta de la oficina en dónde se escondían. La rubia suspiro hondo antes de salir del lugar cerrando la puerta atrás de ella.
Con Carl maldiciendo dentro de la oficina, y Marlene apuntando con su arma afuera de esta, Gareth vio a la chica con fascinación pues, si que era valiente.
Mira que salir a encontrarte con un grupo el cual comía personas.., vaya mierda.
La cínica risa del líder come personas, resonó por las cuatro paredes de la iglesia logrando causar un leve escalofrío en la aparte alta de la chica Greene.
― ¡Cielos!, Tu si tienes agallas verdad rubia ― ocultando el pánico que tenía en aquel momento, Marlene dibujo una cínica sonrisa en su rostro mientras que con las dos manos tomaba su arma.
Los cuatro hombres de Gareth apuntaron a la rubia viéndola con ojos curiosos.
― ¿No vas a decir nada? ― Marlene se mantuvo en silencio sin borrar aquella sonrisa suya ― bien, me caen mal las personas que hablan y hablan, bla, bla, bla, ¡Es muy molesto!, Me alegra que comenzamos a entendernos, ahora, porque no le hablas a todo tu grupito de idiotas.
Sin embargo, Marlene simplemente bajo su arma tomándola con una mano, luego de aquello, la rubia comenzó a caminar por los pasillos de las bancas de la iglesia mientras silbaba dejando un suspenso en el lugar.
Los hombres de Terminus no despegaban la puntería de la chica pues la seguían con las armas con cada paso que ella daba.
Pronto, el silbido se volvió más intenso, pero de un momento a otro, seso.
Dos disparos acapararon el lugar en el momento que dos de los hombres de Gareth cayeron la piso sin vida, les habían disparado justo en la cabeza.
― pongan las armas en el suelo y de rodillas ― pidió una voz al fondo, Rick.
― voy a dispararle a esta puerta así que tú baja tus armas ― respondió el mencionado intentado disfrazar el temor que sentía.
Pero aquello se vio difícil cuando otro disparo impacto la mano de Gareth, específicamente, sus dedos, dos de ellos habían sido destruidos a causa del impacto de la bala y ante eso, el castaño soltó un leve jadeo.
Rick salió de las sombras apuntandóle a los hombres de Terminus con una pistola la cual llevaba un silenciador.
Gareth al ver que sus hombres dudaban en cumplir o no la acción, dió la orden.
― hagan lo que dice ― ordenó el tipo que ahora no contaba con dos de sus dedos.
Sin embargo, Martin, el hombre que había intentado matar a Judith y a Apolo, se rehusaba a imitar la acción de sus compañeros.
Cómo acto de rebeldía, Martin elevó su arma apuntandóle específicamente a cierta rubia que se encontraba en medio del pasillo de la iglesia. Está no jadeo, y mucho menos sintió el miedo recorrer su cuerpo, no tenía miedo. Ya no le tenía miedo a ellos.
― aún hay otras opciones ― musitó el hombre con el ojo inflamado apuntandóle decidido a la Greene.
Abraham se acercó a Martin apuntandóle con una metralleta muy cerca de la cabeza, esto hizo que al tipo le cambiara totalmente la cara.
― Baja esa arma ahora sí no quieres que yo mismo te meta un tiro en la cabeza ― gruño el pelirrojo con un semblante bastante intimidante a lo cual, Martin arrojó el arma al piso mientras que se ponía de rodillas como se le había dicho.
― ¡Pido al idiota del ojo! ― chillo Marlene con emoción acercándose hasta Martin quien la vio con nerviosismo.
― suplicar no servirá ¿no? ― Marlene bufó con burla escuchando las palabras de Gareth.
― no ― contesto Rick de una forma tan cortante que hizo que hasta Marlene le temiera.
Marlene observó como su madre se había hincado enfrente de Martin por lo que decidió poner atención a aquella plática.
― ¿me vas a matar por lo que le hice a tu bebe? ― interrogó el hombre alzando la cabeza para observar mejor a la mujer quien sonrió ampliamente.
― dime, ¿Porque atentar contra la vida de un bebe?, Digo, se que te comes a las personas pero, ¿De verdad? Un bebé, ― Meredith siseo ― contestando a tu pregunta, no, no te voy a matar por eso, le apuntaste a mi hija con un arma, ¿Y que crees?.
Marlene visualizo a su madre sacando una navaja de su pantalón.
La charla de Rick y Gareth se llevó la atención del lugar haciendo que la pregunta de Meredith quedará en el aire.
― no tienen que hacerlo, nos iremos y ya ― Gareth temblaba en su lugar mientras que con su otra mano tomaba la mano que no tenía dos dedos ― les juro que jamás sabrán de nosotros, lo prometo.
Marlene ladeó la cabeza bajando su mirada hasta los incautos quienes todos parecían estar dispuestos a suplicar por su vida.
― pero alguien sabrá de ustedes, le harían esto a cualquiera ¿No? ― Rick puso una mano en su machete de mango rojo, esto Marlene pudo verlo pues Gareth también desvió su mirada hacia aquella arma que días atrás, el hombre quería para el ― además, yo ya te hice una promesa.
Y dicho esto el hombre clavo la hoja en la cara de Gareth.
Meredith acercó su navaja al cuello de Martin, este paso saliva viendo de reojo como todos comenzaban a matar a sus amigos.
― ya no hay elección ― susurro la castaña en el oído del muchacho concluyendo su pregunta antes de degollar al chico y seguido de esto, empezar a clavarle la hoja de la navaja en distintas partes del cuerpo.
Marlene se alejo de la escena contemplando la misma.
Era una maldita masacre.
Por un momento la rubia creyó que podía con aquello pero ahí mismo se dió cuenta de lo grotesco de la situación.
Maggie al percatarse de la reacción de la rubia, se acercó a ella con rapidez volteandóla hacia ella cubriendo la cara de Marlene con su torso.
La sangre salpicaba por todos lados, incluso Glenn quedó estático ante la escena vivida, el no estaba participando y aún así se sentía culpable. Era una escena extremadamente violenta.
Marlene cerró los ojos con fuerza esperando el momento en el que todo acabará, estaba aturdida con el sonido de los golpes o cuchillos entrando y saliendo.
Solo quería escuchar silencio.
Este se logró segundos después en el que el ruido seso, Rick junto con los que habían sido participes de la masacre se adentraron a la oficina de la parroquia sin decir o musitar una sola palabra.
Marlene se separó de Maggie caminando por el pasillo principal de la iglesia viendo los cuerpos sin vida que yacían en el suelo.
El padre Gabriel salió de la oficina en dónde se había escondido viendo el lugar con repugnancia y vergüenza.
Justo cuando Marlene creyó que el moreno no se iba a atrever a decir un palabra, Gabriel hablo.
― está es la casa del señor ― el moreno alzo la mirada dejando ver sus ojos algo llorosos y descuidados.
Marlene quien tenía la mirada perdida entre los cuerpos y el lugar ensangrentado, dio dos pasos al frente levantando la vista para dejar ver cómo una lágrima derramaba de su mejilla derecha.
― el señor está en los cielos ― contestó la chica con la cabeza en alto soltando la pistola que tenía en su mano.
Y las cosas no pensaban mejorar.
Author's note 📝
Si vieron que cree una nueva historia de Carl? Y que creen?!
Si viene otra historia de el.
En realidad la idea me hizo ¡Boom! en mi cabeza. Solo esperen la nueva historia...
Los amoo!! <333
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top