0.33 thinking
❝ °⠄🌈☁️ꦿ CHAPTER THIRTY
THREE:
Eugene, I am not a wanderer!❞
㍍⠄’‧ꦿ🌤️チ↻°.
Las fuertes pisadas de ambos dixon resonaban por la carretera logrando que una pequeña manada de aves saliera volando entre los árboles del bosque.
Daryl, acomodo la ballesta en su brazo dándole una mirada de espera a su hermano mayor que veía hacia el frente, el cazador esperaba una mínima palabra.
Quería respuestas de su inminente silencio.
— ya dilo. — Ryan, rompió el silencio que inundaba la caminata dandole tiempo suficiente para que Daryl chasqueara la lengua antes de hablar.
— tu estúpido silencio me pone de nervios, tu mirada. Es la que siempre utilizaba para regañarme. — Ryan, aceleró el paso sin siquiera brindarle un gesto a su hermano el cuál esperaba respuestas.
Sin embargo, y a pesar de todo el deseo que el cazador tenía en espera de una respuesta, el silencio ganó, era como si el mayor jugará con su paciencia. No decía una sola palabra, el único sonido que desprendía su cuerpo, eran sus pisadas cada vez más rápidas.
Esto colmo la paciencia del de ballesta ya que, en un fugaz movimiento, el hombre tomo el hombro de su contrario girandólo agresivamente hacia el para que le diera la cara.
— ¡Habla, idiota!. — Daryl grito con frustración haciendo que su hermano cerrara los ojos de golpe — ¡¿O eres tan cobarde igual que nuestro padre?!.
Ryan, estampó su puño en el rostro de su hermano menor causando que este cayera al piso tirando su ballesta. Acto seguido, el menor junto la fuerza en sus piernas golpeando el abdomen del padre de su sobrina, esto comenzó una pelea.
Los golpes de los Dixon salían disparados a diferentes partes del cuerpo de ambos.
Gruñidos de frustración corrompían la carretera en dónde ambos hermanos se intentaban matar a golpes.
De pronto, el Dixon mayor tacleó al menor posicionandose encima de él logrando inmovilizarlo. Fue entonces cuando Ryan se decidió a hablar totalmente frustrado. — ¡¿Quieres saber que ocurre?!, — exclamó él hombre apretando más el agarre de su hermano menor — no puedo proteger a mi propia familia, el gobernador tiene a Merle y mi esposa quiso morir.
El rubio salió de encima de Daryl dando pasos cortos para alejarse. El cazador, observó a su hermano intentando comprender sus palabras, su voz rota resonó por los oídos del Dixon menor causando un escalofríos.
— Marlene me hizo jurar que volvería, ¿Sabes lo difícil que fue para mí prometerle eso?. — Ryan se arrodilló en medio de la carretera sintiendo la presencia de Daryl a su lado — quiero verla crecer, yo, yo solo quiero protegerla.
— y lo vas a hacer. — las repentinas y rápidas palabras del cazador, cambiaron la mirada del arquero quien lo vio enternecido — Siempre.
— quiero proteger a mis hijos. — el mayor giro la cabeza viendo a su hermano quien lo vio de la misma manera — y quiero estar contigo, cazar juntos en este mundo de mierda. — Ryan coloco su mano en el hombro de Daryl quien le sonrió fugazmente — te amo, eres mi hermano.
El Dixon mayor se puso de pie jalando a su hermano con el para después, atraerlo a el con el fin de brindarle un cálido abrazo, uno el cual ninguno de los dos desaprovechó pues aunque ninguno fuera demostrativo, siempre se iban a tener el uno al otro.
O al menos eso creían, pues fue el último abrazo que ambos pudieron darse.
Antes de todo.
— tienes el ojo morado. — informo Ryan con burla una vez el abrazo se había concluido.
— tú tienes sangre en el labio. — ambos Dixon rieron mientras que tomaban sus cosas.
Y justo en ese momento, el sonido de un motor a toda velocidad acaparó la atención de ambos hermanos, una camioneta negra se acercó a ambos disparando en sus pies.
Esto hizo que Ryan sacará su pistola intentando buscar un blanco. Daryl corrió hasta el bosque seguido de su hermano, solo que el último se vio obligado a detenerse ya que el vehículo había obstruido su paso.
Lo habían acorralado. El cazador puso una flecha en su ballesta acercándose sigilosamente hasta la escena en donde podía escuchar a su hermano pelear con uno de los hombres que se había bajado del vehículo.
Dos hombres más bajaron de la camioneta, uno de ellos disparo su arma. Fue justo en ese momento cuando la escena se paralizó dejando abrupto silencio.
Minutos en dónde Daryl pensó lo peor.
— ¡Daryl! — grito el arquero sintiendo el dolor de la bala recorrer su pierna, mientras que los hombres lo ingresaban a la camioneta.
El mencionado salió disparado tras la camioneta que desafortunadamente, se alejaba a toda velocidad con su hermano dentro.
Y el no pudo hacer nada.
— bueno, entonces Peter fue el que mordió a Scott, pero, Scott creía que había sido Derek, pero ¡No!, Había sido el desgraciado bonito de Peter. — Maggie frunció el ceño ante la revuelta explicación de la rubia — auch, me estás jalando.
La Greene suspiro por novena vez aquella mañana, Marlene había amanecido más delicada de lo normal.
— no tengo un peine, mis manos son lo más cercano a uno. — se justificó la mayor oyendo otro quejido de la rubia — alto, dijiste ¿Desgraciado bonito?.
Marlene asintio vigorosamente.
— sip, es como un Abraham pero en guapo. — Maggie carcajeó negando con la cabeza — por eso mi idolo es Stiles, el es mi favorito.
La castaña palmeó la cabeza de la rubia dando a entender que ya había terminado, a lo que Marlene se levantó y camino hasta su mochila.
Abriendo el ciper con un movimiento rápido, la Dixon saco del fondo un sombrero con historia. El sombrero de Dale. Prenda que la acompañaba a todas partes dentro de su mochila, sin embargo, nunca se había atrevido a usarlo.
Verlo le causaba dolor, pero también admiración y era precisamente por eso que en aquel momento se lo puso con orgullo.
Recordando al gran hombre que lo portó. Dale.
La rubia junto con Maggie y Rosita, caminaron hasta la recepción de la biblioteca en dónde ya se encontraba el resto. Y oh sopresa, Meredith y Abraham seguían discutiendo.
— este pueblo no está mal. — Maggie rompió el silencio incómodo que se había formado en la habitación — Esta tienda está intacta, podríamos armar una buena base.
— equipo Maggie. — no tardó en secundar Marlene chasqueando la lengua a lo cual todos la miraron — ¿Que?, Tiene cómics, me robe la mayoría pero aún hay más.
— tú no lees cómics. — recordó Meredith ladeandó la cabeza.
— Carlos si los lee, es un nerd. A demás es una ofrenda de paz. — la Dixon se encongió de hombros apoyándose en la pared.
Cómo no iba a recordar la cosa favorita de Carl, no había hora en la que el niño no hablara de cómics, era su lectura favorita en el mundo.
Era tanto el amor a los cómics que incluso Marlene comenzaba a leerlos, le eran interesantes, aunque ciertamente solo veía los dibujos para su entretenimiento.
— buscaremos las provisiones en el camino, el pelirrojo lo hizo desde Houston, no nos detendremos ahora. — defendió Meredith logrando que Marlene abriera la boca en O, estaba del lado de Abraham.
Eso sí era nuevo.
— ya oyeron a la señorita. — con una sonrisa triunfadora, el Ford asintio.— Vamos al norte.
— ya vaciamos los inodoros. — aporto Tara recordando el feo hábito que habían tenido que adaptar, beber del inodoro — El río Broad está a ocho kilómetros al Oeste. Al menos, vayamos ahí antes de buscar transporte.
Abraham se puso de pie caminando hasta una de las ventanas siendo seguido por las miradas de todos.
— Tenemos un vehículo. — dijo el hombre recobrando su postura de liderazgo — y casualmente, tiene casi 2000 litros de agua.
Un camión de bomberos, caminando entre los charcos de agua, Marlene negaba con la cabeza. Comenzaba a replicarse su grandiosa idea. Tal parecía que su madre no la necesitaba mucho, yo y mi estúpida personalidad proyectiva, pensó.
Por otro lado, Glenn observaba a la Dixon con nostalgia, había algo en ella que le traía recuerdos, el sombrero. Su rubio cabello suelto caía por sus hombros, y sobre su cabeza descansaba ese sombrero que era un enigma para todos en el campamento de Atlanta.
— ¿no se les hace como que Abraham vio mucho Paw Patrol? — interrogó la rubia hacia el grupo, Rosita alzo una ceja — ¡Vamos a ir en un camión de bomberos!, ¿Hola?, ¿Nadie vio los Paw Patrol?. — ante el silencio, Marlene movió las manos — Ya no me hablen, son una mala influencia para mí.
Abraham, quien iba más adelantado, subió al camión seguido de Eugene quien se subió en el copiloto. Aún faltaba revisar si el vehículo servía.
Primera prueba, nada. Y no fue hasta la segunda cuando el camión arranco causando la triunfadora sonrisa del pelirrojo.
— ya era hora de empezar a tener algo de suerte. — celebro el hombre cerrando la puerta de su lado para empezar a mover el vehículo.
— algo va a pasar, estoy segura. — murmuró Marlene para ella misma, aventando un pedazo de intestino con su pie.
Y justo y como lo había predicho, el camión se detuvo apenas unos pasos más, no había movimiento alguno. Esto ocasionó que Abraham se bajara del vehículo maldiciendo por lo bajo. Parece un viejo cascarrabias, pensó la Dixon intentando no reír.
— encontraremos otro vehículo. — intento animar Glenn llegando hasta un lado del hombre pelirrojo.
— si hubiera alguno entero en este pueblo, lo habríamos visto. — argumento el Ford — se ve que atropello a unos cuantos, eso significa que el filtro de aire está lleno de restos humanos.
— pues que idiotas ¿No?. — prosiguió la Dixon limpiando en el piso las púas de su bate — no hay una maldita cosa en esta tierra que no haya sido arruinada por los errantes esos.
Tara asintio en respuesta yendo hacia dónde Marlene se encontraba.
Era cierto, los caminantes se llevaban todo a su paso, humanos, y todo lo que se le conocía normalmente. No había una sola cosa que estuviera intacta.
Así eran las cosas en la nueva vida.
— idiota, eso alimenta el radiador. — informo Meredith mirándolo con burla — la toma para el motor está en el techo. — Abraham miro hacia arriba y luego a la mujer intentando no quedar como un idiota, tarde.
— ¿que haría sin ti?. — respondió el hombre con sarcasmo viendo la sonrisa divertida en el rostro de la castaña.
Marlene miro la escena con una mirada pícara, ella y Tara los shippeaban, pues la Chambler decía que del odio al amor solo había un paso. Marlene amaba la idea.
Amor apache. Ella y su madre no eran tan diferentes, tenían un amor apache.
En eso, un neumático salió de un cuarto tras el camión de bomberos, al parecer la única que no se había dado cuenta era la Dixon que se hallaba sentada en el piso.
Debido a su pesadez, el neumático chocó con ella logrando tirarla. — ¡No avienten! — chillo la chica levantándose de golpe al igual que escuchaba la carcajada de Tara resonando fuertemente.
Fue ahí cuando una torre de llantas se derrumbó cerca de la puerta, y de atrás, un grupo de errantes salió dispuesto a probar carne humana, se veían hambrientos.
Eran demasiados.
Marlene se acercó hasta los errantes más próximos a ella golpeando su cabeza con el bate, los restos de sangre podrida salpicaron su cara haciendo que cerrara los ojos ante el impacto.
— Marlene. — llamo Meredith acercándose hacia su hija quien golpeaba a los caminantes con facilidad, la Greene cubrió a la rubia de los lados matando a los errantes con el mango de su arma.
De pronto un chorro de agua llamo la atención de todo el grupo, la manguera de agua, la cual era dirigida por Eugene, despedazaba la cabeza de los errantes debido a su presión, esto facilito la tarea de acabar con los amistosos amigos olorosos.
Uno a uno los caminantes caían despedazados, Marlene sonrió alegremente al observar a Eugene decidido a terminar con aquello.
Su frase motivacional había servido para algo. O bueno, eso hasta que la rubia sintió sobre ella el chorro de agua haciendo que soltará unos quejidos agudos.
— ¡Eugene, yo no soy un errante!. — chillo la chica soltando manotazos al aire intentando zafarse del agua. Entonces el científico cerro el grifo dejando ver a una Dixon empapada moviendo su nariz igual que un conejito.
— ¡No Eugene! ¿Que hiciste?, Que no ves que se baña cada mes. — hablo Glenn con burla y sarcasmo haciendo que Marlene le enseñará la lengua.
A zancadas la rubia camino hasta el camión sintiendo su ropa y cabello gotear con cada paso que daba.
— fui a ocho ferias del condado y a un rodeo de cabras. Nunca había visto nada como eso. — felicito Abraham al científico quien sonrió desde arriba del camión.
— había una tienda de caridad ahí, junto a la librería. Estaba destruida pero quizá tenga provisiones, ¿Ropa seca tal vez?. — aporto Glenn moviendo las manos conforme a su explicación.
— no es necesario, limpiare el filtro de aire en dos segundos, así el motor arrancará, y nosotros también. — explico el pelirrojo subiendo a la parte alta del camión — se secaran con el viento.
— ojalá que se caía y se rompa un pie. — siseo la rubia exprimiendo parte de su playera sintiendo el agua en sus botas.
No fue mucho lo que duraron, el camión se detuvo pocos kilómetros después y eso a Abraham no le sentó nada bien.
El grupo estaba varado en medio de la carretera, sin agua, sin municiones, sin comida, absolutamente nada. Washington era una causa perdida si seguían en aquellas condiciones.
— ¿Que estas leyendo?. — interrogó Maggie sentándose en la carretera junto a Marlene.
— un cómic de Spiderman. — respondió la Dixon "concentrada" en su lectura.
— ¿Por Carl?. — volvió a preguntar la castaña viendo pícaramente a la rubia de ojos Mar.
Por Carl, aquella pregunta la hizo cuestionarse, el adorable niño de encantadores ojos azules le había robado el corazón, y ella ya no podía negarlo.
El chico Grimes se había vuelto parte de su día a día, y mentiría si dijera que en ese preciso momento no lo extrañaba. Malamente, la adolescente se había acostumbrado a tener al mini sheriff pegado a ella todo el tiempo.
No tenerlo cerca le era extraño. Y ella creía que siempre le sería así.
Decidida a hablar, Marlene cerró el cómic y suspiro.
— ¿Cómo le dijiste al chinito que te gustaba?. — interrogó la rubia acomodando su sombrero.
Maggie abrió los ojos en grande, tal vez no era el mejor ejemplo el como había empezado su relación. Menos si estaba hablando con una adolescente, no le metería ideas raras.
Por lo que simplemente decidió hablarle con el corazón, y no con los pensamientos.
— deberías solamente ser tu al momento de decírselo, ya sabes, saca tu Marlene interior. — la rubia pensó, probablemente era la mejor idea, pero el destino sabía que aquel consejo era una terrible idea.
Sacar su Marlene interior, pobre Carl Grimes.
La charla se quedó en silencio un par de minutos, ambas Greene se miraban simultáneamente un par de veces. Hasta que un sonido peculiar llegó a sus oídos.
Un sonido que Marlene no había escuchado desde que todo comenzó.
Un ladrido.
La Dixon sonrió volteando para todos lados intentado encontrar al canino que ladraba. Los ladridos eran agudos, parecía ser un cachorro pero aún así, Marlene ansiaba por verlo.
Poniéndose de pie, la rubia camino unos pasos sobre la carretera, al parecer solo Maggie y ella habían escuchado el ladrido pues la Greene mayor la acompañaba. Pronto, el corazón de la Dixon comenzó a latir fuertemente de alegría.
Una pequeña pulga corria en medio de la carretera hacia ella, un canino en cuatro patas se aproximaba con la lengua de fuera logrando que la rubia saltará de emoción un par de veces.
Marlene se agachó recibiendo así al nuevo integrante del grupo (según sus pensamientos), como ella lo había pensado, era un cachorro de apenas un par de meses pues sus dientes eran diminutos al igual que sus patitas.
— no estarás pensando q- — Maggie no pudo terminar la frase debido al eufórico grito de emoción de la chica.
— ¡Mami!, ¡Mamita! — canturreó la Dixon en grito, corriendo hasta su madre quien salió del camión de bomberos seguida de Tara y Glenn.
Los ojos de Meredith parecían querer salirse de su lugar al observar al canino en los brazos de su hija. Ay no.
— ¡Mira!, ¡¡Es tan tierno!!. — chillo con alegría la Greene saltando en su lugar, en cambio, el grupo la observaba como si le faltará una tuerca — ¿Nos lo quedamos?, ¿Mamá? — la mencionada bajo ma mirada — ¿Abraham?.
— mientras no le pongas mi nombre, adelante. — Marlene salto en su lugar escuchando al cachorro ladrar.
— no, no, alto, ¿Cómo puedes tener más autoridad tu qué yo? — peleó la Greene mirando al pelirrojo — ¡yo soy su mamá!.
— ¡Y yo soy su p- — Abraham corto al instante su frase dándose cuenta de lo que había dicho.
El silencio se volvió incómodo y las emociones de la rubia cambiaron al instante.
¿Que hubiera pasado si hubiera terminado la frase?. Tara y Rosita se alejaron de la escena junto con Glenn y Maggie.
Marlene bajo la mirada y pensó.
¿Y que si yo pensara lo mismo?.
Author's note 📝
Me tarde yo lo sé BKABAKA.
Por fin el recuerdo de la captura de Ryan AHHHH *chilla en alemán*
Nuevo personaje !! *Chilla* ¿Cómo creen que se vaya a llamar? .
Está más cerca el reencuentro de Ron y Marlene.
Que va a pasar con Beth? *Chilla x2*
Observen esto :
Hechos por mi nena grisyk
(El primero es muy real BKABAK).
¿Porque no hacen historias de mi nena Marlene? *Se pone a llorar y se encierra en el baño*
Hasta el momento hay una y hombre, es preciosa.
ANÍMENSE GENTE, O LLORO BAKA.
los amo. Yo<3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top