026. 𝖢𝗁𝗎𝗋𝖼𝗁

°⠄🌈☁️ꦿ CHAPTER TWENTY
SIX:
¡look at a unicorn!





































㍍⠄𝄒‧ꦿ🌤️チ↻°.

VARADOS POR UNA SEMANA, una larga semana sin refugio, sin siquiera poder pegar un solo ojo. Era una maldita locura, la suerte no estaba de su lado y al parecer; no lo estaría por un buen rato.

Pérdidas, ¿Que podría decir sobre las pérdidas?, Marlene Greene las conocía muy bien, ella aún se negaba en dar por muerta a Beth, ella estaba viva. Jelly Bean estaba viva, eso era claro. Por lo menos eso fue lo que dijeron las Clark.

La muerte de las Samuel's había sido trágica, Lizzie había asesinado a sangre fría a la dulce Mika diciendo algo tan estúpido, ella va a volver, esa niña si que estaba completamente loca y bueno, cómo penitecia Carol tuvo que matarla. No sabía hasta donde podía llegar.

Jelly Bean había salido corriendo al bosque cuando vio como su hermana mayor asesinaba a Mika. Desde ahí no se le había vuelto a ver, no podían saber si estaba viva o muerta. Eso martillabá internamente el corazón de Marlene.

También, en aquella larga semana, Abraham Ford de había vuelto algo así como, un amigo, para la rubia, digamos que su humor estaba totalmente igualado por lo que podían contarse chistes negros cubriéndose de ser reprendidos. Eso era divertido.

Algo se proyectaba en aquel pelirrojo que hacía sentir a Marlene como si lo conociera de siempre, era algo que ni ella misma había podido descubrir y mucho menos lo había contado. No podía explicárselo a si misma.

Los bebés extrañamente se comportaban en silencio, eran infantes muy tranquilos lo que era bueno, un lloriqueo en el bosque a plena noche...no es la mejor opción.

Menos cuando todo el grupo se encontraba hambriento, sediento, débil, apoyar la cabeza en rocas mientras sientes como diferentes insectos recorren tu piel no es la experiencia más agradable.

Y si, tal vez no todo estaba tan bien pero al menos, el grupo se había unido bastante, eran más fuertes, (dentro de lo que cabía), había confianza y eso en un grupo siempre valía oro.

No estaban tan, tan mal las cosas. Solo mal.

Eso no impedía que cierta rubia siguiera hablando hasta por los ojos, su nueva especie no venía con botón de apagado incluído. Oh, no, no lo tenía.

― ¿Cuál es tu problema con las mascotas maravilla? ― interrogó Rosita soltando un jadeo repleto de cansancio.

Glenn estampó su propia mano a su frente maldiciendo, nunca le preguntes eso a Marlene pues no sé callara. Jamás.

― ¡Son mascotas superhéroes! ― chillo la rubia con obviedad ― dah, por ejemplo, la tortuga es Eugene porque es el más aburrido ― comento saltando una piedra ― el pato es Daryl porque es el más tonto.

― da gracias que no está aquí ― comento la latina esquivando la rama de un árbol.

― como sea, ¡Ah! Y el hamster es Ricky porque es el más raro de todos ― el aludido volteo.

― ¿Que? ― la Greene levanto las manos abriendo sus ojos enormemente.

― ¡Nada!, Soy inocente, ¡Mira un unicornio! ― y así, la rubia se escondió tras el pelirrojo aprovechando que el Grimes mayor había volteado a dónde la chica había señalado, idiota.

La caminata transcurrió de aquella manera, charlas raras estilo Marlene, alguna broma, una que otra risa, como se dijo, no era todo tan tan malo.

Mientras caminaban, Marlene se preguntaba si volverían a tener un hogar, si ella podría volverle a decir a algo hogar, tal vez un lugar seguro, solo quería encontrar algo para su grupo. Era lo único.

El sonido de las ramas puso en alerta a todos haciendo que la gran mayoría elevarán su arma. Entre ellas Marlene quien elevó su pistola.

Era Daryl.

― me rindo ― comento el cazador con gracia viendo como todos se relajaban.

― ¡idiota casi te disparo! ― Marlene comentarios Greene en acción ― miren, trajo a sus hermanos, ¿Que se siente matar a tu propia familia?.

Aquello lo dijo pues su vista se desvió a la tira de ardillas que el Dixon había conseguido, siempre lo molestaba con aquello. Algunas veces hasta le llegaba a decir Alvin.

― te lo contaré cuando lo sepa, oh espera, tú eres de mi familia ― la rubia río con sarcasmo observando como el mayor se adelantaba a caminar junto a Rick.

El grupo continúo con su rumbo sintiendo cada vez más las ganas de dejar de caminar. Era tentador.

Todos a excepción de Marlene quien en vez de caminar más lento, saltaba hasta las piedras, caminaba enérgicamente y hasta se abalanzaba sobre algunas ramas pequeñas. Parecía tarzán.

Seguramente la energía la sacaba de la esperanza que aún tenía, realmente esperaba volver a ver a Beth, era lo que más quería.

― duerme tanto ― murmuró la rubia caminando a lado del niño de sombrero ― ¿Porque duerme tanto? ― le pregunto al castaño quien la miro sin entender ― Polo.

― no puedes decir que no es tu hermano ― la rubia golpeó el hombre del Grimes logrando que este riera con burla ― auch, tienes que dejar de golpearme algún día ― comento sobándose el hombro.

― ¡alguuuún día muy lejano! ― exclamó la rubia alargando la u mientras tomaba el sombrero del chico ― ahora que lo dices, tienes razón, tengo sueño.

El Grimes negó divertido viendo con ternura a la Greene quien no había tardado mucho en colocarse su sombrero.

Estaba más que claro lo que sentían por el otro, Carl no solo lo sabía, si no que también se lo hacía saber a la rubia y al grupo, el era muy obvio, siempre viéndola con aquella mirada perdida y esa sonrisa tan soñadora cada vez que la llama Luz, el mismo lo dijo, su Luz. Carl Grimes estaba entrando a la etapa de cualquier adolescente soñador.

Mientras que, Marlene lo sabía, ella misma se lo repetía, me gusta Carl, sin embargo no era muy demostrativa en ese afecto pues no sabia como, muy probablemente diría algo como: con ese sombrero pareces Woody aplastado, y eso para ella sería un cumplido. A ella aun le faltaba mucho que aprender, su etapa de adolescente la estaba saltando a toda costa posible, llegaría ese momento, lo sabía, pero trataba de evitarla.

No era buena demostrando ese tipo de sentimientos románticos, aún no. Si bien, aquel beso significó algo, algo muy grande para ella, esas emociones jamás las remplazaría por nada, eso era cierto; el problema era ella misma, al no poder llegar a esa etapa romántica ella no sabía cómo actuar.

Normalmente le contaba eso a Maggie y a su propia madre pero la realidad es que no aportaban mucho, terminaban hablando de cosas más adultas que a ella le ponían incómoda, era cuando necesitaba a Beth para que le contará sobre alguno de sus amores adolescentes o incluso sobre una historia de amor.

La extrañaba.

En esos momentos es cuando Marlene anhelaba una amiga, ella nunca había tenido una, en la escuela las niñas jamás se le había acercado pues la denominaban como salvaje, mientras las niñas se juntaban para saltar la cuerda o hablar de música, Marlene corria en el bosque o llevaba animales extraños.

Tal vez eso le había desanimado durante su etapa escolar, no tener a alguien para poder llamarla mejor amiga, quizá su comportamiento tampoco ayudó mucho teniendo en cuenta que lanzaba piedras e incluso quemaba salones, pero, ¿Llegar al punto de bullying con ella?; No tuvo la mejor etapa escolar.

― ¡Ayuda! ― aquel grito hizo que el grupo comenzara a voltear a los alrededores del bosque ― ¡ayúdenme!, ¡Ayuda!.












































Gabriel, un padre inútil, Marlene haciendo de las suyas como siempre. El grito de ayuda provenía de un hombre moreno con traje de cura, Gabriel.

El hombre era la cosa más inocente que Marlene Greene haya visto, lo habían hallado encima de una roca bastante grande la cual era rodeada por errantes. El padre tuvo suerte.

"Suerte divina".

Una iglesia era con lo que contaba el padre, un refugio, tal vez temporal pero al final era un refugio. Serviría.

Estaba más que claro que nadie confiaba en ese sujeto, menos si la noche anterior el grupo se había sentido observado, quien sabe cuáles eran las mañas de ese tipo y de ser francos, Marlene no tenía ni la más mínima intriga de conocerlas.

― o tal vez miento, tal vez menti sobre todo y no hay ninguna iglesia, tal vez los guío a una trampa para robarles sus ardillas ― Marlene corto la melodía de su silbido levantando ambas cejas para mirar al moreno que los guiaba.

Si pretendía bromear había sido una broma demasiado malo, incluso para la rubia quien se reía de todo.

― o tal vez yo te aplaste el cerebro con mi bate, tal vez te aplaste tanto la cabeza que te saque los ojos ― bromeó sarcásticamente la Greene mirando al padre despreciativamente ―, hasta que mueras ―. El hombre vio horrorizado a la chica quién sonreía como verdadera maniática ― conoce mi sentido del humor.

Persignándose dos veces el hombre siguió caminando seguido del grupo quien no soltaba ni una sola palabra. No querían darle confianza al desconocido.

― mis aprendices, solían decir que mi sentido del humor, deja mucho que desear ― comento con nerviosismo tropezando con algunas piedras.

― confirmo, es peor que el de el ― dijo Marlene señalando al cazador ― con eso te digo todo hombre.

La caminata paro al visualizar la famosa iglesia de la que tanto hablo Gabriel, hace tanto que Marlene no veía una. Normalmente iba todos los domingos más que nada por obligación pues Hershel le prometía dos chocolates de su jarrón siempre y cuando lo acompañara. Era buena oferta.

Ver aquel lugar enfrente de ella la hizo sonreír, por fin de una forma pura.

Por el momento están más que salvados, eso era bueno.






























































Author's note 📝

Pidoperdon por mi ausencia 🖐🏻, como comenté en mi tablero Wattpad me borró la historia de Maze Runner y por alguna extraña razón cada que intentaba publicarla no me dejaba la muy malparida.

En fin, como a mi nadie me gana me cree otra historia de Maze Runner para reemplazar a la antigua esperando que la nueva no la borren.

En fin.

Amo a Marlene. #todosamamosaMarlene.

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