XII | Una puerta entreabierta

LA QUIETUD EN SU INTERIOR ERA ESPELUZNANTE PARA LYANN, QUIEN JAMÁS HABÍA SENTIDO TAL SILENCIO.
Por dentro siempre existía ese bullicio más grande que el lugar más ruidoso del mundo, opacando todo sentimiento que pudiera intervenir en la oscuridad que cubría su alma y rodeaba su corazón. Ahora era un silencio que le ponía los pelos de punta, un silencio sepulcral, de esos en los que aguantas la respiración antes de que algo malo sucediera.

Lyann quiso moverse, pero todo su cuerpo parecía estar dormido... excepto sus oídos. Lograba escuchar todo, incluso con más claridad que nunca, por eso se dio cuenta que estaba en una especie de enfermería, porque sus oídos lograban captar los pitidos de la máquina que monitoreaba sus latidos, respiraciones, temperatura corporal y su sangre. Pero también captaba voces, a veces las de algunos enfermeros que le hacían un chequeo diario, a veces las de Steve Rogers o Wanda Maximoff. 

Lyann estaba inquieta. Necesitaba despertar, no obstante, el simple esfuerzo de mover sus extremidades o abrir los ojos la dejaba exhausta. Así que descansaba cuando todo a su alrededor estaba en silencio, pero como tenía el sentido auditivo funcionando más que todo su cuerpo, era sensible a cualquier tipo de ruido, por lo tanto, despertaba cuando sentía a alguien dentro de su habitación. 

—¿Puede leer algo, señorita Maximoff?

Justo en ese instante Lyann sintió a la Bruja Escarlata deslizarse dentro de su mente. 

Lyann se tensó. O al menos creyó que su cuerpo se tensaba. Solo sabía que no le gustaba en lo absoluto la sensación de tener a Wanda Maximoff hurgando en su mente, buscando y buscando algo que probablemente no iba a encontrar. Lyann era una persona cerrada, tanto dentro como por fuera. Incluso, la palabra 'cerrada' no parecía encajar muy bien.

Lyann se mantenía encerrada.

Todos sus pensamientos, sus recuerdos,  ideas, todo lo que le pasaba por la mente lo mantenía encerrado no por protección, sino más por una necesidad. Por culpa de su padre. Por culpa de Gerard. Por culpa de HYDRA.

Ellos conocían todo sobre ella, porque ellos la crearon y la hicieron a su imagen y semejanza. Conocían todos sus aspectos, sabían cómo hacerla sangrar, cómo romperla de verdad, y sin embargo, algo que jamás llegaron a saber o llegarían a hacerlo era conocer lo que habitaba dentro de su mente. Porque Lyann lo encerraba todo, porque a pesar de que ellos lo tenían todo de ella, ellos jamás iban a tener lo que estaba dentro de aquella mente maestra suya. 

Pero Wanda encontró una puerta. 

Aquella puerta de aquella recién herida que sufrió aún estaba abierta. 

Y Wanda entró por ella... y lo supo todo. 

De pronto, Lyann detestó tenerla dentro de su mente. Sus manos, delicadas y suaves, ya no se sentían como el terciopelo, sino como unos tentáculos manoseando cosas privadas, cosas ajenas. Wanda tocó todo y fue como si con un solo roce, el cajón se abriría por completo... para darle un pasado, una vida llena de sufrimiento.  Y mientras Wanda abría cada cajón, los susurros regresaban...

No, susurros no.

Gritos.

Gritos de dolor, de súplica y de ayuda. Gritos que la apuñalaban una y otra vez, creando un dolor tan grande que Lyann apenas y podía soportar. Era abrasador, como el fuego, quemando cada fibra de su ser, todo lo que era y había sido jamás. Lyann perdió la cordura, dentro de la oscuridad que bullía dentro de sí Lyann se perdió en medio de un fuego salvaje que lo quemó todo. 

Afuera, en la enfermería, la máquina comenzó a pitar con ganas. 

Fue algo tan repentino que el enfermero pegó un brinco, porque todo pitaba a la vez, todo se estaba acelerando. Los latidos de Lyann, su respiración, la presión sanguínea e incluso la temperatura. En la cama, Lyann comenzó a convulsionar y pronto la habitación se llenó de médicos, que pusieron de lado el cuerpo temblante de Lyann mientras comenzaba a cundir el pánico. 

—¡Señorita Maximoff¡ ¡Lo que sea que está haciendo, pare ya! ¡La está matando! —le gritó histérico el neurocirujano que luchaba junto a los demás enfermeros por detener el episodio epiléptico. 

Wanda retrocedió, genuinamente aterrada. 

—¡Pero si no estoy haciendo nada! —exclamó, tropezando con una enfermera que entraba corriendo con un Carro Azul. Fue en ese momento que Wanda se dio cuenta que Lyann dejó de convulsionar porque su corazón se detuvo—. ¡Me salí de su mente en cuanto todo comenzó a ponerse feo! ¡Les juro que no hice nada!

Una mujer se puso de puntillas para hacer el RCP con más fuerza mientras que otro enfermero le daba oxígeno a Lyann. El doctor de la sala de emergencias colocaba rápidamente unos parches sobre el pecho del lado derecho de Lyann y otro justo sobre el vaso, en el lado izquierdo.

Steve, Natasha y Sam entraron con estrepito en la habitación. 

—¡¿Qué diablos está pasando aquí?!

—¡Carguen a doscientos cincuenta! —exclamó el doctor, colocó las paletas sobre los parches y gritó—: ¡Despejen!

Y cargó. El cuerpo de Lyann reaccionó al electrochoque, pero sus signos vitales no dieron ninguna señal de respuesta.

—Wanda, ¿qué demonios está pasando? —Natasha la tomó de los brazos y la sacudió. 

—¡Carguen a trescientos! ¡Despejen!

—¡N-no lo sé! —balbuceó la Bruja Escarlata, sintiendo ya la presión de que posiblemente haya matado a Lyann Evans como una carga que jamás se podrá quitar de encima. Miró a Steve con ojos llenos de lágrimas—. ¡Hice lo que me pediste. Me metí en su mente para ver cómo estaba su salud mental y psicológica, y aunque encontré algo, era algo muy personal. Pero mi poder se sintió atraído y no pude detenerlo. Para cuando salí, todo se había descontrolado —Wanda se giró hacia Lyann—. ¡Perdón! ¡Yo no sabía que pasaría esto! ¡Dios mío, perdóname! 

La única respuesta que obtuvo Wanda fue el interminable pitido de la máquina, aquella línea que dictaba los latidos del corazón de Lyann se mantenía inquietantemente inmóvil. 

No se atrevan a parar —Steve Rogers dio un paso hacia adelante, usando toda la dureza y firmeza que pudo para hacer énfasis en sus palabras—. Ella no va a morir. 

—¡CARGUEN A TRESCIENTOS CINCUENTA! ¡DESPEJEN!

Cundió un silencio repentino en cuanto la descarga sucedió, todos a la espera de una reacción. De cualquier cosa, pero todos estaban ansiosos de que Lyann hiciera algo

—Vamos, pequeña, vuelve –susurró el doctor, y más enfermeros le siguieron el gesto. 

—Eres fuerte, vamos, niña...

—Vamos, vamos, vamos...

—No puedes terminar así, querida...

Y luego el mundo aguantó la respiración. Todos lo sintieron como una repentina vibración que les recorrió el cuerpo, mientras que afuera los pájaros volaban lejos y... Lyann se alzó. 

Todos retrocedieron, viendo cómo Lyann se arqueaba y escuchando cómo la máquina chillaba como loca. Y así como Lyann reaccionó de repente, Wanda se agarró la cabeza y su respiración se aceleró.

—Algo malo va a pasar...

Wanda —Steve intentó tocarle el hombro, pero justo en ese instante el cuerpo de Lyann volvió a tumbarse sobre la camilla y la máquina quedó en silencio. 

Se apagó. 

Y entonces Lyann gritó

Las ventanas se hicieron añicos, los pedazos de vidrio volaron por todas partes, al igual que todo el mundo. Todos los enfermeros, el doctor, Natasha, Sam y Steve salieron volando, así como cualquier instrumento médico o aparato salió volando mientras Lyann gritaba tan alto que sus ondas se alzaron al cielo y partieron el mundo en dos. 

Y entonces se detuvo. 

Lyann había despertado.





Bueno, eso fue intenso 🤷🏻‍♀️.

SEÑORES AL FIN PUDE ENCONTRAR UNA FORMA DE PASAR EL CAPÍTULO. Y me dio una bendita brega, Jesús santo...

Al final esperar por el internet era una pérdida de mi tiempo, así que tomé la memoria que tengo y lo pasé todo a un documento dentro de la memoria y hoy fui a la biblioteca de mi escuela y lo pasé todo a Wattpad desde una de las PC que tiene la biblioteca. Y listo, aquí lo tienen.

Les prometo que no volveré a asustarlos de esa manera. Jamás sería capaz de matar a una de mis nenas más preciadas. Lo intenté una vez y me salió tan mal que acabé llorando por media hora (no miento). Así que más nunca. De todos modos, que el corazón de Lyann se detuviera NO era parte del capítulo, pero como lo sentía aburrido necesitaba darle un giro que los ponga a todos tensos.

Y creo que cumplí con mi palabra. A que fue intenso, chicos, ¿verdad? Yo sé que sí.

But lowkey yo sé que les gusta las cosas intensas aquí en Banshee, es lo que le pone drama a todo y nadie me lo puede negar 😈

Anyways, espero que les haya gustado porque lo encuentro un buen comienzo para haber desaparecido casi dos meses.

Love,

Wolf Queen

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