三十九
once you look up to someone, you can't overtake them
— ¿Kuroko-san?
Qué coincidencias —pensó Kai al ver al peli azul entre la gente, acompañado del reso del equipo de seirin.
Los demás se le quedaron mirando con una ceja alzada, sorprendidos de que ella de verdad había visto a Kuroko, cuando él normalmente pasaba desapercibido ante todos.
Y luego la miraron aún más sorprendidos al ver al ex-as de camisa rosada acercarse con los brazos abiertos.
— ¡Shibata, que sorpresa!
Teppei le dio un asfixiante abrazo, que Kai felizmente recibió.
—Hola, Teppei, es bueno verte —asintió, esbozando una media sonrisa serena. Luego se dirigió al resto del equipo: —. No pensé que vendrían a ver el partido. ¿Estaban en campamento de entrenamiento?
Riko se sobresaltó ante la observación, pero supuso que a la contraria se le había hecho obvio, por la ropa y las mochilas que traían.
—No nos perderíamos por nada del mundo este partido en especial —aseveró Kagami, un aura de fuego haciéndose evidente a su espalda.
Kai frunció el ceño.
— ¿Puedo sentarme con ustedes?
—Claro —la castaña entrenadora asintió. Entonces, Shibata tomó asiento junto a Kuroko.
No pasó mucho para que ambos equipos entraran, trayendo consigo una ola de aplausos y vítores (y gritos femeninos, sobre todo, cuando Kise entró); por los que la chica empezó a removerse de forma intranquila.
Sin embargo, su mirada estaba fija en el rubio, más aún cuando este se acercó al as del equipo contrario.
—No perderé, Aominecchi.
— ¿Eh? Estás horriblemente confiado, Kise. ¿Me has vencido alguna vez hasta ahora?
Aunque el tono de voz de Daiki era todavía más confiado, Kise esbozó una sonrisa, esa expresión molesta apareciendo en su rostro nuevamente.
—Ganaré hoy. Tengo una razón más que importante por la cual no pienso perder.
El morenó observó con aburrimiento hacia dónde se desviaba su mirada: las gradas, donde la misma chica de cabello negro y camisa de kaijo de la otra vez se encontraba sentada… junto a Kuroko.
Chasqueó la lengua con una sonrisa burlona y le dio la espalda a Kise, para seguir con sus asuntos.
Desde donde estaba pudo ver al otro lado del público: una cabellera ceniza sujeta en una coleta alta sobresalía de entre el resto, y los ojos naranjas de Asuka lo seguían con curiosidad.
Tampoco pretendía perder.
• • • ● • • •
<Que el segundo partido de cuartos de final entre la preparatoria kaijo y la academia too comience.>
El balón fue lanzado por los aires. Imayoshi y Kasamatsu saltaron, en una lucha por alcanzarlo. Y Kasamatsu fue el ganador.
El estadio estalló nuevamente en gritos y vítores, mientras el primer pase iba directo a las manos de Kise, encontrándose cara a cara con Aomine en lo que sería el primer one-on-one de muchos, en el transcurso del juego.
Kai apretó las manos en los posabrazos de su asiento.
Kise corrió por un costado de Aomine, dando la impresión de que lo había perdido, pero en menos de un segundo el moreno lo hubo alcanzado, quitándole el balón de las manos en un rápido movimiento.
—Eres igual de débil que siempre.
Imayoshi robó la pelota y corrió hasta el otro lado de la cancha. Un par de pases más, y la primera canasta de tres puntos a favor de too fue anotada.
El balance estaba roto.
• • • ● • • •
Era el tercer one-on-one al que Kise y Aomine se enfrentaban, tras un par de jugadas gracias a las cuales kaijo recuperó el control del juego. Daiki tenía el balón en su poder.
Kai respiró profundo y se preparó para lo que vendría.
El número cinco de too hizo rebotar la pelota. Una, dos veces, y la lanzó a la derecha. Y luego… dio un giro y la alcanzó. Kise intentó detenerlo, pero Aomine volvió a pasar el balón a la mano izquierda, y avanzó.
Es rápido. Es ridículamente rápido.
Ella lo sabía, no estaba jugando un estilo normal. Eso era…
— ¿Básquet callejero? —musitó para sí, aunque Kagami la escuchó.
— ¿Cómo lo sabes? —se inclinó sobre su asiento para verla, al otro lado de Kuroko.
—Mi padre es un aficionado del básquet —fue su simple respuesta, encogiéndose de hombros—. Y no es un estilo que se vea mucho en torneos.
Los gritos interumpieron su corta conversación cuando Kise saltó para detener el tiro sin forma.
—Es increíble…
Y tras el enfrentamiento uno a uno de Kasamatsu e Imayoshi, los rebotes salvadores de Hayakawa, y el tiro extraño de Moriyama, kaijo de nuevo tomó el control.
El primer cuarto terminó con la ventaja de la élite azul, y los continuos vítores del público.
Kai respiró profundo.
—Aomine no se está conteniendo, ¿o sí? —Kagami frunció el ceño. La voz de Kuroko se escuchó:
—No, lo está intentando en serio —tanto el pelirrojo como la morena que lo flaqueaban, voltearon a verlo—. Sólo puedo suponer que Kise-kun lo está venciendo.
Pero Kai no pensaba igual. Conocía al rubio, y también sus alcances, y aunque confiaba en él, si el juego seguía así, iba a convertirse en un problema.
—Kaijo está a la cabeza —dijo Hyuuga—. Honestamente, estoy sorprendido.
—Sí.
— ¿Puedo preguntarles algo? —cuestionó Teppei en voz alta, llamando la atención de todos los presentes—, ¿cómo es que le ganaron a kaijo?
Ante el sobresalto general, Kai ahogó una risita:
—Kuroko-san no pudo seguir jugando.
—Eso lo explica.
— ¡No fue solo eso! Nosotros… tuvimos mucho… ¿espíritu?
Esta vez no se aguantó por el penoso intento de Kagami de no parecer tan débiles.
—Además, cuando dije que Aomine-kun lo intentaba en serio, él tiende a ser más fuerte conforme avanza el partido —interrumpió Kuroko—. Si va a mejorar, probablemente será pronto.
La alarma del comienzo del segundo cuarto sonó, y el partido empezó de nuevo.
• • • ● • • •
Kai no se sentía bien viendo ese juego. Había algo en Aomine que no le gustaba, para nada, en absoluto. Se removía en su asiento una y otra vez, intranquila, frunciendo el ceño.
Too alcanzó a kaijo en el marcador sin mucho esfuerzo, y desde donde estaba, podía ver la cara de frustración de sus senpais. Pero la que más le hacía mella, sin duda, era la de Kise.
—Todavía no lo entienden. Su Kise es bueno copiando a la gente, pero eso es todo; esa es la mayor razón por la que no puede ganar. No tiene un arma propia… es imposible para él vencer a Aomine en el baloncesto.
—Tú eres el que no lo entiende. Copiar técnicas y hacerlas propias es su forma de aprender; en otras palabras, está creciendo.
Brillaban. Sus ojos brillaban, antes de copiar la técnica de Kasamatsu. Eso Aomine lo notó, y aunque lo detuvo, supo, muy en el fondo, que el juego empezaría a ponerse interesante.
Kai apretó aún más los puños y chasqueó la lengua. El primer one-on-one tras el tiempo fuera, terminó con una jugada no esperada de parte de Kise, que sacó a Daiki de concentración.
¿Qué pasa?
El rubio tenía esa expresión, una más feroz que nunca, sus ojos brillaban con la intensidad de su convicción de ganar.
Y aún así, dejó pasar al de too por su costado.
No está atacando.
Tras la tercera confrontación, ella lo entendió, mordiéndose los labios con nerviosismo.
— ¿Shibata-san?
Kai solamente negó con la cabeza. Parecía que estuviera a punto de entrar en un ataque de pánico, mientras Aomine volvía a anotar un par de puntos que Kise no pudo bloquear.
—No quiso bloquear.
— ¿Qué?
—Está observando —volvió a decir, tras lo cual, Kuroko entendió—. Solamente está confrontándose a él para observarlo.
Kise se veía exhausto, pero no acabado. Imayoshi poco tardó en entenderlo, también, después de verlo tomar una profunda inhalación.
Maldición… él es demasiado genial.
Comencé a jugar baloncesto porque admiraba a este sujeto. Yo podía hacer jugadas normales después de verlas una vez, pero no importa cuántas veces lo intenté,nunca pude copiar las de él.
La verdad es que yo sé por qué no podía copiarlas…
Una vez que admiras a alguien, no puedes superarle.
end of the chapter.
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