Capítulo II: El temor de Aivars Rudi
21 de diciembre de 2020
Ilze y Tseriba iban murmurando cosas mientras observaban cada pequeño detalle de la iglesia. En las paredes encontraron velas, las cuales encendieron con el mechero que Andris guardaba para sus cigarrillos secretos. Valdis observaba el altar de madera con embeleso mientras lo acariciaba y le quitaba el polvo. Se inclinó al suelo y sintió que una corriente de aire provenía de allí.
-¿Exactamente qué estamos buscando? -preguntó Aivars acercándose a Valdis e inspeccionando lo mismo que él.
-Nada en concreto -respondió Ilze absorbiendo cada detalle de aquella habitación, podía sentir el ambiente pesado y tenso sobre sus hombros. Aquel lugar estaba cargado de mucha historia y cuando tocaba sus paredes sentía que estaba conectándose con el pasado, la historia fluía en cada uno de sus dedos. Cada batalla, cada refugio, cada muerte, cada nacimiento, cada unión que había transcurrido bajo ese techo.
-Pero sería genial si encontráramos un libro o una frase en rulamén -dijo la rubia con gran entusiasmo, detallando los muebles en busca de algún registro olvidado-. Podría tomar muchas fotos para mi libro de investigación -comentó antes de sacar su móvil y comenzar a fotografiar los rincones del lugar.
-Creo que aquí hay algo -murmuró Aivars iluminando con la linterna de su móvil y los demás se acercaron con curiosidad. Ilze fue quien se puso al frente y tocó percibiendo cuán frío se hallaba esa parte de la madera en comparación de la otra-. ¿Lo sientes?
-Es como si a partir de aquí se extendiera el viento -susurró frunciendo el ceño y acercó su oreja a la superficie, lo que le permitió oír el viento circular. Se volvió a apartar y comenzó a golpear la superficie, hallándola hueca-. Aquí hay algo -aseguró tanteando los bordes de la madera.
-¿Un escondite? -Inquirió Valdis e Ilze tembló al sentir su presencia tan cerca-. Allí -señaló el castaño una inscripción oculta en lo alto de la superficie.
-¿Tseri eso es... ?
-Rulamén -murmuró admirada Tseriba haciendo a un lado a Aivars, quien cayó de culo al suelo, para observar la leyenda con fascinación-. ¡Oh por Dios! ¡Es rulamén! -Exclamó sacándole muchas fotos antes de intentar traducirlo-. Fue escrito con mucha prisa, la caligrafía es muy desprolija -admitió con el ceño fruncido.
-¿Y si dejas de presumirnos todo lo que sabes y nos traduces qué demonios dice ahí? -preguntó Andris aburrido de todo aquel palabrerío.
-Andris -regañaron tanto Anna como Ilze y Valdis, por otro lado, Aivars solo sonrió, siempre le había gustado su forma directa y sin filtro para hablar.
-No es su culpa sentirse tan alejado de este pueblo luego de darse cuenta que no sabe el idioma que hablaban sus ancestros tan preciados y sagrados -dijo con tono mordaz y Anna rio con burla-. Es una inscripción eclesiástica, creo que pertenece a una biblia o una escritura en particular. -La rubia quitó el polvo de la inscripción para poder apreciarla mejor-. "Aquí yace el destierro de la humanidad, la inmortalidad de la maldad. Proteged este sello o la muerte caerá sobre la Tierra."
El silencio inundó el lugar por unos momentos hasta que Andris lanzó una estruendosa carcajada acompañado de Aivars, quien se puso en pie y se quitó el polvillo de encima. Tseriba los observó con desagrado, Valdis e Ilze negaban con su cabeza mientras Anna observaba un poco insegura el lugar.
La joven les indicó a Valdis y a Ilze que la ayudaran a abrir aquel mueble mientras Anna sostenía la linterna. Los cuervos graznaban con vehemencia mientras los cristales de la iglesia retumbaban en un suave y anticipador movimiento. La oscuridad los rodeaba en un traicionero abrazo mientras la expectativa crecía oculta tras ella.
Aivars sintió cosquillas en su hombro y al girar la mirada hacia este, junto a la luz de su linterna, se encontró con una gran araña que lo hizo romper el silencio sepulcral en un grito aterrorizado que hizo sentir escalofríos a todos sus amigos. Se sacudió el hombro con espanto mientras Andris se reía y lo detenía para sacudirle los hombros y asegurarle que la araña ya no estaba molestándolo. Aivars temblaba mientras asentía y pronto Valdis, Tseriba e Ilze volvieron a su tarea de abrir el mueble de madera.
Aivars se inclinó a tomar su teléfono del suelo con manos temblorosas, su fobia a las arañas nunca fue superada, y cuando se incorporó pudo encontrar una puerta trampilla oculta bajo la alfombra. Frunció el ceño y se inclinó para correr la alfombra de una esquina.
-Este lugar me da escalofríos -murmuró Anna.
-Chicos, creo que encontré algo -avisó Aivars con inseguridad mientras observaba la portezuela y Tseri se acercaba a él-. Está cerrada con candado -advirtió y la rubia se inclinó para ver aquella puerta.
-¿No hay algo con lo que podamos abrir? -inquirió Ilze buscando por el lugar.
-Denme sus horquillas -pidió Andris empujando a su hermana, quien le devolvió el empujón-. Les enseñaré cómo se hace -fanfarroneó y todos, excepto Aivars, pusieron los ojos en blanco. Ilze y Anna le dieron sus horquillas y Andris se arrodilló en el suelo mientras su mejor amigo le iluminaba con la linterna del móvil-. Esto está bastante oxidado.
-¿No era que ibas a enseñarnos? -preguntó Valdis con burla mientras se acercaba a Ilze y la abrazaba para que dejara de tiritar.
-Cállate y déjame trabajar -murmuró forzando el candado y consiguiendo que se destrabara-. ¿Decías? -inquirió al castaño con soberbia, pero él solo negó con su cabeza con desaprobación.
-Que te calles y me dejes ver -interrumpió Tseriba apartándolo para abrir la puerta mientras Aivars y Anna iluminaban con sus linternas.
Los seis rodearon la puerta y Tseriba la abrió con mucho cuidado, encontrando una caja encadenada de aspecto muy viejo, pero en buen estado. La rubia la observó con adoración a la vez que Ilze sonreía emocionada y se inclinaba junto a ella para verla de cerca. La caja tenía una inscripción en su tapa, la cual tenía los mismos caracteres que el mensaje tallado en la madera del altar.
La caja estaba cubierta de cadenas y candados en una desesperada protección, la cual solo despertó más la curiosidad de las jóvenes.
Los cuervos de la entrada volvieron a graznar haciendo que Anna temblara y se acercara más a Aivars, quien sonrió y la abrazó para poder reconfortarla. Anna siempre había sido tan asustadiza como él y era por esa razón que ambos se mantenían muy juntos cuando sus cuatro amigos decidían explorar cualquier cosa aterradora que se les presentara.
-Es un poco tarde, deberíamos ir al hotel para poder descansar -advirtió Aivars mientras sentía a Anna temblar entre sus brazos-. En la mañana podemos regresar -sugirió antes de encaminarse junto a la castaña hacia la salida.
-Aivars tiene razón, aún nos queda encontrar el hotel y salir de este lugar -secundó Andris estirando sus brazos antes de seguir a sus dos amigos fuera de la iglesia.
-Podríamos llevarnos el cofre para verlo en el hotel -propuso Valdis escondiendo un bostezo-. ¿Es muy pesado? -preguntó antes de inclinarse y tomarlo en sus manos.
-Tómalo con mucho cuidado, es una reliquia. -Tseriba observaba al castaño con precaución, sabía que él era cuidadoso, pero no podía evitar la inseguridad de que alguien más cargara con algo tan antiguo como si nada-. Mejor déjamelo a mí -pidió sacándoselo de las manos y retirándose de allí.
-Al menos lo intenté -dijo el castaño a Ilze, quien sonrió de lado antes de que comenzaran a caminar para salir de aquel lúgubre lugar-. Mi padre pondrá una sucursal en Mirstiba -comentó mientras ellos caminaban un poco alejados de sus amigos.
-El negocio va bien -felicitó y Valdis sonrió-. Él quiere que te hagas cargo de esa sucursal -aseguró y el chico volteó a verla con sorpresa, pero ella solo sonrió-. Esta es tu última aventura con nosotros.
-Ilze...
-No necesitas decirlo -interrumpió deteniéndose para hablar con él-. Eres excelente, mereces eso y mucho más.
-Aún no estoy seguro de aceptar -confesó tomándola por sorpresa. Los ojos grises de Valdis la observaban con intensidad bajo aquella oscura noche helada-. Necesito pensarlo bien y descansar un poco de todo para saber qué hacer. Es una decisión que lo cambia todo.
Ilze asintió lentamente, sintiendo que su corazón se quebraba. La idea de no volver a ver a Valdis la asustaba muchísimo, la entristecía saber que era muy probable que no volverían a compartir reuniones juntos con la frecuencia que lo habían hecho desde siempre.
-Es muy inteligente de tu parte. -Ilze respiró hondo y apartó la mirada, esperando que algo interrumpiera aquella incómoda conversación en la que estaba segura de que acabaría llorando con el corazón roto-. Si nosotros somos quienes te detenemos, entonces es momento de dejarnos ir. Todos sabemos que en algún momento el grupo se desintegrará para que cada uno siga su propio camino.
-Ilze...
-Es solo que... -lo observó con ojos llorosos- no esperaba que sucediera tan pronto y que tú fueras el primero en irte. -Valdis la observó con ternura antes de acercarse a ella y estrecharla entre sus brazos-. Promete que nos llamarás todos los días.
-No me voy a ningún sitio, no tienes que despedirte -refutó con voz dulce-. Sabes que no puedo irme así de repente cuando aún nos quedan tantas cosas por las que hablar.
-Sí... ¿quién regañará a Aivars por conducir tan mal cuando te vayas? -preguntó apartándose y haciendo que él sonriera.
-Te dije que no me voy a ir -repitió apartando un mechón de su cabello castaño y colocándolo tras su oreja-. No te alejes de mí por una decisión que aún no he tomado -suplicó con voz suave.
Ilze lo observó con sorpresa por su declaración y sonrió de lado tomando la mano que él había dejado descansar en su mejilla luego de apartarle el cabello del rostro. Valdis sonrió de por fin sentirse correspondido. Comenzó a inclinarse hacia ella y vio cómo la castaña cerraba sus ojos.
-¡Muévanse tórtolos! -exclamó Tseriba interrumpiéndolos e Ilze se sonrojó antes de dar un par de pasos atrás y soltar su mano para caminar hacia la camioneta.
Valdis suspiró y negó con su cabeza mientras Tseriba sonreía con burla.
-Fastidiosa -murmuró cuando pasó a su lado.
El camino fue un poco confuso, pero Aivars y Andris consiguieron llegar al hotel luego de varios intentos y maldiciones. Tseriba e Ilze se habían puesto a leer libros sobre Asinis mientras inspeccionaban las decoraciones de la caja con mucho cuidado de no dañarla e iban haciendo anotaciones en sus libretas. Anna se había dormido sobre el hombro de Valdis cuando este estaba hablándole de una nueva serie de detectives que había comenzado a ver, desde entonces, el castaño se dedicó a leer un libro mientras intentaba ignorar que Ilze estaba frente a él, viéndose muy concentrada en su trabajo de tesis.
Observó a sus otros amigos y nuevamente sopesó la propuesta que le había hecho su padre hacía unas semanas. Suspiró negándose a preocuparse por ello cuando debía estar descansando, ya comenzaba a pegársele el mal hábito de Ilze.
-Valdis -llamó Andris y lo observó haciéndole señas para que vaya. El castaño se ocupó de que Anna no se cayera del asiento y se acercó a los dos chicos para apoyarse en una de las paredes del vehículo-. ¿Le has contado a Ilze?
-Era lo que hacía antes de que Tseri nos interrumpiera -murmuró malhumorado y vio de reojo que Aivars sonreía, pero Andris se veía un poco más serio.
-No sé qué decisión tomarás, pero si Ilze no es de las primeras en saberlo, tendrás graves problemas -advirtió en voz baja, viendo a su hermana de reojo-. Sabes lo que siente por ti hace años, no alargues su sufrimiento.
-Tú sabes que jamás jugaría con ella de ese modo -susurró con el ceño fruncido mientras el rubio suspiraba y regresaba la vista al frente-. No tienes que recordarme esto todo el tiempo.
-Pues parece que sí debo hacerlo -farfulló volviendo a verlo, pero esta vez con un semblante un poco más severo-. Hace más de un año que dices que se lo dirás y siempre te veo que hablas con ella pero nunca lo haces realmente. A veces siento que disfrutas de verla sufrir por ti.
Valdis lo observó sorprendido por su declaración. Jamás creyó que Andris pudiera llegar a tomarlo de ese modo.
-No es tan sencillo como lo haces ver -discutió y Andris negó con su cabeza negándose a escuchar-. No hay nada que me gustaría más que hacerla mi novia, que tú y yo seamos oficialmente familia, pero también tengo otras responsabilidades, al igual que ella, y no quisiera que todo se arruine por un impulso estúpido.
-A veces las esperas largas arruinan lo que tanto tiempo nos llevó construir -interrumpió Aivars con una ligera sonrisa y la vista pegada a la carretera-. Si hay algo que sientas por ella, simplemente díselo. Ambos llevan esperando demasiado tiempo a que el otro se declare, en algún momento alguno de los dos deberá dar el primer paso.
Una vez en el hotel se encargaron de repartir las dos habitaciones que habían predispuesto: una para los chicos y otra para las chicas. Anna se había dado una ducha y se había acostado a dormir mientras Tseriba e Ilze hablaban sobre la caja con curiosidad. Aivars había caído rendido en la cama apenas la tocó y había lanzado varios ronquidos que habían hecho reír a Andris y a Valdis. Ambos chicos se acostaron a dormir, pero se sintieron curiosos sobre sus amigas y el cofre que habían encontrado, así que se escabulleron de su cuarto y fueron al de las chicas, quienes los recibieron entre susurros para no despertar a Anna.
Tseriba había dejado el cofre en el suelo y se había sentado frente a él con varios libros a su alrededor, que apartó para que Valdis y Andris se unieran al círculo. Ilze se sentó a un lado de su amiga teniendo a Valdis del otro lado.
-¿Qué han descubierto? -inquirió el rubio.
-No he podido abrir la cerradura -confesó la estudiante de filología antes de tenderle un par de horquillas al mayor de los Sulca, quien sonrió antes de tomarlas y concentrarse en abrir el candado-. "El destierro de la humanidad" -leyó en la tapa del cofre, una vez que Andris pudo forzar el candado.
-En el siglo XVI, muchos pueblos habían apodado a Asinis como "el destierro de la humanidad" por todas las prácticas atroces que habían realizado bajo el poder de la Inquisición -aclaró Ilze con emoción contenida-. Esto es una antigüedad.
Tseriba abrió el cofre sin quitarse sus guantes de látex y observó que dentro se hallaban pedazos de carbón que envolvían una pequeña bolsa de tela sucia y oscura, pero que se conservaba bastante bien. La rubia sacó un par de carbones para poder quitar la bolsa y cuando lo hizo, esta comenzó a moverse entre sus manos como si tuviera vida propia. Las manos comenzaron a temblarle mientras sus amigos enmudecidos observaban la bolsa, pero Ilze llevó su atención hacia la caja.
-Chicos -susurró con pánico señalando hacia el interior de la caja, donde en la parte interna de la tapa estaban tallados sus nombres en un particular orden-. "He aquí a los traidores de sangre que sellarán con su sangre mi maldición: Aivars Rudi, Anna Ozolinis, Andris Sulca, Tseriba Miller, Valdis Kirche e Ilze Sulca." -leyó la castaña sintiendo que una abrumadora sensación la envolvía en el mismo momento en que las luces comenzaron a fallar.
-Muy graciosa, Tseriba -masculló Andris.
-Te juro que no soy yo -suplicó sintiendo que su pecho se oprimía del terror y que en sus manos la bolsa se movía-. Esto no es divertido -dijo soltando la bolsa antes de comenzar a retroceder.
Andris se puso en pie para arreglar las luces y Valdis se quedó cerca de Ilze, pero observó el lugar con cierta sospecha. La castaña se acercó temblorosa hacia la bolsa y cerró los ojos cuando metió su mano dentro y sintió que algo húmedo y viscoso se movía en un ritmo decidido. Sea lo que fuera, lo tomó y lo quitó de la bolsa en el mismo momento en que Andris consiguió que la luz se apagara.
Un contundente y ronco graznido se escuchó en el lugar, anunciando el nuevo inicio de un final. Cuando las luces regresaron, Ilze vio cómo aquel corazón oscuro y latiente se desvanecía de sus manos. Sintió ganas de gritar, pero no podía dejar de temblar, estaba paralizada del terror, de esa sensación asquerosa que había tenido en su mano y no podía dejar de ver su nombre tallado en aquella caja de madera.
-Excelente broma -felicitó su hermano mientras la rubia y la castaña estaban paralizadas observando el cofre de madera-. Espero que sea suficiente para su tonta tesis.
-¿Ilze? -llamó Valdis-. ¿Estás bien?
-Era... era... -tartamudeó alzando sus manos para verlas cubiertas de un líquido negro y viscoso que se resbalaba por sus brazos-. Un... un co-corazón.
-¿Desde cuándo arrastras a mi hermana a tus asquerosas bromas? -inquirió Andris a la rubia que miraba anonadada hacia la caja de madera-. Tseriba...
-Yo... yo...
-Creo que ha sido una noche larga para todos -dijo Valdis cuando notó que ninguna de las chicas podía hablar-, lo mejor será que vayamos a dormir.
Era medianoche cuando Aivars Rudi se despertó por el graznido de un cuervo. Al abrir los ojos se encontró con la criatura fuera de su ventana. El castaño se acercó hacia la ventana para ver si el animal necesitaba ayuda, pero sintió un escalofrío recorrerle la espalda cuando percibió una presencia detrás suyo y una risa baja se dejó escuchar mientras el cuervo volvía a graznar.
Sintió que su corazón se detuvo y con mucho temor se dio vuelta para encontrarse con unos ojos verdes cetrinos que le quitaron el habla en el momento en que el cuervo volvió a graznar y la figura espectral de aquella mujer estiró su mano cubierta de hollín y tierra para pasarla por el cuello de Aivars con una risa baja y tenebrosa que provocó que el chico se hiciera pis encima.
Ahí, frente a él, ella se alzaba más fuerte, más tenaz y más cruel de lo que alguna vez fue.
En el susurro de la noche renació el anhelo de persistir junto a un lejano y anunciador graznido de cuervo.
"Y el cielo rugirá en violenta protesta mientras los cuervos se esparcirán buscando refugio de la tempestad paranormal que los envolverá"
¡HOLA CUERVOS!
Vean qué hermoso saludo les di al inicio, ¿qué dicen? ¿lo repetimos?
OMG ¿QUÉ LES PARECIÓ ESTE CAPÍTULO?
TSERIBA ME PARECE QUE TE MANDASTE UNA CAGADA.
¿Qué tal Andris? Me pareció tierno la manera en que enfrentó a Valdis sobre Ilze.
♥Aivars y Anna friendship goals♥
El siguiente capítulo sabremos un poquito más de Anna y se vienen cosas muy interesantes.
Quiero leer sus teorías de por qué sus nombres estaban en el cofre.
Bueno, espero les haya gustado, y el próximo capítulo lo tendremos en dos semanas o tres.
♥ Nos leemos pronto ♥
♥Y HAY UN GRUPO DE WHATSAPP POR SI GUSTAN ENTRAR ♥
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top