019. 𝖳𝗈 𝗌𝗍𝗋𝗎𝗀𝗀𝗅𝖾

°⠄🌈☁️ꦿ CHAPTER NINETEEN:
i am marlene greene




























㍍⠄𝄒‧ꦿ🌤️チ↻°.

EL TANQUE HABÍA TRASPASADO EL ALAMBRADO, el grupo del gobernador estaba dentro de la prisión.

No solo eran ellos pues los errantes tambien comenzaban a entrar al lugar.

― vamos Mar, rápido ― desde la primera explosión tanto Marlene como Glenn se habían puesto alerta más no fue hasta el primer bombardeo cuando ambos decidieron salir a ayudar.

― Glenn no me siento bi-

― ¡Abajo! ― el asiático salto sobre Marlene cubriéndola de los vidrios que habían caído pues una explosión había llegado en su pabellón rompiendo los ventanales.

Ambos comenzaron a bajar las escaleras sosteniéndose el uno del otro.

― ¡Glenn! ¡Marlene! ― Maggie llegó corriendo hasta los nombrados.

― ¿que sucede? ― pregunto la rubia tratando de respirar.

― ¡Tenemos que sacarlos a todos! ― resumió la castaña ayudando a Marlene a caminar.

Los esposos Rhee junto con la Dixon salieron del pabellón justo antes de que esté se derrumbara.

En otra parte de la prisión dos cabelleras pelirrojas disparaban a todo aquel que se les ponía enfrente, caminante o persona enemiga.

― tienes que irte al camión ― ordenó Roxane a su hermana quien negó con la cabeza ― Iris lárgate al maldito camión ― la pelirroja se detuvo a disparar ― no quiero perderte, vete al maldito camión.

― no ― negó la chica ― empezamos juntas esto ― Iris disparo ― y terminamos juntas esto.

Ambas Clark corrieron entre las explosiones, ellas estaban decididas a pelear, era lo que harían.

― ¡Rox! ― la mujer volteo hacia donde su hermana señalaba, en medio de todo Apolo se encontraba llorando en el portabebé ― es Polo.

Ambas mujeres se direccionaron hasta el bebé cubriéndose la una con la otra.

― hay que irnos ― ordenó la mayor de las Clark ― buscaremos a todos cuando esto termine, ve el lugar, esto ya es un cementerio, vámonos.

Iris asintio acomodando al bebé en sus brazos.

Mientras tanto Maggie, Glenn y Marlene habían logrado llegar al autobús.

― ¡Beth!, ¿Donde esta Beth? ― pregunto Maggie observando el camión con detenimiento.

― fue a buscar a Polo, a los niños ― contesto una señora del mismo grupo.

― mi hermano, tengo que ir por mi hermano ― murmuró la rubia con voz débil intentando salir del autobús pero Maggie fue más rápida poniéndose enfrente de ella impidiéndole el paso.

― déjame ir contigo Maggie ― pidió Glenn.

― ¿Que?, No, puedo hacerlo sola, buscaré a Beth y traeré a Polo ― comento la castaña.

― ¡Es mi hermano! ― peleó Marlene intentando esquivar a la mayor, fue en vano, la rubia estaba mal, muy mal.

― están mal, tú no puedes ni caminar, necesito que ambos se queden aquí ― pidió Maggie ― volveré.

Y sin esperar respuesta la de pelo corto salió del transporte dejando a ambos enfermos con la palabra en la boca.

El tiroteo en la prisión seguia, no solo eran balas, también eran explosiones y golpes.

El Gobernador mataba a golpes a Rick, lo estaba estrangulando, pero esto no pasó debido a Meredith quien llegó por atrás del hombre de parche dándole un buen golpe en la cabeza con su pistola.

Esto hizo que Rick pusiera salir del agarre del hombre.

― espero que sufras mientras mueras ― Meredith disparo en el pecho del hombre viendo cómo sangre salía de su boca.

Los errantes lo devorarían, tendría una muerte lenta y dolorosa.

Si había una palabra que definía a Marlene Dixon era terca, muy terca, ella debía buscar a su hermano, ella era quien debía hacerlo.

En un descuido de Glenn la rubia salió del camión viendo todo el humo que había por todas partes, viendo a los muertos y la sangre.

― ¡Marlene! ― grito Glenn caminando tras ella ― vamos ― el coreano tomo del torso a la chica ayudándola a caminar pues los síntomas de su gripe aún no terminaban y a decir verdad la rubia se veía bastante mal luego de todo lo ocurrido.

En el otro extremo de la prisión Carl disparaba sin parar al cuerpo de un errante ya sin vida esperando sentirse mejor por la supuesta muerte de su hermana ya que los Grimes habían encontrado también el portabebé de está manchado de sangre.

Indicaba que estaba muerta.

O por lo menos eso pensaban.

― Carl, tenemos que irnos ― pidió Rick quien además de estar brutalmente golpeado contaba con una herida de bala en la pierna ― vámonos.

El castaño negó, aún le quedaba alguien.

― tengo que buscar a Marlene, ella está viva yo lo sé ― Rick negó ― ella está bien papá, Marlene está viva ― decía el niño llorando pues la idea de la muerte de la rubia había pasado por su cabeza.

― ¡Carl!, Ya no queda nada, no queda nadie, hay que irnos ahora ― apoyándose en el hombro de su hijo Rick empezó a caminar obligando a qué el chico caminara con el.

Todo había acabado en las peores condiciones.




































Cuando algo tocó su mano Marlene se despertó agresivamente, errantes, a su lado Glenn Rhee también yacía inconsciente.

El joven al parecer sintió lo mismo pues este también se despertó asustado viendo todo con confusión.

Ambos estaban en un extremo del puente del pabellón, digo en un extremo pues todo lo demás del puente estaba destruido, los errantes no alcanzaban esa altura y fue gracias a eso que no terminaron siendo devorados.

― ¿Que paso? ― pregunto el coreano a la rubia.

― te desmayaste, trate de arrastrarte pero en eso la tos volvió, ¿Ves eso? ― la rubia señaló el piso el cual estaba con pequeños charcos de sangre ― vomité eso hasta que me desmaye igual, creo que después de eso el puente se derrumbó.

Los errantes quienes estaban abajo trataban de alcanzarlos elevando sus manos, era en vano.

― tengo que buscar a todos, a Maggie ― el coreano entro a la puerta que estaba justo detrás de ellos, por suerte era el pabellón en dónde tenía sus celdas, al menos podrían llevar sus cosas.

La Dixon siguió al Rhee quien llevaba una metralleta en mano.

― atrás de mi, por lo menos hasta que tengas tus cosas ― pidió el chico.

Acotando sus órdenes la rubia se mantuvo detrás de el en todo momento esperando a que este encendiera una lámpara.

Al menos así fue hasta que entraron al bloque de celdas, este se veía despejado, limpio y vacío.

No había gente, ni una sola alma.

― alístate, toma tus cosas, nos vamos, buscaremos a tu hermano y a Maggie, si ella lo encontró tienen que estar juntos junto con Beth ― explico el coreano.

― iré a mi celda ― aviso la chica.

Subir las escaleras le fue complicado pero si no aguantaba los síntomas entonces no llegaría muy lejos.

Al entrar en su celda la rubia vio todo con detenimiento, tenía un tiempo que no estaba en ella, probablemente sería la última vez que la vería.

Era lo malo de encariñarsé con un lugar en medio de esa basura, nada sería permanente.

La rubia metió a su mochila todo lo que tenía en su celda, todo le era importante, desde las fotos que tenía con sus padres y familia hasta la foto que se había sacado con Polo unas semanas atrás, su cuaderno y otras cosas más pues es que dentro de la mochila la Dixon ya contaba con unas cosas que nunca sacaba.

Justamente por si tenía que tomar rápido su mochila. Marlene llegaba a ser precavida.

Luego la rubia salió de su celda para dirigirse a la que fue de Ryan pues es que ahí seguían todas sus pertenencias. Marlene así lo había decidido.

Marlene tomo una de las tres playeras de Ryan, específicamente una gris, la blusa de la chica se encontraba repleta de sangre de sus recientes vomitos por lo que solo atraería aún más a los errantes.

Del bolso del difunto Dixon la rubia saco aquellos pantalones estilo militar negros que el hombre tanto quería, aquel pantalón contaba con varias bolsas en distintos lados en dónde la chica pensó en poner municiones.

La Dixon siguió con su robo sacando ahora la chaqueta del hombre muerto, está era larga, la tela era parecida a la textura de una chaqueta de motociclista, era dura, aquello evitaría las mordeduras en los brazos, al igual que el pantalón contaba con varias bolsas algo prácticas.

Marlene amarro firmemente sus botas antes de proceder a ponerse a ponerse aquel cinturón de policía que antes de la prisión la rubia jamás se lo quitaba, ahí descansaban su arma, una navaja, su cuchillo, una pequeña linterna y otro cuchillo un poco más pequeño y practico.

Aún le quedaban algunos huecos para que portará más armas en el cinturon.

Después de abrocharse también su muslera en dónde llevaba a unos cerillos a demás de otras cosas de supervivencia que su madre le había puesto, Marlene se puso unos guantes protectores que descubrían mitad de sus dedos, era la primera vez que se los pondría pero desde ya sabía que no se los quitaría.

En la parte de los nudillos los guantes contaban con una parte bastante dura la cual servía justamente para eso, golpear.

― Marlene ― llamo Glenn.

La chica se arrodilló para asomarse debajo de la litera en dónde había guardado a su nuevo mejor amigo.

― aquí estás ― la rubia saco de debajo un bate, aquel bate que había encontrado justamente el día que su padre había muerto, la Dixon lo había enrollado con una tira de puas la cual se había robado del alambrado de la prisión ― mi preciado Ryan.

Colocandóse la mochila en sus hombros y tomando el bate la rubia bajo de las escaleras con más facilidad.

― ten está ― el coreano le extendió una metralleta a la rubia ― estaba en la celda de Daniel ― la Dixon la tomo observando como ahora el asiático portaba el traje protector de policía ― ponte este, era de Maggie.

Marlene tomo el casco el cual contaba también con un protector transparente en la cara.

Fue así como ambos decidieron salir del bloque atrayendo a todos los errantes que caminaban hasta ellos.

Tanto Marlene como Glenn esquivaban a todos los que podían sin embargo eran demasiados, los estaban encerrando.

― ¡Por abajo! ― grito Marlene agachandóse para poder gatear, acción que Glenn siguió.

Ambos salieron del grupo de caminantes que los habían rodeado, solo queda salir de la prisión, con vida , eso estaba claro.

― ¡Corre! ― grito la Dixon pero al sentir como Glenn no la seguía entonces paro, el coreano observaba a una chica quién estaba en uno de los pequeños apartados que aún tenía alambrado.

― vamos con ella ― pidió el asiático entrando al apartado seguido de la rubia.

Era una chica castaña, está estaba sentada viendo al piso, era del grupo del gobernador y al parecer no se veía nada feliz con sus actos.

Se veía culpable, muy culpable.

Marlene se quitó el casco arrodillándose enfrente de la castaña aún desconocida.

― está lleno ― comento Glenn viendo el cartucho lleno de la castaña ― ¿No disparaste ni una vez? ― la chica negó con la cabeza.

― vienes con nosotros ― comento Marlene ― vamos ― no tuvo respuesta ― hay que irnos.

― ¿Te quedaras aquí?, ¿Morirás aquí? ― interrogó Glenn.

― fui parte de esto ― dijo la chica.

― pero no disparaste ― contesto Marlene ― eres una buena persona.

La castaña sonrió levemente.

― necesitamos tu ayuda ― pidió Glenn a la mujer.

Glenn comenzó a hacer una especie de bomba casera metiendo una toalla blanca en una botella de whisky.

― tendremos que correr ― ordenó el coreano ― atrás, Mar ponte el casco ― la mencionada obedeció poniéndose y abrochandóse el casco protector.

Glenn encendió la toalla antes de arrojarla a un automóvil el cual se prendió en llamas atrayendo la atención de los errantes.

― necesito que estes adelante de nosotros, ella y yo te cubriremos pero no podemos hacerlo solos ― comento el chico viendo cómo la castaña solo asentía frenéticamente con la cabeza.

― bien, vamos, corran ― los tres supervivientes salieron del apartado corriendo mientras le disparaban a los errantes que se acercaban.

Así fue como los tres lograron salir de la prisión, ahora eran los tres.




































Al llegar a la carretera los tres supervivientes alentaron el paso caminado con un poco más de tranquilidad.

Marlene quien se quitó el casco para tomar aire se desplomó en el piso pues es que sus fuerzas aún no eran absolutas, mantenerse de pie aún le costaba y con lo que había corrido era evidente el síntoma.

― Mar ― Glenn se arrodilló frente a ella viendo cómo la Dixon volvía a escupir sangre al concreto de la carretera ― eso, sácalo todo ― el Rhee sobaba la espalda de la rubia quien había aventado su mochila a lado de ella -―¿Viste salir a alguno de los nuestros? ― interrogó el asiático a la castaña.

― solamente ví a mi hermana en ese campo, tenía aún arma, pero la sobrepasaron ― contó.

Marlene escupió los restos de sangre obligandóse a ponerse de pie volviendo a ponerse su mochila en ella su bat sobresalía por el cierre, debía esperar a estar bien para usarlo, no podría golpear siquiera a un caminante contando la poca fuerza que tenía.

Tomando su casco con una mano y con la otra la metralleta, la rubia camino hasta donde los adultos se encontraban podiendo así volver a caminar.

― no debía estar ahí, yo lo hice por el, confíe en él ― relato la castaña - y luego mato a ese viejo.

La caminata paro, Marlene se detuvo de golpe.

― ¿Hershel? ― la castaña quien iba a unos pasos más adelante no se atrevió a dar la vuelta ― ¿Su nombre era Hershel? ― con la cabeza la mujer asintio.

― lo siento, lo siento tanto ― Marlene sintió como su mundo se había caído, la rubia tiro el casco, tiro el arma y tambien tiro la mochila.

Entonces lo volvió a sentir, Marlene corrió hasta la orilla de la carretera agachandóse para poder tirar toda la sangre que se había venido de pronto a su boca.

Era una exageración la cantidad de sangre la que vomitaba.

Glenn de igual manera voto todas sus cosas corriendo hasta la Dixon.

La castaña miraba asustada la escenas no entendía la reacción de la rubia, no entendía porque vomitaba sangre, no tenía claro muchas cosas.

― hey, hey, estoy ahí, recuerda lo que te dijo Hershel, trata de sacar toda la sangre, te ayudará ― de su boca la rubia saco un coágulo bastante grande.

― porque ella, ¿Que le está pasando? ― pregunto la chica con temor titubeandó si acercarse o no.

― Hershel, el era su abuelo ― comento el asiático abrazando por lo hombros a la rubia quien se hallaba en el piso viendo a la nada, nuevamente sudaba como la noche de su casi muerte ― está enferma, bueno, eso es algo largo, el punto es que el la estaba curando, nos estaba curando.

La castaña de ojos marrones retrocedió sollozando, ahora lo entendía. Lo tenía más que claro.

Y bueno, otra persona en la vida de Marlene se había ido, una más.

― soy una basura, ¿Porque quieren mi ayuda? ― pregunto la chica alejándose un poco.

― porque necesito tu ayuda ― hablo Marlene poniéndose de pie ― debo encontrar a Polo.

La castaña se dió la media vuelta viendo a los ojos mar de la rubia.

― ¿Quien es Polo? ― interrogó la mujer sin esperanza.

― mi hermano ― la cara de la mujer cambio ― es un bebé y Maggie lo tiene, ella es su esposa ― la rubia señaló al coreano quien ya estaba también de pie ― Maggie, también es de mi familia.

Marlene camino hasta la mujer.

― Hershel era mi abuelo y el padre de Maggie, era un hombre extraordinario, un hombre justo y honesto, uno de los hombres más valientes que conocí en mi vida ― contó la niña ― el me dijo a mi que lo único que debía hacer era luchar y eso es lo que yo voy a hacer, ese hombre también mato a mi padre lo volvió un errante y luego me mandó a pelear con el.

La castaña escuchaba el relato de la rubia.

― lo mate, tuve que hacerlo, mato a mi abuelo y ahora tampoco tengo a mi hermano ni a mí grupo, necesito tu ayuda ― ordenó ― el está vivo, Maggie está viva, tú nos vas a ayudar a encontrarlos. Esto se acaba hasta que los encontremos.

― quiero creer eso, quiero creerlo ― acepto la chica.

― ¿como te llamas? ― preguntó Glenn.

― soy Tara ― contesto.

― yo soy Marlene Greene ― se presentó la rubia dejando al coreano confundido ― el es Glenn.

Cuando Marlene se presentaba lo hacía por el apellido de su padre, siempre lo había hecho pues el orgullo que sentía hacia el era grande.

Pero ahora sería Marlene Greene, en honor a la persona más fuerte que conoció.





























































Author's note 📝

Dios santísimo, se los juro que cuando me tocó escribir este capítulo me puse mal jsks, no me considero nada buena escribiendo las escenas de acción.

¿Son entendibles? ¿Les gusta como lo hago?.

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