39 | Capitulo Final II
[Capitulo final parte dos]
Un mes después...
Ella se veía en aquel gran espejó, paso su mano por su delgada cintura sintiendo lo suave de aquel encaje de seda que cubría todo su enorme vestido, sonrió al ver aquella joya que colgaba en su cuello, era una cadena plata, delgada, con una pequeña luna en el centro, las joyas de Monique.
La puerta se abrió, y Monica entró, se veia hermosa, con un vestido rojo hasta el suelo y el cabello suelto en ondas perfectas, tomo los hombros de Luna, recargo su rostro en el hombro de Luna.
— Hoy es el gran día mi pequeña Luna,— dijó con una sonrisa, Luna bajó un poco la mirada y pudo observar que Monica traía con ella un sobre blanco, parecia muy viejo para aun existir y no estar abierto,— Esto, — Monica alzó él brazo,— Es para tí, me pidieron que te la entregará, el dia que unieras tu vida con otra persona y Dios, fuese testigo,— Monica le dió un beso a Luna en la mejilla y le entregó el sobré en seguida salió de ahí.
Luna se sento en su cama, y no hizo mucha fuerza para que el sobre se rompiera, pues si parecía viejo, muy viejo.
"Querida Luna
Le pedí a tu madré que te entregara esto el día en que Dios fuese testigo que te unes a otra persona por amor y por nada mas. Te vi crecer desde los cuatro años, desdé ahi te ganastes mi humilde corazón, te convertiste en mi Sol de dia y en mi Luna de noché, ahora ya eres mujer, talvez ya seas madré, talvez estes a punto. Quiero que sepas que criar a un hijo es lo mas bello de la vida, estar presente en sus momentos buenos, malos, y peores no tienen precio, Me encantaría que ahora mismo supieses quien verdaderamente son tus padres, mi niña, mi Luneta como solía decirte, guia a los que amas por un buen camino, espero y ahora estés portando la joya que pedí que usaras, Estoy escribiendo esto y tú justamente abres tus nuevos patines, estás contenta ,como te quiero ver siempre ¡Siempre te recordaré Lunetita! ¡Guárdame en tu corazón! ¡Se feliz! ¡Te amo y te amaré infinitamente todo el tiempo!
Tu abuelita Monique..."
Luna soltó una pequeña lágrima, »Mi abuelita« te amare siempre mamá Monique«
—Cariño, es hora,— dijo Bernie.
Luna se puso de pie y se acercó a su padre, con una sonrisa, esa sonrisa que mantuvo todo el camino.
El lugar estaba repleto de rosas blancas, sillas acomodadas en fila llenas de gente, camarógrafos, fotografos, todo había ahí, la música de violín inició, todos se pusieron de pie, ella apreto el brazo de su padre. Estaba nerviosa, pero devia hacerlo, ¿Cuando había tenido miedo? ¿Después de todo lo que pasaron? Esto era la gloria. Luna also la mirada y logró ver a Matteo, quien lo veia de forma espectacular, el italiano quizo llorar, ¡Por fin estarian juntos!
Bernie entregó a su mayor tesoro a Matteo, y la ceremonia inició, Matteo no dejaba de ver a Luna, y Luna no dejaba de ver a Mar y a Sol quienes de veian preciosas.
—Los declaró marido y mujer, puede besar a la novia,— dijo el sacerdote, Matteo sonrió a Luna, ella de igual manera, y se unieron en un lindo y tierno beso en el cual todos aplaudieron.
—No te imaginas lo feliz que has hecho mi vida,— susurró Matteo a Luna.
Luna abrazó a Matteo, y lo apretó como si estar de el dependiera su vida, se aferró, ¿Pensaron terminar haci desde aquel choque en Cancún?
Después de todo lo qué lograron hacer, de los obstáculos que superaron, ya era merecido un momento donde solamente hubiese felicidad.
Luna y Matteo bailaban alrededor de todos quienes también disfrutaban de la musica, hacian muecas, reían.
¿Que mas podían pedir?...
—Hola a todos...— dijo Matteo cuando logró captar la atención de todos,— Bueno, quería decir unas palabras, — el italiano jugaba sus dedos mostrando que estaba nervioso,— Hace pocó mas de un año, pensaba que mi vida se basaria solamente en ir a conciertos, firmar discos, tener miles de entrevistas, estar con cualquier mujer que se atravesará,— todos rieron,— Pero, fue esa mañana, cuando te ví en aquel periódico, y dijé ¡Regresaré por ella! Arriesgandome a dejar todo por saber si esa niña hermosa,— Matteo señaló a Sol,— era mi hija, juntos logramos muchas cosas, me enseñastes que es mas importante lo hay en el corazón, y eso te lo agradeceré toda la vida que me queda a tu lado, eras una niña cuando te conocí, y jamás imaginé que cuando fueses mujer, serias mi mujer, y estoy tan agradecido por eso. Hoy inicia una vida mas hermosa de la que ya teniamos juntos, hace dieciséis meses no sabia que tenia una hija y ahora tengo dos bellas luces,— Matteo sonrió.— Luna, solamente quiero decirte que la palabra te amo, queda muy corta para todo lo que siento por ti, Me has dado lo más hermoso de mi vida y eso te lo agradeceré toda mi vida, nuestra vida....
Matteo abrazó a Luna mientras todos aplaudían, Sol corrió a abrazar a sus padrés.
Y la fiesta siguió en su máximo ambiente, era un exito rotundo, los muchisimos invitados y toda la felicidad que se reflejaba.
( dos dias después... )
—Esto es hermoso,— susurró Luna entre los brazos de Matteo.
— Y tu eres mas hermosa.
Estaba atardeciendo, estaban en una playa solitaria, pero muy linda, el mar lo tenian por enfrente, ellos reposaban en una cama que había ahí.
—Me alegra tanto que después de todo y de todos estemos juntos,— susurró Luna,— Sabes, extraño a las niñas.
— Iremos por ellas la otra semana, necesitamos tiempo solitos,— dijo Matteo sarcastico,— Juro que no hay hombre mas feliz que yo.
Luna sonrió.
— Frente a nosotros estan nuestros motivos de vida,— susurró Matteo. El sol se estaba metiendo y el mar lo reblejaba, ahi estaban Sol y Mar.
—Mis princesas,— Luna sonrió.
—Alrato estara ahí la reyna, en un rato la luna adornara el cielo,— Matteo le dio un beso en la mejilla a Luna.
Un airesito corrio haciendo que el cabello rubio de Luna volara en el viento.
—Recuerdo aquel día que nos vimos nuevamente, aquel día que venia rogando a Dios que me dijeras "ella es tu hija".
— Y eso fue lo que escuchastes, Sol es tu hija.
Matteo abrazó a Luna y Luna recargó su cabeza en el hombro de Matteo y se tomaron ambas manos.
—Te amo con la intensidad de el Sol, y con la infinitud de el Mar.
Y se unieron en un besó, ya estaban juntos para siempre.
F I N
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