13| Me voy.
Luna quedó perpleja por las palabras de la pequeña, ¡encerío Sol quería eso!
— Sol, algúnas cosas no pueden ser... — Luna tomo con ambas manos la pequeña palma de su hija.
— ¿Porque? — Sol bajo la mirada como recordando algo que anelaba mucho.
— Porque... — Matteo veía a Sol y veía a Luna, no sabia que decír.
— Son cosas que los niños no entienden.
— Entiendo que tengan su orgullo y no acepten que aún se quierén como siempre lo han hecho — Sol sonrío sarcasticamente.
Sol si entendía, y entendía muy bién.
— ¡Vaya Sol, acertastes! — dijó Matteo.
Luna lo difumino con la mirada.
— Sol, ya es tardé, tienes que dormir — Luna acomodo su almohada.
— Mamá, papá, almenos prometanme que lo pensaran.
— Yo no necesito pensarló — Matteo sonrío.
— Matteo... — dijó Luna.
— Bueno, ya — se encogío de hombros y río con Sol.
— ¿Sí mamá? — repitío Sol.
— Sol, lo que pides no es sencillo — Luna vío hacia otro lado — pero te prometó que.... — Luna suspiro — lo pensaré.
Matteo y Sol sonrierón.
— Hasta mañana — dijó la pequeña feliz, le dío un beso a cada uno en sus mejillas y se acomodo en su cama, Luna y Matteo salierón.
Cerrarón la puerta de la habitación, la habitación de Luna estaba frente a la habitación de Sol.
Luna abrío la puerta de su recamara ignorando a Matteo.
Estaba por cerrar cuando Matteo se entremetío a la habitación y cerro la puerta.
— ¡Matteo!
— Tenemos que hablar y lo sabes — Matteo puso llave a la habitación y se sentó un el sillón que había a un costado.
— Matteo, ¡Casarcé no es un juego! — rapidó Luna habló.
— Es el deseó de nuestra hija, Hagamoslo por ella — Matteo lo veía con algúna esperanza.
— Amo a Sol, es mi hija, pero no devo acostumbrarla a tener todo lo que quieré, mucho menos a casar a dos persona sin que se amen.
¿Que?
El mundo de Matteo se había acabado por completo, sintio como un nudo se formo en su pecho, como depronto sintío la anciedad de salir corriendo, llorar y gritar entró en el, sentía como la sangre fluía, como su corazón había muerto, pues con esas palabras se dava por muerto, el había acabadó.
Luna no lo amabá.
— Oh, — fué lo unico que dijó Matteo — Perdón — dijó con la voz cortada y salío de ahí.
Luna se sentó en su cama, vío hacía la luna que brillaba mas que nunca, se sentía sucía, como esas palabras pudierón salir de su boca.
Las lagrimas no tardarón en aparecér, su habitación la ahogaba, la afixiaba.
Se puso su bata de dormir, la amarro en su cintura, se hizo una coleta y bajó en busca de su autó.
Los asistentes se extrañarón, eran las nueve de la noche, no era tardé, solo que Luna nunca salí a esas horas.
— Si pregúntan, no me vierón — y Luna se subío a su coché, y salío en las calles de Cancún.
Las lagrimas salian sin parar, su respiración era agitada, ¿porque actuaba hací?
Se sentía rara en ese autó, pues desde que se fue nuevamente a Buenos Aires, hace casí seis años, no lo usaba.
Necesitaba algo que la sacara de su trancé, opto por encender el estereo.
Que al parecer ya tenía un disco.
Y ahí fue donde su verdadero infierno empeso.
Tu imagen me llego, con tu magia, tu perfume y tu color.
Luna detuvo de golpe el autó.
De llave tu sonrisa y una canción, aprendimos el idioma de el amor.
Luna apago la musíca, y se dío cuenta que estaba en el lugar donde conocío a Matteo, donde choco con su chico fresa por primera vez.
Porque actuaba hací, Luna sufria porque quería, Matteo amaba a Luna, y Luna también a el.
Y Sol seria la niña mas feliz de el mundo sí sus padres estubieran juntos.
¿Que era lo que le impedía?
Bajó de el auto, y con la vista al mar suspiró.
Luna negó con la cabeza, nuevas deciciones ya habitaban en ella.
Subío al auto y conducío hasta la mansión.
Subío a su recamara, intento descansar, pero no podía dormír.
No sabíendo que Matteo esta con el corazón roto.
Salío de su habitación, camino por el pasillo, giró a la izquierda y ahí estaba la puerta de la habitación de él, la abrío, ingreso silenciosamente, quería hablar con Matteo, decirle que lo amaba, que quería estar con el.
Pero el ya estaba dormidó.
(...)
Luna despertó como una niña en su cumpleaños, feliz, emocionada.
¿Era porque posiblementé hoy regresaría con Matteo?
Como todas las mañanas se arregló para bajar a desayunar con los chicós.
Pero antes quería hablar con Matteo, y en su camino hacía la cocína lo encontró.
— ¡Matteo! — dijó Luna sonrienté, emocionada, como una pequeña.
Matteo solo giró a verla, halzo las cejas rapidamente indicandolé un "que pasó" muy frió.
— ¿Estas bién?— pregúnto Luna extrañada por el comportamiento de Matteo, el nunca le hablaba de esa manera.
— Sí — respondío Matteo apretando los labios — ¿Que pasa? — dijó cortantementé.
— Bueno, quería hablar contigo — Luna volvío la Luna que por poco y dava brincos de felicídad — Respecto a ayee por la noché, yo quería.... — Luna estaba nerviosa — quería pedirté disculpas, y decirté que estoy equiv...
— Luna, ¿sabes? No es necesarío, yo también quieró hablar contigo — Matteo interrumpío a Luna.
— Dime...
— Los días que tendré a Sol, cuantos días tú, y cuantos yo — dijó Matteo y Luna estaba empezando ponerce palida — aunque no seran días, sera muy agitado para Sol viajar de Buenos Aires a Los Angeles casi cada tres días, hablamos de semanas ¿Entiendes?
¡Claró que Luna entendía! Y lo peor es que no lo creía.
— Matteo, pero...
— Luna, hoy salé mi vuelo a Los Angeles. Posiblementé hoy sea el ultimó día que nos veamos en meses — Matteo suspiró — Hoy Me voy, Si no hay mas que decír hasta luego — Matteo giró y siguío su camíno.
Luna calló en el sofa que había a un costadó, ¡Todo era su culpa! Lo había heridó demasiado fuerte con las palabras que esa noche le dejó caer.
Ahora no verá a Sol de el diarío, y ahora también Matteo se va.
Holí, como estaaaan, yo bièn.
¿como vaaaa? ¿Les gusta?
Bueno, casí, casí vamos a la mitad de la history.
Pero estara la »Parte 2«
Estoy emocionaaaadaaaaaa
Pd; perdón por el cap tan cortó :(
Bueno babys, no olviden comentar y VOTAR para mas capitulos.
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